La fe de Jonatán

1º Samuel 14:6–10

“6Dijo, pues, Jonatán a su paje de armas: Ven, pasemos a la guarnición de estos incircuncisos; quizá haga algo Jehová por nosotros, pues no es difícil para Jehová salvar con muchos o con pocos. 7Y su paje de armas le respondió: Haz todo lo que tienes en tu corazón; ve, pues aquí estoy contigo a tu voluntad. 8Dijo entonces Jonatán: Vamos a pasar a esos hombres, y nos mostraremos a ellos. 9Si nos dijeren así: Esperad hasta que lleguemos a vosotros, entonces nos estaremos en nuestro lugar, y no subiremos a ellos. 10Mas si nos dijeren así: Subid a nosotros, entonces subiremos, porque Jehová los ha entregado en nuestra mano; y esto nos será por señal.”

Introducción

Jonatán (Jehová ha dado) hijo de Saúl había provocado a los filisteos al atacar un destacamento.

Los filisteos con un gran ejercito se dispone a atacarlos.

Saúl convocó al país para la batalla pero todos estaban acobardados, se escondieron pues no tenían armas.

Saúl preocupado por la situación, y desesperado por la tardanza del profeta Samuel, cometió el error de ofrecer sacrificio, tarea que le correspondía a Samuel.

Por tal razón Dios lo desechó, pero la verdadera razón fue la actitud de no reconocer su falta, fue arrogante y pretencioso al no reconocer su pecado ni humillarse ante Dios para pedir perdón.

En lugar de eso, fue a contar a sus soldados para comparar su fuerza y no confió en Dios.

Por tal razón estaba pasivo, paralizado, el miedo y desaliento del pueblo lo había contagiado.

La fe de Jonatán

Dios utiliza en su lugar a su hijo Jonatán, quien había provocado en primer lugar a los filisteos. Era un joven valiente y lleno de fe en Dios.

Jonatán estaba seguro que Dios pelearía por ellos, solamente debían actuar. 1 Samuel 14:6 “Dijo, pues, Jonatán a su paje de armas: Ven, pasemos a la guarnición de estos incircuncisos; quizá haga algo Jehová por nosotros, pues no es difícil para Jehová salvar con muchos o con pocos.”

A diferencia de Saúl, Jonatán no tenía puesta su mirada en la cantidad de hombres con que contaba, él tenía su mirada en el Dios todo poderoso.

De tal manera que junto a su escudero, decide ir a atacar el campamento filisteo, que estaba en la cima de una peña.

Jonatán no realizaba esta hazaña por cuenta propia, estaba siendo dirigido por el Espíritu Santo para mostrar el poder de Dios. Filipenses 2:13 “porque Dios es el que en vosotros produce así el querer como el hacer, por su buena voluntad.”

La comunión con Dios nos hace sensibles a su voluntad, cuando nos sometemos a Él nos convertimos en instrumentos útiles para cumplir su propósito.

La señal

1 Samuel 14:8-10 “8Dijo entonces Jonatán: Vamos a pasar a esos hombres, y nos mostraremos a ellos. 9Si nos dijeren así: Esperad hasta que lleguemos a vosotros, entonces nos estaremos en nuestro lugar, y no subiremos a ellos. 10Mas si nos dijeren así: Subid a nosotros, entonces subiremos, porque Jehová los ha entregado en nuestra mano; y esto nos será por señal.”

Jonatán que había sido inspirado y lleno de valentía por parte de Dios, pide señal para actuar, si los filisteos van hacia ellos significa que no atacarían, pero si ellos los llaman a subir, entonces significa que debían atacar con la confianza de que Dios les dará la victoria.

Esta es un ejemplo práctico de la fe, Jonatán tenía fe en Dios por tal razón actuó. Santiago 2:17 “Así también la fe, si no tiene obras, es muerta en sí misma.” Saúl podría haber dicho que tenía fe pero no actuó.

De la misma manera, aquella persona que dice tener fe en Dios actúa conforme a los mandatos de Dios y no tiene ninguna vergüenza de mostrar públicamente su fe en Cristo a través del bautismo en agua.

Para los israelitas pedir señal era una práctica común, Jueces 6:37-40 Gedeón pidió señal para la confirmación de Dios.

Pedir señal a Dios es valido si estamos actuando en la voluntad de Dios y lo hagamos con temor, el problema es hacerlo con arrogancia, conveniencia personal o para probar a Dios.

Lucas 11:16 “Otros, para tentarle, le pedían señal del cielo.” Esto se refiere a las personas que quieren ver manifestaciones sobrenaturales para que Dios le muestre su poder, o para actuar con pretensión al creer que Dios tiene que obrar a nuestro favor cuando queramos.

La señal que pidió Jonatán fue respondida, los filisteos los invitaron a subir.

La victoria

1 Samuel 14:12-15 “12Y los hombres de la guarnición respondieron a Jonatán y a su paje de armas, y dijeron: Subid a nosotros, y os haremos saber una cosa. Entonces Jonatán dijo a su paje de armas: Sube tras mí, porque Jehová los ha entregado en manos de Israel. 13Y subió Jonatán trepando con sus manos y sus pies, y tras él su paje de armas; y a los que caían delante de Jonatán, su paje de armas que iba tras él los mataba. 14Y fue esta primera matanza que hicieron Jonatán y su paje de armas, como veinte hombres, en el espacio de una media yugada de tierra. 15Y hubo pánico en el campamento y por el campo, y entre toda la gente de la guarnición; y los que habían ido a merodear, también ellos tuvieron pánico, y la tierra tembló; hubo, pues, gran consternación.”

Los filisteos al ver a Jonatán y a su escudero los despreciaron pues se sentían confiados por la ventaja numérica y su posición en lo alto.

Con arrogancia, confiando en su capacidad los provocan a subir.

Jonatán sabía que Dios podía darles victoria sin necesidad de ningún guerrero: 1 Samuel 14:6 “...no es difícil para Jehová salvar con muchos o con pocos.”

Jonatán actuó confiando plenamente en Dios y no en la poca capacidad que tenía él y su escudero.

Dios honró su fe y valor:

En un espacio de 40x50 metros, con la desventaja de estar cuesta arriba, derrotaron a 20 filisteos.

Esto llenó de pánico a los filisteos que habían confiado en su fuerza y ahora veían que dos hombres en desventaja los vencían.

El pánico es un miedo muy intenso, imposible de tolerar que hace que las personas actúen en crisis, se paralicen o no se den cuenta lo que hacen.

v.15) La tierra tembló, lo que vino agravar la situación de pánico de los filisteos, quienes se atacaron mutuamente y salieron huyendo.

Los israelitas no debieron pelear, solamente perseguir a sus enemigos.

Dios venció a los madianitas con 600 hombres bajo el mando de Gedeón, ahora vence a los filisteos con 2 hombres.

Debemos comprender que la victoria es de Dios: 1 Corintios 15:57 “Mas gracias sean dadas a Dios, que nos da la victoria por medio de nuestro Señor Jesucristo.”

Conclusión

1º Samuel 14:16–19 (RVR60)

“16Y los centinelas de Saúl vieron desde Gabaa de Benjamín cómo la multitud estaba turbada, e iba de un lado a otro y era deshecha. 17Entonces Saúl dijo al pueblo que estaba con él: Pasad ahora revista, y ved quién se haya ido de los nuestros. Pasaron revista, y he aquí que faltaba Jonatán y su paje de armas. 18Y Saúl dijo a Ahías: Trae el arca de Dios. Porque el arca de Dios estaba entonces con los hijos de Israel. 19Pero aconteció que mientras aún hablaba Saúl con el sacerdote, el alboroto que había en el campamento de los filisteos aumentaba, e iba creciendo en gran manera. Entonces dijo Saúl al sacerdote: Detén tu mano.”

Saúl al enterarse del alboroto en el campamento filisteo, tardó en actuar, seguía inseguro.

Primero Averiguó quien faltaba de su campamento, después quiso consultar a Dios, sin recordar que tenía el aval de Dios en sus desiciones. 1 Samuel 10:7 “Y cuando te hayan sucedido estas señales, haz lo que te viniere a la mano, porque Dios está contigo.”

De esta historia aprendemos:

Saúl por tener su mirada en sus circunstancias, sus fuerzas y recursos, su mente fue nublada, no podía entender de que Dios peleaba por ellos.

En el caso de Jonatán, no confiaba en su ejercito, confiaba en Dios, no esperó que otros lo acompañaran, solo su escudero.

Jonatán actuó, atacaron el campamento filisteo y Dios les dio la victoria.

Confía en el Señor, no en tus fuerzas, capacidades o recursos, si tu pones tu confianza y esperanza en Dios, serás honrado y Dios se glorificará en tu vida.