La Historia de un hombre Justo

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Introduccion

¿Se ha fijado que muchas veces los que procuran vivir para Dios y agradarle son los que sufren en esta vida?
Esta realidad parece ser una contradicción al concepto popular que tiene la mayoría de los cristianos de que el que anda en comunión personal con Dios debe gozar de prosperidad.
¿Por qué sufren los justos?
El libro de Job nos presenta la historia verídica de un hombre que nos obliga a considerar esta pregunta.
Job era un varón fiel a Dios que pasaba por una serie de circunstancias difíciles, sin comprender el plan de Dios en medio de esa experiencia trágica.
Al leer su historia, nos identificamos con él en sus aflicciones y dudas.
¿Dónde está Dios?
¿Por qué no le ayuda?
A través del relato de Job, aprenderemos mucho acerca de lo que Dios hace con su pueblo.
Al terminar el estudio de esta serie , entenderemos mejor la forma en que Dios Lleva a Su pueblo hacia la madurez en todos Nuestras areas.
Meditemos en esto
¿Por qué sufre un hijo de Dios?
En seguida consideraremos las opiniones de algunos amigos de uno que sufre. Veremos cómo tratan de ayudarle.
Si le tocara a usted ayudar a un cristiano que sufre,
¿qué le diría? ¿Cómo se le puede explicar esta clase de aflicción al que la padece?
¿Qué respuestas escucha hoy en cuanto a esta clase de pregunta?
Esperemos que antes de terminar estas Enseñanzas, aprendamos de una mejor manera a ayudar a los que sufren.
Examinaremos, algunos aspectos importantes del plan de Dios.
Puntos a Considerar.
Aunque el libro de Job no presenta ningún indicio de quién lo escribió, se ha sugerido una larga lista de posibles autores.
Job mismo es una posibilidad. El conocimiento tan detallado de los eventos sucedidos da evidencia de que el autor era un testigo ocular.
Los escritores de la Biblia frecuentemente relatan sus propias experiencias en tercera persona.
Otro testigo ocular que se ha mencionado como posible autor es Eliú; parece ser el que más comprendía la situación entre sus contemporáneos.
Algunos comentaristas han sugerido autores bíblicos conocidos.
Si Moisés escribió los demás libros de ese período, bien pudo haber escrito este relato también.
Al igual que en algunos otros casos, Dios podría haberle revelado a Moisés lo que hacía y que Job no podía comprender.
Esta teoría encuentra cierto apoyo en el hecho de que Uz estaba cerca de Madián, donde Moisés vivió durante cuarenta años.
Salomón es otra posibilidad. Escribió la mayor parte de los libros de sabiduría del Antiguo Testamento.
Su estructura poética es similar a la que él solía emplear. Muchas de las ideas plasmadas en estos libros se asemejan a sus enseñanzas también.
Estos posibles autores son tan sólo una muestra de los muchos que se han sugerido.
Cualquiera de ellos pudo haberlo escrito. Obviamente Dios no quiso indicarnos con seguridad quién lo escribió.
El mensaje del libro demuestra claramente que no importa el autor a fin de cuentas la fuente es Dios.
Antecedentes
Poco se sabe acerca del trasfondo de Job. Como Melquisedec, Job entra en el escenario y sale inadvertido, sin ningún indicio en cuanto a sus antepasados ni en cuanto al futuro de sus descendientes.
En los días en que Dios Ilamó a Abraham, además de sus familiares, había otros que confiaban en Dios.
Como en el caso de Abraham, no hay ningún indicio respecto a la forma en que ellos decidieron acercarse a Dios. Es posible que aprendieran acerca de
El en sus hogares, por medio de los padres de familia que recordaran las experiencias de su antecesor Noé y, por eso, seguían fieles al Dios de su patriarca.
Aparentemente Job era uno de aquellos hombres, por lo que le recordamos juntamente con otros grandes hombres de la fe.
El Proposito
El relato en cuanto a Job se escribió para contestar a la pregunta de: “¿Por qué sufren los justos?” Se nos presentan varias alternativas para contestar esta interrogante. La respuesta simplista que proponen los tres amigos de Job, de que el sufrimiento es el resultado del pecado, muchas veces es cierto, pero no se aplica a todos los casos. A veces el sufrimiento se avecina para perfeccionar al pueblo de Dios y enseñarles a confiar más en El.
Aunque Dios nunca contestó directamente la pregunta de Job, le hizo cambiar su perspectiva. Cuando las respuestas humanas no sirven para contestar satisfactoriamente las preguntas de alguien que sufre, es necesario que esa persona adquiera una nueva visión del Dios soberano que tiene el control de Su universo. Cuando el hombre logra ver a Dios tal como El es, puede ser que aún no comprenda lo que Dios hace, pero está dispuesto a confiar en El y en los buenos propósitos que tiene para con Su pueblo. Job fija sus ojos en Dios y esto lo satisface. Ya no tiene que saber el porqué de su situación.
Así que, Job es un libro acerca de Dios y la forma en la que trata a Su pueblo, y es asimismo, un libro que trata el tema del sufrimiento. El libro nos revela la naturaleza de Dios y nos enseña mucho en cuanto a Su forma de perfeccionar a Sus hijos. Por eso, nos debe ayudar a aprender cuál ha de ser nuestra actitud a la luz de esta revelación divina.
Además del problema del sufrimiento y la revelación de Dios, Job presenta un ejemplo concreto del conflicto espiritual en el que todos participamos en este mundo. Aunque sin saberlo, mediante su experiencia Job participó en un conflicto mucho mayor, el enfrentamiento de Satanás ante Dios para controlar la vida de los hombres.
Al observar la vida de un hombre sometido voluntaria y fielmente a la autoridad de Dios en su vida, Satanás se dedicó a tratar de provocar su caída. A pesar de las múltiples acechanzas de Satanás, Job se mantuvo fiel a Dios.
El ejemplo de Job debe servirnos de advertencia como pueblo de Dios en cuanto a los propósitos de Satanás y la forma en que nos ataca. Hará todo lo posible para hacernos caer. La fidelidad de Job y su posterior restauración debe motivarnos a seguir su ejemplo y mantenernos fieles. Al someternos voluntariamente a la autoridad de Dios, podemos colaborar con El en la victoria de Su reino sobre el de Satanás.

Desarrollo

El libro comienza con una introducción donde se presenta el conflicto espiritual del cual la historia de Job forma parte (1–2). Se describen los eventos celestiales que provocaron el sufrimiento de Job.
La mayor parte del libro expone el debate humano en lo tocante a las causas del sufrimiento (3–37). El diálogo se desarrolla a través de tres ciclos del debate entre Job y sus tres amigos. Esta discusión gira alrededor de la relación entre el pecado y el sufrimiento (3–31). Los amigos de Job insisten en que sólo los pecadores sufren. Job protesta porque él es inocente y de cualquier manera sufre. Cuando el primer debate en base a la lógica humana resulta inútil, Eliú interviene para demostrar que el sufrimiento es un medio que Dios emplea para la edificación y purificación de sus hijos (32–37).
Al fin, Dios interviene para dar la última palabra en cuanto al tema. Sin embargo, Dios no contesta directamente la pregunta de Job. Este, al ver a Dios tal como El es, queda satisfecho; no hacían falta más explicaciones (38–42:6). El relato concluye con una descripción de la restauración de Job y de las bendiciones que Dios le da una vez pasada la prueba (42:7–17).
Veamos ahora:

LAS CIRCUNSTANCIAS DE JOB

El libro principia con un prólogo que explica la verdadera naturaleza de estos eventos en la vida de Job
Job 1:1–2:13 RVR60
1 Hubo en tierra de Uz un varón llamado Job; y era este hombre perfecto y recto, temeroso de Dios y apartado del mal. 2 Y le nacieron siete hijos y tres hijas. 3 Su hacienda era siete mil ovejas, tres mil camellos, quinientas yuntas de bueyes, quinientas asnas, y muchísimos criados; y era aquel varón más grande que todos los orientales. 4 E iban sus hijos y hacían banquetes en sus casas, cada uno en su día; y enviaban a llamar a sus tres hermanas para que comiesen y bebiesen con ellos. 5 Y acontecía que habiendo pasado en turno los días del convite, Job enviaba y los santificaba, y se levantaba de mañana y ofrecía holocaustos conforme al número de todos ellos. Porque decía Job: Quizá habrán pecado mis hijos, y habrán blasfemado contra Dios en sus corazones. De esta manera hacía todos los días. 6 Un día vinieron a presentarse delante de Jehová los hijos de Dios, entre los cuales vino también Satanás. 7 Y dijo Jehová a Satanás: ¿De dónde vienes? Respondiendo Satanás a Jehová, dijo: De rodear la tierra y de andar por ella. 8 Y Jehová dijo a Satanás: ¿No has considerado a mi siervo Job, que no hay otro como él en la tierra, varón perfecto y recto, temeroso de Dios y apartado del mal? 9 Respondiendo Satanás a Jehová, dijo: ¿Acaso teme Job a Dios de balde? 10 ¿No le has cercado alrededor a él y a su casa y a todo lo que tiene? Al trabajo de sus manos has dado bendición; por tanto, sus bienes han aumentado sobre la tierra. 11 Pero extiende ahora tu mano y toca todo lo que tiene, y verás si no blasfema contra ti en tu misma presencia. 12 Dijo Jehová a Satanás: He aquí, todo lo que tiene está en tu mano; solamente no pongas tu mano sobre él. Y salió Satanás de delante de Jehová. 13 Y un día aconteció que sus hijos e hijas comían y bebían vino en casa de su hermano el primogénito, 14 y vino un mensajero a Job, y le dijo: Estaban arando los bueyes, y las asnas paciendo cerca de ellos, 15 y acometieron los sabeos y los tomaron, y mataron a los criados a filo de espada; solamente escapé yo para darte la noticia. 16 Aún estaba éste hablando, cuando vino otro que dijo: Fuego de Dios cayó del cielo, que quemó las ovejas y a los pastores, y los consumió; solamente escapé yo para darte la noticia. 17 Todavía estaba éste hablando, y vino otro que dijo: Los caldeos hicieron tres escuadrones, y arremetieron contra los camellos y se los llevaron, y mataron a los criados a filo de espada; y solamente escapé yo para darte la noticia. 18 Entre tanto que éste hablaba, vino otro que dijo: Tus hijos y tus hijas estaban comiendo y bebiendo vino en casa de su hermano el primogénito; 19 y un gran viento vino del lado del desierto y azotó las cuatro esquinas de la casa, la cual cayó sobre los jóvenes, y murieron; y solamente escapé yo para darte la noticia. 20 Entonces Job se levantó, y rasgó su manto, y rasuró su cabeza, y se postró en tierra y adoró, 21 y dijo: Desnudo salí del vientre de mi madre, y desnudo volveré allá. Jehová dio, y Jehová quitó; sea el nombre de Jehová bendito. 22 En todo esto no pecó Job, ni atribuyó a Dios despropósito alguno. 1 Aconteció que otro día vinieron los hijos de Dios para presentarse delante de Jehová, y Satanás vino también entre ellos presentándose delante de Jehová. 2 Y dijo Jehová a Satanás: ¿De dónde vienes? Respondió Satanás a Jehová, y dijo: De rodear la tierra, y de andar por ella. 3 Y Jehová dijo a Satanás: ¿No has considerado a mi siervo Job, que no hay otro como él en la tierra, varón perfecto y recto, temeroso de Dios y apartado del mal, y que todavía retiene su integridad, aun cuando tú me incitaste contra él para que lo arruinara sin causa? 4 Respondiendo Satanás, dijo a Jehová: Piel por piel, todo lo que el hombre tiene dará por su vida. 5 Pero extiende ahora tu mano, y toca su hueso y su carne, y verás si no blasfema contra ti en tu misma presencia. 6 Y Jehová dijo a Satanás: He aquí, él está en tu mano; mas guarda su vida. 7 Entonces salió Satanás de la presencia de Jehová, e hirió a Job con una sarna maligna desde la planta del pie hasta la coronilla de la cabeza. 8 Y tomaba Job un tiesto para rascarse con él, y estaba sentado en medio de ceniza. 9 Entonces le dijo su mujer: ¿Aún retienes tu integridad? Maldice a Dios, y muérete. 10 Y él le dijo: Como suele hablar cualquiera de las mujeres fatuas, has hablado. ¿Qué? ¿Recibiremos de Dios el bien, y el mal no lo recibiremos? En todo esto no pecó Job con sus labios. 11 Y tres amigos de Job, Elifaz temanita, Bildad suhita, y Zofar naamatita, luego que oyeron todo este mal que le había sobrevenido, vinieron cada uno de su lugar; porque habían convenido en venir juntos para condolerse de él y para consolarle. 12 Los cuales, alzando los ojos desde lejos, no lo conocieron, y lloraron a gritos; y cada uno de ellos rasgó su manto, y los tres esparcieron polvo sobre sus cabezas hacia el cielo. 13 Así se sentaron con él en tierra por siete días y siete noches, y ninguno le hablaba palabra, porque veían que su dolor era muy grande.
La experiencia de Job formaba parte de un conflicto espiritual mucho mayor que la prueba que se cernía sobre él. Se encontraba en medio del enfrentamiento eterno de Satanás ante Dios.
Job nunca escuchó esta parte de la historia
El autor explica por qué un Dios justo estaría dispuesto a permitir que uno de Sus hijos pasara por un período de aflicción. Es una lástima que Job no hubiera podido leer este aspecto de la historia antes de pasar por semejante prueba. Le habría sido mucho más fácil comprender y aceptar el plan de Dios para su vida a través de aquellos momentos difíciles. Parte del proceso de crecimiento espiritual de Job implicaba la necesidad de confiar en Dios aun cuando no podía entender lo que le pasaba.

Conclusion

Asi como Job Parte del proceso de nuestro Crecimiento implica la necesidad de confiar plenamente en Dios en todo tiempo, en todo momento, en toda circunstancia, debemos confiar en El,
Salmo 78:7–8 RVR60
7 A fin de que pongan en Dios su confianza, Y no se olviden de las obras de Dios; Que guarden sus mandamientos, 8 Y no sean como sus padres, Generación contumaz y rebelde; Generación que no dispuso su corazón, Ni fue fiel para con Dios su espíritu.
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