Igualdad, libertad y unidad del evangelio.
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Hechos 15.6-21, 2º parte.
Introducción:
Introducción:
6 Y se reunieron los apóstoles y los ancianos para conocer de este asunto. 7 Y después de mucha discusión, Pedro se levantó y les dijo: Varones hermanos, vosotros sabéis cómo ya hace algún tiempo que Dios escogió que los gentiles oyesen por mi boca la palabra del evangelio y creyesen. 8 Y Dios, que conoce los corazones, les dio testimonio, dándoles el Espíritu Santo lo mismo que a nosotros; 9 y ninguna diferencia hizo entre nosotros y ellos, purificando por la fe sus corazones. 10 Ahora, pues, ¿por qué tentáis a Dios, poniendo sobre la cerviz de los discípulos un yugo que ni nuestros padres ni nosotros hemos podido llevar? 11 Antes creemos que por la gracia del Señor Jesús seremos salvos, de igual modo que ellos. 12 Entonces toda la multitud calló, y oyeron a Bernabé y a Pablo, que contaban cuán grandes señales y maravillas había hecho Dios por medio de ellos entre los gentiles. 13 Y cuando ellos callaron, Jacobo respondió diciendo: Varones hermanos, oídme. 14 Simón ha contado cómo Dios visitó por primera vez a los gentiles, para tomar de ellos pueblo para su nombre. 15 Y con esto concuerdan las palabras de los profetas, como está escrito: 16 Después de esto volveré Y reedificaré el tabernáculo de David, que está caído; Y repararé sus ruinas, Y lo volveré a levantar, 17 Para que el resto de los hombres busque al Señor, Y todos los gentiles, sobre los cuales es invocado mi nombre, 18 Dice el Señor, que hace conocer todo esto desde tiempos antiguos. 19 Por lo cual yo juzgo que no se inquiete a los gentiles que se convierten a Dios, 20 sino que se les escriba que se aparten de las contaminaciones de los ídolos, de fornicación, de ahogado y de sangre. 21 Porque Moisés desde tiempos antiguos tiene en cada ciudad quien lo predique en las sinagogas, donde es leído cada día de reposo.
Tres ingredientes que el evangelio de la gracia de Dios proporciona: igualdad, libertad y unidad. Esto fue lo que proporcionó el evangelio para poder solucionar el problema surgido entre los creyentes judíos y gentiles.
Recordando el problema:
Los maestros judíos que habían visitado la Iglesia de Antioquía y que enseñaban que si los creyentes gentiles no se circuncidaban no serían salvos y los creyentes judíos de Jerusalén, que habían sido fariseos, que consideraban que los gentiles que habían creído en el Señor necesitaban ser circuncidados y que debían guardar la ley de Moisés.
I. Reunión de los apóstoles y ancianos e intervención de Pedro.
I. Reunión de los apóstoles y ancianos e intervención de Pedro.
6 Y se reunieron los apóstoles y los ancianos para conocer de este asunto. 7 Y después de mucha discusión, Pedro se levantó y les dijo: Varones hermanos, vosotros sabéis cómo ya hace algún tiempo que Dios escogió que los gentiles oyesen por mi boca la palabra del evangelio y creyesen. 8 Y Dios, que conoce los corazones, les dio testimonio, dándoles el Espíritu Santo lo mismo que a nosotros; 9 y ninguna diferencia hizo entre nosotros y ellos, purificando por la fe sus corazones. 10 Ahora, pues, ¿por qué tentáis a Dios, poniendo sobre la cerviz de los discípulos un yugo que ni nuestros padres ni nosotros hemos podido llevar? 11 Antes creemos que por la gracia del Señor Jesús seremos salvos, de igual modo que ellos.
Igualdad en que Dios hizo la misma obra en judíos como en gentiles.
Dios les dio el Espíritu a los gentiles lo mismo que a los judíos.
Los judíos serían salvos por gracia igual que los gentiles.
Es en el evangelio donde se encuentra unidad.
Añadir algo a la gracia que dios había demostrado a los gentiles sería tentar a Dios.
II. Intervención de Bernabé y Pablo, v.12.
II. Intervención de Bernabé y Pablo, v.12.
Hechos 15.12 “12 Entonces toda la multitud calló, y oyeron a Bernabé y a Pablo, que contaban cuán grandes señales y maravillas había hecho Dios por medio de ellos entre los gentiles.”
La intervención de Bernabé y Pablo consistió en dar testimonio de las señales y maravillas que Dios había hecho entre los gentiles, estas eran evidencia de que Dios había decidido salvarles y por ello no era necesario imponerles las cargas de la ley.
Semejante a lo que se dice de los tesalonicenses, 1 Tes 1.4-10 “4 Porque conocemos, hermanos amados de Dios, vuestra elección;5 pues nuestro evangelio no llegó a vosotros en palabras solamente, sino también en poder, en el Espíritu Santo y en plena certidumbre, como bien sabéis cuáles fuimos entre vosotros por amor de vosotros.6 Y vosotros vinisteis a ser imitadores de nosotros y del Señor, recibiendo la palabra en medio de gran tribulación, con gozo del Espíritu Santo,7 de tal manera que habéis sido ejemplo a todos los de Macedonia y de Acaya que han creído.8 Porque partiendo de vosotros ha sido divulgada la palabra del Señor, no sólo en Macedonia y Acaya, sino que también en todo lugar vuestra fe en Dios se ha extendido, de modo que nosotros no tenemos necesidad de hablar nada;9 porque ellos mismos cuentan de nosotros la manera en que nos recibisteis, y cómo os convertisteis de los ídolos a Dios, para servir al Dios vivo y verdadero,10 y esperar de los cielos a su Hijo, al cual resucitó de los muertos, a Jesús, quien nos libra de la ira venidera.”
Lo que ellos contaron de la obra de Dios entre los gentiles reforzaba lo que Pedro había dicho.
III. Intervención de Jacobo, hermano del Señor, v.13-21
III. Intervención de Jacobo, hermano del Señor, v.13-21
Hechos 15.13-21 “13 Y cuando ellos callaron, Jacobo respondió diciendo: Varones hermanos, oídme. 14 Simón ha contado cómo Dios visitó por primera vez a los gentiles, para tomar de ellos pueblo para su nombre. 15 Y con esto concuerdan las palabras de los profetas, como está escrito:
16 Después de esto volveré Y reedificaré el tabernáculo de David, que está caído; Y repararé sus ruinas, Y lo volveré a levantar, 17 Para que el resto de los hombres busque al Señor, Y todos los gentiles, sobre los cuales es invocado mi nombre, 18 Dice el Señor, que hace conocer todo esto desde tiempos antiguos.
19 Por lo cual yo juzgo que no se inquiete a los gentiles que se convierten a Dios, 20 sino que se les escriba que se aparten de las contaminaciones de los ídolos, de fornicación, de ahogado y de sangre. 21 Porque Moisés desde tiempos antiguos tiene en cada ciudad quien lo predique en las sinagogas, donde es leído cada día de reposo.”
Jacobo se dirige a las Escrituras.
Lo que él va a decir es que el testimonio de Pedro concuerda con lo que Dios había dicho en su Palabra.
El cita al profeta Amos. (Amos 9.11-12) Este profeta tuvo su ministerio en el reino de Israel (reino del Norte) y anunció el juicio que Dios iba a enviar con la cautividad a causa de los pecados de Israel, a causa de la injusticia social que los Israelitas hacían hacia sus compatriotas, pero al final de su libro se encuentras las palabras que cita Jacobo.
En estas últimas palabras de su profecía Amos habla de la promesa de la restauración de Israel.
En esta restauración Dios restablecería el reinado de David, lo cual se cumple en el Mesías.
Y e este reinado del Mesías Dios llamaría a los pueblos gentiles para se vuelvan a él.
Entonces lo que Jacob está diciendo es que esto es lo que precisamente estaba pasando en ese momento. El Mesías, que es el descendiente de David que reinaría para siempre, había llegado y las naciones estaban siendo llamadas a venir al Señor. Por tanto era claro que Dios había querido salvar a los gentiles.
Entendiendo eso Jacobo propone una conclusión:
En razón de que lo que estaba ocurriendo con los gentiles era claramente el cumplimiento de lo dicho por el profeta Amos, es decir que Dios estaba llamando a los gentiles a que vengan a él, entonces no era necesario imponerles la carga de circuncidarse.
No se les debía inquietar a los gentiles que ya se convirtieron a Dios. Ya Dios los había recibido, no necesitaban hacerse judíos.
Solamente se les pide que se abstengan de ciertas cosas. Cosas que ayudaría a mantener la unidad con los creyentes judíos.
Lo que les pide tiene que ver con ciertas cosas relacionadas a su cultura.
Que se aparten de las contaminaciones de los ídolos.
Que se aparten de fornicación.
Que se aparten de ahogado y de sangre.
Estas cosas ayudarían a que hubiera paz y una correcta convivencia entre los creyentes judíos y gentiles.
¿Cuál es la razón que da para estas instrucciones?
Hechos 15.21 “21 Porque Moisés desde tiempos antiguos tiene en cada ciudad quien lo predique en las sinagogas, donde es leído cada día de reposo.”
Por un lado el conocimiento de la Ley estaba en todas partes por las sinagogas que enseñaban continuamente y si algún creyente gentil quisiera saber más sobre ella podría buscarlo en las sinagogas.
Por otra parte, estas nor
mas que se les dio debían tomarlas en cuenta porque en todo lugar habría judíos y ellos no debían ser de tropiezo.
Conclusión:
Conclusión:
Es necesario defender la suficiencia del evangelio cuando este es atacado.
Aunque Pedro y los misioneros apelaron al testimonio de la obra de Dios entre los gentiles son las Escrituras la autoridad final.
El evangelio nos trae igualdad porque nos recuerda que todos estamos necesitados de la misma obra de Dios y la misma gracia.
El evangelio trae libertad porque nos hace descansar en la gracia de Dios y no en el esfuerzo de nuestras obras.
El evangelio nos lleva a la unidad mostrando que los creyentes, sean gentiles o judíos son valiosos y amados por Dios y por lo tanto debemos negarnos a nosotros mismos y tomar medidas para vivir en armonía.