Agosto 2023 Semana 2 de Oración

Den Gracias a Dios por Su Misericordia.

Salmo 107:23–32 NBLA

23 Los que descienden al mar en naves Y hacen negocio sobre las grandes aguas, 24 Han visto las obras del Señor Y Sus maravillas en lo profundo. 25 Pues Él habló, y levantó un viento tempestuoso Que encrespó las olas del mar. 26 Subieron a los cielos, descendieron a las profundidades, Sus almas se consumían por el mal. 27 Temblaban y se tambaleaban como ebrios, Y toda su pericia desapareció. 28 En su angustia clamaron al Señor Y Él los sacó de sus aflicciones. 29 Cambió la tempestad en suave brisa Y las olas del mar se calmaron. 30 Entonces se alegraron, porque las olas se habían aquietado, Y Él los guió al puerto anhelado. 31 Que den gracias al Señor por Su misericordia Y por Sus maravillas para con los hijos de los hombres. 32 Exáltenlo también en la congregación del pueblo, Y alábenlo en la reunión de los ancianos.

I. La Angustia de estar en una tempestad.

(v. 23) Mucho del comercio de la antiguedad se llevaba a cabo por vía marítima. Estos marineros exponían sus vidas en cada viaje, a pesar de ser expertos, el mar no se puede controlar.

(v. 24) Las maravillas que ellos ven, son únicas, como los amaneceres o puestas de sol en mar abierto, las especies marinas y las tonalidades del mar les dejaban asombrados.

(v. 25) Algo que también les asombraba eran las tremendas tormentas, con sus olas tan altas y sus bajadas tan profundas.

(v. 26) Con el mar embravecido, las embarcaciones parecían escalar montañas cada que se topan con una ola, y después parecen descender a lo más profundo del océano. En este punto sus almas se consumen (literalmente se desmayan o destruyen) por la calamidad.

(v. 27) Temblaban (se movían inestablemente) y se tambaleaban (eran sacudidos violentamente) como ebrios y su “sabiduría y experiencia” en alta mar, no les servía de nada, ante tales peligros.

II. Dios libera a los que están en las profundidades.

(v. 28) Entonces, en su angustia (aprieto o adversidad) clamaron (llamaron como grito de auxilio) al Señor...

Y Él los sacó de sus aflicciones (problemas).

El Señor libra a sus hijos cuando acuden a Él en necesidad. El Señor es fiel ayudador en tiempo de angustia. Solo en Él hay Refugio y Salvación en medio de la adversidad.

¡Clama a Él! ¡Acude a Él por ayuda!

(v. 29) El Señor cambia la furiosa tempestad en suave brisa, calma las embravecidas olas por la calma de Su paz.

El Resultado:

1) (v. 30) Se alegraron por haber sido salvados, porque Dios puso calma a la tormenta.

2) (v. 31) Deben dar Gracias al Señor por Su misericordia y sus maravillas.

3) (v. 32) Deben exaltar (alabar y glorificar) al Señor en presencia del pueblo de Dios.

¿Clamaremos al Señor en momentos de tormenta en nuestras vidas?

¿Le daremos gracias, con alegría y alabanzas cuando nos salve de nuestras aflicciones?