El Apóstol Jacobo
Segundo Sermón de Jesús en Mateo • Sermon • Submitted • Presented
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· 128 viewsJesús llama a los 12 apóstoles, y veremos las características de cada uno de ellos.
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Lectura Bíblica
Lectura Bíblica
(Lucas 9.51-56)
51 Sucedió que cuando se cumplían los días de Su ascensión, Jesús, con determinación, afirmó Su rostro para ir a Jerusalén. 52 Y envió mensajeros delante de Él; y ellos fueron y entraron en una aldea de los samaritanos para hacer los preparativos para Él. 53 Pero no lo recibieron, porque sabían que había determinado ir a Jerusalén. 54 Al ver esto, Sus discípulos Jacobo y Juan, dijeron: «Señor, ¿quieres que mandemos que descienda fuego del cielo y los consuma?» 55 Pero Él, volviéndose, los reprendió, y dijo: «Ustedes no saben de qué espíritu son, 56 porque el Hijo del Hombre no ha venido para destruir las almas de los hombres, sino para salvarlas». Y se fueron a otra aldea.
Introducción:
Introducción:
a) Su Importancia:
a) Su Importancia:
Él estuvo entre el grupo de los 3 más cercanos a Jesús y que contempló milagros asombrosos de Jesús.
La resurrección de la niña (Marcos 5.37)
37 Y no permitió que nadie fuera con Él sino solo Pedro, Jacobo y Juan, hermano de Jacobo.
La Transfiguración (Mateo 17.1)
1 Seis días después, Jesús tomó* con Él a Pedro, a Jacobo y a Juan su hermano, y los llevó* aparte a un monte alto.
Las preguntas de su Segunda Venida (Marcos 13.3)
3 Y estando Él sentado en el monte de los Olivos, frente al templo, Pedro, Jacobo, Juan y Andrés le preguntaban en privado:
La oración en Getsemaní (Marcos 14.33)
33 Tomó* con Él a Pedro, a Jacobo y a Juan, y comenzó a afligirse y a angustiarse mucho.
Nos resulta el menos familiar de los 4. Nunca se mencionan solo, siempre con Juan (excepto en Hechos 12.1-2)
En 2 listas aparece su nombre inmediatamente después de Pedro, quizás indicando que era el segundo en importancia en el grupo de los 12. (Marcos 3.16)
16 Designó, pues, a los doce: Simón (a quien puso por nombre Pedro),
b) Su origen y trabajo
b) Su origen y trabajo
Era de la ciudad de Betsaida, se dedicaba a la pesca en el mar de Galilea.
Su padre Zebedeo tenía trabajadores (asalariados) (Marcos 1.20)
20 ...dejando a su padre Zebedeo en la barca con los jornaleros, se fueron con Jesús...
c) Su primer encuentro con Jesús
c) Su primer encuentro con Jesús
Al igual que Pedro, Andrés y Juan, estuvo en el evento de la pesca milagrosa y fue llamado por Cristo, e inmediatamente dejó las redes y siguió a Jesús.
(Lucas 5.10-11)
10 y lo mismo les sucedió también a Jacobo y a Juan, hijos de Zebedeo, que eran socios de Simón. Y Jesús dijo a Simón: «No temas; desde ahora serás pescador de hombres». 11 Y después de traer las barcas a tierra, dejándolo todo, siguieron a Jesús.
d) Su familia
d) Su familia
Hijo de Zebedeo (Mateo 20.20) y Salomé
20 Entonces se acercó a Jesús la madre de los hijos de Zebedeo con sus hijos, y postrándose ante Él, le pidió algo.
Se puede apreciar que Zebedeo era un empresario en la pesca.
Era además conocido del Sumo Sacerdote. Algunos creen que Zebedeo era Levita y estaban estrechamente relacionados con la familia del Sumo Sacerdote. Tenían buena reputación en su familia. Quizás por eso, él quería discutir sobre quién era el mayor.
Era hermano de Juan, socio de Pedro y Andrés.
e) Su frecuencia
e) Su frecuencia
Aparece poco en los evangelios, se le ve en las listas de los 12 apóstoles, siempre mencionado en el primer grupo. En otras ocasiones se le ve acompañado de Juan su hermano, la única mención que se hace de él a solas es en el momento de su ejecución.
I. El apóstol de la pasión
I. El apóstol de la pasión
La pasión en las Escrituras denota “sufrimiento” como el Señor Jesucristo al momento de sufrir el camino a la cruz. También la fuerza para soportar las tribulaciones que el creyente debe enfrentar antes de gozar la gloria con el Señor.
Aunque también tiene un significado negativo, acerca de los deseos desenfrenados de la carne.
La mencionamos aquí en cuanto al temperamento de Jacobo, por su arrojo, su determinación y sus impulsos ante la oposición, sobre todo, ante los insultos o desaires que hicieron contra el Señor Jesucristo.
Nos recuerda a Jehú, rey de Israel. (842-821 a.C.)
Quien cumplió una profecía del Señor por medio de Elías acerca del rey Acab y su familia. en (2 Reyes 9.22-37)
22 Cuando Joram vio a Jehú, dijo: «¿Hay paz, Jehú?». Y él respondió: «¿Qué paz, mientras sean tantas las prostituciones de tu madre Jezabel y sus hechicerías?». 23 Pero Joram volvió las riendas para huir, y dijo a Ocozías: «¡Traición, Ocozías!». 24 Pero Jehú entesó su arco con toda su fuerza e hirió a Joram en la espalda; y la flecha salió por su corazón y se desplomó en su carro. 25 Entonces Jehú dijo a su oficial Bidcar: «Tómalo y tíralo en la porción del campo de Nabot de Jezreel, pues recuerdo cuando tú y yo íbamos juntos montados detrás de su padre Acab, que el Señor pronunció esta sentencia contra él: 26 “Ayer ciertamente he visto la sangre de Nabot y la sangre de sus hijos”, declaró el Señor, “y te recompensaré en este campo”, declaró el Señor. Ahora pues, tómalo y tíralo en el campo, conforme a la palabra del Señor». 27 Cuando Ocozías, rey de Judá, vio esto, huyó por el camino de la casa del huerto. Y Jehú lo persiguió y dijo: «Mátenlo a él también en el carro». Y lo hirieron en la subida de Gur, que está en Ibleam. Y huyó a Meguido, y allí murió. 28 Entonces sus siervos lo llevaron en carro a Jerusalén, y lo sepultaron en su sepulcro con sus padres en la ciudad de David. 29 En el año once de Joram, hijo de Acab, Ocozías había comenzado a reinar sobre Judá. 30 Y llegó Jehú a Jezreel, y cuando Jezabel lo oyó, se pintó los ojos, adornó su cabeza y se asomó por la ventana. 31 Cuando Jehú entraba por la puerta, ella dijo: «¿Le va bien a Zimri, asesino de tu señor?». 32 Entonces Jehú alzó su rostro hacia la ventana y dijo: «¿Quién está conmigo? ¿Quién?». Y dos o tres oficiales se asomaron desde arriba. 33 Y Jehú les dijo: «Échenla abajo». Y la echaron abajo y parte de su sangre salpicó la pared y los caballos, y él la pisoteó. 34 Cuando él entró, comió y bebió; entonces dijo: «Encárguense ahora de esta maldita y entiérrenla, pues es hija de rey». 35 Cuando fueron a enterrarla, no encontraron de ella más que el cráneo, los pies y las palmas de sus manos. 36 Entonces, volvieron y se lo hicieron saber. Entonces Jehú dijo: «Esta es la palabra que el Señor habló por medio de Su siervo Elías el tisbita: “En la parcela de Jezreel los perros comerán la carne de Jezabel; 37 y el cadáver de Jezabel será como estiércol sobre la superficie del campo en la parcela de Jezreel, para que no puedan decir: ‘Esta es Jezabel’ ”».
También nos recuerda a Nehemías:
25 Así que los reprendí y los maldije, herí a algunos de ellos y les arranqué el cabello, y les hice jurar por Dios, diciéndoles: «No darán sus hijas a sus hijos; tampoco tomarán de sus hijas para sus hijos ni para ustedes mismos.
Ahí están las opciones, ¿Con quién te gustaría una consejería con Jehú, Nehemías, Elías o Jacobo?
Jesús le puso el sobrenombre de “Boanerges”
(Marcos 3.17)
17 Jacobo, hijo de Zebedeo, y Juan hermano de Jacobo (a quienes puso por nombre Boanerges, que significa: «Hijos del Trueno»);
Parece que se les puso este sobrenombre para reprenderlos amorosamente “con un poco de humor” pues sabemos que tenía una ferviente temperamento.
II. El apóstol del Celo
II. El apóstol del Celo
El Celo, se ve en las Escrituras como
la capacidad o estado de compromiso apasionado; b. en forma general para las fuerzas que motivan la personalidad (p. ej. el interés, el gusto, el celo imitativo, la rivalidad, la fama, el entusiasmo); c. en mal sentido, celos, envidia, competencia, contienda.
Se puede entender en algunos pasajes como un “ardor” o “fuego” que consume el alma (en sentido figurado) al ver una gran ofensa. Citado por David (Salmo 69.9) y el Señor Jesucristo (Juan 2.17)
17 Sus discípulos se acordaron de que estaba escrito: «El celo por Tu casa me consumirá».
En Jacobo se ve su Celo al pedir:
a) Fuego del Cielo:
a) Fuego del Cielo:
(Lucas 9.51-56)
51 Sucedió que cuando se cumplían los días de Su ascensión, Jesús, con determinación, afirmó Su rostro para ir a Jerusalén. 52 Y envió mensajeros delante de Él; y ellos fueron y entraron en una aldea de los samaritanos para hacer los preparativos para Él. 53 Pero no lo recibieron, porque sabían que había determinado ir a Jerusalén.
Jesús decidió pasar por Samaria, que era más directo. Los judíos por lo general recorrían más kilómetros y atravesaban 2 veces el río Jordán con tal de no pasar por Samaria. Pues no querían tener ninguna relación con ellos.
Los judíos consideraban a los Samaritanos como una raza mezclada, e impuros, con una religión desviada del Dios verdadero.
Como Jesús, solo iba a pasar por la ciudad y no quedarse allí, los samaritanos no estaban dispuestos ayudarle en su peregrinaje.
A pesar de que Jesús les había tratado amablemente:
Cuando curó a 10 leprosos y 1 de ellos era Samaritano (quien regresó para agradecer)(Lucas 17.16)
16 Cayó sobre su rostro a los pies de Jesús, y le dio gracias; y este era samaritano.
Cuando habló con la mujer junto al pozo en Samaria, la invitó a beber de las aguas de vida eterna y a la multitud que vino a escucharlo (Juan 4.39-43)
39 Y de aquella ciudad, muchos de los samaritanos creyeron en Él por la palabra de la mujer que daba testimonio, diciendo: «Él me dijo todo lo que yo he hecho» 40 De modo que cuando los samaritanos vinieron, rogaban a Jesús que se quedara con ellos; y Él se quedó allí dos días. 41 Muchos más creyeron por Su palabra, 42 y decían a la mujer: «Ya no creemos por lo que tú has dicho, porque nosotros mismos le hemos oído, y sabemos que Este es en verdad el Salvador del mundo» 43 Después de los dos días, Jesús salió de allí para Galilea.
Con el ejemplo de la Parábola del “Buen Samaritano” (Lucas 10.30-37)
Al enviar a los apóstoles a predicar a su tierra (Hechos 1.8)
8 pero recibirán poder cuando el Espíritu Santo venga sobre ustedes; y serán Mis testigos en Jerusalén, en toda Judea y Samaria, y hasta los confines de la tierra».
Jesús y los apóstoles estaban en Samaria, y no les brindaron hospitalidad, Jacobo y Juan, tenían un vivo recuerdo de Elías.
El acontecimiento de Elías, había ocurrido muy cerca de donde estaban actualmente.
El rey Ocozías, hijo de Acab, mandó arrestar al profeta Elías y esto es lo que sucedió: en (2 Reyes 1.9-12 )
9 Entonces el rey envió un capitán de cincuenta con sus cincuenta hombres a buscarlo. El capitán subió a él, y allí estaba Elías sentado en la cumbre del monte, y le dijo: «Hombre de Dios, el rey dice: “Desciende”». 10 Elías respondió al capitán de cincuenta: «Si yo soy hombre de Dios, que descienda fuego del cielo y te consuma a ti y a tus cincuenta». Entonces descendió fuego del cielo, y lo consumió a él y a sus cincuenta. 11 De nuevo el rey envió a él otro capitán de cincuenta con sus cincuenta que le habló: «Hombre de Dios, así dice el rey: “Desciende inmediatamente”». 12 «Si yo soy hombre de Dios», respondió Elías, «que descienda fuego del cielo y te consuma a ti y a tus cincuenta». Entonces el fuego de Dios descendió del cielo y lo consumió a él y a sus cincuenta.
La compañía completa fue consumida por el fuego, reducida a cenizas por completo. (Lucas 9.54)
Lucas 9:54 (NBLA)
54 Al ver esto, Sus discípulos Jacobo y Juan, dijeron: «Señor, ¿quieres que mandemos que descienda fuego del cielo y los consuma?» (algunos manuscritos agregan “como hizo Elías)
Tal extrema medida de juicio fue necesaria en el momento de Elías, pero el Señor Jesús no consideró este juicio para las naciones en su tiempo, pues ese era el momento de salvar y no de destruir.
John MacArthur. “Doce hombres comunes y corrientes” (p. 122). Grupo Nelson. Edición de Kindle.
Los motivos de Jacobo y Juan eran malos. Se percibe un tono de arrogancia en su petición: Por supuesto, ellos no tenían el poder de hacer que cayera fuego del cielo. Cristo era el único que tenía tal poder. Si esa hubiera sido la respuesta apropiada, Él lo hubiera hecho por sí mismo. Juan y Jacobo estaban sugiriendo atrevidamente que Jesús les diera a ellos el poder de hacer descender fuego del cielo. Cristo mismo había sido desafiado muchas veces por sus adversarios para que produjera tales milagros cósmicos, y Él siempre se había rehusado (Mateo 12.39). Jacobo y Juan estaban en efecto pidiéndole que los capacitara para hacer lo que sabían que Él no haría.
Además, La misión de Jesús era muy diferente de la de Elías. (Lucas 9.55-56)
55 Pero Él, volviéndose, los reprendió, y dijo: «Ustedes no saben de qué espíritu son, 56 porque el Hijo del Hombre no ha venido para destruir las almas de los hombres, sino para salvarlas». Y se fueron a otra aldea.
(Lucas 19.10)
10 porque el Hijo del Hombre ha venido a buscar y a salvar lo que se había perdido».
Jesús les está enseñando de manera paciente, que no es momento para hacer caer el Juicio de la ira de Dios, sino la misericordia.
Su celo por defender el honor de Jesús es admirable.
John MacArthur. “Doce hombres comunes y corrientes” (p. 124). Grupo Nelson. Edición de Kindle. “Es mucho mejor enojarse con justa ira que sentarse pasivamente y soportar los insultos contra Cristo. Por eso, en alguna medida, es admirable su indignación al ver a Jesús deliberadamente despreciado, aun cuando su reacción estaba teñida con arrogancia y el remedio que proponían al problema estaba completamente fuera de lugar.”
Felipe, el diácono les predicaría a Cristo más adelante (Hechos 8.5-8)
5 Felipe, descendiendo a la ciudad de Samaria, les predicaba a Cristo. 6 Y las multitudes unánimes prestaban atención a lo que Felipe decía, al oír y ver las señales que hacía. 7 Porque de muchos que tenían espíritus inmundos, estos salían de ellos gritando a gran voz; y muchos que habían sido paralíticos y cojos eran sanados. 8 Y había gran regocijo en aquella ciudad.
Quizás algunos de ellos que escucharon el Evangelio, eran algunos que en su momento Jacobo y Juan quisieron “despachar.”
En Jacobo se ve su Celo al pedir:
b) Tronos en el Reino
b) Tronos en el Reino
(Mateo 20.20-27)
20 Entonces se acercó a Jesús la madre de los hijos de Zebedeo con sus hijos, y postrándose ante Él, le pidió algo. 21 Jesús le preguntó: «¿Qué deseas?». Ella le dijo*: «Ordena que en Tu reino estos dos hijos míos se sienten uno a Tu derecha y el otro a Tu izquierda». 22 Pero Jesús dijo: «No saben lo que piden. ¿Pueden beber la copa que Yo voy a beber?». Ellos respondieron*: «Podemos». 23 Él les dijo*: «Mi copa ciertamente beberán, pero el sentarse a Mi derecha y a Mi izquierda no es Mío el concederlo, sino que es para quienes ha sido preparado por Mi Padre». 24 Al oír esto, los otros diez se indignaron contra los dos hermanos. 25 Pero Jesús, llamándolos junto a Él, dijo: «Ustedes saben que los gobernantes de los gentiles se enseñorean de ellos, y que los grandes ejercen autoridad sobre ellos. 26 »No ha de ser así entre ustedes, sino que el que entre ustedes quiera llegar a ser grande, será su servidor, 27 y el que entre ustedes quiera ser el primero, será su siervo;
Parece ser que Jacobo y Juan le pidieron que su madre se acercara. Y en el relato de Marcos, son ellos quienes hacen la petición. (tal vez acompañados de su madre)
Era una de las mujeres que apoyaban el ministerio de Jesús. (Mateo 27.55)
55 Y muchas mujeres que habían seguido a Jesús desde Galilea para servirle, estaban allí, mirando de lejos.
Quizás estuvo acompañando al grupo y ayudando a las necesidades de Jesús.
¿De donde vino esta idea? de (Mateo 19.28-30)
28 Jesús les dijo: «En verdad les digo que ustedes que me han seguido, en la regeneración, cuando el Hijo del Hombre se siente en el trono de Su gloria, ustedes se sentarán también sobre doce tronos para juzgar a las doce tribus de Israel. 29 »Y todo el que haya dejado casas, o hermanos, o hermanas, o padre, o madre, o hijos o tierras por Mi nombre, recibirá cien veces más, y heredará la vida eterna. 30 »Pero muchos primeros serán últimos, y los últimos, primeros.
Probablemente ellos pensaron que merecían este honor de los tronos más prominentes. Habían sido de los discípulos más antiguos y lideraban al grupo, además de estar en los momentos más cercanos con Jesús. Quizás su mamá había incentivado esto en sus hijos, al ser patrocinadora de la misión.
Pero Jesús advirtió claramente si ellos estarían dispuestos a participar en la “copa que Jesús iba a beber”
Jesús les aseguró que ciertamente iban a padecer del mismo sufrimiento que Jesús, pero que Él no tenía injerencia en asegurarles el honor del trono, sino para los que ha sido preparado.
14 años después de la muerte de Cristo, Jacobo fue el primer apóstol en morir como mártir del cristianismo. Es el único del que se refiere su muerte (en Hechos de los apóstoles) (Hechos 12.1-3)
1 Por aquel tiempo el rey Herodes echó mano a algunos que pertenecían a la iglesia para maltratarlos. 2 Hizo matar a espada a Jacobo, el hermano de Juan. 3 Y viendo que esto agradaba a los judíos, hizo arrestar también a Pedro. Esto sucedió durante los días de los Panes sin Levadura.
Murió a espada, bajo el reino de Herodes Agripa I, sobrino de Herodes el que mató a Juan el Bautista.
Conclusión:
Conclusión:
El “hijo del trueno” había sido moldeado por Cristo, quien fue útil en las manos del Salvador para cumplir su misión.
Bebió la copa que Jesús predijo que bebería:
Gran Diccionario Enciclopédico de la Biblia I. SANTIAGO EL MAYOR
Según la tradición recibida por Clemente de Alejandría (Hypotiposeis, 7), conservada por Eusebio, el acusador que condujo al apóstol al juicio, conmovido por su confesión, se convirtió entonces al cristianismo, siendo ambos decapitados (Hist. ecl. II. 9, 2, 3).
Si somos apasionados o celosos, que sea por el Señor, que entreguemos nuestra fuerza y vigor en apoyar el movimiento de Cristo, aunque vivamos menos.
Normalmente estos temperamentos, encuentran choque en los adversarios y generalmente los intentan silenciar… El costo es alto, pero es para asumir un llamado de parte de Dios.
¿Lo asumes?