1 Juan 4: 19-21 | Por amor a mis hermanos

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La luna.
Todos en algún momento hemos tenido esta experiencia: Caminar bajo la noche oscuro, en algún bosque o cerro, o cualquier lugar sin alumbrado eléctrico. Y podemos caminar y andar en el camino porque la luna hace un excelente trabajo de iluminar en la noche. Pero si pensamos en la fuente de esa luz, o le preguntaramos ¡Hey, Luna! ¿De donde viene ese resplandor? Ella apuntaría siempre al sol, a la fuente mas fuerte y potente de luz. La luz del sol es tan poderosa que nada la puede detener, incluso si usted cierra sus ojos bajo el sol, no mira negro sino que mira como rojo, debido a la fuerte exposición del sol sobre nosotros.
Eso pasa con nosotros en la vida cristiana, hay un amor tan gran, fuerte y perfecto que solo puede venir de Dios. Nosotros solo somos el reflejo de ese amor en nuestras vidas.
Con este pasaje, corto, terminamos esta gran sección acerca del amor en la vida del cristiano. Desde el versiculo 7, el ápostol Pablo hace estan gran reflexión acerca del amor, terminando en el versículo 21.
(Repaso temas anteriores)
La verdadera raíz del amor de Dios
1 Juan 4: 7-16, en este pasaje miramos:
3 verdades acerca de Dios que nos motivan a amarnos unos a otros.
1. Dios es amor (v. 7-8)
2. Dios envió a su hijo (v. 9-11)
3. Dios permanece en nosotros (v. 12-16)
Como el amor nos da confianza en el día del Juicio
2 caracteristicas del amor de Dios para que enfrentes el juicio final:
El amor nos da confianza ante el juicio
El amor vence el temor del juicio
Llevandónos hasta estos últimos versículos. Hay una pregunta latente en mi mente al leer estos versículos.
¿Por qué tengo que mostrar amor a mis hermanos? Y en estos 3 versículos encontramos la respuesta a nuestra pregunta:
3 razones por las cuales tengo que mostrar amor a mi hermano

1. Porque Dios nos ha dado la capacidad de amar (v. 19)

2. Porque Dios nos ha dado un hermano para amar (v. 20)

3. Porque Dios nos ha dado ese mandamiento de amar (v. 21)

1. Porque Dios nos ha dado la capacidad de amar (v. 19)

Amar es una realidad en la vida cristiana. Un cristiano nunca podría decir que no puede amar, porque eso va en contra de nuestra naturaleza. El cristiano debe ser la persona que más pueda amar en este mundo, porque ha recibido el amor de DIOS.
Otra cosa muy diferente sería, que nos cuesta amar, o que nuestro amor no sea tan perfecto. Y en eso es lo que debemos trabajar, en como amar mejor y más a nuestros hermanos.
Así como un músico práctica duro para conseguir tocar bien su instrumento, así el cristiano debe esforzarse por demostrar amor a los demás.
Piensen en esto ¿Cuanto ayudaría en nuestra iglesia que yo amará más? ¿Cuantas personas nuevas vendrían a nuestra iglesia por el amor que nosotros demostramos?
Y es que el poder de un cambio en muchas aréas de nuestra iglesia, o incluso de nuestra propia familia, esta en la forma en que nosotros amamos. Sin amor no se puede existir, sin el amor no somos nada.
Ya hemos definido este amor, como una decisión y no solo una mera emoción o sentimiento.
Pero quiero citar el pensamiento de un maestro llamado Kittel, menciona:
“El amor es una actitud y no meras acciones”
Levítico 19:18 RVR60
18 No te vengarás, ni guardarás rencor a los hijos de tu pueblo, sino amarás a tu prójimo como a ti mismo. Yo Jehová.
Es importante comprender el amor como una actitud correcta para amar conforme a la voluntad de Dios. Porque de nada sirve “decidir” que obraremos bien a favor de los demás si no lo hacemos con amor.
La forma en que mostramos amor puede ser diferente y variar de persona en persona. Pero todos hemos sido capacitados por Dios para poder amar. A algunos se les hace más facil ayudar a los demás, a otros se les de más naturalmente dar regalos o pequeños detalles como muestra de afecto a los demás. Pero el punto es que todos estamos en la responsabilidad de amar, y mejorar la clase de amor que tenemos. Si del 1 al 10 usted si hiciera una evaluación acerca de como es su amor a los demás. Si tiene abajo de 9 esta fallando y necesita mejorar, tenemos que dar la excelencia a a hora de amar.
Pero algo que me resulta interesante en este v. 19 después de decir que nosotros podemos amar y que estamos en la capacidad de amar, Juan nos recuerda la causa o la razón por la que nosotros amamos. No amamos porque somos buenas personas, no amamos porque nuestros meritos nos han dado el poder de amar, no… nada que ver con eso.
v.19 … porque él nos amó primero.
Esa es la verdadera causa por la que nosotros podemos amar.
Dios es el primero que ama. Dios como en todo, es el que toma la iniciativa. Dios nos amó a nosotros antes de que nosotros seamos capaces de amarle.
San Agustín hizo este siguiente analisis; nosotros amamos a Dios porque él ya nos estaba ofreciendo su amor, pero Dios nos amó a nosotros estando en condición de enemigos, de extraños, en condición de muertos pecadores. Efesios 2 .
Esto también tiene que ver con la salvación, Dios es el primero en hacer algo para que luego nosotros podamos responder o mejor dicho, corresponder a él.
Juan 15:16–17 RVR60
16 No me elegisteis vosotros a mí, sino que yo os elegí a vosotros, y os he puesto para que vayáis y llevéis fruto, y vuestro fruto permanezca; para que todo lo que pidiereis al Padre en mi nombre, él os lo dé. 17 Esto os mando: Que os améis unos a otros.
Efesios 1:4–5 RVR60
4 según nos escogió en él antes de la fundación del mundo, para que fuésemos santos y sin mancha delante de él,5 en amor habiéndonos predestinado para ser adoptados hijos suyos por medio de Jesucristo, según el puro afecto de su voluntad,
Romanos 5:8 RVR60
8 Mas Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros.
No podemos jactarnos del amor que damos, porque debemos recordar que de principio a fin Dios es quién obra en nosotros. Dios nos capacita a nosotros, Dios nos impulsa a nosotros para que luego lo podamos hacer con los demás.
Dios nunca nos va a pedir algo que nosotros no podamos dar.
Es como si nosotros le pedimos a un niño que vaya a comprar a la pulpería, pero no le damos dinero. No va a poder comprar. Pero en cambio, si le damos dinero y suficiente, él si va a poder comprar.
Así mismo nosotros, tenemos una cantidad enorme de amor que Dios nos ha dado. ¿Qué estamos haciendo con ese amor? No retengamos lo que Dios nos ha dado, amemos a los demás porque Dios nos ha dado la capacidad de amar a nuestros hermanos.

2. Porque Dios nos ha dado un hermano para amar (v. 20)

Miren a su alrededor, Dios nos ha dado hermanos. Que los podemos ver, que los podemos tocar. La gente a nuestro alrededor no es de mentiras, son personas reales. Dios nos ha creado en comunidad, eso es la iglesia; un grupo de personas. Hemos sido traídos de diferentes lugares, hemos sido sacados de diferentes familias, de diferentes contextos. Y el deseo de Dios es que yo pueda amar a los que Dios ha puesto en mi camino.
En este versiculo, el Señor nos da una advertencia; cualquiera que diga que ama a Dios pero no ama a otros, es un engañador.
Un mentiroso, un falso, uno que casi esta rosando la hipocresía, así dice Dios que podemos llegar a ser si no amamos a los demás. Ya vimos en el verso anterior que todos tenemos la capaciadad de amar, todos hemos sido dotados como amor real para darlo a los demás, y aparte Dios nos ha dado hermanos, gente que le pertenece para que vivamos en la esfera de ese amor que nos ha dado en común.
El apóstol Juan, introduce el v. 20 con una suposición… tan real que cualquiera de nosotros en alguna medida la cometemos.
“Yo amo a Dios” es una frase tan común, que la escuchamos en la boca de muchos hoy en día. Dice Perez Millos, con respecto a esta frase “es tan facíl expresarlo, pero difícil demostrarlo”.
Y ese es el detalle, Dios nos ha dado herramientas para poder amar, pero no nos puede obligar. Eso ya lo deja en obediencia nuestra. NECESITAMOS DEMOSTRAR EL AMOR A LOS DEMÁS Y NO SOLO DECIRLO.
El amor de Dios no puede separarse del amor al prójimo.
Es incompatible amar a Dios y no a los demás. O amamos a los 2, o no amamos a ninguno. Es es el razonamiento de Juan. Ese es su argumento.
Es más añade en la parte final del versiculo, que es más facíl amar a nuestros hermanos porque los estamos viendo. Miramos sus necesidades, convivimos con ellos.
Se requiere más esfuerzo para amar a Dios, porque no lo estamos viendo. Por eso al tener el amor de Dios lo que se nos debe hacer más facíl es el amor a los demás.
Así como un triangulo, en cada lateral estamos nosotros y nuestros hermanos. Y la parte de arriba representa a Dios.
Entre más lejos estemos de Dios, dificilmente amaremos a los demás. Pero entre más cerca estemos de Dios, amaremos más a los demás.
No olvidemos esto hermanos, tenemos gente a nuestro alrededor. Es el pueblo del Señor, escogidos por Dios, salvados por Dios, objetos de la misericordia de Dios. ¿Cómo pues podría yo rehusarme a amarlos? ¿Cómo me negaría a amar a alguien en especifico? si esa persona tiene el mismo valor que yo tengo delante de Dios. A Dios le hemos costado lo mismo.

3. Porque Dios nos ha dado ese mandamiento de amar (v. 21)

Y finalmente Juan reprente nuestra hipocresía, con el mandamiento definitivo.
Esto no es nuevo, lo ha repetido varias veces en la carta. Y es que esto resume toda la exhortación de Juan a amarnos unos a otros.
Es un mandamiento, no una sugerencia. Debemos obedecer a Dios, no cuestionar, no querer cuestionar a Dios, ni siquiera poner excusas del porque se nos hace dificil amar a los demás y lo mucho que nos cuesta dar actos de amor. Es una orden directa por Nuestro Padre Celestial.
Sí decimos que Jesús es nuestro Señor realmente debemos oedecerlo.
Juan 13:34–35 RVR60
34 Un mandamiento nuevo os doy: Que os améis unos a otros; como yo os he amado, que también os améis unos a otros.35 En esto conocerán todos que sois mis discípulos, si tuviereis amor los unos con los otros.
Juan 15:17 RVR60
17 Esto os mando: Que os améis unos a otros.
10 Maneras de amar a mis hermanos
Ora por ellos (Santiago 5:16)
Ponlos en primer lugar (Fil 2: 3)
Busca el bien de las personas (1 Tesalonicenses 5: 15)
Pide perdón (Colosenses 3: 13)
Animalos a congregarse constantemente (Hebreos 10: 25)
Incluyelos en las actividades de tu vida (1 Pedro 4:9)
Sé generoso (1 Corintios 9:11)
Sacrificate por ellos (Juan 15:13)
Di la verdad (Efesios 4: 25)
Animalos con el evangelio (1 Tesalonicenses 5:11)
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