EL ESPÍRITU SANTO: SU PERSONA Y SU OBRA
INTRODUCCIÓN
1. LA PERSONA DEL ESPÍRITU SANTO
2. LA OBRA DEL ESPÍRITU SANTO
«Nadie será atraído nunca a la salvación en Cristo con la mera predicación […] primero el Espíritu tiene que obrar de manera sobrenatural a fin de abrir el corazón del pecador para recibir el mensaje»
Conclusión
El Espíritu Santo real no es una corriente electrizante de energía extática, un charlatán que nubla la mente con expresión irracional o un genio cósmico que indiscriminadamente concede deseos egoístas de salud y riquezas. El verdadero Espíritu de Dios no causa que su pueblo ladre como perros o ría como hienas. Él no los lanza de espaldas al suelo en un estado de estupor inconsciente. Él no los incita a adorar de una manera caótica e incontrolable y, ciertamente, no realiza su obra del reino mediante profetas impostores, falsos sanadores y teleevangelistas fraudulentos.