No hay temor cuando sabes que Él está sentado en el trono. Parte Uno

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Apocalipsis 4:1-11

Introducción.
Peter M. Dietsch dice: “Para muchos, el libro de la Biblia más difícil de entender es el último libro del Nuevo Testamento, el libro del Apocalipsis. Escrito por el apóstol Juan como un registro de una serie de visiones que le dio Jesucristo, esta obra apocalíptica confunde y asusta a muchos cristianos. Han escuchado interpretaciones fantasiosas, se les han dado gráficos complicados, se han visto obligados a ver películas cursis sobre el "rapto" y han advertido sobre la "tribulación inminente" que los cristianos pueden o no soportar y que durará tres años y medio o siete, dependiendo de con quién hables”.
La pregunta que debemos hacernos hoy es ¿Por qué necesitamos un sermón de apocalipsis? El libro de Apocalipsis es famoso por estar lleno de visiones de juicio, cuentos de ira, un dragón asesino, un anticristo, muerte, pestilencia, hambruna, guerras y el fin literal del universo tal como lo conocemos.
Probablemente sea el último libro al que pensarías en refugiarte en estos tiempos difíciles. Si así es como te sientes, puede ser una sorpresa que las dos primeras palabras de la boca de Jesucristo en el libro de Apocalipsis sean estas: "No temas" (1:17).
En momentos en que sientes temor oh cuando comenzó el Covid-19 ¿Qué hiciste? Oh cuando comenzó el estallido social, a que te aferraste, muchos de nosotros nos aferramos a los comentarios de noticias. Nos aferramos a nuestro comentarista político favorito. Nos aferramos a los memes que nos decían que todo era falso. Nos aferramos a nuestras plataformas de medios de comunicación en línea favoritas. Nos aferramos a amigos de Facebook o personalidades de Twitter, etc..
Esperábamos que alguien nos digiera que el Covid-19 duraría solo dos meses no más. Y esperábamos que nos digieran que el estallido social era un problema en Italia, España, China o incluso en la ciudad de Nueva York, pero no aquí en mi País.
¿Y sabes qué? Esas cosas podrían funcionar alguna vez. Puede que la pandemia nunca te tocó personalmente, y después de unos años todos nos reiremos todos juntos de lo serio que nos tomamos las cosas: Pero, "¡Recuerda que una vez en nuestra historia cancelamos la iglesia y las escuelas y el mundo entero se paralizo¡”.
Pero llegará un momento en el que nada, ni el presentador del programa de entrevistas, ni la comodidad de tu grupo favorito de Facebook, ni las publicaciones en el blog, ni siquiera la comodidad de tus propios amigos y familiares, sofocará el profundo miedo que se levanta.
Cuando recibes la noticia de que tu hijo, el que criaste en la iglesia toda su vida, se está divorciando de su esposa de 15 años. Cuando tu jefe te dice que después de 28 años de servicio fiel, tu trabajo está siendo eliminado. Cuando obtienes esa segunda, tercera y cuarta opinión sobre tu diagnóstico de cáncer, y te quedan 5 meses de vida. O peor aún, cuando tu cónyuge se ha ido. O tu propio hijo. Estoy hablando de miedo. Miedo real.
El miedo es la realización repentina, perdurable e inquebrantable de tu finitud. De la capacidad de extinción de tu existencia. Que puedes estar aquí completamente vivo, y de una sola vez, en el suelo.
por eso apocalipsis es tan importante leerlo y estudiarlo, porque nos lleva a lograr obtener la victoria en medio de nuestros conflictos, de vencer nuestros mayores temores, de darnos paz en medio de locura de este mundo inverosímil.
El Apocalipsis es un libro pastoral que fue escrito para las siete iglesias de Asia Menor (región donde está la actual Turquía) – 1.4. Eso es importante porque nos muestra que no es un libro caído del cielo, es decir, que no es atemporal. Para entenderlo es necesario comprender la idiosincrasia de sus destinatarios.
El libro surgió con la llegada de Domiciano (81-96) que trajo un cambio completo. Él era un emperador atroz, el peor de todos, un perseguidor de sangre fría. Fue el primer emperador en tomarse su divinidad en serio y exigir la adoración del César.
Eso no era problema para la población pagana pues ya estaban acostumbrados con un culto politeísta, por lo tanto adorar un dios más no sería problema. Pero para los cristianos era una atrocidad. Ellos oraban y se sometían a las autoridades, honraban al rey, según la tradición cristiana.
Sin embargo, la situación ahora exigía dividir su lealtad a Jesucristo. Por eso no rindiendo culto al emperador los cristianos fueran acusados de infidelidad al imperio.
¿Qué debían hacer los cristianos? ¿Qué esperanza tenían? Contra ellos se había levantado el poder de Roma que ninguna nación había resistido jamás. Estaban enfrentados con la elección: César o Cristo. Era para alentar a los hombres en tales tiempos que Apocalipsis fue escrito. El Apocalipsis es un llamado elocuente para ser fieles hasta la muerte a fin de ganar la corona de vida.
Apocalipsis 4:1Después de esto miré, y vi una puerta abierta en el cielo. Y la primera voz que yo había oído, como sonido de trompeta que hablaba conmigo, decía: Sube acá y te mostraré las cosas que deben suceder después de estas”.
Juan ve una puerta abierta en el cielo y es invitado a subir al cielo para ver lo que ocurriría después de las cartas a las siete iglesias. Esto introduce una nueva sección que muestra el futuro desde la perspectiva del cielo.
La sección anterior trataba de la situación corriente de las iglesias. La historia humana es vista ahora desde el punto de vista de Él, quien es el principio y el final de la historia.
Muestra la historia según cómo afecta a la iglesia, que es el pueblo de Dios, y al mundo. Encontramos a Dios sobre Su trono en el mismo centro del cielo, rodeado de seres vivientes y ancianos que le dan su adoración merecida como creador.
Es apropiado para nuestra visión del futuro que comience con una visión de Dios en control. El propósito de esta visión es mostrar que Dios está en control de la historia humana y en particular de la historia de la iglesia.
I. Dios sentado en su trono, muestra a un Dios que está en control.
Apocalipsis 4:2-5Al instante estaba yo en el Espíritu, y vi un trono colocado en el cielo, y a Uno sentado en el trono. El que estaba sentado era de aspecto semejante a una piedra de jaspe y sardio, y alrededor del trono había un arco iris, de aspecto semejante a la esmeralda. Y alrededor del trono había veinticuatro tronos. Y sentados en los tronos, veinticuatro ancianos vestidos de ropas blancas, con coronas de oro en la cabeza. Del trono salían relámpagos, voces, y truenos. Delante del trono había siete lámparas de fuego ardiendo, que son los siete Espíritus de Dios”.
La palabra “Trono” aparece 11 veces solo en Apocalipsis 4, y por lo general significa: “kissé, כִּסֵּא, cubierto, silla, trono; arameo karse, כָּרְסֵא (Dan. 5:20; 7:9); gr. thronos, θρόνος, asiento de autoridad, trono. Una silla o asiento ocupado por alguien que posee un gran honor. Simboliza autoridad, gobierno y poder”.[1]
Génesis 41:40Tú estarás sobre mi casa, y todo mi pueblo obedecerá tus órdenes. Solamente en el trono yo seré mayor que tú”.
La imagen de Dios sobre su trono viene de Is. 6:1 y Ez. 1:26. Esta visión prepara el camino para todo lo que debe ser descifrado en el libro. Dios está en su trono. Casi todo el capítulo menciona el trono de Dios. Este es un símbolo de la soberanía Divina del Todopoderoso. Haciendo caso omiso de lo que pase en la tierra, el Trono de Dios es inamovible.
Aunque los Cristianos de los días de Juan vivieron en la sombra del trono de Cesar y sufrieron a causa de su rechazo en confesar al Emperador como su Señor, tuvieron que comprender que había un trono más grande en el cielo, y que cuando pasen el cielo y la tierra, el Gran Trono Blanco permanecerá.
Hay muchos salmos que hablan de Dios sobre Su trono. No es ninguna coincidencia que tanto los Salmos como Apocalipsis están llenos de adoración a Dios, porque ambos ven a Dios entronizado en esplendor:
[1] https://estudiosbiblicos.org/diccionariobiblico/dictionary/trono/ Salmo 9:7Pero el Señor permanece para siempre; Ha establecido Su trono para juicio”.
Salmo 11:4El Señor está en Su santo templo, el trono del Señor está en los cielos; Sus ojos contemplan, Sus párpados examinan a los hijos de los hombres”.
Salmo 45:6Tu trono, oh Dios, es eterno y para siempre; Cetro de equidad es el cetro de Tu reino”.
Salmo 47:8Dios reina sobre las naciones; Sentado está Dios en Su santo trono”.
A. El aspecto del que está sentado en el trono.
En el v.3 hay tres piedras preciosas que son mencionadas como descriptivas de la visión:
1. El Jaspe es una piedra transparente, y sin embargo una variedad de colores son reflejados en esta hermosa piedra. Probablemente la santidad de Dios está aquí simbolizada porque lo blanco representa la santidad y pureza a través del libro.
2. La cornalina es roja. Podría ser que la justicia de Dios está representada por medio de esta. Este color nos recuerda del derramamiento de la sangre y de la ira de Dios que está revelada contra aquellos que son impíos e injustos. "La paga del pecado es la muerte" (Ro. 6:23).
3. El color de la esmeralda es verde. Nos recuerda la vida. La esmeralda, significa probablemente que sea representativo de la misericordia de Dios.
Estas piedras preciosas son resaltadas al darnos cuenta que está el arco iris alrededor del trono que, significa que la tormenta ha pasado para los hijos de Dios. Después del diluvio nace el arco iris de la misericordia de Dios. Especialmente esto es verdad en vista del pacto que El hizo con Noé de no destruir al mundo nuevamente con un diluvio. El arco se convirtió en una señal de ese pacto.
en el v.3 vemos el carácter de nuestro Dios, Él es un Dios Santo, Justo y Misericordioso.
B. ¿Qué representan los 24 ancianos?
¿Quiénes son estos veinticuatro ancianos? La explicación más lógica es que ellos representan a los doce patriarcas del Antiguo Testamento y a los doce apóstoles del Nuevo Testamento.
Esto simbolizaría todos los redimidos de todos los siglos. En el período del Antiguo Testamento hubo doce tribus de Israel cimentadas en los doce hijos de Jacob.
En Apoc. 21:12, cuando a Juan le fue mostrada la visión de la gran ciudad, la santa Jerusalén, dijo: "Tenía un muro grande y alto con doce puertas; y en las puertas, doce ángeles, y nombres escritos, que son los de las doce tribus de los hijos de Israel.“
Jesús escogió y nombró doce apóstoles quienes se convirtieron en los testigos personales de Su resurrección. Pero, la misma naturaleza de la obra y requisitos de los apóstoles, es imposible para cualquiera reemplazarlos en la capacidad que ellos ocupan en la iglesia. No podemos reemplazar a los apóstoles en más de lo que pudiéramos reemplazar a los patriarcas del Antiguo Testamento.
Jesús dijo en Mat. 19:28 a Sus apóstoles: "De cierto os digo que en la regeneración, cuando el Hijo del Hombre se siente en el trono de Su gloria, vosotros que me habéis seguido también os sentaréis sobre doce tronos, para juzgar a las doce tribus de Israel.“
Regeneración significa nacer de nuevo. La regeneración, por tanto, es ese período cuando las personas nacen de nuevo a través del evangelio. La regeneración es la dispensación Cristiana desde el principio hasta el fin.
Jesús dijo que en este período, Él se sentaría en el trono de Su gloria, y que Sus apóstoles se sentarían en doce tronos juzgando a las doce tribus de Israel. Esto se refiere al Israel espiritual, a la iglesia del Dios vivo.
Estos doce apóstoles están aún sentados y juzgando. Ellos hacen esto a través de la palabra que ha sido preservada. Hechos 2:42 nos dice que la temprana iglesia perseveraba en la doctrina de los apóstoles. La verdadera iglesia de Cristo aún continúa perseverando en la doctrina de los apóstoles. Estos veinticuatro ancianos son descritos como vestidos con ropas blancas. Esto representará la pureza.
Más tarde, leemos de una gran multitud vestida de ropas blancas que habían lavado sus ropas, y las habían emblanquecido en la sangre del Cordero:
Apoc. 7:13-14Uno de los ancianos habló diciéndome: Estos que están vestidos con vestiduras blancas, ¿quiénes son y de dónde han venido?. Y le respondí: Señor mío, usted lo sabe. Y él me dijo: Estos son los que vienen de la gran tribulación, y han lavado sus vestiduras y las han emblanquecido en la sangre del Cordero”.
Isaías 1:18Vengan ahora, y razonemos, Dice el Señor, Aunque sus pecados sean como la grana, Como la nieve serán emblanquecidos. Aunque sean rojos como el carmesí, Como blanca lana quedarán”.
Estos ancianos tenían sobre sus cabezas coronas de oro. La corona aquí no es la diadema de la realeza, sino la “stephenos” en el Griego, la corona de la victoria. Ellos habían salido de una gran tribulación y habían ganado la victoria. Hay varios pasajes que relatan esta figura:
1ª Cor. 9:24-25 “Y todo lo hago por amor del evangelio, para ser partícipe de él. ¿No saben que los que corren en el estadio, todos en verdad corren, pero solo uno obtiene el premio (Corona)? Corran de tal modo que ganen”.
2ª Tim. 4:6-8 “Porque yo ya estoy para ser derramado como una ofrenda de libación, y el tiempo de mi partida ha llegado. He peleado la buena batalla, he terminado la carrera, he guardado la fe. En el futuro me está reservada la corona de justicia que el Señor, el Juez justo, me entregará en aquel día; y no solo a mí, sino también a todos los que aman Su venida”.
C. El juicio que sale de su Trono.
En el v.5 se nos recuerda de la descripción del Antiguo Testamento del Monte Sinaí mientras el pueblo esperaba por la entrega de la ley.
Éxodo 19:16 dice que hubo truenos, relámpagos, y espesa nube sobre el monte, y sonido de bocina muy fuerte. Todo esto para que el pueblo pudiera acordarse del pavoroso poder del Señor Dios. A menudo leemos la demanda de que temamos al Señor.
Eclesiastés 12:13La conclusión, cuando todo se ha oído, es esta: Teme a Dios y guarda Sus mandamientos, Porque esto concierne a toda persona”.
Esto significa que debemos permanecer en temor reverente ante la grandeza y poder del Todopoderoso. Hebreos 12:18-29 está basado en los temblores del Monte Sinaí y en los rayos y truenos cuando Dios dio Su ley. Él dice: "Mirad que no desechéis al que habla. Porque si no escaparon aquellos que desecharon al que los amonestaba en la tierra (Moisés), mucho menos nosotros, si desecháremos al que amonesta en los cielos" (v.25).
Las siete lámparas representan los siete espíritus de Dios, que el escritor bíblico lo menciona en el capítulo 1:4 “Juan, a las siete iglesias que están en Asía: Gracia y paz a ustedes, de parte de Aquel que es y que era y que ha de venir, y de parte de los siete Espíritus que están delante de Su Trono”.
Está imagen de los Siete Espíritus viene de Isaías 11:2Y reposará sobre Él el Espíritu del Señor, Espíritu de sabiduría y de inteligencia, Espíritu de consejo y de poder, Espíritu de conocimiento y de temor del Señor”.
Conclusión.
Como hemos visto en esta primera parte, nuestra seguridad y confianza reposan en que Él está sentado en su Trono. Y al estar Él sentado en su Trono tú y yo podemos estar seguros, aunque el mundo se esté cayendo a pedazos, aunque el mal valla en crecimiento, y aunque seamos perseguidos por nuestra fe, debemos asirnos de este libro hermoso porque es una confirmación de su Pacto, porque Él es el Dios del Pacto, que caminara con nosotros; Salmo 23:4Aunque pase por el valle de sombra de muerte, No temeré mal alguno, porque Tú estás conmigo; Tu vara y Tu cayado me infunden aliento”.
Y cómo dijo Pablo a los Colosenses 3:1Si ustedes, pues, han resucitado con Cristo, busquen las cosas de arriba, donde está Cristo sentado a la diestra de Dios”.
El tema central de todo Apocalipsis es: “La victoria de Cristo y su iglesia, sobre Satanás y sus demonios”.
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