El Apóstol Mateo

Segundo Sermón de Jesús en Mateo  •  Sermon  •  Submitted   •  Presented
0 ratings
· 227 views

Jesús llama a los 12 apóstoles, y veremos las características de cada uno de ellos.

Notes
Transcript

Lectura Bíblica

(Lucas 5.27-32)
Lucas 5:27–32 NBLA
27 Después de esto, Jesús salió y se fijó en un recaudador de impuestos llamado Leví, sentado en la oficina de los tributos, y le dijo: «Sígueme». 28 Y él, dejándolo todo, se levantó y lo seguía. 29 Leví le ofreció un gran banquete en su casa, y había un grupo grande de recaudadores de impuestos y de otros que estaban sentados a la mesa con ellos. 30 Y los fariseos y sus escribas se quejaban a los discípulos de Jesús, diciendo: «¿Por qué comen y beben ustedes con los recaudadores de impuestos y con los pecadores?» 31 Jesús les respondió: «Los sanos no tienen necesidad de médico, sino los que están enfermos. 32 »No he venido a llamar a justos, sino a pecadores al arrepentimiento».

Introducción:

a) Su Importancia:

Este apóstol redactó el Evangelio que se conoce por su nombre. Lo hizo para la audiencia judía.

b) Su origen y trabajo

Era originario de Capernaúm, en la región de Galilea.
Se dedicaba a ser recaudador de impuestos justo en la orilla del mar de Galilea, donde desembarcaban o hacían escala los barcos que atravesaban el lago.

c) Su primer encuentro con Jesús

Su primer encuentro con el Señor fue cuando lo llamó a seguirlo, narrado en Mateo 9.9-13 y Lucas 5.27-32 donde el Señor lo ve sentado en la oficina de los tributos y le dice ¡Ven tras mí!
No se relata que Mateo haya dicho nada, solo se relata que:
Lucas 5:28 NBLA
28 Y él, dejándolo todo, se levantó y lo seguía.
Inmediatamente después, invita a su casa a Jesús y a muchos invitados también.

d) Su familia

Hijo de Alfeo, de nombre Leví que significa “Apegado” y Mateo o Matías “regalo de Dios”

e) Su frecuencia

Aparece solo en su llamado y en el banquete que organiza en su casa para recibir a Jesús. No es mencionado aparte de esto, ni en el libro de los Hechos.

I. El publicano Despreciado.

Nadie hubiera esperado que el Mesías hubiera llamado a las personas que llamó, todos ellos faltos de cultura, de una provincia que se dedicaba principalmente a la pesca, la ganadería y la agricultura.
Y lo peor está por venir, “un publicano”
MacArthur, John. “Doce hombres comunes y corrientes” Cómo el Maestro formó a sus discípulos para la grandeza, y lo que Él quiere hacer contigo (p. 201 - 205). Grupo Nelson. Edición de Kindle.
Los publicanos eran hombres que habían comprado franquicias de impuestos del emperador romano para sacarle dinero al pueblo de Israel y alimentar las arcas romanas y llenar sus propios bolsillos. A menudo le sacaban el dinero a la gente usando malhechores. La mayoría de ellos eran despreciables, viles y truhanes sin principios. Había un acuerdo entre el emperador y ellos según el cual podían aplicar cualquier otro cargo e impuestos adicionales, y se les permitía quedarse con un porcentaje de eso.
Había dos clases de cobradores de impuestos, los gabbai y los mokhes. Los gabbai eran los recolectores de impuestos generales. Cobraban impuestos a la propiedad, impuestos a los ingresos e impuestos a cada persona. Estos impuestos eran fijos, de modo que no contaban con margen para cobros extra. Los mokhes, sin embargo, cobraban impuestos sobre las importaciones y exportaciones, sobre los artículos para comercio interior, y prácticamente sobre todas las cosas que se transportaban por los caminos. Establecían peajes en caminos y puentes, cobraban por las bestias de carga y por los ejes de los carros de transporte, aplicaban una tarifa a paquetes, cartas y a cualquier otra cosa que pudieran encontrar a la que se le pudiera exigir un impuesto. Con frecuencia, las tarifas que aplicaban eran arbitrarias y sujetas a su capricho.
Había dos clases de mokhes: los mokhes grandes y los mokhes pequeños. Un mokhe grande permanecía tras bastidores y contrataba a otras personas (los mokhes pequeños) para que trabajaran para él. (Aparentemente, Zaqueo era un mokhe grande, un jefe de publicanos según Lucas 19.2.) Mateo, en cambio, parecía ser un mokhe pequeño, porque manejaba una oficina de impuestos donde tenía que tratar con la gente en forma personal (Mateo 9.9). Él era el que la gente veía y a quien más odiaba. Era lo peor de lo peor. Ningún judío que se respetara y que estuviera en su sano juicio habría escogido ser cobrador de impuestos. Era separado de su propio pueblo, y también de su Dios.
A los publicanos se les prohibía entrar a la sinagoga y sacrificar y adorar en el templo, en realidad estaban en peor estado, que un gentil. El Talmud judío enseñaba que era justo mentir y engañar a un cobrador de impuestos, porque eso era lo que un extorsionador profesional se merecía.
Edersheim, Alfred. “Comentario Bíblico Histórico.” Editorial CLIE, 2009.
El mismo nombre de publicano o cobrador de impuestos era objeto de desprecio y aborrecimiento. Aquellos que no toleraban pagar impuestos tienen que haber considerado al publicano como la misma personificación del antinacionalismo.
En general los publicanos eran despreciados por todos los estratos de la sociedad. Eran excluidos de la sociedad porque además de su despreciable oficio, también se excedían en los castigos contra aquellos que no pagaban sus impuestos.
Gran Diccionario Enciclopédico de la Biblia (PUBLICANO)
«cogía por la fuerza a las mujeres, a los hijos, a los padres y a todos los demás parientes, y los golpeaba, maltrataba y sometía a oprobiosas violencias de todo tipo, de manera que trajeran al fugitivo o pagaran cuanto le debía, dos cosas que no podían hacer: la primera porque no sabían su escondite, la segunda porque no eran menos pobres que quien había huido. Pero el recaudador de impuestos no los soltaba sino después de haberse encarnizado en sus cuerpos con suplicios e instrumentos de tortura y haberles quitado la vida empleando métodos inauditos» (Los Trabajos de Filón de Alejandría “Spec. Leg. 3, 159 ss” (20 a.C. - 45 d.C.)
Llama la atención que cuando unos publicanos fueron a escuchar a Juan el Bautista él solo dijo esto en:
Lucas 3:12–13 NBLA
12 Vinieron también unos recaudadores de impuestos para ser bautizados, y le dijeron: «Maestro, ¿qué haremos?» 13 «No exijan más de lo que se les ha ordenado», les respondió Juan.
Hay 3 ejemplos en las Escrituras de los publicanos:

1) Zaqueo

Su nombre significaba “justo o puro” quizás como una burla, pues la mala fama de los publicanos era todo menos “puro”
Lucas 19:2 NBLA
2 Y un hombre llamado Zaqueo, que era jefe de los recaudadores de impuestos y era rico,
Aquí claramente se le señala como un mokhe grande, un jefe de publicanos, además se menciona que era rico (se calcula que había publicanos tan ricos, con fortunas comparables a las de 30 senadores romanos GDEB)
Lucas 19:3–10 NBLA
3 trataba de ver quién era Jesús, pero no podía a causa de la multitud, ya que Zaqueo era de pequeña estatura. 4 Corriendo delante, se subió a un árbol sicómoro y así lo podría ver, porque Jesús estaba a punto de pasar por allí. 5 Cuando Jesús llegó al lugar, miró hacia arriba y le dijo: «Zaqueo, date prisa y desciende, porque hoy debo quedarme en tu casa». 6 Entonces él se apresuró a descender y lo recibió con gozo. 7 Al ver esto, todos murmuraban: «Ha ido a hospedarse con un hombre pecador» 8 Pero Zaqueo, puesto en pie, dijo a Jesús: «Señor, la mitad de mis bienes daré a los pobres, y si en algo he defraudado a alguien, se lo restituiré cuadruplicado» 9 «Hoy ha venido la salvación a esta casa», le dijo Jesús, «ya que él también es hijo de Abraham; 10 porque el Hijo del Hombre ha venido a buscar y a salvar lo que se había perdido».
La respuesta de Zaqueo ante la presencia y predicación de Jesús fue inmediata. Se notó su arrepentimiento con el cambio, ya no quería defraudar, quería restituir lo defraudado.
¡Gloria a Dios por los cambios así de impresionantes!

2) El Publicano de la Parábola

Lucas 18:10–14 NBLA
10 «Dos hombres subieron al templo a orar; uno era fariseo y el otro recaudador de impuestos. 11 »El fariseo puesto en pie, oraba para sí de esta manera: “Dios, te doy gracias porque no soy como los demás hombres: estafadores, injustos, adúlteros; ni aun como este recaudador de impuestos. 12 ”Yo ayuno dos veces por semana; doy el diezmo de todo lo que gano”. 13 »Pero el recaudador de impuestos, de pie y a cierta distancia, no quería ni siquiera alzar los ojos al cielo, sino que se golpeaba el pecho, diciendo: “Dios, ten piedad de mí, pecador”. 14 »Les digo que este descendió a su casa justificado pero aquel no; porque todo el que se engrandece será humillado, pero el que se humilla será engrandecido».
Aquí la esperanza para todos, no importa si has sido el más vil de los pecadores: ¡Reconoce que eres pecador, que necesitas a Cristo y serás justificado!
¡Humíllate delante de Dios, pues Él te conoce, no lo puedes impresionar con tus obras aparentemente buenas, te conviene acercarte con un corazón consciente de su culpa y arrepentido!

3) Mateo

Lucas 7:29 NBLA
29 Al oír esto, todo el pueblo y los recaudadores de impuestos reconocieron la justicia de Dios, y fueron bautizados con el bautismo de Juan.
Lucas 15:1 NBLA
1 Todos los recaudadores de impuestos y los pecadores se acercaban para oír a Jesús.

II. El apóstol que no volvió atrás

Lucas 5:27 NBLA
27 Después de esto, Jesús salió y se fijó en un recaudador de impuestos llamado Leví, sentado en la oficina de los tributos, y le dijo: «Sígueme».
Es decir, Jesús puso sus ojos en este hombre cuando estaba en su oficina y le dijo: “Sígueme” Lo mismo pasó con Elías y Eliseo en 1 Reyes 19.19-21
1º Reyes 19:19–21 NBLA
19 Elías partió de allí y encontró a Eliseo, hijo de Safat, que estaba arando con doce yuntas de bueyes delante de él, y él estaba con la última. Elías pasó adonde él estaba y le echó su manto encima. 20 Dejando él los bueyes, corrió tras Elías, y dijo: «Permítame besar a mi padre y a mi madre, entonces lo seguiré». Y él le dijo: «Ve, vuélvete, pues, ¿qué te he hecho yo?». 21 Entonces se volvió, dejando de seguirlo, tomó un par de bueyes y los sacrificó, y con los aparejos de los bueyes coció su carne, y la dio a la gente y ellos comieron. Después se levantó y fue tras Elías, y le servía.
Esto también sucedía con los rabinos y sus alumnos.
Lo mismo que sucede cuando Jesús convocó a todos los que quieran seguirlo:
Lucas 9:23 NBLA
23 Y a todos les decía: «Si alguien quiere seguirme, niéguese a sí mismo, tome su cruz cada día y sígame.

a) La Respuesta de Mateo

Lucas 5:28 NBLA
28 Y él, dejándolo todo, se levantó y lo seguía.
MacArthur John “Comentario MacArthur al NT - Lucas” 2016Editorial Portavoz. p. 313.
El Señor conocía el corazón de ese publicano. Vio que Mateo se sentía desdichado y miserable; que estaba angustiado y agobiado por su pecado y con hambre y sed de justicia. Mateo sabía que era pecador, y que su única esperanza de recibir perdón yacía en la misericordia de Dios
Mateo a partir de ese momento se convierte en un seguidor de Jesús, y además, se nota su humildad. Ni siquiera en el evangelio que escribe hace algún relato donde se aprecia algo de él, simplemente es silencioso todo el tiempo en cuanto a sí mismo.
Lucas tiene que contar mejor su historia al agregar “que dejándolo todo, lo siguió.”
Tanto Zaqueo como Mateo, son el contraste perfecto del joven rico, quien no quiso abandonar sus riquezas para venir a seguir a Jesús.
Mateo no estaba abandonando su riqueza solamente, estaba abandonando su estilo de vida. En Mateo estaba sucediendo la conversión en una “nueva criatura”
2 Corintios 5:17 NBLA
17 De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron, ahora han sido hechas nuevas.
Esto también sucedió con los primeros discípulos Pedro, Andrés, Jacobo y Juan:
Lucas 5:11 NBLA
11 Y después de traer las barcas a tierra, dejándolo todo, siguieron a Jesús.

b) El banquete de Mateo

Lucas 5:29 NBLA
29 Leví le ofreció un gran banquete en su casa, y había un grupo grande de recaudadores de impuestos y de otros que estaban sentados a la mesa con ellos.
Cuando Mateo comenzó a seguir a Jesús, ofreció un banquete en su casa, y ¿a quién invitó?
a Jesús y sus discípulos, a los recaudadores de impuestos y habían también entre ellos “los pecadores.” (v. 30) lo cual le valió el reclamo de los escribas y fariseos.
Si estos hombres, los publicanos eran rechazados por toda la sociedad ¿cómo es que Mateo tiene un banquete y hay un grupo grande de personas invitadas? ¿quiénes son?
Mateo 9:10 NBLA
10 Y estando Él sentado a la mesa en la casa, muchos recaudadores de impuestos y pecadores llegaron y se sentaron a la mesa con Jesús y Sus discípulos.
Pues la respuesta es simple: Personas iguales que él. Publicanos como él y además personas relacionadas con ellos que tenían conexión con su oficio, como por ejemplo, cita el hermano MacArthur:
MacArthur, John. (2016). Editorial Portavoz (Comentario MacArthur del Nuevo Testamento - Lucas), p. 315.
Sin duda este grupo incluía ladrones, matones, sicarios, borrachos, prostitutas, las mismas personas a quienes el Hijo del hombre vino a buscar y salvar. Ningún judío habría comido con sujetos como los de este grupo. Las comidas eran importantes actos sociales de aceptación en Israel. Esta comida no solamente celebraba el final de la antigua vida de Mateo y el inicio de la nueva, sino también un alcance evangelístico con el Salvador como invitado de honor. Representa una maravillosa imagen de cómo Jesús recibía a pecadores perdidos.
Es difícil de imaginar la escena aun para nuestros días… Ver a Jesús conviviendo con estas personas nos resulta “contrastante” pero es una escena maravillosa.
Pues nos muestra el gran amor de Cristo para buscar y salvar lo que se había perdido, es decir, todos nosotros.
Si consideramos a los discípulos indignos del llamado de Jesús, Mateo rompe todos los récords de indignidad para ser llamado, lo cual es glorioso, pues si él fue llamado, ¿Cómo no podrá llamarnos a nosotros, que también somos indignos?
Ante la pregunta de los escribas y fariseos de
Lucas 5:30 NBLA
30 Y los fariseos y sus escribas se quejaban a los discípulos de Jesús, diciendo: «¿Por qué comen y beben ustedes con los recaudadores de impuestos y con los pecadores?»
Jesús responde clara y categóricamente:
Lucas 5:31–32 NBLA
31 Jesús les respondió: «Los sanos no tienen necesidad de médico, sino los que están enfermos. 32 »No he venido a llamar a justos, sino a pecadores al arrepentimiento».
Hermanos, eso debe “tocarnos el corazón”
Jesús no defiende a sus acompañantes de banquete, Jesús no restringe las palabras de los escribas y fariseos diciendo: ¡Mide tus palabras! o ¡Con mis amigos no te metas!
Lo que dice Jesús es “darles la razón” en cuanto a que son indignos, sucios, viles y pecadores.
Jesús básicamente está diciendo:
Sí, lo son, pero Yo he venido por ellos y para sacarlos de donde están.
Hermano, no debes confundirte en cuanto a que Dios te ama tal cual eres.
¡Sí, Dios te ama, pero a pesar de lo que eres!
Eso no nos gusta tanto. Queremos que Dios nos ame y seguir en el banco de los impuestos, queremos que Dios nos ame y seguir con nuestra vida de inmoralidad, de delincuencia y que Dios esté de nuestro lado.
¡No es lo que está diciendo! Lo que Jesús afirma realmente es que:
¡Él te ama, pero ha venido a Librarte del mundo en el que vives!
¡Él ha venido a llamarte para que salgas de donde estás, a que abandones todo lo que eres y te entregues a Cristo para seguirle!

Conclusión:

Mateo significa: “Don o regalo de Dios” El don más grande que Dios nos ha dado es Cristo, y con Él, la Salvación. El llamado que Jesús nos hace a seguirlo es lo único que nos puede salvar. ¿Vas a aceptar su invitación?
Las tradiciones más antiguas indican que fue quemado en la hoguera. Así que, este hombre que sin pensarlo dos veces dejó todo por seguir a Cristo, se mantuvo dispuesto a darlo todo por Cristo hasta el fin de sus días.
¿Y tú, estás dispuesto a dejarlo todo para seguir a Jesús hasta las últimas consecuencias como Mateo?
Related Media
See more
Related Sermons
See more