El Apóstol Simón el zelote
Jesús llama a los 12 apóstoles, y veremos las características de cada uno de ellos.
Lectura Bíblica
Introducción:
a) Su Importancia:
b) Su origen y trabajo
Gr. 2208 Zelotes, Ζηλώτης = «celoso», transliteración del heb. o aram. qaneán, ק֧נְאָן, «celo» (Nm. 25:10–11; 1 R. 19:10). Miembro de un partido de patriotas judíos, partidarios de la independencia de Roma (Josefo, Guerras 4, 3, 9; 7, 8, 1).
c) Su primer encuentro con Jesús
d) Su familia:
e) Su frecuencia
I. El apóstol “celoso”
capacidad o estado de compromiso apasionado
Dios es un Dios celoso, no porque envidie a los ídolos como rivales, sino porque no puede permitir que su honor sea menoscabado por la idolatría.
7065. קָנָא caná; raíz prim.; ser (caus. hacer) celoso, i.e. (en sentido malo) celoso o envidioso:—celar, celo, celoso, enojar, envidia, envidiar, solícito.
7072. קַנּוֹא canó; por 7067; celos o furia, cólera:—celoso.
a) La historia del movimiento “Zelote”
hubo un galileo, llamado Judas el cual fue acusado de incitar a la rebelión a los nativos, haciéndoles notar la vergüenza que sufrían al pagar tributo a los romanos, y de someterse a otro señor, excepto a Dios.
Éste sofista fundó una secta particular, que no tenía nada de semejante a todas las otras.
2. Había entre los judíos tres escuelas de filosofía: unos seguían a los fariseos, otro a los saduceos, y el tercero, que todos ejercen la santidad, era la de los esenios.
Eleazar Ben Yaír citó a todos y los animó con un célebre discurso donde planteaba que «las manos propias serían más piadosas que las del enemigo», y los arengó a «conservar nuestra libertad como un ejemplar monumento funerario», según el testimonio recogido por Josefo. Cuando los romanos penetraron en la fortaleza al día siguiente, solo encontraron ruinas humeantes y los cuerpos sin vida de cerca de mil defensores, mil hombres, mujeres y niños.
La experiencia zelota arrastró al judaísmo a su propia destrucción, a juicio de algunos estudiosos. Cuando los zelotas que lograron escapar de las tropas romanas trataron de refugiarse en Alejandría, sus propios compatriotas los entregaron a los romanos.