Consejo y oración para hoy

20 de julio

Génesis 3:8–9 RVR60

Y oyeron la voz de Jehová Dios que se paseaba en el huerto, al aire del día; y el hombre y su mujer se escondieron de la presencia de Jehová Dios entre los árboles del huerto. Mas Jehová Dios llamó al hombre, y le dijo: ¿Dónde estás tú?

Mientras Dios busca al hombre para alegrarse con él, el hombre teme estar cerca de él; mientras Dios llama al hombre para encontrarse con él, el hombre se esconde de su presencia.

Esta es una imagen que cada día se repite, por causa del pecado, hay mas personas tratando de huir de Dios de lo que imaginamos, hay mas personas escondiéndose de su presencia de lo que podrías contar. ¿Soy yo una de ellas?

Esto se revela a través de los hechos siguientes:

Nos estamos negando a escuchar la voz de Dios, no queremos ni leer, ni escuchar lo que Dios tiene que decirnos cada día en su Palabra, nos negamos a aceptarla como una verdad absoluta para nuestra vida. No queremos aceptar su consejo en el problema que nos hemos metido.

Estamos buscando escondernos de Dios, de nosotros mismos y de otros, buscando cualquier lugar donde creemos Dios no nos va a encontrar. La gente piensa que si no va a un templo donde se habla de Dios, ya puede considerarse libre de su presencia.

Estamos tratando de cubrir nuestros errores con los medios que para nosotros son solución: Una conciencia acallada con entretenimiento, una mente controlada por paradigmas de la razón humana, un corazón anestesiado por emociones para que no sea sensible a su dolor.

Todo esto finalmente no es solución porque la conciencia grita por su carga pesada, la mente no encuentra paz por tantas preguntas sin respuesta, el corazón desfallece por las heridas dejadas por el pecado.

Desde el primer momento en que yo peco contra él, que cometo un error que va contra su voluntad; Dios, en su gracia me llamará con su voz apacible, me buscará para que pueda ser liberado de mi culpa, y proveerá una solución para mi perdida, mi fracaso, mi vergüenza.

Encontrarme con Dios este día debe ser una prioridad en mi vida, no importa el lugar donde él quiera, él tiempo que él disponga y la forma en que él desee hablarme.

Debo estar atento al momento en que él me llamé, a la forma en que el se acerque a mí. Mi conciencia necesita ser libre de culpa, mi mente necesita su paz y mi corazón anhela su maravilloso amor.

Voy a escudriñar mi mente y corazón para descubrir cuales son los actos de mi vida por los cuales estoy pretendiendo esconderme de Dios.

Oremos,

Padre tu que conoces cada motivación del corazón, cada disposición de mi mente y cada actitud de mi conciencia, atraeme a tu presencia mediante tu gracia derramada en mí.

Gracias porque este día tu voz no ha dejado de emitir su llamado amoroso a mi conciencia, aunque escondido en mis preocupaciones, temores y ansiedad puedo darme cuenta que tu presencia esta cerca de mi para echar toda carga sobre ti.

Te pido perdón por mis actos de rebeldía y desobediencia que causan separación y dolor en mi vida. Dame un corazón sincero que pueda confesar sus pecados, una mente transformada para renunciar a ellos y una conciencia que vive libre para adorarte

.

Oro por los que están luchando con pecados y errores en su vida que les ha llevado a esconderse, a refugiarse en si mismos, en sus propia maneras de pensar, pero que no son libres para experimentar perdón, vivir en paz contigo y consigo mismos, y deleitarse en escucharte tu voz y disfrutar tu presencia.

En el nombre de Jesús, amén.

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