Consejo y oración para hoy
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31 de agosto
31 de agosto
Bienaventurado aquel cuya transgresión ha sido perdonada, y cubierto su pecado.
Hay una felicidad que muchos rechazan disfrutar: La felicidad del perdón.
Hay una felicidad que Dios da a los que aceptan su invitación de arreglar sus deudas por rebelión, ofensas y maldad en las cuales han incurrido.
Es la felicidad de vivir libre de culpa por haber sido declarado justo, inocente porque su deuda ha sido pagado, su ofensa cubierta para disfrutar una vida transparente, sin nada que ocultar por su corazón fue hecho limpio.
¿Cómo puedo llegar a tal estado de bendición?
David, el escritor de este salmo, nos describe ese proceso que él vivió que le permitió alcanzar esta felicidad que Dios ofrece.
Reconoce que tu acto de desobediencia, ofensa o maldad que has cometido te está dañando y te está causando dolor en tu vida. El pecado es la fuente de la tristeza, depresión, enfermedad, amargura o enojo que puedes estar experimentando.
Confiesa tu pecado a Dios, no dejes sin descubrir cualquier acto de maldad que has cometido, reconoce que te has rebelado contra Dios y necesitas su perdón.
Acude a Dios consciente que solo puedes libre mediante su poder.
Busca la dirección y consejo de La Palabra de Dios dispuesto a sujetarte en humildad para que puedas ser guiado en tu situación particular.
Deposita tu confianza en la misericordia de Dios que es suficiente para alcanzar a todo pecador y perdonar toda ofensa.
El ofrecimiento de perdón es la mas grande promesa que Dios puede hacerme, solo él puede librarme del pecado cometido que ha traído culpa, dolor y sufrimiento a mi vida.
El perdón de Dios abre la puerta para poder avanzar en los procesos de reconciliación que necesito pasar para ser libre completamente de deudas con Dios y mi prójimo.
No puedo vivir el resto de mi vida evadiendo mi culpa, ocultando mi pecado, dejando que la rebeldía que llevo dentro de mi, destruya mi vida, amargue mi corazón. Dios ha preparado para mi un estado de felicidad que puedo empezar a disfrutar aquí y ahora a partir del momento que yo acepte su oferta de perdón.
Mi deseo debe ser, vivir confiando que la misericordia de Dios me ha alcanzado para darme el perdón que mi corazón siempre necesita.
Oremos,
Padre solo tu puedes hacerme feliz al darme la libertad del que ha vivido esclavo del pecado, la paz de él que se ha reconciliado contigo y su prójimo, el gozo de él que sabe que su deuda a sido pagada, el amor de él que sabe lo mucho que ha sido perdonado.
Gracias porque tu tomaste la iniciativa para que tu perdón fuese posible al acercarte a mi, al amarme dando tu propio Hijo por mi rebelión, al aceptar como único pago por mi pecado la sangre de tu Hijo que murió en mi lugar, que asumió mi culpa para que yo pudiese ser perdonado.
Padre te pido que perdones mi falta de conciencia para valorar que tu perdón es la mas grande experiencia de vida que yo puedo anhelar que puedo disfrutar en cualquier circunstancia que paso.
Te pido por los que están luchando con las culpas de errores cometidos contra ti, contra si mismos, contra otras personas. Oro a ti por los que en este momento necesitan abrir la puerta del perdón porque es la única salida a su situación.
Te lo pido en el nombre de Jesús, amén.
En el nombre de Jesús, amén.
Para consejo y oración escribe a: sbustilloier@gmail.com