BUENA REPUTACIÓN
7 AMENAZAS CONTRA LA IGLESIA • Sermon • Submitted • Presented
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1 Escribe al ángel de la iglesia en Sardis: El que tiene los siete espíritus de Dios, y las siete estrellas, dice esto: Yo conozco tus obras, que tienes nombre de que vives, y estás muerto.
2 Sé vigilante, y afirma las otras cosas que están para morir; porque no he hallado tus obras perfectas delante de Dios.
3 Acuérdate, pues, de lo que has recibido y oído; y guárdalo, y arrepiéntete. Pues si no velas, vendré sobre ti como ladrón, y no sabrás a qué hora vendré sobre ti.
4 Pero tienes unas pocas personas en Sardis que no han manchado sus vestiduras; y andarán conmigo en vestiduras blancas, porque son dignas.
5 El que venciere será vestido de vestiduras blancas; y no borraré su nombre del libro de la vida, y confesaré su nombre delante de mi Padre, y delante de sus ángeles.
6 El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias.
Ap. 3:1 – 6
Introducción:
¿Cómo te gustaría que tu iglesia sea conocida?
¿Qué reputación quisieras que tu iglesia CR tenga ante la sociedad?
Si queremos conseguir una buena reputación delante de los hombres, tendríamos que hacer mucho, tendríamos que averiguar qué es lo que los habitantes de nuestra ciudad desean consumir en nuestra iglesia, qué es lo que desean encontrar en nuestra iglesia:
- Llenar la iglesia de actividades y programas.
- Tener un grupo de alabanza con buena música.
- Tener la doctrina correcta en nuestro pulpito.
- Obtener nuestra propia librería cristiana.
- Planificar un buen ministerio de niños.
Todo eso nos daría una buena reputación. Pero haciendo todo esto, al final solo confiaríamos en lo que nosotros podemos hacer. Como consecuencia eso nos llenará de orgullo, eso hará de nosotros una iglesia auto confiada y autosuficiente.
Lo importante: Por todo lo que nosotros podamos hacer y por la buena reputación que podamos lograr, nuestra sociedad puede vernos como una iglesia viva, pero en realidad delante de Dios ser una iglesia muerta.
Podemos ser una iglesia muy dinámica, realizando muchas obras y lograr conseguir una buena fama ante los hombres; dando la apariencia de ser una iglesia viva, cuando en realidad somos una iglesia muerta delante de Dios.
Porque al final, la valoración que nuestra sociedad le pueda dar a nuestra iglesia, no importa. Lo que realmente importa, es como Cristo valora nuestra iglesia.
Lo que la sociedad quiere encontrar en nuestra iglesia, no es lo que nos debe de importar.
Lo que Cristo quiere encontrar en nuestra iglesia, es lo que sí nos debe de importar.
Transición:
La amenaza que la iglesia de Sardis enfrentaba (quizás también nuestra iglesia) es el orgullo; el orgullo de confiar en su propia capacidad para edificar una iglesia y jactarse de la reputación que había conseguido. Se Jactaba de que era una iglesia viva, cuando, en realidad, por dentro, era una iglesia muerta.
v. 1b … Yo conozco tus obras, que tienes nombre de que vives, y estás muerto.
Nombre: fama.
La iglesia de Sardis tenía la fama de ser una iglesia viva (la buena reputación de estar viva).
¿Qué es lo que tenía la iglesia de Sardis, para tener esa reputación de estar viva?
No sabemos exactamente que es lo que hicieron para conseguir esa buena reputación de estar viva.
- Quizás era una iglesia que había conseguido una asistencia alta de personas.
- Quizás tenía muchos ministerios y muchas actividades (niños, jóvenes, casados, estudios bíblicos, grupos pequeños, evangelismo, etc)
- Quizás era una iglesia que trabajaba en la comunidad y daba mucha ayuda social (ayudaba a los pobres, daba de comer a los hambrientos, defendía al oprimido, etc)
- Quizás tenía una influencia en la política.
- Quizás tenía una buena y correcta enseñanza doctrinal, con buena música.
Y quizás con todo eso se gano la buena reputación de estar viva.
Al escuchar todas esas obras, también nosotros podemos pensar que es una iglesia viva, pero Cristo dice que es una iglesia muerta.
Si nosotros medimos nuestra iglesia de la misma manera, si nosotros pensamos que estamos vivos, por las obras que vamos realizando y las cosas que podemos ir logrando, también estamos equivocados.
Y hermano, no quiero que me malinterpretes. Es bueno el buscar todas estas cosas.
- Es bueno tener un buen ministerio de niños.
- Es bueno tener un buen ministerio de alabanza.
- Es bueno ver que personas están llegando a la iglesia.
- Es bueno tener una enseñanza correcta de la doctrina.
- Es bueno tener a todos los miembros de la iglesia, sirviendo de alguna manera.
Ese no es el problema. El problema es confiar en que estás cosas van a darnos vida.
El problema es confiar en que estamos vivos, porque estamos haciendo muchas cosas.
Si tú hubieses vivido en el siglo I en Asia menor y hubieses pedido a personas de la zona que te recomienden una iglesia para congregar, todos te habrían respondido: ve a la iglesia de Sardis, ahí encuentras esto, esto, esto, … es una iglesia que está viva.
Y si ese mismo tiempo, le hubieses pedido recomendación a Cristo sobre una iglesia, Cristo te diría: ahí no, es una iglesia muerta.
Cristo te respondería eso, porque Cristo conoce sus obras:
v. 1 …Yo conozco tus obras…
v. 2b …porque no he hallado tus obras perfectas delante de Dios.
En otras palabras, eran obras deficientes.
Había algo que faltaba en esas obras, para que esas obras puedan ser perfectas y agradables delante de Dios.
La iglesia de Sardis reflejaba la historia de su ciudad:
Sardis se jactaba de dos cosas: su riqueza y sus defensas naturales. La ciudad se encontraba ubicado en la cima de una colina, rodeada de acantilados que se consideraban imposibles de escalar.
Los habitantes de esta ciudad se confiaron tanto en sus defensas naturales que, nunca pusieron guardias en varias partes de la ciudad, porque consideraron que eran precipicios peligrosos que nadie escalaría.
Esa arrogancia y autoconfianza los llevó a la derrota; no solo una, sino dos veces.
Justamente por esos lugares donde no pusieron guardias, atrevidos y valerosos guerreros escalaron la ciudad arriesgando sus vidas, y luego tomaron la ciudad por sorpresa.
Esta ciudad confiando en sus defensas naturales, termino siendo derrotado y jactándose de su riqueza, termino siendo pobre.
Lo que debe de ir quedando claro, es que, la iglesia de Sardis confiaba en su propio poder y capacidad para edificar la iglesia de Cristo.
Cada obra que ellos realizaban no era perfecta delante de Dios, porque ellos lo hacían separados de Dios.
Cada obra que ellos realizaban era muerta delante de Cristo, porque cada obra no tenía a Cristo mismo como la fuente de vida.
Esto nos habla de una iglesia que bajo sus obras tenían orgullo. Ellos se jactaban de la buena reputación que habían logrado y por eso pensaban estar vivos. Pero estaban muertos.
Hermano, si nos estamos dando cuenta que nuestra iglesia también está muerta, no nos desanimemos. Cristo tiene un plan de resucitación.
1. Despierta:
v. 2 Sé vigilante…
Cuando Cristo dice: Sé vigilante… esta pidiendo que estemos despiertos, atentos y alertas.
La ciudad de Sardis se confió en sus defensas naturales. Y aquí la iglesia se confió en el “nombre” que había conseguido, se confió en la “fama” que había logrado y bajó la guardia. Y Cristo pide a esta iglesia que vigile, que despierte.
Encontramos ese mismo mandato en el N.T., bajo dos circunstancias:
Velady orad, para que no entréis en tentación; el espíritu a la verdad está dispuesto, pero la carne es débil.
Mt. 26:41
- Iglesia despierta de tu conformismo espiritual.
Porque la tentación está al acecho de ti y tu carne es débil.
Velad, pues, porque no sabéis a qué hora ha de venir vuestro Señor.
Mt. 24:42
- Iglesia despierta de tu pereza espiritual.
- Iglesia despierta de tu inactividad espiritual.
Porque no sabes cuando viene tu Señor, pero déjame decirte que ya pronto viene tu Señor.
v. 3 …Pues si no velas, vendré sobre ti como ladrón, y no sabrás a qué hora vendré sobre ti.
Al igual que la ciudad de Sardis, fue sorprendida por sus enemigos y fue derrotada.
Cristo vendrá como un ladrón y tomará desprevenida a Su iglesia.
Cuando Él llegué repentinamente vendrá como Juez, porque Pedro nos recuerda que el juicio comienza por la iglesia.
Porque es tiempo de que el juicio comience por la casa de Dios; …
1 P. 4:17
Hermano, despierta si estás durmiendo espiritualmente y no estás velando por tu alma.
Despierta si no estás buscando tu fortaleza espiritual.
Hermano despierta, porque formas parte (eres miembro) de esta iglesia, y Cristo desea avivar esta iglesia muerta; pero eso difícilmente sucederá si tú como miembro estás durmiendo.
Entonces, en el plan de resucitación de Cristo, lo primero que desea que hagamos es que despertemos de nuestra pereza espiritual.
2. Reaviva lo rescatable (rescata lo que está a punto de morir):
v. 2 …y afirma las otras cosas que están para morir…
En otras palabras, Cristo le dice a la iglesia de Sardis: Anímate, todavía no te veo como una iglesia muerta del todo, todavía hay cosas que puedes evitar que se mueran.
Hay algo que la iglesia de Sardis tiene, que aún puede rescatar (reavivar).
La bíblica no especifica exactamente qué es eso que puede rescatar.
Pero aquí hay un principio de advertencia para nosotros.
Nosotros como seres humanos podemos ver a nuestra iglesia y rápidamente calificarla como una iglesia muerta, como una iglesia que no está siendo usada por Dios.
Pero Cristo puede ver a nuestra iglesia, como una iglesia con suficientes aspectos que todavía pueden reavivarse, que todavía no han muerto del todo. Una iglesia que todavía tiene esperanza.
La iglesia parece muerta, porque sus obras son deficientes.
Cristo dice, v. 1 …Yo conozco tus obras… v. 2b …porque no he hallado tus obras perfectas delante de Dios.
Sabemos que no somo salvos por obras, pero si somos salvos para obras.
Si somos salvos, nuestra fe tiene que producir obras.
Como dice Santiago:
Así también la fe, si no tiene obras, es muerta en sí misma.
Stg. 2:17
Este parece ser el caso de la iglesia de Sardis. Ellos realizaban obras, pero no obras a consecuencia de su fe, sino solo era activismo.
Recuerda que en el juicio final Cristo nos tratará de acuerdo a nuestras obras.
…y os daré a cada uno según vuestras obras.
Ap. 2:23
No confundamos el impulso de hacer cosas, con las buenas obras motivadas por fe.
Recuerda lo que tiempo atrás vimos: ¿por qué hago lo que hago?
Si estoy evangelizando, discipulando, predicando o sirviendo en tal ministerio ¿por qué lo hago?
Hay muchas cosas buenas que puedes hacer por motivaciones incorrectas, así que pregúntate ¿por qué hago lo que hago?
Las obras de la iglesia de Sardis eran deficientes o no era perfectas delante de Dios, porque eran obras no dirigidas por fe.
Hermano, lo que importa es qué estás haciendo y por qué lo estas haciendo.
No importa el hecho de que estés haciendo algo y ya.
Cristo conoce las motivaciones de tu corazón.
Es por eso que Cristo desea que los hermanos en Sardis puedan reavivar – puedan rescatar – esas obras deficientes y puedan ser obras perfectas delante de Dios, cuando lo realizan con fe.
Porque cuando nosotros tenemos fe en el Evangelio que profesamos, cuando de verdad creemos el Evangelio, este evangelio producirá frutos de buenas obras en nosotros.
Eso es lo que Jesús pide en el v. 3
3. Recuerda el evangelio y obedécelo:
Estos dos mandamientos van juntos.
v. 3 Acuérdate, pues, de lo que has recibido y oído; y guárdalo, …
Este es el corazón del mensaje. Lo que ahora Cristo nos pide, es la base de como permanecer despiertos, es la base de avivar lo que aun no se ha muerto.
La autoconfianza que sentía la iglesia de Sardis, el orgullo de haber obtenido una buena reputación y sus obras deficientes evidenciaba que ellos habían olvidado el Evangelio y como resultado, no estaban obedeciendo ese Evangelio.
Nosotros necesitamos el Evangelio no solo para nuestra salvación, también necesitamos el Evangelio para tener una vida espiritual constante.
- Para que nuestra vida espiritual se desarrolle.
- Para que nuestras obras sean agradables delante de Dios.
Y el Evangelio es algo que tiene que estar presente en todo aspecto de la iglesia: en sus ministerios, en sus obras, en el servicio, en la relación unos con otros, etc.El Evangelio tiene que permear cada área de la Iglesia, para que esa Iglesia este viva delante de Dios.
Nosotros pensamos que el Evangelio sirve simplemente para la salvación, pero no, va más allá de eso.
v. 3 Acuérdate, pues, de lo que has recibido y oído; y guárdalo, …
Pablo dice lo mismo en 1 Co. 15, usando otras palabras:
1 Además os declaro, hermanos, el evangelio que os he predicado, el cual también recibisteis, en el cual también perseveráis;
2 por el cual asimismo, si retenéis la palabra que os he predicado, sois salvos, si no creísteis en vano.
1 Co. 15:1 – 2
El Evangelio es la revelación de Dios sobre Jesús:
Es la buena noticia de que, aunque merecemos el juicio de Dios. Dios mismo fue quien entregó a Su Hijo Jesucristo para vivir la vida que no podíamos vivir y pagar el castigo que no podíamos pagar.
Entonces cualquiera que se aferre a la oferta de Dios, tiene que arrepentirse y poner su fe en Cristo. Solo a través de esta acción es que el hombre pecador puede recibir el perdón de sus pecados y una posición santa delante de Dios.
En este instante, por la gracia soberana de Dios se produce el misterio del nuevo nacimiento.
Esto es lo que los hermanos de Sardis habían recibido y oído. Este precioso Evangelio es lo que tenían que recordar y guardar.
Porque la vida cristiana no solo se trata de escuchar y de conocer el Evangelio.
Una señal de que realmente creo el Evangelio, es que lo obedezco. Eso es …guárdalo…
Eso es lo que Cristo nos manda en la gran comisión.
Enseñarles a obedecer.
19 Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo;
20 enseñándoles que guardentodas las cosas que os he mandado;…
Mt. 28:19 - 20
Esta es la base en la cual se edifica la iglesia. Este es el fundamento que le da vida a una iglesia.
Si el Evangelio no está presenta en una iglesia, esa iglesia esta muerta.
No hay otro fundamento. No es/son…
- …la música.
- …las actividades.
- …los ministerios.
- …ni la infraestructura.
Solo es Cristo y nada más. Todas estas cosas pueden adornar el evangelio, pero no es el fundamento.
El Evangelio debe de influenciar cada área de nuestra vida, individualmente y como iglesia.
Si obedecemos al Evangelio, todas nuestras obras cobrarán vida, porque lo haremos por el poder y la guía del E.S. y no bajo nuestras pasiones o motivaciones incorrectas.
Si aplicamos el Evangelio a nuestra iglesia, lucharíamos por mantener la unidad del Espíritu en vez de pelear unos con otros.
Si aplicamos el Evangelio a nuestra iglesia, habría mucho más perdón, habría mucho más amor, habría más hermanos negándose a sí mismos que imponiendo sus ideas (preferencias).
Si aplicamos el Evangelio a nuestra iglesia, pondríamos la necesidad del otro por encima de la nuestra.
Si aplicamos el Evangelio a nuestra iglesia, nos alentaríamos, nos corregiríamos en amor, confesaríamos nuestro pecado a un hermano porque sé que me ayudaría, habría una disciplina restauradora.
Y nuestra iglesia ganaría una buena reputación de estar viva delante de Dios.
Porque esa es la reputación que nos debería de importar.
v. 5b …y confesaré su nombre delante de mi Padre, y delante de sus ángeles.
El único reconocimiento que debemos desear como iglesia, es el reconocimiento de nuestro Señor.
Conclusión:
La valoración que Cristo tiene de nosotros, como iglesia, es la que más debe de importarnos y su valoración tiene que ser suficiente para nosotros. No busquemos la valoración del mundo.
Despertemos iglesia, rescatemos lo que aún no se ha muerto, como iglesia todavía tenemos esperanza y sobre todo, recordemos el Evangelio y vivamos nuestra vida cristiana en obediecia impulsados por el Evangelio.