Resistiré

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Texto bíblico

Efesios 6:13 (RVR60)
Por tanto, tomad toda la armadura de Dios, para que podáis resistir en el día malo, y habiendo acabado todo, estar firmes.
Efesios 6:13 TLA
Por lo tanto, ¡protéjanse con la armadura completa! Así, cuando llegue el día malo, podrán resistir los ataques del enemigo y se mantendrán firmes hasta el fin.
Introducción
Pablo ahora repite la exhortación del versículo Efesios 6:11: Por tanto, tomad toda la armadura de Dios (13). Por tanto es la manera que el apóstol escoge para alcanzarse y para aplicar lo que ha sido declarado previamente. En efecto él está diciendo: “Dándose cuenta de la concentración y del poder de sus enemigos, vístanse con la armadura de Dios.” El propósito de que un soldado se arme cabalmente es que pueda resistir en el día malo, y habiendo acabado todo, esté fírme. El resistir (antistenai) introduce una idea más fuerte que la que fue dada en el versículo 11. El día malo ha sido diversamente interpretado, pero mi enfoque sera algo parecido tal como el que es indicado en Salmos 41:1, “En el día malo lo librará Jehová”.
En vista de tal realidad, Pablo ordena a la iglesia en general y a los creyentes en particular que tomen toda la armadura de Dios (Efesios6: 13a). Es un mandato de tomar las armas que Dios nos ha provisto para defendernos. Nuestro Dios no nos ha olvidado ni abandonado. El ha provisto precisamente el armamento completo y adecuado para nuestra defensa y el creyente tiene que emplear cada pieza, sin faltar ninguna. Nótese que entre el armamento la mayoría es de carácter defensivo y solamente hay una que se puede calificar como ofensiva. Y ésta se emplea también para la protección y no sólo para la agresión. En esta armadura el cristiano tiene todo lo que necesita para cuidarse contra el diablo y resistirlo. Pablo explica que la razón de esta armadura es para que podáis resistir en el día malo, y después de haberlo logrado todo, quedar firmes (Efesios 6:13b).
Aquí hay dos deberes del cristiano debidamente armado: Resistir los ataques y permanecer firmes.

1. El cinturón de la verdad

El cinto de la verdad (Efesios 6:14a). Satanás es mentiroso (Juan 8:44), pero el creyente cuya vida está controlada por la verdad lo derrotará. El cinto mantiene unidas las otras partes de la armadura, y la verdad es la fuerza integradora en la vida de un creyente victorioso. Un hombre íntegro, con una conciencia clara, puede enfrentar al enemigo sin temor. El cinto también sostiene la espada. A menos que practiquemos la verdad, no podemos usar la Palabra de verdad. Una vez que la mentira entra en la vida de un creyente, todo comienza a desmoronarse.
Si no comienzas con la verdad, nunca derrotarás al enemigo.

2. La coraza de la justicia

Después del cinturón el soldado cristiano se pone la coraza de justicia (Efesios 6:14b). La coraza era la armadura que protegía el busto y fue hecha de cuero, metal o madera. Cubría el pecho y a veces la espalda donde se encuentran el corazón y otras partes vitales del cuerpo. En este contexto, la coraza es la justicia perfecta de Dios en Cristo Jesús que protege al cristiano al haberlo justificado de sus pecados; ya no hay ninguna condenación contra él Romanos 8:1,34-35
Romanos 8:34–35 RVR60
¿Quién es el que condenará? Cristo es el que murió; más aun, el que también resucitó, el que además está a la diestra de Dios, el que también intercede por nosotros. ¿Quién nos separará del amor de Cristo? ¿Tribulación, o angustia, o persecución, o hambre, o desnudez, o peligro, o espada?
Cuando venga el calumniador con sus acusaciones, la coraza de justicia es la defensa del creyente
Romanos 3:24 RVR60
siendo justificados gratuitamente por su gracia, mediante la redención que es en Cristo Jesús,
Romanos 5:1,9
Romanos 5:9 RVR60
Pues mucho más, estando ya justificados en su sangre, por él seremos salvos de la ira.
La justicia de Dios como una coraza cubre y protege las áreas vitales de la vida espiritual del creyente.
Necesitamos la justicia de Jesucristo como parte de la armadura de Dios
Cómo usar la coraza: ¡Recuerda tu identidad en Cristo! Gracias a él has sido justificado y perteneces a Dios por la eternidad. No creas las acusaciones del enemigo cuando trae a tu mente los pecados del pasado como si definieran tu presente. Tampoco creas cuando te dice que no puedes vencer una tentación. Pide a Dios que te ayude a verte como él te ve, a recordar el poder que él te concede para vencer y a actuar siempre como él desea que lo hagas.

3. El calzado para proclamar el evangelio de la paz

Los pies necesitan estar bien protegidos para avanzar en la batalla. El enemigo puede colocar objetos cortantes o trampas para hacernos caer y evitar que avancemos. Su meta es impedir que salgamos a proclamar el evangelio de la paz. Puede atacar con tentaciones, complejos, sentido de inferioridad, ansiedad, gente que se burla... la lista es larga. Pero en Cristo nuestros pies están firmes y dispuestos para llevar el evangelio de la paz. Damos pasos y ganamos terreno (vidas) para el reino de Dios porque él nos capacita y porque nosotros mismos hemos experimentado su paz.
El reino de Dios es uno de justicia, paz y gozo en el Espíritu Santo (Romanos 14:17). Ese es el mensaje que debemos proclamar. Sí, es cierto que es una guerra, pero las armas que Dios nos da no son de este mundo y pueden parecer ilógicas. No ganamos imponiendo o alertándonos; ganamos viviendo llenos de su paz y llevándola a todos los que nos rodean.
Cómo usar el calzado: Permite que la paz de Dios llene tu corazón cada día. Pasa tiempo con Jesús y fortalece tu espíritu. No dejes que las trampas del enemigo impidan tu avance y efectividad. Afirma tus pies, pide a Dios que te de valentía y comparte su evangelio de paz con todos los que te rodean.

4. El escudo de la fe

La palabra que usa Pablo no designaba el escudo relativamente pequeño y redondo, sino el grande y oblongo que llevaban los guerreros fuertemente armados. Una de las armas más peligrosas en las guerras antiguas eran las flechas incendiarias. Se mojaba la punta en brea, se le prendía fuego y se lanzaba. El escudo grande tenía dos capas de madera pegadas entre sí. Cuando se le incrustaba un dardo incendiario, se hundía en la madera y se le apagaba la llama. La fe puede dar cuenta de los dardos de la tentación. Para Pablo, la fe es siempre la confianza absoluta en Cristo. Cuando caminamos cerca de Él, estamos a salvo de la tentación
Una de las armas que el diablo usa con frecuencia es la duda. Nos incita a dudar del poder, el amor o la bondad de Dios. Al ejercitar nuestra fe y afirmarnos en lo que sabemos sobre Dios y su obra en nosotros, esos ataques pierden su efectividad y avanzamos en nuestro andar con Jesús.
Cómo usar el escudo: Alimenta tu fe leyendo y memorizando la palabra de Dios, pasa tiempo con Dios. Llena tu mente de la verdad sobre él y sobre quién eres en él para que puedas usar esa verdad cuando lleguen las dudas.

5. El casco de la salvación

Entrega los pensamientos que no se alinean con las Escrituras. Como dice Colosenses 3: 2 : "Poned la mira en las cosas de arriba, no en las terrenales".
Recuerde el carácter y la fidelidad del Señor en las Escrituras, así como en su experiencia de vida. Lávate la mente con la renovación de la Palabra de Dios. Como dice Romanos 12: 2 , “No te conformes con el modelo de este mundo, sino sé transformado por la renovación de tu mente. Entonces podrás probar y aprobar cuál es la voluntad de Dios: su voluntad buena, agradable y perfecta ".
Nuestra mente debe estar llena de la certeza de nuestra salvación. Hemos de vivir cada día la vida que Dios quiere que vivamos como hijos suyos, anclados en esa certeza y con nuestros corazones llenos de gratitud.
Somos «linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo que pertenece a Dios, para proclamar las obras maravillosas de aquel que nos llamó de las tinieblas a su luz admirable» (1 Pedro 2:9)

6. La espada del Espíritu

La Palabra de Dios es al mismo tiempo nuestra arma de defensa contra el pecado y nuestra arma de ataque contra los pecados del mundo.
“Cuando somos tentados, el arma más eficaz que Dios nos ha dado como creyentes es la espada del Espíritu, que es la Palabra de Dios.
“Jesús modeló esto de manera tan hermosa durante su tentación en el desierto. Cuando el diablo probó tentación tras tentación contra Él, Jesús usó la espada del Espíritu (ver Lucas 4: 1-13) ”. Cuando el diablo lo tentó tres veces, Jesús respondió con la verdad de la palabra de Dios.
Cómo usar la espada: Estudia la Biblia, memorizarla, aprende a usar la palabra de verdad de forma efectiva. Combate las mentiras con la verdad bíblica. Guarda la palabra de Dios y vive una vida acorde a lo que Dios te pide.

La Oración

Todavía falta algo más, la oración. Hay dos cosas necesarias en esta batalla espiritual: el armamento apropiado y la oración.
El soldado, por más que esté equipado y entrenado, si no se mantiene en contacto con su comandante no va a poder luchar bien. La oración es el medio de comunicación del cristiano con su alto comandante, Dios. Por ella recibimos dirección y consejos, y por ella comunicamos necesidades y problemas. Pablo señala dos características de esta comunicación espiritual. Primero dice: Orando en todo tiempo en el Espíritu con toda oración y ruego (Efesios 6:18a). Esta manera enfática de Pablo acentúa la importancia de la oración. En todo tiempo en el Espíritu significa constantemente y en cualquier circunstancia con la ayuda del Espíritu Santo. Hay veces en que es difícil orar o no sabemos exactamente cómo orar o para qué pedir. El Espíritu interviene y nos ayuda.
No solo debemos orar por nuestras luchas, retos o dificultades. También debemos apoyar a nuestros hermanos en oración. Si vemos a algún hermano luchando contra un pecado o duda, o si está pasando por sufrimiento o persecución, es nuestro deber apoyarlo con nuestras oraciones y animarlo.
Conclusion
La meta es estar firmes. Las armaduras presentadas nos dan la guía para mantenernos firmes en el camino.Juventud es tiempo de estar con la mirada puesta en Cristo, perseverantes en mantener nuestra armadura puesta. Siempre con el objetivo de nuestra meta; llegar al final. Donde recibiremos una corono incorruptible.
1 Corintios 9:25 RVR60
Todo aquel que lucha, de todo se abstiene; ellos, a la verdad, para recibir una corona corruptible, pero nosotros, una incorruptible.
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