CRISTO Y YO: MI RESPUESTA AL EVANGELIO
INTRODUCCIÓN:
CONTENIDO:
1. PROFUNDIDAD: Profundamente arraigados en Cristo
El árbol (v. 7a). Arraigados es un término de la agricultura. El tiempo de la palabra griega significa “siendo arraigados de una vez y para siempre”. Los creyentes no tienen que ser planta rodadora sin raíces y llevadas de aquí para allá por “todo viento de doctrina” (Efesios 4:14). Tampoco tienen que ser trasplantes que se cambian de un terreno a otro. Una vez que hemos echado raíces por la fe en Cristo, ¡no hay necesidad de cambiar de tierra! Las raíces extraen el alimento para que el árbol pueda crecer. Las raíces también dan fortaleza y estabilidad.
2. CRECIMIENTO: Construimos nuestra vida sobre Cristo
El edificio (v. 7b). Sobreedificados es un término arquitectónico. Se usa en el tiempo presente: siendo edificados. Al recibir a Cristo para nuestra salvación, somos colocados sobre el fundamento; a partir de allí debemos crecer en la gracia. La palabra “edificar” que Pablo usa con frecuencia en sus cartas significa simplemente desarrollar. El progreso espiritual implica continuar levantando el templo para la gloria de Dios.
3. SOLIDEZ: Confirmados en Cristo Jesús por medio de la fe
La escuela (v. 7c). Es la palabra de Dios la que edifica y fortalece al creyente. Epafras les había enseñado fielmente la verdad de la Palabra a los creyentes de Colosas (1:7). Por el contrario, los falsos maestros estaban socavando esa doctrina. Los creyentes que estudian la Palabra se afirman en la fe. A Satanás se le hace difícil engañar a un creyente que conoce la Biblia.
4. CONDUCTA: Una vida de gratitud
El río (v. 7d). La palabra “abundando” es usada con frecuencia por Pablo. Da la idea de un río desbordándose. Nuestra primera experiencia con el Señor se compara con el acto de tomar del agua de vida por fe, y Cristo ha puesto en nosotros una fuente de agua viva (Juan 4:10–14). Pero esa fuente que brota debe convertirse en “ríos de agua viva” (Juan 7:37–39) que se hacen más profundos cada vez. La imagen del río que fluía del santuario (Ezequiel 47), y se hacía cada vez más profundo, es probablemente lo que Pablo tenía en mente. Es muy triste confesarlo, pero muchos de nosotros no estamos progresando—nuestra vida es un riachuelo en lugar de río caudaloso.
Algo que es interesante notar son los tiempos de los participios griegos, pues esto nos dará a entender en una manera más clara el mensaje de Pablo. Arraigados es un perfecto, es decir una acción que ya sucedió en el pasado pero que tiene sus resultados e implicaciones en el presente; sobreedificados y confirmados son un par de participios presentes, o sea acciones que se realizan en forma continua y progresiva; finalmente abundando en acciones de gracias es también un tiempo presente, señalando con esto que debe ser una actitud permanente.
CONCLUSIÓN:
Si sus raíces espirituales están profundamente arraigados en Cristo, no deseará otro suelo. Si Cristo es su fundamento, no tiene por qué moverse. Si está estudiando y creciendo en la Palabra, no será fácilmente seducido por una falsa doctrina. Y si un corazón abunda con acciones de gracias, ni siquiera pensará en abandonar la plenitud que tiene en Cristo. Un creyente arraigado, que está creciendo y que es agradecido no puede ser engañado.
Contrariamente a lo que estos cristianos en Colosas estaban inclinados a pensar, nada podía satisfacer realmente su sed de conocimiento o de vida –tanto una nueva filosofía, como un nuevo misticismo o un nuevo legalismo– nada sino Jesucristo y su Evangelio eterno. Ahora, como entonces, Él es el único que puede cubrir las necesidades de nuestra conciencia, razón y corazón, el único que puede dar plenitud a nuestras vidas. Y en eso es en lo que consiste la salvación: en plenitud de vida.