Agradeciendo y proclamando al Juez Supremo

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La promesa del Juicio de Dios es una advertencia terrorífica para el impío y un cántico esperanzador para el justo.

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INTRODUCCIÓN:

Todos nosotros hemos visto en alguna ocasión agente malvada que se deleita en su maldad con arrogancia, y parece su maldad nunca le traerá consecuencias (por ejemplo: un jefe malvado, un gobernante corrupto, un padre, madre, tío o abuelo que usa su autoridad o posición para abusar o subyugar de uno de sus familiares, una autoridad policial que usa su posición para hacer daño a la sociedad en vez de protegerla, un supuesto líder religioso que se aprovecho de los feligreses, un criminal que usa su fría y agresiva violencia para amenazar y aprovecharse de otros ciudadanos honestos.
¿Estará el impío para siempre viviendo en su maldad sin ninguna consecuencia?
¿Qué hay de aquellos que se burlan del Señor y se enorgullecen de su maldad?
¿Qué debe hacer el creyente ante tanta maldad en este mundo?
¿Hasta cuando veremos titulares de prensa de delincuentes y criminales que tienen un montón de anotaciones sin embargo siguen libres haciendo de las suyas?
Si Dios es bueno ¿Por qué permite tanta maldad?

1. El juicio de Dios es una promesa futura (Sal. 75:2-3, 7-8).

Demostración: El corazón de este cántico es la certeza del cumplimiento del juicio que Dios ha prometido para el impío, el salmo expresa el mensaje de Dios mismo, no un clamor.
Salmo 75:2–3 (NTV)
2 Dios dice: «En el momento que tengo pensado, haré justicia contra los perversos. 3 Cuando la tierra tiembla y sus habitantes viven en caos, yo soy quien mantiene firme sus cimientos. Interludio
Salmo 75:2 (NBLA)
2 «Cuando Yo escoja el tiempo oportuno, Seré Yo quien juzgará con equidad.
Demostración: Dios habla de si mismo como el que tiene la autoridad y ya esta en preparación de dicho juicio.
Salmo 75:6 (NTV)
6 Pues nadie en la tierra —del oriente ni del occidente, ni siquiera del desierto— debería alzar un puño desafiante.
Salmo 75:7–8 (NTV)
7 Dios es el único que juzga; él decide quién se levantará y quién caerá. 8 Pues el Señor sostiene una copa en la mano, llena de vino espumoso mezclado con especias. Él derrama el vino en señal de juicio, y todos los malvados lo beberán hasta la última gota.
Ilustración:
El juicio no es un suceso que pueda ocurrir o no. En muchas Escrituras se refleja al Señor como si ya estuviera en el proceso de juzgar. Cuando examinamos la Historia a través de las lentes de la Escritura, vemos que Dios ha derramado sus juicios una y otra vez. Estos juicios transitorios que vemos en este mundo son, según las metáforas de Apocalipsis, las trompetas en el camino que nos avisan para que estemos preparados mientras Dios avanza hacia el Juicio Final venidero. El Día del Juicio es seguro. Está en la agenda de Dios. Está en proceso y Dios no cambiará de opinión. (John Benton, La contienda por la fe).
Aplicación:
No creyentes: Como bien lo dice Benton, el día del Juicio es seguro, tal vez parezca que la impiedad de aquellos que se levantan contra Dios no tenga consecuencias en este momento, pero un día Dios dará su recompensa y nada podrá evitar este evento ¿Que representa para ti el saber que el juicio de Dios sobre el impío será una realidad?
Creyentes: Como pueblo de Dios la iglesia ama la justicia y desea ver que la impiedad sea juzgada, esto no esta mal desearlo, de hecho debemos anhelarlo si somos creyentes. Sin embargo debemos recordar que quien tiene la autoridad y el poder para ejecutar dicho juicio es Dios no nosotros.

2. El juicio de Dios una promesa aterradora para el impío (Sal. 75:4-5, 8).

Demostración: Tres veces el salmo se refiere al impío:
1) Aquellos a quienes fueron advertidos de no usar su poder o su vida para levantarse con maldad y arrogancia delante de Dios:
Salmo 75:4–5 (NTV)
4 »Al orgulloso le advertí: “¡Deja de jactarte!”. Al perverso le dije: “¡No levantes tus puños! 5 No levantes tus puños desafiantes contra los cielos ni hables con semejante arrogancia”».
2) A quienes Dios juzgará con la copa de Su ira:
Salmo 75:8 (NTV)
8 Pues el Señor sostiene una copa en la mano, llena de vino espumoso mezclado con especias. Él derrama el vino en señal de juicio, y todos los malvados lo beberán hasta la última gota.
3) Y a quienes Dios quebrará su poder:
Salmo 75:10 (NTV)
10 Pues Dios dice: «Quebraré la fuerza de los malvados, pero aumentaré el poder de los justos».
Ejemplo del delincuente que retaba a los policías.
Demostración: Así es el impío en su necedad, desafía a Dios y rechaza Su Señorío creyendo que nada le pasará... pero un día será quebrado su poder y beberá de la ira del Señor del universo hasta la ultima gota.
Demostración: todos los juicios anteriores al juicio futuro prometido por Dios, pero al que hace referencia el salmo será uno sin diluir (mas severo):
Ap. 14:9-10, 16:19.
2 Pedro 2:9–10 (NTV)
9 Como ven, el Señor sabe rescatar de las pruebas a todos los que viven en obediencia a Dios, al mismo tiempo que mantiene castigados a los perversos hasta el día del juicio final. 10 Él trata con particular severidad a los que se entregan a sus propios deseos sexuales pervertidos y desprecian la autoridad. Estas personas son orgullosas y arrogantes, y hasta se atreven a insultar a los seres sobrenaturales sin ni siquiera temblar.
Aplicación:
No creyente: Tu que estas en este lugar y has estado usando tu vida, posición, autoridad, liderazgo, etc. para practicar la maldad abusando, aprovechando o dañando a otros pensando que tu triunfo sera eterno, recuerda que Dios tiene la copa preparada para derramar su ira santa y feroz contra aquellos que pretenden burlarse de Él. Arrepiéntete de tus pecados y vuélvete a Cristo el único que puede cambiar tu destino eterno y llevarte a una condición diferente delate de Dios.
Creyentes: El impío y su maldad puede atentar contra nuestras vidas y nuestras familias en algún momento, tal vez por momentos para nosotros sea frustrarte ver a alguien deleitarse en su maldad y hacernos daño sin que veamos que reciban el pago que merecen por su maldad, pero debemos recordar que para ellos un día llegará la recompensa no del oriente ni del occidente (de los hombres), sino que vendrá de Dios mismo, quien sostiene el mundo con Su poder cuando este se encuentra en caos.
Por otro lado, todos nosotros nos hemos levantado con nuestro pecado de alguna manera desafiando al juez del universo ¿Como entonces podemos ser librados de este juicio inminente? bueno, el salmo nos deja ver a una congregación que da gracias a Dios por su promesa de juicio, que se ha propuesto proclamar dicho juicio y alabar a Dios por esto lo cual nos lleva al siguiente punto.

3. El juicio de Dios una promesa alentadora para el justo (Sal. 75:1, 7, 9-10).

Demostración: Hay una esperanza para el impío: CRISTO, quien bebió de la copa de la ira de Dios para traer paz entre Dios y aquellos pecadores que ponen su esperanza en el.
Lucas 22:39–46 (NTV)
39 Luego, acompañado por sus discípulos, Jesús salió del cuarto en el piso de arriba y, como de costumbre, fue al monte de los Olivos. 40 Allí les dijo: «Oren para que no cedan a la tentación». 41 Se alejó a una distancia como de un tiro de piedra, se arrodilló y oró: 42 «Padre, si quieres, te pido que quites esta copa de sufrimiento de mí. Sin embargo, quiero que se haga tu voluntad, no la mía». 43 Entonces apareció un ángel del cielo y lo fortaleció. 44 Oró con más fervor, y estaba en tal agonía de espíritu que su sudor caía a tierra como grandes gotas de sangre. 45 Finalmente se puso de pie y regresó adonde estaban sus discípulos, pero los encontró dormidos, exhaustos por la tristeza. 46 «¿Por qué duermen? —les preguntó—. Levántense y oren para que no cedan ante la tentación».
Demostración: Y ahora por medio de la cena, aquellos que han creído en cristo beben con el la copa de la paz y no de la ira:
Lucas 22:14–20 (NTV)
14 Cuando llegó la hora, Jesús y los apóstoles se sentaron juntos a la mesa. 15 Jesús dijo: «He tenido muchos deseos de comer esta Pascua con ustedes antes de que comiencen mis sufrimientos. 16 Pues ahora les digo que no volveré a comerla hasta que su significado se cumpla en el reino de Dios». 17 Luego tomó en sus manos una copa de vino y le dio gracias a Dios por ella. Entonces dijo: «Tomen esto y repártanlo entre ustedes. 18 Pues no volveré a beber vino hasta que venga el reino de Dios». 19 Tomó un poco de pan y dio gracias a Dios por él. Luego lo partió en trozos, lo dio a sus discípulos y dijo: «Esto es mi cuerpo, el cual es entregado por ustedes. Hagan esto en memoria de mí». 20 Después de la cena, tomó en sus manos otra copa de vino y dijo: «Esta copa es el nuevo pacto entre Dios y su pueblo, un acuerdo confirmado con mi sangre, la cual es derramada como sacrificio por ustedes.
Demostración: Mientras para el impío el juicio es una promesa aterradora, para el justo es una promesa esperanzadora:
Salmo 75:1 (NTV)
1 ¡Te damos gracias, oh Dios!, te damos gracias porque estás cerca; por todas partes, la gente habla de tus hechos maravillosos.
Demostración: Un pueblo que se compromete individualmente a proclamar y alabar a Dios por la promesa del juicio venidero:
Salmo 75:9–10 (NTV)
9 En cuanto a mí, siempre proclamaré lo que Dios ha hecho; cantaré alabanzas al Dios de Jacob. 10 Pues Dios dice: «Quebraré la fuerza de los malvados, pero aumentaré el poder de los justos».
Aplicación:
Creyentes: Cristo fue la esperanza de Jacob, aquel impío que vio la escalera que unía al cielo con la tierra, aquel que dejo de ser Jacob para convertirse en Israel por aferrarse a Dios, y así como el nosotros hoy podemos aferrarnos a Cristo quien bebió voluntariamente la copa de la ira de Dios para darnos esperanza no de juicio sino de amor y paz con Dios, ya no somos enemigos de Dios, ahora somos Su pueblo.
Debemos responder ante esta esperanza como la congregación de Israel en cántico y acción de gracias como congregación pero también individualmente proclamar este juicio a aquellos que necesitan la esperanza del evangelio.
No creyentes: No hay pecado y maldad que no pueda ser enmendada por el sacrificio de Cristo, el bebio la copa de la ira para darte esperanza a ti, vuélvete a Jesús, por tu confianza y esperanza en Él pues solo de esa manera podrás evitar la copa de la ira en el juicio venidero.

CONCLUSIÓN: La promesa del Juicio de Dios es una advertencia terrorífica para el impío y un cántico esperanzador para el justo.

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