Discípulos sin Maestro
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Tema preparado para Escuela de Discipulado (AsoCentral)
Texto:
21 No todo el que me dice: Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos. 22 Muchos me dirán en aquel día: Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu nombre, y en tu nombre echamos fuera demonios, y en tu nombre hicimos muchos milagros? 23 Y entonces les declararé: Nunca os conocí; apartaos de mí, hacedores de maldad.
Propósito: Motivar a los oyentes a cambiar su manera de vivir pasiva hacia un cristianismo mas activo y agresivo demostrando asi el amor a Dios, siendo un verdadero discípulo de Jesús.
Introducción: ¿que significa ser un discípulo en terminos técnicos? quiza podriamos pensar en ser alguien que recibe una enseñanza de un maestro o erudito y los sigue al pie de la letra. Segun el diccionario de Google dice: “Persona que recibe enseñanzas de un maestro o que sigue estudios en una escuela.”
En nuestro contexto podriamos decir que ser discípulo en este caso de Jesús, seria: admirarlo, estudiarlo, imitarlo o en otras palabras es tratar de ser como Él. Así seria la esencia del discípulado cristiano. ¿será que aquí hay alguien que le gustaria ser como Jesús? levante su mano por favor para verle. De hecho no hay nada de malo en esto, todo lo contrario, la tia Hellen White lo menciona:
“Las gracias del Espíritu de Cristo deben ser grandemente apreciadas y reveladas por los hijos e hijas de Dios. Mediante su humildad, su penitencia, su deseo de ser semejantes a Jesús, de ser amoldados a su voluntad mediante la práctica de sus lecciones en la vida diaria, lo honrarán.”—The Review and Herald, 24 de agosto de 1897.
Ahora vamos a leer un versiculo muy lindo que nos presenta un caso de alguien que quiso ser igual a Jesús también.
Isaías 14:13–14 (RVR60)
13 Tú que decías en tu corazón: Subiré al cielo; en lo alto, junto a las estrellas de Dios, levantaré mi trono, y en el monte del testimonio me sentaré, a los lados del norte; 14 sobre las alturas de las nubes subiré, y seré semejante al Altísimo.
¿De quien esta hablando aqui? exactamente de lucifer, obviamente su propósito era totalmente diferente a algo noble, y espero no me mal interpretes, solo quiero que veamos algo muy interesante, es mas vemos aqui que el enemigo quiso el lugar de Jesús no como carácter sino como poder y autoridad, es que hay una diferencia tremenda que en esta mañana quiero invitarles a analizar entre querer parecerse a jesús y seguirlo por ello y querer tener los atributos de jesús que es la obsesión de satanás.
No se sabe como logro crear el enemigo ese maldito deseo en su corazon, pero lo que si entendemos por la inspiracion fue que engaño a un tercio de angeles que habian en el cielo, no se cuantos habra, pero se entiende que era una cantidad abrumadora, y asi llega a esta tierra y logra inocular el mismo deseo en la mente de los primeros padres.
Génesis 3:4–5 (RVR60)
4 Entonces la serpiente dijo a la mujer: No moriréis; 5 sino que sabe Dios que el día que comáis de él, serán abiertos vuestros ojos, y seréis como Dios, sabiendo el bien y el mal.
Mismo pensamiento, su obsesion maldita es compartida o inoculada en la mente de Eva, de una aparentemente sana e inofensiva; quiza ella podria haber dicho: “bueno el plan es ser semejante a Jesús, entonces ¿porque no?” “lo que me estas diciendo es que si como esto seré semejante a Jesús, bueno vamos a hacerlo” bueno entendemos que seguramente no era esa la linea de pensamiento del Eva ni mucho menos la de Satanas.
Frase introductoria: En otras palabras hay un asunto como lo es querer ser como alguien sin querer en realidad parecerse a su carácter, todo esto nos lleva a una realidad que podemos aplicar al discípulado; si hay al menos dos formas en el mundo de ser discípulo o de querer seguir a Dios una de ellas es querer parecernos a él en cuanto a su carácter y la otra es querer tener su poder sus prerrogativas y su estatus ¿cuál es la que anhelamos nosotros?
Mensaje: Seguramente la respuesta a la anterior pregunta es obvia y la misma pregunta es hasta ofensiva para un grupo de cristianos como el que esta aquí reunido. Ninguno aquí se considera tener el mismo espíritu del enemigo, ni mucho menos querer creernos como Dios, sin embargo puede que nuestra mente y nuestras acciones nos esten jugando una mala pasada enredando motivaciones erróneas con ser discípulos de Jesús.
Vamos a ver un par de historias que seguramente nos ayudaran a auto-evaluarnos en esta hora.
I. SIMON EL MAGO: La primera historia nos habla en
9 Pero había un hombre llamado Simón, que antes ejercía la magia en aquella ciudad, y había engañado a la gente de Samaria, haciéndose pasar por algún grande. 10 A éste oían atentamente todos, desde el más pequeño hasta el más grande, diciendo: Este es el gran poder de Dios. 11 Y le estaban atentos, porque con sus artes mágicas les había engañado mucho tiempo.
Se hacia pasar por alguien grande, en otras palabras su vida habia sido un engaño, porque hacia creer a las personas algo que no era; esto no es raro hoy, nos encanta que nos adulen, que nos vean un status o posición, que nos digan: “Pero mi hermano tu si que eres muy teso, super teso, recontra teso” entonces hasta podriamos responder: “mi hermano ¿podria repetir eso?” inmediatamente se nos dispara un poco la dopamina en el cerebro y nos sentimos mas especiales que otros.
Es más el texto dice literalmente que la gente pensaba y decía: “Este es el gran poder de Dios”, sin embargo despues nos dice que el no tenia una buena relación con Dios solo queria su status; mis apreciados hermanos ¿sera posible ser conocido como discípulo de Jesús, sin conocerlo? quería seguir a un tal jesús para recibir su poder, quería ser bautizado para que lo reconozcan como cristiano pero sin seguir a Jesús, queria ser discípulo e inscribirse en la asociación o en la iglesia local de discípulado pero sin seguir a jesús, es decir, él llegó a la iglesia porque tenia problemas y queria solucionarlos, y quiza despues de aparecer alli le pregunto al pastor: Mi pastor, cuenteme como puedo ser más cristiano, como puedo que me reconozcan en la asociación como un buen laico evangelista” (Status y reconocimento) ¿pero tú eres discípulo? sí, bueno sí, pero, yo lo que quiero es el poder a mí me da igual quién es ese jesús.
Bueno suena duro pero es lo que paso con Simon, de hecho la historia relatada por algunos padres de la iglesia, como Justino, relata que este hombre fue un gran enemigo de los apóstoles, dandole fuerza a una denominación religiosa llamada Simonianismo, que sale del pensamiento Gnóstico.
II. LOS EXORCISTAS AMBULANTES: Otra historia del libro de los hechos es bien particular y va por la misma idea
13 Pero algunos de los judíos, exorcistas ambulantes, intentaron invocar el nombre del Señor Jesús sobre los que tenían espíritus malos, diciendo: Os conjuro por Jesús, el que predica Pablo. 14 Había siete hijos de un tal Esceva, judío, jefe de los sacerdotes, que hacían esto. 15 Pero respondiendo el espíritu malo, dijo: A Jesús conozco, y sé quién es Pablo; pero vosotros, ¿quiénes sois?
Los siete hijos de Esceva se ganaban la vida vendiendo en un puesto al lado de la carretera, pan de yuca, arepas y por su acaso tambien sacaba demonios; lo más curioso del caso es que estos jóvenes invocaban el nombre de Dios sin conocerlo.
En otras palabras, ellos se hacian llamar discípulos, y buscaban que los reconocieran así, pero no conocian a Jesús.
La pregunta siempre recae en nuestros corazones ¿puede ocurrirnos esto? es la tremenda paradoja de quién quiere ser discípulo; quiere tener: carne de discípulo, actuar como discípulo, hablar como un discípulo, mimetizar un discurso aprendido, unos gestos aprendidos, un patrón de comportamiento aprendido, y hasta unas respuestas de escuela sabática aprendida; cuando en realidad ni se conoce al maestro ni se le ama y no queremos parecernos a él, solo queremos unos atributos que acompañan al que se bautiza o es lider de iglesia, ¿sera que es fácil para alguien hacerse pasar por discípulo?
III. DISCÍPULOS HOY: Existe algo inegable para nosotros hoy, y es lo que dice
21 No todo el que me dice: Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos. 22 Muchos me dirán en aquel día: Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu nombre, y en tu nombre echamos fuera demonios, y en tu nombre hicimos muchos milagros? 23 Y entonces les declararé: Nunca os conocí; apartaos de mí, hacedores de maldad.
La gran sorpresa de los últimos días será esta, Señor pero yo soy Adventista, nunca falte un sabado a la iglesia, estudiaba la lección y hasta cargo tenia; pero la respuesta de Jesus sera contundente. La tia Ellen de White lo dice en estas palabras:
“Por elevada que sea la profesión de fe, aquel cuyo corazón no está lleno de amor a Dios y a sus semejantes, no es verdadero discípulo de Cristo. Aunque posea una fe grande y tenga poder hasta de realizar milagros, si no tiene amor, su fe no valdrá nada. Podrá manifestar mucha generosidad; pero si el motivo de sus acciones no es el amor genuino, aunque dé todos sus bienes para alimentar a los pobres, no merecerá el favor de Dios. En su celo podrá hasta enfrentar el martirio, pero si no obra por amor, Dios lo considerará un engañado entusiasta o un hipócrita ambicioso.” —Los Hechos de los Apóstoles, 262, 263 (1911)
y añade en otra parte:
“¿Apreciáis tan profundamente el sacrificio hecho en el Calvario que estáis dispuestos a subordinar todo otro interés a la obra de salvar almas? El mismo intenso anhelo de salvar a los pecadores que señaló la vida del Salvador se nota en la de su verdadero discípulo. El cristiano no desea vivir para sí. Se deleita en consagrar al servicio del Maestro todo lo que posee y es. Le impulsa el deseo inefable de ganar almas para Cristo.” —Joyas de los Testimonios 3:343.
Llamado: Es decir, usted y yo tenemos dos caminos delante de nosotros:
ser cristianos de nombre, que asisten a la iglesia, que leen la lección, en el mejor de los casos, y con cargo en la iglesia, que asisten a capacitaciones con la Asociación, pero su interes misionero es opaco, siempre habra una excusa, siempre habra un impedimento, como dice EGW: “cuyo corazón no está lleno de amor a Dios y a sus semejantes, no es verdadero discípulo de Cristo. ”
o usted puede ser un verdadero discípulo que como dice EGW “Se deleita en consagrar al servicio del Maestro todo lo que posee y es. Le impulsa el deseo inefable de ganar almas para Cristo.”