Consejo y oración para hoy

12 de agosto

Éxodo 20:15 RVR60

No hurtarás.

Éxodo 20:17 RVR60

No codiciarás la casa de tu prójimo, no codiciarás la mujer de tu prójimo, ni su siervo, ni su criada, ni su buey, ni su asno, ni cosa alguna de tu prójimo.

Dios estableció límites entre lo que es mío y lo que es de mi prójimo, fijando los derechos de la propiedad privada sobre los bienes que cada persona puede llegar a poseer.

Pero también fijó los límites a lo que una persona puede aspirar a poseer para que el ser humano no se deje dominar por el deseo de tener cosas a cualquier precio, sea por la violencia, el engaño o la explotación de los demás.

Jesús nos dejó una enseñanza bien clara acerca de los bienes de este mundo, él fue tentado a poseerlos, pero supo colocar la adoración a Dios por sobre rendir su vida a ellos.

Nos enseñó a acumular los verdaderos tesoros en el cielo, de cuidarnos de no servir a las riquezas antes que a Dios; no afanarnos por el vestido, la comida y la bebida; a pagar lo que debemos; que no podemos poner las riquezas por encima del llamado a seguir a él.

El apóstol Pablo ordenó a los creyentes de Efeso que trabajaran y dejaran el hurto para que tuvieran que compartir con los que tienen necesidad, porque no hay otra forma lícita de obtener bienes y riquezas que por medio del trabajo.

Dios quiere que mantenga bien claro en mi mente y corazón cuales son los límites de los bienes que él me ha otorgado para que no caiga en el deseo desmedido de lo que pertenece a otro y sea arrastrado a buscar formas no correctas de obtenerlo.

La codicia está en el corazón de él que ha rendido su corazón en adoración a los bienes materiales, de él que ha decidido pasar por alto los límites que Dios ha establecido, de él que roba el tiempo que debe consagrar a Dios, de él que con su conducta deshonra a su padre y madre, de él que por tener lo que quiere esta dispuesto a matar a su hermano, de él corazón del adultero y del ladrón, de él que habla mentira para aumentar sus riquezas.

Debo mantener siempre presente los consejos de Dios con respecto a las riquezas y bienes materiales.

Oremos,

Padre que el anhelo de mi corazón siempre sea atesorar tesoros en el cielo, y mientras vivo esta tierra que pueda estar contento con lo que tengo, trabajando con mis manos para satisfacer mis propias necesidades y ayudar a aquellos que están incapacitados para proveer para los suyos.

Gracias por proveer en casa el pan de cada día, gracias por las fuerzas que das para trabajar, gracias por proveer alimento y abrigos para mi familia.

Señor ayúdanos a mantener una vida equilibrada donde los bienes materiales no sean nuestra adoración y preocupación constante.

Te pido Señor por las familias que necesitan volverse a ti, porque los negocios de este mundo y el amor a las riquezas han llenado de codicia su corazón y los han apartado de la verdad de tu Palabra.

Te lo pido en el nombre de Jesús, amén.

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