La desobediencia de Saúl

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La arrogancia, impaciencia y visión terrenal de Saúl lo llevaron a tomar desiciones erradas que le costaron el reino.

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La desobediencia de Saúl

1º Samuel 13:3–7
3Y Jonatán atacó a la guarnición de los filisteos que había en el collado, y lo oyeron los filisteos. E hizo Saúl tocar trompeta por todo el país, diciendo: Oigan los hebreos. 4Y todo Israel oyó que se decía: Saúl ha atacado a la guarnición de los filisteos; y también que Israel se había hecho abominable a los filisteos. Y se juntó el pueblo en pos de Saúl en Gilgal.
5Entonces los filisteos se juntaron para pelear contra Israel, treinta mil carros, seis mil hombres de a caballo, y pueblo numeroso como la arena que está a la orilla del mar; y subieron y acamparon en Micmas, al oriente de Bet-avén. 6Cuando los hombres de Israel vieron que estaban en estrecho (porque el pueblo estaba en aprieto), se escondieron en cuevas, en fosos, en peñascos, en rocas y en cisternas. 7Y algunos de los hebreos pasaron el Jordán a la tierra de Gad y de Galaad; pero Saúl permanecía aún en Gilgal, y todo el pueblo iba tras él temblando.

Introducción

Los israelitas habían estado bajo el dominio de los filisteos, de tal manera que tenían guarniciones o destacamentos en el territorio de Israel.
Se menciona por primera vez a Jonathan hijo de Saúl, quien atacó un destacamento filisteo que estaba en un collado (un cerro o colina).
Esto despertó el enojo de los filisteos quienes se reunieron para atacar a Israel.
Por su parte Saúl hizo tocar trompeta para reunir al pueblo quienes lo hicieron con miedo.
El verso 5 describe el ejército filisteo, más que presentar datos contables, presenta una descripción de un gran ejercito bien armado. 1 Samuel 13:5Entonces los filisteos se juntaron para pelear contra Israel, treinta mil carros, seis mil hombres de a caballo, y pueblo numeroso como la arena que está a la orilla del mar; y subieron y acamparon en Micmas, al oriente de Bet-avén.
Ante tal panorama, los israelitas se desalentaron y corrieron a esconderse: 1 Samuel 13:6Cuando los hombres de Israel vieron que estaban en estrecho (porque el pueblo estaba en aprieto), se escondieron en cuevas, en fosos, en peñascos, en rocas y en cisternas.
Los israelitas estaban en desventaja, pues los filisteos tenían el control de la herrería en Israel, de tal manera que los Israelitas no tenían armas.
1 Samuel 13:19-20Y en toda la tierra de Israel no se hallaba herrero; porque los filisteos habían dicho: Para que los hebreos no hagan espada o lanza. Por lo cual todos los de Israel tenían que descender a los filisteos para afilar cada uno la reja de su arado, su azadón, su hacha o su hoz.
Saul y el ejército esperaban al profeta Samuel para consultar a Dios y dar la orden para la batalla.

La impaciencia de Saúl

1 Samuel 13:8-10Y él esperó siete días, conforme al plazo que Samuel había dicho; pero Samuel no venía a Gilgal, y el pueblo se le desertaba. 9Entonces dijo Saúl: Traedme holocausto y ofrendas de paz. Y ofreció el holocausto. 10Y cuando él acababa de ofrecer el holocausto, he aquí Samuel que venía; y Saúl salió a recibirle, para saludarle.
Saúl había recibido instrucciones de Samuel 1 Samuel 10:8Luego bajarás delante de mí a Gilgal; entonces descenderé yo a ti para ofrecer holocaustos y sacrificar ofrendas de paz. Espera siete días, hasta que yo venga a ti y te enseñe lo que has de hacer.
La primer instrucción a Saúl fue dirigirse a Gilgal, lo cual hizo. 1 Samuel 13:7Y algunos de los hebreos pasaron el Jordán a la tierra de Gad y de Galaad; pero Saúl permanecía aún en Gilgal, y todo el pueblo iba tras él temblando.
La segunda que Samuel (como sacerdote) ofrecería el holocausto y la ofrenda de paz.
Tercero, debía esperar siete días hasta que Samuel llegara y le diría que hacer.
Saúl esperó los siete días, pero comenzó a desesperarse al ver que al amanecer del séptimo día no aparecía el profeta, que los soldados desertaban (v.11) y que el ejército filisteo se fortalecía enviando escuadrones de merodeadores que atacaban los pueblos.
En su desesperación tomó atribuciones sacerdotales que no le eran permitidas y presentó el holocausto. Este fue un gran pecado porque solo los sacerdotes lo tiene permitido: Números 3:10Y constituirás a Aarón y a sus hijos para que ejerzan su sacerdocio; y el extraño que se acercare, morirá.
Samuel llegó en el transcurso del séptimo día, pero Saúl no lo esperó, desobedeció y fue sorprendido por Samuel cuando ofrecía el holocausto.
Saúl había puesto su mirada en las circunstancias, los soldados estaban temeroso, otros escondidos y otros habían desertado, se estaba quedando sin soldados.
De su ejército cercano eran 3000 hombres, más los otros convocados que no se sabe el numero, pero es posible que fácilmente lo duplicaría.
Es difícil culpar a Saúl, pues nosotros también hemos fallado al tomar desiciones fuera del propósito de Dios cuando las circunstancias se ponen más difíciles.
Por eso es muy importante perseverar en la fe, congregándonos, siendo instruidos con la Palabra, en oración y adoración. Para que cuando venga las dificultades, estemos firmes confiando en Dios.

La justificación de Saúl

1 Samuel 13:11–1211Entonces Samuel dijo: ¿Qué has hecho? Y Saúl respondió: Porque vi que el pueblo se me desertaba, y que tú no venías dentro del plazo señalado, y que los filisteos estaban reunidos en Micmas, 12me dije: Ahora descenderán los filisteos contra mí a Gilgal, y yo no he implorado el favor de Jehová. Me esforcé, pues, y ofrecí holocausto.
Saúl tenía buenas intenciones, se sentía responsable por enfrentar a los filisteos y debía hacer algo.
El problema es que confió en su capacidad y tomó desiciones fuera de la obediencia y de la fe a Dios.
Desobedeció al no esperar a Samuel
Desobedeció al ofrecer holocausto
Fue incrédulo al no confiar que Dios podía librarlo de los filisteos con muchos o pocos hombres. (Jueces 7, Gedeón comenzó con 32,000 soldados y Dios venció a los madianitas con 600, usando cántaros, antorchas y trompetas)
Las circunstancias no deben determinar tus desiciones si no tu fe en Dios.

La sentencia de Saúl

1 Samuel 13:13-14Entonces Samuel dijo a Saúl: Locamente has hecho; no guardaste el mandamiento de Jehová tu Dios que Él te había ordenado; pues ahora Jehová hubiera confirmado tu reino sobre Israel para siempre. 14Mas ahora tu reino no será duradero. Jehová se ha buscado un varón conforme a su corazón, al cual Jehová ha designado para que sea príncipe sobre su pueblo, por cuanto tú no has guardado lo que Jehová te mandó.
A pesar de las buenas intenciones de Saúl, no justificaban su desobediencia.
La sentencia de Dios fue firme, fue desechado por Dios, y ya había escogido un varón conforme a su corazón.
Siendo un rey escogido por los hombres, y con las características deseadas por los hombres, Saúl no llenaba las expectativas de Dios, la cual es la OBEDIENCIA.
Saúl no toma con seriedad las palabras del profeta, no mostró arrepentimiento.
Seguía creyendo que estuvo bien lo que hizo porque las circunstancias lo ameritaba.

Saúl no reconoce su pecado

1 Samuel 13:15Y levantándose Samuel, subió de Gilgal a Gabaa de Benjamín. Y Saúl contó la gente que se hallaba con él, como seiscientos hombres.
En ningún momento Saúl se arrepiente, ni pide perdón.
Según su manera de pensar cree que había obrado bien y que SAMUEL estaba equivocado al condenarle de esa manera.
Aún su menta estaba en confiar en su ejército y no en Dios, contó sus soldados de los cuales le quedaban solo 600.
La dureza de corazón y obstinación son estorbos para el arrepentimiento, incluso cuando se les presente las instrucciones de la Palabra, muchas personas siguen empecinadas en sus opiniones y pensamientos.
Es necesario humillarse ante Dios para que abra nuestro entendimiento.

Conclusión

La actitud de Saúl nos enseña que el fin no justifica los medios.
No hay necesidad tan grande que sea un pretexto para desobedecer a Dios o alejarnos de Él.
Debemos llegar a entender que nuestra prioridad es obedecer a Dios aunque esto signifique tomar desiciones incomprensibles o absurdas para el mundo.
Job era incitado por su esposa para maldecir a Dios y morirse para dejar de sufrir, pero Job prefirió seguir confiando en Dios hasta las últimas consecuencias y fue honrado. Job 2:9-10Entonces le dijo su mujer: ¿Aún retienes tu integridad? Maldice a Dios, y muérete. Y él le dijo: Como suele hablar cualquiera de las mujeres fatuas, has hablado. ¿Qué? ¿Recibiremos de Dios el bien, y el mal no lo recibiremos? En todo esto no pecó Job con sus labios.
Las dificultades son una buena oportunidad para que aprendamos a confiar en Dios y no en las circunstancias.
Salmo 34:19Muchas son las aflicciones del justo, Pero de todas ellas le librará Jehová.
Salmo 34:5Los que miraron a él fueron alumbrados, Y sus rostros no fueron avergonzados.
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