Mi pacto matrimonial ¿Glorifica a Dios?

Introducción

Para que nuestro pacto matrimonial cumpla con el propósito de glorificar a Dios necesitamos recordar/refrescar nuestro pacto matrimonial que hicimos aquella vez que nos casamos.

Qué es un pacto matrimonial

El pacto matrimonial es un compromiso hecho en la presencia de Dios, irrevocable (que no se puede anular) e indisoluble (que no se puede disolver) hasta la muerte.

Las siguientes características de pacto nos ayuda a evaluar nuestra fidelidad en el matrimonio.

Características del pacto

(Basado en El matrimonio: pacto y compromiso de Gary Chapman)

Los pactos se inician motivados por el beneficio de la otra persona.

El pacto con Noé Gé. 9:11 “Estableceré mi pacto con vosotros, y no exterminaré ya más toda carne con aguas de diluvio, ni habrá más diluvio para destruir la tierra.”

Abraham Gé. 12:2 “haré de ti una nación grande, y te bendeciré, y engrandeceré tu nombre, y serás bendición.”

Dios busca el beneficio de las personas para su propia gloria.

En nuestro matrimonio debemos buscar el beneficio de la esposa.

Muchos viven su matrimonio pensando en ser feliz, piensan primero en uno mismo, en su felicidad y no en el bienestar del otro.

En los pactos la gente hace promesas incondicionales.

En el pacto de Dios con Abraham fue incondicional, prometió una tierra, bendición nacional, influencia universal.

Dios cumplió y cumplirá su promesa. La nación que Dios prometió a Abraham es Israel, una nación que fue infiel, pero Dios es fiel a su pacto.

Nuestros votos matrimoniales son parte del pacto matrimonial delante de Dios. ¿Recuerdan sus votos? son promesas que hemos hecho delante de Dios.

Ejemplo 1: ¿Promete usted, [el novio], en presencia de Dios y de estos testigos, amarla y cuidarla, en la salud y en la enfermedad, en la abundancia y en la escasez? ¿Promete guardarla y protegerla, ser su compañía en la alegría y la tristeza hasta que la muerte los separe?

Ejemplo 2: Yo, [el novio], con este anillo me uno a ti y te tomo como mi legítima esposa, para tenerte y sostenerte desde hoy en adelante.

Nadie hace un votos diciendo: prometo amarte si me satisfaces cuando lo necesite.

Debemos ser fieles a los votos que hicimos, porque Dios es fiel con nosotros.

Los pactos se basan en un amor incondicional.

El amor incondicional es la característica principal de un pacto matrimonial.

Jésed y ágape expresan el amor incondicional de Dios. Amor constante.

Jésed, 240 veces en el AT como bondad, misericordia, fidelidad (Is 63:7 “De las misericordias de Jehová...”).

ágape, el amor que no se extingue (1Co 13)

Dios es nuestro ejemplo de amor incondicional para nuestro matrimonio.

El amor incondicional no se fija en las imperfecciones del cónyuge. Hacerlo no edifica el matrimonio y no es parte de nuestro pacto matrimonial.

Hemos decidido amar a nuestra esposa de manera incondicional. Recuerden su voto matrimonial: “amarla y cuidarla...”

En los pactos los compromisos son permanentes.

Rut y su pacto con Noemi (Rut 1:16-17) Rut cumplió con su promesa.

El pacto de Dios con Noé (Gn. 9:12, 15-16) El arco iris es una señal que el pacato de Dios es permanente, indisoluble.

Los pactos requieren confrontación y perdón.

Las personas con quienes Dios hizo un pacto no fueron leales (Abraham, Moisés, David, Israel).

Dios confrontó la infidelidad con el exilio

Dios siempre está dispuesto a perdonar (Salmo 89:30-37).

Cuando uno de los cónyuges está siendo infiel al pacto matrimonial necesitamos “confrontar”.

No es bueno aguantarse, la confrontación es una herramienta para reconocer la falta, pedir perdón y renovar el pacto matrimonial.

Josué y el pueblo de Israel hicieron una renovación del pacto para servir solo a Dios (Jos 24:13-18)

Conclusión

En cada una de estas características debemos reflejar fidelidad.

Si somos honestos, no es fácil. Por eso necesitamos a Cristo una y otra vez, una y otra vez para mantenernos fieles al pacto matrimonial y así glorificar a Dios en nuestro matrimonio.

Si fallamos, el Señor nos da el ejemplo para renovar el pacto matrimonial.