El Llamado a no rendirse
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· 143 viewsProcurad la paz con todos, y la santidad sin la cual nadie verá al Señor . El imperativo seguid significa en este caso correr rápidamente para alcanzar la meta.
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Por cuanto hay que renovar las fuerzas para seguir adelante en el camino de la fe (vv. 12, 13).
Por cuanto hay que renovar las fuerzas para seguir adelante en el camino de la fe (vv. 12, 13).
El cojo se refiere al compañero en la carrera o peregrinaje.
Entendiendo los conflictos que enfrentamos como hijos de Dios, debemos recapacitar y continuar la carrera con fuerzas renovadas.
La carrera de la fe es de larga distancia, y el atleta espiritual tiene que vigilarse para no caer víctima de la fatiga espiritual.
Si siente que sus brazos están perdiendo fuerza, que sus rodillas están al punto de doblarse y dejar caer al cuerpo, que sus pies ya no pueden seguir una línea recta; entonces no debe retirarse, sino pedir de Dios fuerzas renovadas
Porque el camino por delante exige fortaleza y firmeza.
Porque el camino por delante exige fortaleza y firmeza.
El cristiano que persevera y renueva sus fuerzas por el poder de Dios pone un ejemplo que ayuda a otros, tal vez más cansados, para que no salgan de la carrera.
Porque es la manera como se fortalece a otros debilitados.
Porque es la manera como se fortalece a otros debilitados.
Nuestra perseverancia en el camino de Dios no es un asunto solamente individual: Nuestras acciones contribuirán a la sanidad o a la desviación de otros que observan nuestro ejemplo.
Por cuanto hay que vivir una vida digna del camino de la vida (vv. 14–17).
Por cuanto hay que vivir una vida digna del camino de la vida (vv. 14–17).
La Biblia nos da unos consejos prácticos y específicos para continuar en el camino de la fe (vv. 14–17).
1. Una vida de paz con todos los hombres.
1. Una vida de paz con todos los hombres.
El cristiano debe procurar la paz. Aquí es un aspecto de la disciplina que Dios exige. La vida cristiana produce muchas tensiones, pero debemos procurar que éstas no se conviertan en conflictos personales con los no creyentes entre quienes vivimos. Los hombres nacen ya con una tendencia que parece rehuir la paz; pues todos consideran sus propios intereses, siguen sus propios caminos. Pero el apóstol nos anima que no sólo debemos cultivarla porque nos convenga, sino que debemos esforzarnos por conservarla entre nosotros. Y esto no podrá lograrse excepto que olvidemos muchas ofensas y practiquemos el perdón.
El cristiano debe buscar vivir en paz con los que están afuera de la iglesia. No siempre es posible, y a veces la hostilidad llega al extremo. De todas maneras la obediencia requiere que la iniciativa del cristiano sea para la paz, no para guerra.
Por otro lado, mientras sigamos “la paz con todos”, no hemos de procurar complacerlos, de modo que hagamos de la voluntad de Dios y de nuestra santificación un objeto secundario. Galatas 1:10. ”Pues, ¿busco ahora el favor de los hombres, o el de Dios? ¿O trato de agradar a los hombres? Pues si todavía agradara a los hombres, no sería siervo de Cristo.
2. Una vida santa, ya que es el requisito para ver al Dios santo.
2. Una vida santa, ya que es el requisito para ver al Dios santo.
El cristiano es llamado a conformarse a la santidad de Dios, porque es la fuente de la santidad cristiana, y por ello, el creyente tiene que cooperar en practicarla.
El mismo autor de la fe, Jesús, dijo que la santidad es un requisito para ver a Dios (Mat. 5:8). “Bienaventurados los de limpio corazón, porque ellos verán a Dios”.
No es posible acercarse a Dios sin conformarse a su carácter.
Hebreos 12:14 “la santidad, sin la cual nadie verá al Señor”. Esto no se realiza por esfuerzo humano, sino por el crecimiento continuo en la gracia mediante el Espíritu Santo y la Palabra de Dios 2 Tesalonicenses 2:13, Pero nosotros debemos dar siempre gracias a Dios respecto a vosotros, hermanos amados por el Señor, de que Dios os haya escogido desde el principio para salvación, mediante la santificación por el Espíritu y la fe en la verdad,
Romanos 6:22 Mas ahora que habéis sido libertados del pecado y hechos siervos de Dios, tenéis por vuestro fruto la santificación, y como fin, la vida eterna.
Romanos 14:19 | Así que, sigamos lo que contribuye a la paz y a la mutua edificación.
Hebreos 9:28 | así también Cristo fue ofrecido una sola vez para llevar los pecados de muchos; y aparecerá por segunda vez, sin relación con el pecado, para salvar a los que le esperan.
Conclusión: nuestros honestos esfuerzos por buscar la paz pueden ser frustrados por la obstinación de la otra persona; por lo cual el éxito en este empeño no es absolutamente necesario para ver a Dios, pero el éxito en el logro de la santidad sí lo es.