Deja que Dios irrumpa en tus batallas.
Notes
Transcript
Tema: Deja que Dios irrumpa en tus batallas.
Texto: 2 Samuel 5.17-25
17 Oyendo los filisteos que David había sido ungido por rey sobre Israel, subieron todos los filisteos para buscar a David; y cuando David lo oyó, descendió a la fortaleza.
18 Y vinieron los filisteos, y se extendieron por el valle de Refaim.
19 Entonces consultó David a Jehová, diciendo: ¿Iré contra los filisteos? ¿Los entregarás en mi mano? Y Jehová respondió a David: Ve, porque ciertamente entregaré a los filisteos en tu mano.
20 Y vino David a Baal-perazim, y allí los venció David, y dijo: Quebrantó Jehová a mis enemigos delante de mí, como corriente impetuosa. Por esto llamó el nombre de aquel lugar Baal-perazim.
21 Y dejaron allí sus ídolos, y David y sus hombres los quemaron.
22 Y los filisteos volvieron a venir, y se extendieron en el valle de Refaim.
23 Y consultando David a Jehová, él le respondió: No subas, sino rodéalos, y vendrás a ellos enfrente de las balsameras.
24 Y cuando oigas ruido como de marcha por las copas de las balsameras, entonces te moverás; porque Jehová saldrá delante de ti a herir el campamento de los filisteos.
25 Y David lo hizo así, como Jehová se lo había mandado; e hirió a los filisteos desde Geba hasta llegar a Gezer.
Propósito general: Devoción.
Propósito específico: Animar a cada creyente a enfrentar las pruebas en sus vidas tomando siempre en cuenta la dirección de Dios; y al obtener la victoria darle la gloria a Él.
Oración de Transición: En este pasaje de las escrituras, encontramos a través de la experiencia de David, que cada vez que tengamos que enfrentar una lucha en la vida, lo hagamos buscando la dirección de Él primero.
Bosquejo:
v.17-18 - Las batallas que tenemos que enfrentar.
v.19-21 - La seguridad que viene de Dios.
v.22 - Las batallas nunca cesan.
v.23-15 - Nuestra dependencia de Dios nunca debe faltar.
Introducción:
FALSA SEGURIDAD QUE PRODUJO UN DESASTRE
Aconteció en abril de 1912. Podría decirse que todo el mundo civilizado se sintió consternado por el hundimiento del trasatlántico llamado Titanic.
Una de las causas de esta tragedia fue que los armadores y muchas autoridades marítimas creían que dicho barco no podía hundirse porque estaba perfectamente construido. Pensaban esto porque el casco de la nave estaba dividido en compartimentos de tal manera que, si uno era averiado, los otros quedarían cerrados herméticamente y el barco permanecería a flote. Basados en esta suposición se hizo navegar el barco a toda velocidad, por la noche, en una región donde había grandes masas de hielo flotante. Contra una de éstas chocó el Titanic y comenzó a hundirse porque despreocupadamente, por ser el primer viaje, los compartimentos no habían sido bien cerrados.
Muchos creyeron que el barco no se hundiría y…… ellos y él se fueron al abismo.
v.17-18 - Las batallas se deben de enfrentar.
Las dos victorias de David se describen brevemente, pero con suficientes detalles para mostrar que consultó a Jehová antes de cada batalla.
Dios nunca dejó de contestar a su rey escogido; el contraste con Saúl es digno de notar.
Ambos ataques filisteos fueron en el valle de Refaím (18, 22) que quedaba al sur de Jerusalén.
v.19-21 - La seguridad viene de Dios.
(David peguntó si debía pelear o no, siguió las instrucciones cuidadosamente – Dio la gloria a Dios)
David estaba preparado para combatir la amenaza enemiga. Pero cualquier preparación de tipo militar no le serviría de nada sin la ayuda de Dios.
Primero que todo:
- David buscó la dirección de Dios.
- David consultó a Dios.
- David reconocía que el arma más fuerte que tenía era la oración a Dios, porque la fortaleza humana es nada sin la fortaleza divina.
David encontró respuesta de parte de Dios: Dios entregaría a los filisteos en manos de David. No sería su ejército, sino Dios el que daría la victoria a David.
David esperó hasta que Dios se movió; entonces se movió él, pero no antes. Estaba preparado para depender de Dios y su providencia. Dios cumplió su promesa y David no dejó de aprovechar sus ventajas.
Es posible que los ejércitos de David no se comparaban en fuerza y cantidad con los ejércitos filisteos; pero David había estado acostumbrado a pelear con instrumentos débiles:
Había peleado con una honda contra un gigante
Había enfrentado los filisteos cuando su ejército lo constituía una banda de todos los oprimidos, todos los endeudados y los amargados de espíritu (1 Samuel 22:2 )
2 Y se juntaron con él todos los afligidos, y todo el que estaba endeudado, y todos los que se hallaban en amargura de espíritu, y fue hecho jefe de ellos; y tuvo consigo como cuatrocientos hombres.
David comprendía que la verdadera fuerza se encontraba en Dios, como lo expresaría Zacarías muchos años después al pueblo que volvía del exilio babilónico:
6 Entonces respondió y me habló diciendo: Esta es palabra de Jehová a Zorobabel, que dice: No con ejército, ni con fuerza, sino con mi Espíritu, ha dicho Jehová de los ejércitos.
Dio a Dios la gloria por sus victorias.
Baal-perazim significa: “Jehová se abre paso” “Señor de los pasos abiertos” “el dueño de las brechas”
Dios irrumpe dentro de un pueblo que le adora sin temor, que se postra en oración como posición para la batalla, que le alaba aun antes de obtener la victoria.
Dios irrumpe desde el clamor de su pueblo, como fuerza imponente en los momentos en que la fuerza destructora del maligno azota los ejércitos de Dios.
Los ídolos filisteos quedaron abandonados, no pudieron ayudar a los filisteos; los ídolos son usados por las personas para su propio beneficio, pero son abandonados cuando dejan de prestar un servicio; en cambio, Dios no permite ser usado y abandonado a capricho de las personas.
Los israelitas entendían, aunque no siempre, que cuando ellos eran derrotados no era porque Dios fuese débil, sino porque ellos habían fallado de alguna manera a Dios.
Es cómo debemos pensar cada uno de nosotros.
v.22 - Las batallas nunca cesan.
v.23-25 - Nuestra dependencia de Dios nunca debe faltar.
David no se confió en su propia fuerza, aunque hubiese ganado la primera batalla, sino que volvió a consultar a Jehová.
David siguió las indicaciones de Dios, atacó por detrás y en el momento que soplaba un gran viento sobre los filisteos.
David obtuvo la victoria porque siguió las indicaciones de Dios.
David luchó sus batallas siguiendo las instrucciones de Dios.
En cada instancia él
Preguntó si debía pelear o no.
Siguió las instrucciones cuidadosamente.
Le dio a Dios la gloria.
Podemos errar en nuestras "batallas" al ignorar estos pasos y, por el contrario:
Hacer lo que queramos sin considerar la voluntad de Dios.
Hacer las cosas a nuestra manera e ignorar el consejo de la Biblia o de otras personas sabias.
Darnos la gloria a nosotros mismos o a otra persona sin reconocer la ayuda que recibimos de Dios.
Todas estas respuestas son pecado.