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EL FRUTO DEL ESPÍRITU • Sermon • Submitted • Presented
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El FRUTO DEL ESPÍRITU
INTRODUCCIÓN
1) El fruto del Espíritu describe el carácter de Cristo
1) El fruto del Espíritu describe el carácter de Cristo
El fruto del Espíritu puede describir el carácter de una persona. Si queremos una ilustración completa, correcta y precisa del mismo, podemos mirar a Cristo. «Cuando hablamos de las virtudes descritas como parte del fruto del Espíritu, nos estamos refiriendo a cualidades o atributos que forman parte del carácter de Dios, exhibidos en la persona de Cristo en Su paso por la tierra»
2) El fruto del Espíritu nos lleva a reflejar el carácter de Cristo.
2) El fruto del Espíritu nos lleva a reflejar el carácter de Cristo.
El autor nos recuerda el llamado que tenemos de parte de Dios a imitar a Cristo (Ef 5:1). Eso implica dejar de vivir como lo hacíamos antes de ser rescatados por Él y comenzar a vivir como un fiel reflejo de Cristo. Cuando pensamos en el fruto del Espíritu, no debemos desconectar esas nueve virtudes de ese propósito.
Dios no quiso simplemente dejarnos una guía sobre cómo ser mejores personas. Él quiere que nos parezcamos más a Su hijo, quien reflejó perfectamente el carácter que se nos describe en Gálatas 5:22-23.
«el fruto del Espíritu es un llamado a parecernos a Cristo, quien murió precisamente para llevarnos de lucir como somos hasta lucir como Él»
(Ef 5:1) (1 Pedro 2:21)
¿Qué significa fe?
Definición
Fe. La fe (gr. pístis) Es un compromiso interno que se expresa, de manera consistente, como una lealtad externa que permanece fidedigna respecto a las propias convicciones espirituales. El capítulo once de Hebreos hace un recuento de la fe y la fidelidad de los santos del A.T. Dios ejemplifica la fidelidad en su propio carácter divino (Ro 3:3). Y, en la septuagésima semana de Daniel, se insta a los santos a ser fieles a un posible martirio (Ap 13:10; 14:12).).
Fe. La fe (gr. pístis) Es un compromiso interno que se expresa, de manera consistente, como una lealtad externa que permanece fidedigna respecto a las propias convicciones espirituales. El capítulo once de Hebreos hace un recuento de la fe y la fidelidad de los santos del A.T. Dios ejemplifica la fidelidad en su propio carácter divino (Ro 3:3). Y, en la septuagésima semana de Daniel, se insta a los santos a ser fieles a un posible martirio (Ap 13:10; 14:12).).
La vida que Cristo ofreció fue diseñada para ser vivida en el poder del Espíritu, bajo la sumisión a Su Señorío y guiados por medio de Su Palabra. Pero muchos, quizás la mayoría, entran en la vida cristiana y continúan caminando hacia adelante haciendo grandes esfuerzos de voluntad, confiados en su determinación, en lugar de rendir sus vidas al control del Espíritu.
Estas palabras me recuerdan que Jesús nos llama a tomar Su yugo e imitarlo, porque Él es «manso y humilde» y Su carga es ligera y liviana (Mt 11:29-30). Jesús nos llama a rendirnos a Él y a descansar en Su poder.