Seis razones para confesar nuestro pecado y arrepentirnos

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Introducción
Lucas 15 3-32 Nos refleja 3 parabolas que nos hablan del mismo tema
Algo que se ha perdido y es recuperado o hallado por parte de su dueño
Vamos a analizar a travez de estas parabolas por que la necesidad de confesar nuestrso pecados y arrepentirnos.
Los versiculos 1-2 establecen el contexto de este capitulo.
Se dice que todos los cobradores de impuestos y pecadores se acercaban a Jesus para escucharlo, Desde Adan la Gente siempre a tratado de esconderse y huir de Dios.
Pero aquí el pueblo se acerca a Él. Los “recaudadores de impuestos” eran rechazados porque ha la vista de los Fariseos y escribas eran traidores a su nacion ya que estaban al servicio de la nacion que los tenia oprimidos.
“Pecadores” se refiere a todo tipo de personas inmorales que viven en contra de la palabra de Dios. Estas personas despreciadas e inmorales querían escuchar a Jesús. Se comenzaba a producir un avivamiento.
El versículo 2 nos alerta de un problema:
Los fariseos y los escribas comenzaron a murmurar, y decían: «Éste recibe a los pecadores, y come con ellos.
los fariseos y escribas pronunciaron estas palabras como una queja. El asombro no era su tono; la queja sí. Lo que los fariseos creían ver los perturba. Todo lo que veían eran pecadores. Todo lo que podían pensar era lo impuros que eran esos pecadores y lo inapropiado de que un rabino, un hombre santo, se contaminara con su presencia.
¿Qué vemos cuando miramos a Jesús? ¿Lo miramos con queja o con asombro?
¿porque debemos Arrepentirnos?

1. porque somos de gran valor a los ojos de Dios (15:3–8)

Cada uno de las personas que habitamos en este mundo somos importantes y de gran valor para nuestro Dios. Porque somos de El.
Nos compara con ovejas y monedas que tienen un dueño, esa oveja errante pertenece a un pastor. Esa moneda perdida pertenece a una mujer, pertenecen a alguien, por lo tanto tienen valor.
Hay una carencia en el corazón del dueño. El dueño siente su ausencia
El valor monetario de esta oveja o de esta dracma no es tan importante como su valor sentimental, a Dios no le importa cual sea el valor que te da o te pone el Mundo, a El le importas por que para el no hay dinero que se copare con lo que eres a vales para El.
El versículo 7 enseña que noventa y nueve personas justas no pueden producir más gozo en el cielo que un solo pecador que se vuelve de su pecado hacia Dios. Tenga en cuenta la audiencia de nuestro Señor: los fariseos santurrones son las noventa y nueve [ovejas], y los pecadores y recaudadores de impuestos son la única oveja. El Señor le dice a la audiencia que el arrepentimiento de un solo pecador agrada más a Dios que el autoengaño de noventa y nueve fariseos.
El cielo se regocija por cada pecador arrepentido porque este es de gran valor para el Señor. Lo peor del mundo no es ser un pecador, sino ser un pecador que piensa que Dios no lo valora. El valor que Él le da al alma del pecador se ve en la cruz y en la sangre del Hijo. Si nos volvemos a Él, descubrimos que no quería destruirnos, sino salvarnos y hacernos suyos.

2. porque el arrepentimiento trae alegría a Dios (15:5-6,)

La alegría está en todo este capítulo, ¿no es así?
Versículos 5–6: “Al encontrarla, la pone sobre sus hombros, gozoso. Cuando llega a su casa, reúne a los amigos y a los vecinos, diciéndoles: ‘Alégrense conmigo, porque he hallado mi oveja que se había pedido.
Versículo 9: “Cuando la encuentra, reúne a las amigas y vecinas, diciendo: ‘Alégrense conmigo porque he hallado la moneda que había perdido’ ” (énfasis añadido).•
Versículo 10: Los ángeles cantan y celebran por una sola alma que se arrepiente.•
Versículo 23: El padre dice a sus siervos: “Vamos a celebrarlo con una fiesta” (énfasis añadido).
La celebración crece a medida que cada pecador es llevado a casa con seguridad en arrepentimiento. Los amigos, los vecinos (vv. 6, 9) y los ángeles (v. 10) son convocados para compartir la alegría. El cielo se regocija al encontrar a una sola alma perdida.
El versiculo 6, 9 y 22 nos representa a nosotros los cristianos que debemos celebrar junto con Jesus cada vez que un alma se arrepiente y llega a los pies del Señor.

3. porque el pecado destruye nuestras vidas (15:11–16)

El pecado es un destructor. Satanás es un devorador. Considere la constante caída del hijo menor en el pecado y la miseria en los versículos 11–16.
Como miembro de la casa de su padre, el joven comienza teniéndolo todo. Pero es ingrato e impaciente, así que se queda:
Sin Padre ( V.12 )
Sin Hogar y sin autocontrol ( V. 13) al irse a un Pais lejano
Sin Dinero ( V. 14 )
Sin amigos y sin comida ( V.15, 16 )
Una vida pecaminosa es una historia que va de la riqueza a la pobreza
Dios Padre ve cómo sus hijos ricos pero rebeldes despilfarran su amor y sus riquezas mientras huyen de Él hacia el lejano país del pecado. Los pecadores quieren toda la bondad de la creación de Dios y todo el disfrute de sus bendiciones, pero no lo quieren a Él
La “vida” lejos de Dios es realmente una muerte lenta, Pero el arrepentimiento es morir para vivir. Es morir al yo que nos permite encontrar la vida en el Señor Jesucristo

4. porque el pecado es una especie de locura (15:17–20)

El pecado hace que no pienses con cordura te ciega los sentidos, pero cuando te arrepientes Dios te saca de las tinieblas a la Luz para que veas claramente.
Tres cambios llegaron a la vida del hijo [pródigo].
1. El primero fue el reconocimiento. “Entonces, volviendo en sí” (v. 17 ), sugiere que había estado fuera de sí en la rebelión y el pecado.
De repente, recobró el sentido y empezó a reconocer [la realidad]
2.En segundo lugar llegó la resolución.
El hijo decidió que su lugar estaba con su padre.( V. 18 ) Más que eso, decidió hacer una de las mayores confesiones de la Biblia. Confesó su pecado contra el cielo (Dios) y contra su padre. “Era consciente de un Dios santo y de una Ley violada.
3.En tercer lugar llegó la resignación. Se vio a sí mismo y a sus pecados a la luz de la bondad y la grandeza de Dios. Entendió su depravación, por lo que renunció a volver a ser llamado “hijo”. Se conformaba con ser un siervo en la casa de su padre. Dado su pecado, no podía pretender ser hijo; solo podía esperar servir.( V 19 )
El arrepentimiento es hermoso porque encuentra a Dios hermoso, así como este joven hijo ahora ve a su propio padre como maravilloso. El cielo se alegra cuando se valora a Dios

5. porque Dios seguirá siendo un Padre amoroso para con nosotros (15:22–23)

( V 20 ) Dios siempre esta esperando con los brazos abiertos que los pecadores se arrepientan y vayan a su encuentro.
Hay compasión. Hay ternura en su abrazo y en sus besos.
Hay adopción y generosidad.
El padre recibe a su hijo como a un hijo.
( V 22 ) Le pone la mejor ropa y un anillo, señales de que lo integra a su familia.
Pensamos que el hijo podría ser castigado. Pensamos que el padre habría sido generoso al permitir que el hijo volviera como siervo. Pensamos que el hijo podría, y tal vez debería, haber sido desheredado. Había gastado su herencia; ¿cómo podría volver a pedir algo?
Pero el padre de la historia, un reflejo (aunque tenue) de Dios Padre, derrama las fuentes de su gracia y misericordia ante la señal lejana del arrepentimiento de su hijo
Si ha desperdiciado su vida en el pecado, acuda a los brazos misericordiosos de Dios Padre. El Padre será tierno y compasivo. Puede venir a Él sin miedo. Él le recibirá.

6. porque el arrepentimiento refleja el milagro del nuevo nacimiento (15:24)

Cuando vemos a un hombre arrepentido, sabemos que ha ocurrido una resurrección. El que estaba muerto en delitos y pecados en los que una vez anduvo, ¡ha sido resucitado por medio de Cristo!
El cielo encuentra hermoso el arrepentimiento porque devuelve a la vida a quienes el pecado había matado.
El arrepentimiento nunca tiene inconvenientes. A veces podemos sentir que nuestras confesiones y nuestro arrepentimiento van a suponer nuestra pérdida, más dolor o algo peor. Estas parábolas nos desafían a no pensar así. Aunque nos encontremos en el comedero de los cerdos, la recompensa de volver a Dios será muy superior a todo lo que nos arriesgamos a perder en ese comedero. Si nos arrepentimos, Dios será nuestro Padre. Y a diferencia de nuestros padres humanos, que a veces nos han fallado, Dios será el Padre perfecto que nunca nos fallará, nunca nos abandonará, nunca nos castigará por su propia conveniencia, sino que nos vestirá, nos amará y se alegrará por nosotros. No hay padre como este Padre. Por lo tanto, ¡acérquese a Dios dispuesto a ser amado!
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