Dar Fruto es para Todos
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Dar Fruto es para todos
Dar Fruto es para todos
Dar fruto es para todos, todo ser vivo crece, pero no todos crecen al mismo ritmo. Cada fruto o árbol tiene su temporada y su ritmo de crecimiento, pero crece.
El Espíritu Santo, guía, dirige la vida de las personas. Las dirige pero¿a dónde? ¿a qué? y es aquí dónde cada uno tiene un ritmo diferente, pero redunda en un solo propósito. La respuesta es dar fruto, pero ¿cómo? ¿qué debo hacer yo en este momento? ¿en dónde quiere el ES que esté? de eso vamos a platicar.
Cuando el Señor Jesús empezó SU ministerio le pide a unos pescadores que lo sigan para que fueran algo que no eran en ese momento, seguirían siendo pescadores, pero de hombres, te aseguro que cuando escucharon eso, no tenían idea de qué quiso decir Jesús.
Jesús ya tenía muchos seguidores, pero nadie lo seguía sabiendo quién era en realidad y aún así Jesús los invitaba a seguirlo, pero su invitación era diferente.Hacía algo que los religiosos de la época no entendían, su mensaje no era ¡cambia y te puedes unir! su llamado era ¡sígueme y cambiarás! Acércate y serás transformado, escucha, pregunta, tu cercanía conmigo te cambiará, no será por que lo decidas con tu fuerza de voluntad, cambiarás porque eso les sucede a quienes se acercan a mí.
Y así sigue siendo en la actualidad, no vas a cambiar queriendo matar el pecado en ti, sino acercándote cada día más a tu Padre Celestial, es un proceso y el cambio es el resultado de experimentar el Amor de Dios.
En el NT hay 4 narraciones de la vida de Jesús: Mateo es testigo de los hechos, Marcos ayuda a Pedro a narrar su historia, Lucas investigó, entrevistó a mucha gente, Juan fue otro testigo. Por eso algunas historias las narran desde ángulos diferentes, la historia de hoy está en Mateo y Lucas:
“Cierto día, mientras Jesús caminaba por la orilla del mar de Galilea, vio a dos hermanos —a Simón, también llamado Pedro, y a Andrés— que echaban la red al agua, porque vivían de la pesca. Jesús los llamó: «Vengan, síganme, ¡y yo les enseñaré cómo pescar personas!». Y enseguida dejaron las redes y lo siguieron.” (Mateo 4:18–20, NTV)
¿Qué? ¡dejaron todo! vamos con calma, un tipo camina por la playa y les dice: dejen de trabajar y síganme y ellos abandonaron sus lanchas y se fueron, pero ¿cómo? ¿por qué?
“Un poco más adelante por la orilla, vio a otros dos hermanos, Santiago y Juan, sentados en una barca junto a su padre, Zebedeo, reparando las redes. También los llamó para que lo siguieran.” (Mateo 4:21, NTV)
Jesús les grita y ¡lo siguen! esto más que espiritual se oye irresponsable ¡papá el tipo de huaraches nos pide que lo sigamos! le dices a mamá que tuvimos que salir, guarda las redes ¡nos vemos! no sabemos cuándo regresaremos.
Al leerlo podemos pensar ¡algo no cuadra! Y así se invitó por mucho tiempo ¡deja todo y sigue a Jesús! ¡no importa qué estés haciendo déjalo! Algunos decían ¿por qué no puedo terminar mi carrera? ¿por qué debo dejar a mi novio o novia? ¿qué quiere decir eso de seguirlo? ¿por qué debo dejar mi adicción?
Algunos se emocionaban y se aventaban a dejar todo, y a veces, después de unos meses se arrepentían.
La buena noticia es que esto sí pasó, pero ¡no fue todo lo que pasó! Lucas escribe a gente como tú y yo que no son judíos, no esperan un Mesías y necesitan más contexto. Antes de dejar tu negocio, estilo de vida, escuela, Lucas da otros detalles. Empieza su evangelio diciendo que investigó profundamente, habló con mucha gente y ésta es su historia: Sucede cuando Jesús ministraba en la zona cerca del mar de Galilea, que en realidad es un gran lago, tan grande que necesitaban barcos para cruzarlo y para pescar.
“Cierto día, mientras Jesús predicaba en la orilla del mar de Galilea, grandes multitudes se abalanzaban sobre él para escuchar la palabra de Dios.” (Lucas 5:1, NTV)
Ahora sabemos que no sólo pasaba por ahí sin que está predicando a la orilla del mar de Galilea y mucha gente se acerca para escucharlo.
Y esto es lo primero, seguir a Jesús empieza con Información, con escuchar. Seguir a Jesús no empieza con hacer o dejar de hacer, comprometerte a algo, obedecer cierta regla. La fe del cristiano se construye con información y con la Verdad, con las enseñanzas de la Palabra, con escuchar, aprender, hacer preguntas. No es una fe ciega.
El Señor Jesús siempre edificó la fe de la gente, enseñó el concepto de fe en el Padre Celestial y dio información, todo empieza con: escuchar y aprender.
Es tanta la gente que lo van empujando, entra al agua y Jesús busca una solución:
“Jesús notó dos barcas vacías en la orilla porque los pescadores las habían dejado mientras lavaban sus redes.” (Lucas 5:2, NTV)
Pescan de noche y de día limpian y secan sus redes y las guardan para la noche siguiente; estos hombres están limpiando sus redes de ramas, algas y escuchan a Jesús:
“Al subir a una de las barcas, Jesús le pidió a Simón, el dueño de la barca, que la empujara al agua...” (Lucas 5:3, NTV)
Pedro, déjame usar tu barca un momento; quizá Pedro empuja un poco hacia dentro del agua la barca, se sienta con Jesús mientras lava sus redes. Más gente puede ver a Jesús.
“…Luego se sentó en la barca y desde allí enseñaba a las multitudes.” (Lucas 5:3, NTV)
Enseña desde el barco de Simón. La gente que lo seguirá escucha y aprende, la fe se construye con información, con escuchar ¡así empezó Simón, Andrés, Jacobo y Juan! Cuando Jesús termina de enseñar, pudo preguntarles ¿qué les pareció la enseñanza? ¿te gustó? Si Simón hubiera dicho ¡sí! entonces entendemos que Jesús le dijera: entonces, deja todo, a tu familia, casa y sígueme. Cuando menos ahora tiene algo de información con la que está de acuerdo. Mateo lo hace ver muy frío, radical. Hay más:
“Cuando terminó de hablar, le dijo a Simón: —Ahora ve a las aguas más profundas y echa tus redes para pescar.” (Lucas 5:4, NTV)
Esto es importante, le pide hacer algo que ha hecho antes, pero que ahora lo haga de forma diferente. En esto que Jesús pide hay 2 problemas: a) Ellos ya han lavado sus redes, pescaron toda la noche, están cansados. Jesús te oí enseñar pero ¿no me viste lavar mis rede? Simón le responde de forma educada:
“—Maestro —respondió Simón—...” (Lucas 5:5, NTV)
No le dice: ¡Señor o Dios! Sólo maestro, hay otros maestros como tú, te respeto y todo pero …
¡…hemos trabajado mucho durante toda la noche y no hemos pescado nada...” (Lucas 5:5, NTV)
El segundo problema es que la pesca ene se lago es de noche cuando el agua de la superficie está fresca y los peces suben. Al medio día el agua de la superficie está caliente y los peces buscan aguas frescas en el fondo del lago. La pesca siempre es de noche, y ellos ¡ya intentaron pescar toda la noche!
Simón ¡vamos a pescar cuando se supone que no sales a pescar! Quiero que hagas algo que has hecho muchas veces a tu manera, ahora quiero que lo hagas ¡a mi manera! No te pido que dejes tu familia, tus sueños, negocio, sólo te pido que hagas algo ¡una sola vez! pero de manera diferente.
Quizá Pedro pensó: Jesús ¡eres carpintero, no sabes nada de pesca! fue una buena enseñanza pero de pesca no sabes. Además, mucha gente me ve, mi reputación se va a los suelos, dirán que estoy loco. Ahora ¿qué crees que Jesús quiere que Simón aprenda? ¡que confíe en ÉL! Pedro responde:
“…pero si tú lo dices, echaré las redes nuevamente.” (Lucas 5:5, NTV)
No lo hago por que crea que va a funcionar, porque ¡no creo que funcione! no lo hago porque crea que mejorará mi reputación ¡no creo que lo haga! tampoco lo hago porque no tenga otra cosa qué hacer ¡tengo muchas cosas qué hacer! lo hago porque te escuché, puse atención a tus palabras y respeto lo que dices, hasta lo creo; no lo haría por nadie más, pero como tú lo dices ¡lo haré!
Esto es interesante e importante, ahora sabemos qué estaba en riesgo si Pedro no obedecía, si sabemos quién es Pedro es porque en ese momento dijo: está bien, confiaré en este hombre, haré lo que me dice, esto lo he hecho muchas veces, pero es la primera que lo hago de manera diferente.
Quizá esta es la razón por la que estás aquí, dentro de ti sabes que Dios es real, ya hes escuchado suficiente y sabes que te ama y tiene un propósito para ti; igual que con Pedro, ahora tú no sabes lo que está en riesgo y depende de tu respuesta.
Imagina que Jesús saca un proyector 3D y le dice: Simón, si me llevas a pescar y obedeces, mira lo que tengo para ti y le muestra la basílica de San Pedro en el Vaticano. Simón pregunta ¿qué es eso? ¡es tu tumba! lo construyeron en tu honor, les llevó 120 años terminarla, es una belleza del renacimiento y será en tu honor, serás muy conocido, ciudades se llamarán como tú, padres les pondrán Pedro a sus hijos en tu honor.
Así como tú y yo, Pedro no tenía idea de lo que estaba en riesgo, por una sola decisión: ¡hacer algo que ha hecho muchas veces, pero ahora de manera diferente! Cómo Jesús le dice que lo haga, sólo por que Jesús se lo dice ¿tú lo harías?
“Así lo hicieron….” (Lucas 5:6, NVI)
La evidencia que Pedro creyó no fue cuando lo pensó, lo medito, lo oró o cuando dijo que sí, la evidencia fue cuando ejecutó, cuando lo hizo, eso hace la diferencia:
“… y recogieron una cantidad tan grande de peces que las redes se les rompían. Entonces llamaron por señas a sus compañeros de la otra barca para que los ayudaran. Ellos se acercaron y llenaron tanto las dos barcas que comenzaron a hundirse. Al ver esto, Simón Pedro cayó de rodillas delante de Jesús y le dijo: —¡Apártate de mí, Señor; soy un pecador!” (Lucas 5:6–8, NVI)
Si el verso no terminará así, podríamos pensar, que al ver esto Pedro pudo fritar ¡papá ya no vamos a trabajar por 3 semanas! Pedro no hizo eso, que hubiera sido lo natural de hacer, querer sacar ventaja de las cosas, pero cuando Pedro vio la pesca lo que hace es otra cosa: es decir:
¡Apártate de mí, Señor; soy un pecador!” (Lucas 5:6–8, NVI)
En ese momento no le importan los pescados o pescar, sino que cae de rodillas y dice ¡apártate de mí Señor! Ya no le dice: maestro, sino SEÑOR y le dice: Soy un pecador.
En ese momento por primera vez Pedro puede ver quién es Jesús y lo reconoce, en ese momento sabe quién es ÉL y este es el principio de la relación de Pedro con Jesús.
Estuvo frente a Jesús, quizá unas 3 horas, el Salvador del mundo, pero no fue sino hasta que dio ese paso práctico de fe, que sus ojos se abrieron, también se abrió su corazón y vivió algo que nunca pensó, de tal forma que dijo: estoy ante la presencia de mi Señor, no de un maestro.
Jesús no le dijo: ¡qué bueno que te diste cuenta que soy Señor! sólo le dice: Pedro ¡sígueme, quiero que me siga!
Jacobo y Juan, hijos de Zebedeo están en la otra barca, ven lo que pasa y Jesús les dice:
“Pues estaba muy asombrado por la cantidad de peces que habían sacado, al igual que los otros que estaban con él. Sus compañeros, Santiago y Juan, hijos de Zebedeo, también estaban asombrados. Jesús respondió a Simón: «¡No tengas miedo! ¡De ahora en adelante, pescarás personas!».” (Lucas 5:9–10, NTV)
Les dice: ¡no tengan miedo! ¿por qué lo dice? porque estaban muertos de miedo y entonces es que les dice: De ahora en adelante…; o sea, tengo un plan para ustedes, no se los podía decir antes de tiempo, hasta que estuvieran dispuestos a hacer algo que han hecho muchas veces, pero hacerlo de manera diferente, así como les dije que lo hicieran. Al hacer eso, su fe, que era pequeña, ahora está creciendo y cuando esa fe se cruza con la fidelidad de Dios, ahora saben que SOY el Mesías.
Jesús sabe que ahora confiarán en ÉL. Pero todo empieza con una sola decisión, la de confiar en Jesús, una sola decisión que refleja algo que han hecho muchas veces, pero ahora de manera diferente , y es hasta entones, que les dice:
¡De ahora en adelante, pescarás personas!».” (Lucas 5:9–10, NTV)
¿Qué dijo? ¿pescar qué? ¡no sé, pero lo que sea que dijo yo le digo sí!
“Y, en cuanto llegaron a tierra firme, dejaron todo y siguieron a Jesús.” (Lucas 5:11, NTV)
Seguro que hubieras hecho lo mismo, peor no porque de pronto Jesús te dice que dejes todo y que serás pescador de hombres, sino porque ya lo has escuchado.
Después estos hombres dan un paso más de fe. Al principio no fue fácil, implicó un gran esfuerzo que permitió que el poder de Dios se mostrara en el milagro de la pesca, pero después de eso estuvieron listos para dejar sus redes y seguirlo. Ahora podemos decir: Mateo, eso nos hubieras dicho desde el principio y sería diferente.
Termino con esto, en esta historia hay 4 etapas, todas producen un fruto pero cada fruto es diferente.
PRIMERO. Acércate y escucha. Quizá empiezas en esta búsqueda espiritual, quizá no has escuchado lo suficiente o lo has escuchado tanto, quizá tus padre son líderes de la iglesia, pero tú realmente no has puesto atención. Si ese eres tú, sigue viniendo, más, estudia la Biblia, porque seguir a Jesús siempre empieza con información, así que has las preguntas pero ¡sigue escuchando a Jesús! El fruto será que tu vida empieza a encontrar un equilibrio.
SEGUNDO: Presta tu barco a Jesús. Aquí el fruto es dar un paso más, requiere esfuerzo ¡claro que sí! pero es tiempo de hacer algo más. Toma un discipulado formal, lee la Biblia de forma sistemática, ten un tiempo de oración más constante. Es verdad que requiere un esfuerzo, pero no tienes que preocuparte por las luchas, no tienes qué hacer algo en tus fuerzas, el Señor te pide tu barco, se lo tienes que dar, ÉL no te lo va a arrebatar.
TERCERO: Llévalo a pescar. Esto es cuando sabes que Dios quiere algo. Y aquí se pone emocionante. Tu Padre Celestial quiere que hagas algo que has hecho antes, pero ahora de manera diferente. Quizá tiene que ver con ciertas amistades, el noviazgo, lo que vez en el celular cuando estás sólo. Casi siempre es algo sobre las relaciones, el estudio, trabajo, finanzas. En este punto sabes que Dios te está hablando a ti y sabes qué es lo que Dios te está pidiendo.
Es algo que debes empezar a hacer o ¡dejar de hacer! Dios te lo está pidiendo. Hay un cambio que debes hacer en algún área de tu vida. Como si la voz de Dios te está hablando, es como si escucharas Su Voz. Quizá te dice ¡deja esa relación que sabes que te daña! influye de manera negativa en ti. Empieza a diezmar, habla a tus amigos de mí. Ten tu noviazgo pero ahora de forma diferente: respétalo, respetate, respétala. Sigue en esa profesión, pero no pierdas de vista que todo se trata de mí.
Lo interesante es que no sabes de lo que te pierdes si no lo haces. No sabes qué tantas cosas quería Dios hacer contigo y a través de ti. Quizá tienes miedo de hacerlo, pero ÉL te dice ¡vamos a pescar! harás algo que sabes hacer, pero ahora será a mi manera, quizá con tus amigos, trabajo, estudio. Será algo ahí dónde estás. El fruto será que muchos conocerán de Jesús y lo aceptarán como Salvador, por medio de ti, de tu testimonio, servicio, ministerio.
CUARTO. Deja tus redes y tu barco. Aquí es personal, Dios te dice ¡entrégame todo! Has oído, has hecho algunas cosas, pero no me has entregado todo lo que quiero de ti. Ahora, esto no es para todos, es para algunos. Aquí es cuando dejas de jugar y le dices ¡te doy toda mi voluntad! Te doy mis sueños, mi futuro, mis talentos y dones, mi vida es tuya. Sea hecha tu voluntad en mi vida.
Es verdad, no sabes nada de lo que será tu futuro, pero en esa decisión sabrás qué tanto Dios es Señor de tu vida.
Puede ser que Dios te llame para ser pastor, evangelista. Aquí es cuando te acercas al pastor y le dice: estoy para servir, si se trata de evangelizar, discipular, dar clases, lavar baños ¡lo que sea para la obra de Dios!
Aquí es cuando su Espíritu Santo quema todo lo que estorba, orgullo,soberbia, es aquí cuando dejas de jugar y te mantienes en pureza sexual, renuncias a todo lo que alimenta los deseos de la carne. Tu Señor te dice ¡no tengas miedo! ¡no temas!
¿En dónde estás? Es tiempo de tomar una decisión y actuar.
Palabra de Dios
Oremos