UNIDOS EN EL EVANGELIO Libro 4 Sesión #2
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· 3 viewsDios muestra Su amor a través de la disciplina y la reprensión. El profeta Oseas ejemplifica el amor de Dios por su pueblo
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La Búsqueda constante de Dios
La Búsqueda constante de Dios
Introducción:
Introducción:
Entre los reyes de Judá e Israel, una vez que el reino estaba dividido, por momentos hubo guerra y por momentos hubo par y apoyo.
Acaz, rey de Judá tuvo guerra contra Peka rey de Israel, y pidió ayuda al imperio Asirio (a Tiglat Pileser) (2 Reyes 16.7-8)
7 Acaz envió mensajeros a Tiglat Pileser, rey de Asiria, diciéndole: «Yo soy tu siervo y tu hijo; sube y líbrame de la mano del rey de Aram y de la mano del rey de Israel que se han levantado contra mí». 8 Acaz tomó la plata y el oro que se hallaba en la casa del Señor y en los tesoros de la casa del rey, y envió un presente al rey de Asiria.
Pero no le dio resultado… (2 Crónicas 28.20)
20 Y vino contra él Tilgat Pilneser, rey de Asiria, y lo afligió en vez de fortalecerlo.
(2 Crónicas 28.22-25)
22 Y en el tiempo de su angustia este rey Acaz fue aún más infiel al Señor. 23 Sacrificaba a los dioses de Damasco que lo habían derrotado, y decía: «Por cuanto los dioses de los reyes de Aram los ayudaron, sacrificaré a ellos para que me ayuden». Pero ellos fueron su ruina y la de todo Israel. 24 Además, cuando Acaz recogió los utensilios de la casa de Dios, hizo pedazos los utensilios de la casa de Dios; cerró las puertas de la casa del Señor e hizo para sí altares en cada rincón de Jerusalén. 25 En cada ciudad de Judá hizo lugares altos para quemar incienso a otros dioses, y provocó a ira al Señor, Dios de sus padres.
Por su parte, el reino de Israel tuvo otro rey:
Oseas, el último rey de Israel ocupó el reino en el 730 a. C. y hasta el 722 a. C. (2 Reyes 15.30)
30 Oseas, hijo de Ela, tramó una conspiración contra Peka, hijo de Remalías, y lo hirió y le dio muerte; y reinó en su lugar, en el año veinte de Jotam, hijo de Uzías.
Los Asirios estuvieron asechando el territorio de Israel desde hace años, hasta que en el año 722 a. C. se registra la caída de Samaria, capital del reino del norte por mano de Tiglat Pileser (2 Reyes 15.29)
29 En los días de Peka, rey de Israel, vino Tiglat Pileser, rey de Asiria, y tomó Ijón, Abel Bet Maaca, Janoa, Cedes, Hazor, Galaad y Galilea, toda la tierra de Neftalí; y se los llevó cautivos a Asiria.
Durante el reinado de Oseas, Tiglat Pileser lo hizo su siervo y le pagaba tributo, pero descubrió una conspiración con el rey de Egipto así que lo encadenó en la cárcel. (2 Reyes 17.4)
4 Pero el rey de Asiria descubrió una conspiración de Oseas, quien había enviado mensajeros a So, rey de Egipto, y no había pagado tributo al rey de Asiria como había hecho año tras año. Por tanto el rey de Asiria lo detuvo y lo encadenó en la cárcel.
El rey de Asiria invadió Israel y sitió la ciudad de Samaria por 3 años, por fin tomó la ciudad y llevó a Israel al desierto en las ciudades de los Medos.
(2 Reyes 17.5-24)
5 Entonces el rey de Asiria invadió todo el país y subió a Samaria, y le puso sitio por tres años. 6 En el año noveno de Oseas, el rey de Asiria tomó Samaria y se llevó a Israel al destierro en Asiria, y los puso en Halah y en Habor, río de Gozán, y en las ciudades de los medos. 7 Esto sucedió porque los israelitas habían pecado contra el Señor su Dios, que los había sacado de la tierra de Egipto de bajo la mano de Faraón, rey de Egipto, y habían reverenciado a otros dioses; 8 y anduvieron en las costumbres de las naciones que el Señor había arrojado de delante de los israelitas, y en las costumbres de los reyes de Israel que ellos habían introducido. 9 Los israelitas secretamente hicieron cosas que no eran rectas contra el Señor su Dios. Además se edificaron lugares altos en todas sus ciudades, desde las torres de atalaya hasta las ciudades fortificadas. 10 Se erigieron pilares sagrados y Aseras sobre toda colina alta y bajo todo árbol frondoso. 11 Quemaron incienso allí en todos los lugares altos, como las naciones que el Señor se había llevado al destierro de delante de ellos; e hicieron cosas malas provocando al Señor. 12 Y sirvieron a ídolos, acerca de los cuales el Señor les había dicho: «Ustedes no harán esto». 13 El Señor amonestaba a Israel y a Judá por medio de todos Sus profetas y de todo vidente, diciendo: «Vuélvanse de sus malos caminos y guarden Mis mandamientos, Mis estatutos conforme a toda la ley que ordené a sus padres y que les envié por medio de Mis siervos los profetas». 14 Sin embargo, ellos no escucharon, sino que fueron tercos como sus padres, que no creyeron en el Señor su Dios. 15 Desecharon Sus estatutos y el pacto que Él había hecho con sus padres, y Sus advertencias con las cuales los había amonestado. Siguieron la vanidad y se hicieron vanos, y fueron en pos de las naciones que los rodeaban, respecto de las cuales el Señor les había ordenado que no hicieran como ellas. 16 Y abandonaron todos los mandamientos del Señor su Dios, y se hicieron imágenes fundidas de dos becerros; hicieron una Asera, adoraron a todo el ejército de los cielos y sirvieron a Baal. 17 Hicieron pasar por el fuego a sus hijos y a sus hijas. Practicaron la adivinación y los encantamientos, y se entregaron a hacer lo malo ante los ojos del Señor, provocándolo. 18 Y el Señor se enojó en gran manera contra Israel y los quitó de su presencia. Solo quedó la tribu de Judá. 19 Tampoco Judá guardó los mandamientos del Señor su Dios, sino que anduvieron en las costumbres que Israel había introducido. 20 Y el Señor desechó a toda la descendencia de Israel, y los afligió y los entregó en mano de saqueadores, hasta que los echó de su presencia. 21 Cuando Él arrancó a Israel de la casa de David, ellos hicieron rey a Jeroboam, hijo de Nabat. Entonces Jeroboam apartó a Israel de seguir al Señor, y les hizo cometer un gran pecado. 22 Los israelitas anduvieron en todos los pecados que había cometido Jeroboam; no se apartaron de ellos, 23 hasta que el Señor quitó a Israel de Su presencia, como Él había hablado por medio de todos Sus siervos los profetas. E Israel fue llevado de su propia tierra al destierro, a Asiria, hasta hoy. 24 El rey de Asiria trajo hombres de Babilonia, de Cuta, de Ava, de Hamat y de Sefarvaim, y los puso en las ciudades de Samaria en lugar de los israelitas. Y tomaron posesión de Samaria y habitaron en sus ciudades.
Una de las medidas de disciplina de Dios para Israel, fue deportarlo de su país y llevarlo cautivo a otras tierras lejanas. También fueron crueles, desollaban vivos a los reyes que capturaban, empalaban a los derrotados en las ciudades y colgaban las cabezas en los árboles de las ciudades. La crueldad fue mayor que la de cualquier otro imperio.
Cuando Dios llama a Jonás y lo envía a Nínive a predicarles arrepentimiento para el perdón de los pecados, es una idea que no logra concebir en su mente.
Pues tenía las referencias de otros pueblos que habían sido conquistados por los Asirios y las incursiones que habían hecho en la tierra de Israel.
El tiempo que estuvo Jonás ministrando, fue unos 40 años antes de que esto sucediera, en tiempos del rey Jeroboam II quien fue usado por Dios para liberar a Israel y recuperar algunas ciudades, pero al mismo tiempo fue malo ante los ojos del Señor.
Cuando los fariseos mencionan que de Galilea nunca se había levantado profetes (Juan 7.52)
52 Ellos le respondieron: «¿Es que tú también eres de Galilea? Investiga, y verás que ningún profeta sale de Galilea»
Jonás era de Galilea, muy cerca de Nazareth, pero no reconocen su ministerio porque en realidad no amonestó a ningún rey de Israel, sino que su ministerio fue con los extranjeros, en Asiria.
MacArthur, John F.. El manual bíblico MacArthur (Spanish Edition) (pp. 242-243). Grupo Nelson. Edición de Kindle.
Jesús empleó el arrepentimiento de los ninivitas para reprender a los fariseos, y así ilustró la dureza del corazón de los fariseos y su falta de disposición a arrepentirse (Mt 12.38–41; Lc 11.29–32). La ciudad pagana de Nínive se arrepintió ante la predicación de un profeta que no quería cumplir con su ministerio, pero los fariseos no se arrepentían ante la predicación del más grande de todos los profetas, a pesar de la evidencia abrumadora de que Él, de hecho, era su Señor y Mesías. Jonás es un retrato de Israel, quien fue escogido y comisionado por Dios para ser su testigo (Is 43.10–12; 44.8), quien se rebeló en contra de su voluntad (Éx 32.1–4; Jue 2.11–19; Ez 6.1–5; Mr 7.6–9), pero que ha sido milagrosamente preservado por Dios a lo largo de siglos de exilio y dispersión para predicar finalmente su verdad (Jer 30.11; 31.35–37; Os 3.3–5; Ap 7.1–8; 14.1–3).
38 Entonces algunos de los escribas y fariseos dijeron a Jesús: «Maestro, queremos ver una señal de parte Tuya». 39 Pero Él respondió: «Una generación perversa y adúltera demanda señal, y ninguna señal se le dará, sino la señal de Jonás el profeta; 40 porque como estuvo Jonás en el vientre del monstruo marino tres días y tres noches, así estará el Hijo del Hombre tres días y tres noches en el corazón de la tierra. 41 »Los hombres de Nínive se levantarán con esta generación en el juicio y la condenarán, porque ellos se arrepintieron con la predicación de Jonás; y miren, algo más grande que Jonás está aquí.
Comentario Bíblico de Matthew Henry Versículos 1–3
Nínive era una ciudad muy antigua, pues había sido fundada (Gn. 10:11) por Nimrod. Estaba situada en la orilla oriental del río Tigris. Senaquerib hizo de ella la capital de Asiria (hacia el 700 a. de C.), pero fue destruida por los medopersas el 612 a. de C. Tenía la forma de un trapecio y era en su tiempo la mayor ciudad del mundo: Con los suburbios, medía unos 90 km de perímetro y tenía de 600.000 a 1.000.000 de habitantes. Era una ciudad corrompida, más por la inmoralidad y la opresión social que por la idolatría.