Consejo y oración para hoy

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1 de septiembre

Salmo 42:5 RVR60
¿Por qué te abates, oh alma mía, Y te turbas dentro de mí? Espera en Dios; porque aún he de alabarle, Salvación mía y Dios mío.
El desaliento, la tristeza profunda , y hasta la depresión son condiciones de el cuerpo, la mente y el corazón con las que a menudo nos encontramos en La Palabra de Dios.
Condiciones que surgen por diferentes razones, los Salmos nos muestran a los reyes Saúl y David en tal estado de ánimo, Los Cronistas nos hablan del depresivo profeta Elías, Nehemías cayó en depresión al darse cuenta de la situación en que estaba Jerusalén, El libro de Job nos habla del justo que maldijo el día de su nacimiento por estar pasando un terrible sufrimiento físico, espiritual y emocional que le agobiaba.
Todos los seres humanos tenemos que luchar con estados de desaliento y tristeza, y una buena parte en mayor grado con la depresión. La Palabra de Dios tiene una respuesta inicial que debe ser el fundamento para superar una condición como esta.
Hay una respuesta para la preguntas que constantemente nos hacemos con respecto a las cosas que nos traen desaliento y que nos hacen deslizarnos a pensamientos y acciones depresivas.
Matew Henry dice: Una fe confiada en Dios es un soberano antídoto contra toda depresión de ánimo y desconfianza en la Providencia.
Esa confianza empieza desarrollarse cuando en nuestro abatimiento nos acercamos, al Dios de nuestra vida, en oración llevando delante de él nuestros temores y necesidades, nuestra frustración o perdida, confiando que su misericordia nos alcanzará pronto.
La confianza en Dios toma lugar en nuestra vida cuando decidimos abandonar los pensamientos que nos alejan de Dios, que hacen ver la derrota como algo inevitable, la soledad como la mejor compañera y el rendirnos en la vida como la mejor salida.
Confianza que se demuestra cuando nuestra mirada no esta puesta en las circunstancias que buscan someterme, las emociones que quieren gobernarme, los pensamientos que quieren controlarme sino que mis ojos están puestos en una persona que me sostiene en medio de las circunstancias, renueva mis pensamientos, y llena mi corazón con su paz y gozo, esa persona es mi Salvador y Dios, Jesucristo.
Orar a Dios significa seguir creyendo que él sigue actuando como mi Salvador en los momentos cuando las lagrimas inundan mis ojos, la depresión ahoga la esperanza, mi cuerpo no soporta el dolor y el día de mi liberación parece demasiado lejano.
La mas profunda sed que agobia mi alma solo puede ser saciada en el altar de oración donde puedo depositar mi confianza en Dios.
La convicción mas profunda que debo albergar en mi corazón es que yo tengo una relación con un Dios personal, que se hizo hombre para poder entender mi dolor y sufrimiento, que puso su Espíritu en mi, para que nunca enfrentará solo esta vida, para estar siempre a mi lado.
Debo dejar de buscar dentro de mi o las circunstancias, la razón de mis problemas, los motivos de mi angustia, para descansar confiadamente en quien conoce quien soy y a donde él me está guiando.
Oremos,
Padre, me acerco a ti en medio de la tormenta, en el camino donde mis enemigos me asechan, en el punto de mi vida donde las esperanzas están muriendo para pedirte que sigas siendo mi Dios y mi Salvador.
Gracias porque en ti la esperanza no avergüenza, el amor nunca acaba y la fe nunca se agota, para creer que todo es posible, que hoy es el día de mi salvación, el día que el luto será cambiado en alabanza.
Padre como los momentos de dolor, de crisis son parte de la vida, te pido que tu mano sujete siempre la mía, tu brazo sostenga el mío, y en tus hombros siempre encuentre un lugar donde descansar de la lucha.
Hay personas que están a mi lado, o que en el interior de sus corazones gritan por un dolor que no cesa, una carga que no soportan y una tristeza que no los abandona, pon en sus labios una confesión de fe en ti que los salve ahora mismo de su condición de desaliento, tristeza o depresión.
Oro en el nombre de Jesús, amén.
En el nombre de Jesús, amén.
Para consejo y oración escribe a: sbustilloier@gmail.com
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