La palabras correctas, la lengua
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Terry J. Dubrow
Uno de los mejores cirujanos plasticos del mundo
8 Y habló el Señor a Moisés y a Aarón, diciendo:
9 Cuando os hable Faraón, y diga: «Haced un milagro», entonces dirás a Aarón: «Toma tu vara y échala delante de Faraón para que se convierta en serpiente».
10 Vinieron, pues, Moisés y Aarón a Faraón e hicieron tal como el Señor les había mandado; y Aarón echó su vara delante de Faraón y de sus siervos, y esta se convirtió en serpiente.
1 Moisés respondió, y dijo: ¿Y si no me creen, ni escuchan mi voz? Porque quizá digan: «No se te ha aparecido el Señor».
2 Y el Señor le dijo: ¿Qué es eso que tienes en la mano? Y él respondió: Una vara.
3 Entonces Él dijo: Echala en tierra. Y él la echó en tierra y se convirtió en una serpiente; y Moisés huyó de ella.
4 Pero el Señor dijo a Moisés: Extiende tu mano y agárrala por la cola. Y él extendió la mano, la agarró, y se volvió vara en su mano.
5 Por esto creerán que se te ha aparecido el Señor, el Dios de sus padres, el Dios de Abraham, el Dios de Isaac y el Dios de Jacob.
10 Y al acercarse Faraón, los hijos de Israel alzaron los ojos, y he aquí los egipcios marchaban tras ellos; entonces los hijos de Israel tuvieron mucho miedo y clamaron al Señor.
11 Y dijeron a Moisés: ¿Acaso no había sepulcros en Egipto para que nos sacaras a morir en el desierto? ¿Por qué nos has tratado de esta manera, sacándonos de Egipto?
12 ¿No es esto lo que te hablamos en Egipto, diciendo: «Déjanos, para que sirvamos a los egipcios»? Porque mejor nos hubiera sido servir a los egipcios que morir en el desierto.
13 Pero Moisés dijo al pueblo: No temáis; estad firmes y ved la salvación que el Señor hará hoy por vosotros; porque los egipcios a quienes habéis visto hoy, no los volveréis a ver jamás.
14 El Señor peleará por vosotros mientras vosotros os quedáis callados.
15 Entonces dijo el Señor a Moisés: ¿Por qué clamas a mí? Di a los hijos de Israel que se pongan en marcha.
16 Y tú, levanta tu vara y extiende tu mano sobre el mar y divídelo; y los hijos de Israel pasarán por en medio del mar, sobre tierra seca.
49 David metió la mano en su saco, sacó de él una piedra, la lanzó con la honda, e hirió al filisteo en la frente. La piedra se hundió en su frente y Goliat cayó a tierra sobre su rostro.
1 Pero Jericó estaba muy bien cerrada a causa de los hijos de Israel; nadie salía ni entraba.
2 Y el Señor dijo a Josué: Mira, he entregado a Jericó en tu mano, y a su rey con sus valientes guerreros.
3 Marcharéis alrededor de la ciudad todos los hombres de guerra rodeando la ciudad una vez. Así lo harás por seis días.
4 Y siete sacerdotes llevarán siete trompetas de cuerno de carnero delante del arca; y al séptimo día marcharéis alrededor de la ciudad siete veces, y los sacerdotes tocarán las trompetas.
16 Porque de tal manera amó Dios al mundo, que dio a su Hijo unigénito, para que todo aquel que cree en Él, no se pierda, mas tenga vida eterna.
4 La lengua apacible es árbol de vida, mas la perversidad en ella quebranta el espíritu.
6 Y la lengua es un fuego, un mundo de maldad. La lengua está puesta entre nuestros miembros, y contamina todo el cuerpo, e inflama la rueda de la creación, y ella misma es inflamada por el infierno.
3 que afilan su lengua como espada, y lanzan palabras amargas como saeta,
4 para herir en oculto al íntegro; lo hieren repentinamente, y no temen.
21 Muerte y vida están en poder de la lengua, y los que la aman comerán su fruto.
11 Porque está escrito: Vivo yo—dice el Señor—que ante mí se doblará toda rodilla, y toda lengua alabará a Dios.
2 El que anda en integridad y obra justicia, que habla verdad en su corazón.
3 El que no calumnia con su lengua, no hace mal a su prójimo, ni toma reproche contra su amigo;
2 Porque todos tropezamos de muchas maneras. Si alguno no tropieza en lo que dice, es un hombre perfecto, capaz también de refrenar todo el cuerpo.
2 Ha hecho mi boca como espada afilada, en la sombra de su mano me ha escondido; me ha hecho también como saeta escogida, en su aljaba me ha escondido.
3 Y me dijo: Tú eres mi siervo, Israel, en quien yo mostraré mi gloria.
15 De su boca sale una espada afilada para herir con ella a las naciones, y las regirá con vara de hierro; y Él pisa el lagar del vino del furor de la ira de Dios Todopoderoso.
16 Y en su manto y en su muslo tiene un nombre escrito: REY DE REYES Y SEÑOR DE SEÑORES.
17 Y vi a un ángel que estaba de pie en el sol. Y clamó a gran voz, diciendo a todas las aves que vuelan en medio del cielo: Venid, congregaos para la gran cena de Dios,