¿Con Quién Está Luchando?
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¿Con Quién Está Luchando?
¿Con Quién Está Luchando?
Romanos 7:14-19, 20-25
Porque sabemos que la ley es espiritual; pero yo soy carnal, vendido bajo pecado. Pues lo que hago, no lo entiendo, pues no hago lo que quiero; sino lo que aborrezco, eso hago. Y si lo que no quiero, eso hago, apruebo que la ley es buena. De manera que ya no soy yo quien lo hace, sino el pecado que mora en mí. Y yo sé que en mí (esto es en mi carne) no mora el bien; pues el querer está en mí, pero el hacer el bien no. Porque no hago el bien que quiero, sino el mal que no quiero, éste hago.
Y si hago lo que no quiero, ya no soy yo quien lo hace, sino el pecado que mora en mí. Hallo, pues, esta ley, que cuando quiero hacer el bien, el mal está en mí. Porque según el hombre interior me deleito en la ley de Dios; mas veo otra ley en mis miembros, que se rebela contra la ley de mi mente, y me lleva cautivo a la ley del pecado que está en mis miembros. ¡Miserable hombre de mí! ¿Quién me librará de este cuerpo de muerte? Gracias doy a Dios por Jesucristo nuestro Señor: Así que, yo mismo con la mente sirvo a la ley de Dios; mas con la carne a la ley del pecado.
En este pasaje vemos una parte de la Escritura, que a mi es algo impresionante. Pablo está escribiendo a los Romanos, y lo que muestra a nosotros es un poquito de sí mismo. Él está muy honesto con ellos que están leyendo. Él dice Miserable hombre de mi! Quien me librará de este cuerpo de muerte.
Él dice acerca de si mismo que Él es un hombre miserable. Un hombre con quien nadie quiere identificar. Él dice que Soy un pecador, soy un hombre con nada bueno adentro de mi. Hermanos, recuerden que estamos hablando del Apostol Pablo. Él escribió casi la mitad del nuevo testamento, Él empezó muchas iglesias, y a mi fue el mejor misionero que ha vivido. Pero todavía dice que soy un hombre miserable. No hay nada bueno en mí Él dice en vs. 18. No hay que mora bien.
Por qué lo dijo? Por qué él diría que es un hombre miserable? Hay una razón. Porque él sabía con quien estaba luchando. Hermanos, muchos quieren decir, la batalla está con satanás y sus demonios. Dicen que la batalla está con ellos afuera que satanás está controlando. Pero hermanos, ojo, aunque satanás y sus demonios existen, hay un enemigo más cerca que ellos. La mayoría de nuestras luchas están con nosotros mismos.
Hermanos, acá Pablo reconoció su naturaleza, su pecado, su carne que siempre quiere pecar. Él reconoció que la lucha está con sí mismo. Cada creyente tiene esta lucha. Si ha recibido a Cristo, ya hay una lucha, ya hay una batalla dentro de usted. Esta batalla es entre la carne y el Espíritu. Gálatas 5:17
Porque la carne codicia contra el Espíritu, y el Espíritu contra la carne; y éstos se oponen entre sí, para que no podáis hacer lo que quisiereis.
Este batalla que tenemos es para siempre, es para toda nuestra vida. Nosotros debemos reconocer la lucha que tenemos con nosotros mismos. Hermanos, Cristo quiere que le sigamos, y si vamos a seguir a Él y hacer su voluntad debemos ganar esta lucha cada día. La batalla que hay entre la carne y el Espíritu.
Hermanos, como Cristianos, no somos bajo la ley del pecado. No somos esclavos al pecado como prediqué en la semana pasada. Cuando recibimos a Cristo, ya somos libre del pecado o libre del control del pecado. Romanos 6:17-18 Entonces, ya no somos esclavos, pero todavía tenemos la carne adentro, tenemos la parte de nosotros que quiere pecar.
Mas a Dios gracias, que aunque fuisteis esclavos del pecado, habéis obedecido de corazón a aquella forma de doctrina a la cual fuisteis entregados; y libertados del pecado, vinisteis a ser siervos de la justicia.
I Timoteo 1:15 Este versículo Pablo está escribiendo a Timoteo, un joven predicador. Dice a él que él, Pablo, es primero de todos los pecadores. Que Él ha pecado mas que todo, qué el fue el peor de todos los pecadores. Hermanos, Pablo entendió su naturaleza.
Palabra fiel y digna de ser recibida por todos; que Cristo Jesús vino al mundo para salvar a los pecadores, de los cuales yo soy el primero.
Entiende bien, como dije antes, no somos bajo el poder del pecado, no somos esclavos al pecado, pero todavía debemos luchar contra la carne, contra la naturaleza dentro de nosotros. Cada semana, cada día, cada hora, debemos luchar contra la carne. Entonces, quiero examinar esta mañana acerca de este tema, ¿con quién está luchando?
La identidad del enemigo
Quien es nuestro enemigo? Quién está en contra a nosotros? Ya lo he dicho. Hay dos personas que son nuestros adversarios en esta lucha. Primero es Satanás. I Pedro 5:8 Hermanos, Satanas quiere nada mas que vencernos. Quiere nada mas que quitarnos de la voluntad de Dios y lo que Dios quiere de nosotros.
Sed sobrios, y velad; porque vuestro adversario el diablo, cual león rugiente, anda alrededor buscando a quien devorar;
Pero cuidado hermanos, porque Satanás no trabaja solo. No, Él trabaja con alguien que puede destruirnos completamente, y sabe quien es? Nosotros mismos. Nosotros hermanos, nuestra carne, es el adversario, es el enemigo de nosotros.
Solo tenemos que ver en Romanos 7 otra vez para ver, lo que significa que la carne es el adversario. Romanos 7:18-19 Hermanos, si no podemos controlar la carne, la carne nos hace hacer lo que el Espíritu no quiere hacer. Por eso es una lucha, es una batalla.
Y yo sé que en mí (esto es en mi carne) no mora el bien; pues el querer está en mí, pero el hacer el bien no. Porque no hago el bien que quiero, sino el mal que no quiero, éste hago.
Efesios 6:11-13 Hermanos, el mundo espiritual es real. Satanás y sus demonios existen. Aunque Satanás no puede controlar a los creyentes, sí puede poner tentaciones en el camino, puede usar el mundo para tentarnos, puede hacer mucho para desviarnos de la voluntad de Dios, y desobedecer y pecar.
Vestíos de toda la armadura de Dios, para que podáis estar firmes contra las asechanzas del diablo; porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este mundo, contra malicias espirituales en las alturas. Por tanto, tomad toda la armadura de Dios, para que podáis resistir en el día malo, y habiendo acabado todo, estar firmes.
Hermanos, tiene que tener cuidado. Necesita saber con quién está luchando, y saber que puede hacer. Hermanos, una pregunta. ¿Sabe la debilidad especifica de su carne? Romanos 13:14 Hay muchos cristianos que siempre caen en el pecado, porque provean para satisfacer los deseos de la carne.
Mas vestíos del Señor Jesucristo, y no proveáis para satisfacer los deseos de la carne.
Si no quiere pecar, si quiere ganar la batalla contra la carne, debe saber la debilidad de su carne. Hermanos, si su carne desea beber el alcohol, no es sabio ir donde hay alcohol muy accesible. Si su carne desea chismear, no es sabio conversar con los que usted sabe quieren chismear.
Hermanos, no provee la situación para que su carne peque. Debe saber las debilidades de su carne. Unos no tienen problemas con fumar, pero tienen problemas con beber. Unos no tienen problemas con enojarse pero sí tienen problemas con codiciar. Hermanos, cuando sabemos y entendemos las debilidades de la carne, podemos evitar el pecado y ganar la batalla.
La Identidad del Ayudante
Galatas 5:16-25 Hermanos, no luchamos contra la carne solo. Tenemos la ayuda de alguien mas poderoso, mas sabio. El Espíritu Santo que mora dentro de nosotros. Qué dice aquí? Andad en el Espíritu…
Digo, pues: Andad en el Espíritu; y no cumpliréis la concupiscencia de la carne. Porque la carne codicia contra el Espíritu, y el Espíritu contra la carne; y éstos se oponen entre sí, para que no podáis hacer lo que quisiereis. Mas si sois guiados por el Espíritu, no estáis bajo la ley. Y manifiestas son las obras de la carne, que son: Adulterio, fornicación, inmundicia, lascivia, idolatría, hechicerías, enemistades, pleitos, celos, iras, contiendas, disensiones, herejías, envidias, homicidios, borracheras, desenfrenos, y cosas semejantes a estas; de las cuales os denuncio, como también ya os denuncié, que los que hacen tales cosas, no heredarán el reino de Dios. Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza; contra tales cosas no hay ley. Pero los que son de Cristo han crucificado la carne con sus pasiones y concupiscencias. Si vivimos en el Espíritu, andemos también en el Espíritu.
Hermanos, el ES nos puede ayudar, puede luchar esta batalla para nosotros. Si andamos en el Espíritu, podemos ganar, podemos tener la victoria. Ya podemos andar como Dios quiere que andemos. El Espíritu Santo es aquí para ayudarnos en esta batalla.
En vs. 19-23 puede ver una señal de quien está ganando. Hay adulterio, fornicación, celos, ira, disensión? La carne gana. Hay amor, gozo, paz, paciencia, fe? Nosotros tenemos la victoria. Hermanos, Él Espíritu Santo, nos ayuda ganar por llenar nuestras vidas con el amor, con el gozo, con la paz.
Vamos a ver luego como podemos usar el poder del Espíritu Santo para ganar la victoria. Hermanos, el Espíritu Santo es nuestro ayudante en esta lucha. Él está acá en nosotros, cada día, para ayudarnos.
La Identidad de Nuestra Debilidad
Romanos 7:18 Hermanos, aquí vemos la debilidad de nosotros. Aunque decimos como Pablo que el querer está en mí, el hacer el bien, no. No hay capacidad de hacer bien. Hermanos, muchos piensen que pueden luchar contra la carne por si mismo.
Y yo sé que en mí (esto es en mi carne) no mora el bien; pues el querer está en mí, pero el hacer el bien no.
Piensen, que está bien. No necesito andar en el Espíritu. No necesito la ayuda del Espiritu. Puedo vencer mi carne por mi mismo. Hermanos, este es como perdemos la batalla. Pensamos que hay bueno en nosotros, que puede vencer el malo dentro de nosotros.
Hermanos, todo lo que hay en nosotros es malo, si alguien puede ver algo bueno en nosotros, lo que están viendo, vino solo por el poder del Espíritu Santo, y la obra que ha hecho en nosotros. 2 Corintios 10:1-4
Y yo, Pablo mismo, os ruego por la mansedumbre y bondad de Cristo; yo que estando presente soy humilde entre vosotros, mas ausente soy osado para con vosotros; ruego, pues, que cuando estuviere presente, no tenga que ser atrevido con la confianza con que pienso ser osado contra algunos, que nos tienen como si anduviésemos según la carne. Pues aunque andamos en la carne, no militamos según la carne; porque las armas de nuestra milicia no son carnales, sino poderosas en Dios para la destrucción de fortalezas;
Este pasaje es interesante, porque habla de la carne, pero creo que el contexto aquí es que habla de la carne física, nuestro cuerpo. Qué dice en vs. 3? Aunque andamos en la carne o el cuerpo físico, no militamos según la carne, o no usamos la carne para luchar. Vs. 4 nos dice mas claro que habla de nuestra propia fuerza. Las armas de nuestra milicia no son carnales.
Hermanos, en ninguna manera puede ganar la batalla contra la carne bajo su propia poder. Este es la debilidad de hombre. Pensamos que sí, puedo ganar esta batalla, pero no somos capaces. Hermanos, por eso debemos andar en el Espíritu.
La Identidad de Nuestro Camino a la Victoria
Hermanos, andar en el Espíritu Santo, es decir, No hago mi voluntad, sino la suya. Rendirse 100% a Dios y el Espíritu Santo es como podemos ganar la batalla. Galatas 2:20 Este versículo nos dice lo que pasa cuando estamos crucificado con Cristo o sea, cuando nos rendimos completamente a Dios, aunque vivimos en la carne, no andamos en la carne. Lo vivo en la fe del Hijo de Dios.
Con Cristo estoy juntamente crucificado; mas vivo, ya no yo, sino que Cristo vive en mí; y la vida que ahora vivo en la carne, la vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí.
Hermanos, vivir en la fe del Hijo de Dios, es renunciar el control de nosotros mismos. La fe es la clave. Tiene confianza en Dios? Cree que Dios murió en la cruz para nosotros? Confió en Dios para la salvación? Bueno, cree todo eso por la fe cierto? Hebreos 11:1
Es, pues, la fe, la sustancia de las cosas que se esperan, la demostración de lo que no se ve.
La sustancia de las cosas en que esperamos, la demostración o sea la prueba de lo que no se ve ES la fe. Aunque no podemos ver, aunque no podemos tocar, aunque no podemos escuchar, aunque no hay ninguno indicador físico, todavía creemos. Eso es la fe. Esperar en sus promesas, esperar en lo que Dios nos ha dicho en su Palabra. Confiar en el Espíritu Santo que va a luchar en contra a la carne.
Es como la historia de un niño que enfrente un grupo de jovenes que tratan de intimidar a él. En ninguna manera puede ganar esta lucha. Pero ya su hermano mayor viene y vea la situación y dice al niño, Necesita ayuda? Ya qué es la decisión que el niño debe hacer? Renunciar el control de la situación a su hermano y ponerse atrás de su hermano y poner la fe en Él , o decir, NO, YO puedo ganar esta lucha sin su ayuda! Hermanos, es así con nosotros mismos en nuestra lucha. Debemos entregar el control de Ia batalla a Dios.
Pero muchas veces, decimos al Espíritu Santo, Lo puedo hacer. No necesito confiar en tí. No necesito rendirme, no necesito poner mi fe en tí. Hermanos, cuando andamos en el Espíritu Santo, andamos por fe en Él. Galatas 3:1-3 Pablo dice a los gálatas. Que son insenatos. Es algo muy fuerte cierto? Pero porque? La respuesta es en vs. 2 y 3 en dos preguntas.
¡Oh gálatas insensatos! ¿Quién os fascinó para no obedecer a la verdad, ante cuyos ojos Jesucristo fue ya descrito entre vosotros como crucificado? Esto solo quiero saber de vosotros: ¿Recibisteis el Espíritu por las obras de la ley, o por el oír de la fe? ¿Tan necios sois, habiendo comenzado en el Espíritu, ahora os perfeccionáis por la carne?
Recibisteis el Espíritu por las obras o la fe? Es una buena pregunta cierto? La respuesta, es definitivamente la fe. Somos salvados por la fe, recibimos el Espíritu Santo por fe al punto de salvación. Vs. 3 otra vez dice que son necios....Si la fe es necesario y bueno cuando recibimos a Cristo, Pablo pregunta a ellos, por qué ya se perfecciona por la carne, o por su propio poder. Simplemente, lo que dice, es Por qué confía en Dios para la salvación, pero para la vida, para la lucha, no confía en Dios, no tiene la fe. Es una buena pregunta.
Hermanos, confiar en el Espíritu Santo es la clave para ganar esta batalla. Andar con Él, permitir que Él nos guía a donde Él quiere que vayamos es la clave.
Hermanos, la batalla en nosotros es real. Satanás quiere usar la carne para derrotarnos. La carne es lo que puede desviarnos de la voluntad de Dios. Debemos estar preparados cada día para luchar nuestro enemigo que está adentro. Si no estamos preparados, vamos a fallar, vamos a caer.
Hermanos, debe rendirse 100% a Dios para ganar esta lucha.