Consejo y oración para hoy
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21 de julio
21 de julio
Génesis 3:14–15 (RVR60)
Y Jehová Dios dijo a la serpiente: Por cuanto esto hiciste, maldita serás entre todas las bestias y entre todos los animales del campo; sobre tu pecho andarás, y polvo comerás todos los días de tu vida.
Y pondré enemistad entre ti y la mujer, y entre tu simiente y la simiente suya; ésta te herirá en la cabeza, y tú le herirás en el calcañar.
Aquí tenemos la declaración de guerra del gran conflicto universal, desatado por la desobediencia a Dios.
La guerra espiritual que libramos los nacidos de la simiente de la mujer y Satanás, la serpiente antigua. Un doloroso conflicto que solo llegará a su final cuando Jesucristo, nacido de mujer, El Hijo de Dios derrote por completo a Satanás y lo arroje junto con sus seguidores al infierno por la eternidad.
Este conflicto también nos modela los demás conflictos que surgen cada día en nuestras vidas y que nos confrontan unos a otros trayendo dolor y sufrimiento a nuestra existencia. Quiero señalar algunas características que traen esos conflictos:
Cada conflicto es producto de la desobediencia a una norma o ley establecida.
Cada conflicto trae como consecuencia la pérdida, el dolor y el sufrimiento de los involucrados en ella.
Un conflicto solo puede ser resuelto cuando una o ambas partes que han infringido una norma, reconocen su error, piden perdón y el perdón le es otorgado.
Cada conflicto requiere la mayoría de las veces de un mediador que oriente a las personas en conflicto en la ruta para encontrar una salida a su situación mediante la confesión y el perdón.
Cada conflicto al ser resuelto necesitará un proceso de restauración que permita aceptar las perdidas irreparables y trabajar en aquellas áreas que puedan ser restituidas en la relación.
Dios en su gracia me ofrece una salida a mis conflictos, proveyendo un mediador, Jesucristo, en cuyo nombre puedo encontrar el perdón por los pecados cometidos, La paz en la cual mis relaciones pueden ser restauradas.
Jesucristo se hizo parte de mis conflictos, al llevar mi dolor y sufrimientos en la cruz. Ahora él tiene el poder de intervenir en ellos para que con su sabiduría y amor podamos encontrar salida a cada uno de ellos.
Debo reflexionar seriamente, si estoy en un conflicto, cuales son las causas y consecuencias de el.
Empezar conmigo mismo si es mi desobediencia a la normas establecidas la causa de él, y entonces, si en mi está la causa o no empezar a buscar consejo para salir de la situación dolorosa y de pérdida para los que estamos involucrados.
Debo también colaborar en encontrar en que maneras puedo yo facilitar la resolución de conflictos en mi vida y la de otros.
Oremos,
Padre hoy nos toca reconocer que también con nuestra actitud y conducta hemos sido participantes de este gran conflicto que inicio en el huerto del Edén, contribuyendo con nuestra desobediencia y falta de conformidad a tus normas a perpetuar la separación dolorosa de matrimonios, padres e hijos, hermanos.
Nos acercamos a tu trono de gracia para buscar tu perdón.
Gracias Señor por proveer para cada conflicto en nuestra vida proveer una salida, redarguirnos de nuestros errores y guiarnos con tu Espíritu Santo para poder caminar en paz contigo y nuestros semejantes.
Te pido Señor me ayudes a ser consciente de mis propios pecados, a no tratar de ocultarlos racionalizarlos o minimizarlos, o haciendo culpable a otros de mis propios actos, porque de esta manera podré empezar el camino de la resolución del conflicto que tengo.
Te pido Señor por aquellos que están sufriendo por causa de un conflicto personal, matrimonial o familiar, que puedan encontrar en Jesucristo un mediador para alcanzar paz, pero que también encuentren el consejo en su Palabra para salir de él.
Te lo pido en el nombre de Jesús, amén.
Para consejo y oración escribe a: sbustilloier@gmail.com