Consejo y oración para hoy
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19 de agosto
19 de agosto
Pero corra el juicio como las aguas, y la justicia como impetuoso arroyo.
Hay una demanda de una abundante práctica del ejercicio del derecho, como de que se practique la rectitud cuando una nación se ha olvidado de Dios.
El pecado destruye todos los caminos que llevan a la justicia y desvían por causes incorrectos a los que hacen juicio.
El problema moral se convierte en el principal obstáculo para que corra el juicio como las aguas y la justicia como una corriente inagotable por lo que debe ser erradicado por medio de la aplicación de una justicia superior que traerá un juicio inevitable.
El profeta Amos tuvo que enfrentar la triste realidad de su pueblo sumido en el pecado y se levantó para anunciar el juicio de Dios por causa de la cotidiana práctica de actos injustos que cometían.
Amos les hace ver que el amor que Dios tiene por ellos como pueblo escogido no les da inmunidad por el pecado cometido y tienen que pagar las consecuencias de su desobediencia.
El profeta les hace ver que la única manera de resolver su grave problema es buscar de Dios.
Pero así dice Jehová a la casa de Israel: Buscadme, y viviréis;
La demanda que Dios hace de justicia en nuestras vidas tiene una misma urgencia, hay una demanda de justicia personal en nuestra vida porque nuestro mayor problema es el advenimiento del juicio de Dios por causa de nuestro pecado, los actos injustos que cometemos cotidianamente que solo pueden ser resueltos cuando abrimos nuestro corazón para que la corriente de la justicia de Dios fluya en nuestra vidas.
Buscar a Dios para vivir debe convertirse en una práctica constante para mi vida, lo que él me ofrece es libertad de condenación al reconocer que Jesús murió por mis pecados para librarme del juicio condenatorio por mis actos injustos.
Reconocer que Jesús murió por mis pecados es lo único que puede salvarme del justo juicio de Dios que aplicará una condena eterna sobre los que viven cometiendo actos injustos que infringen la ley de Dios.
Tenemos que anunciar que hay un río de justicia corriendo desde la cruz, una corriente que nos libra de la condenación del juicio de Dios.
Oremos,
Padre, las advertencias de tu Palabra nos anuncian la necesidad de prepararnos para enfrentar el inevitable juicio que viene a los hombres por su pecado, la provisión que tu hiciste en la cruz para mi salvación es mi única esperanza.
Gracias por la invitación a buscarte, gracias por darme un corazón que ha aceptado tu invitación. Por la justicia de Cristo ahora tengo paz contigo.
Ayúdame ahora a vivir practicando la justicia en obras que tu has preparado para que yo ande en ellas por fe.
Oro por los que en este momento necesitan también que la justicia ilumine sus caminos, para que los actos injustos de otros no sigan afectando sus vidas.
Oro a ti en el nombre de Jesús, amén.
Para consejo y oración escribe a: sbustilloier@gmail.com