La importancia de conocernos a nosotros mismos

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2 Corintios 13:5 RVR60
5 Examinaos a vosotros mismos si estáis en la fe; probaos a vosotros mismos. ¿O no os conocéis a vosotros mismos, que Jesucristo está en vosotros, a menos que estéis reprobados?
Amados hermanos, deseo comenzar el sermón de esta tarde con una pregunta bastante personal y profunda: ¿Quién eres? ¿Te conoces a ti mismo? y con ello no me refiero a una identidad cultural, social, nacional ni tampoco de género. Sino en tu naturaleza, en tu esencia, ¿Quién eres?
Esta es la pregunta que vamos a responder desde las Escrituras, Y veremos cómo el apóstol Pablo la utiliza para llevarnos a meditar en la fe en Cristo. Que el Señor nos ayude.

Doctrina

Autoexaminarnos con regurosidad en cuanto a nuestra naturaleza, nos ayudará a determinar si realmente tenemos la fe salvadora, es decir, ser aprobados en Cristo o ser reprobados fuera de Cristo.
Institución de la religión cristiana, Volúmenes I–III CAPÍTULO I: EL CONOCIMIENTO DE DIOS Y DE NOSOTROS MISMOS CONECTADOS MUTUAMENTE. NATURALEZA DE LA CONEXIÓN

el hombre nunca alcanza un verdadero autoconocimiento hasta que haya contemplado previamente el rostro de Dios, y descienda después de tal contemplación para mirarse a sí mismo.

Puntos del sermón
El mandato de examinarnos
El propósito de la autoexaminanción
El bienaventurado estado de ser aprobado en Cristo
El fatal estado de ser reprobado
Aplicaciones experienciales

Exposición escritural y doctrinal

2 Corintios 13:5 RVR60
5 Examinaos a vosotros mismos si estáis en la fe; probaos a vosotros mismos. ¿O no os conocéis a vosotros mismos, que Jesucristo está en vosotros, a menos que estéis reprobados?

Contexto

En esta segunda carta a los corintios , desde el cap. 10 hasta el final el apóstol Pablo defiende su apostolado ante un grupo que existía dentro de la Iglesia de corinto que dudaba de su elección y llamamiento como apóstol. (2Cor11:2-6)
Ya en el contexto inmediato de nuestro texto, el apóstol Pablo les recuerda que algunos de los corintios dudaban de su llamamiento como apóstol y buscaban una prueba en él, pero ahora el apóstol dará vuelta la situación, llevándoles a meditar a que si son capaces de dudar de su llamamiento como apóstol, también deberían preguntarse sobre su propia fe.
2 Corintios 13:5 RVR60
5 Examinaos a vosotros mismos si estáis en la fe; probaos a vosotros mismos. ¿O no os conocéis a vosotros mismos, que Jesucristo está en vosotros, a menos que estéis reprobados?
Doctrina: Autoexaminarnos con regurosidad en cuanto a nuestra naturaleza, nos ayudará a determinar si realmente tenemos la fe salvadora, es decir, ser aprobados en Cristo o ser reprobados fuera de Cristo.

1. El mandato de examinarnos

El apóstol Pablo por medio de este pasaje manda a los corintios (tanto a los que dudaban de su apostolado como a los demás que escuchaban la lectura de su carta) a examinarse. Ahora bien, ¿en qué sentido debían examinarse? en nuestro mismo pasaje el apostol señala el sentido en que debían examinarse por medio una pregunta retórica “O no os conocéis a vosotros mismos”. Pablo les está mandando a examinarse en relación a su naturaleza misma.
Nuestro pasaje dice “examinaos a vosotros mismos, probaos a vosotros mismos”. Esta repetición denota la importancia de este mandato, pero veamos que las palabras originales que el apóstol Pablo utiliza en esta repetición nos señala algo más profundo.
“Peirazete” Examinaos: Determinar la naturaleza de algo, incluyendo cualidades y defectos. (tentar)
“Dokimazete” Probaos: Observar y revisar cuidadosamente.
Ahora bien, si juntamos el significado de estas dos palabras podemos concluir que el apóstol Pablo está mandando los corintios auto examinarse con rigurosidad en cuanto a su naturaleza. Lo que nos lleva a preguntarnos ¿Qué es la naturaleza o esencia del ser? en palabras simples se refiere a la cualidad fundamental e inherente de algo que lo hace lo que es y lo diferencia de otras cosas (conocimiento del hombre).
Comencemos a responder la pregunta con la que iniciamos este sermón ¿Quién eres? a la luz del mandato apostólico a examinarnos en cuanto a nuestra naturaleza.
En primer lugar, los corintios tenían una idea del origen de la vida y de sí mismos basado en mitos (Tales de Mileto, Protomeo). Ahora bien, Si nos colocamos en el contexto histórico, Pablo manda a los corintios a que mediten sobre su naturaleza pero desde una posición bíblica “Jesucristo está en vosotros” no de una posición griega mitológica. Al hacer esto, los corintios tendrían mayor luz de sí mismos y de la veracidad del apostolado de Pablo. Veamos la postura bíblica de la naturaleza del ser humano.
El hombre en su naturaleza en su esencia, (ontologicamente hablando) es un ser creado a imagen y semejanza de Dios. Gen1.27 “27 Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó.”
Mientras se mantuvo es el estado de inocencia, su naturaleza se mantuvo intacta, siendo un ser creado a imagen y semajanza de Dios, el hombre se conocía perfectamente quién era en su ser (un hombre creado), era obediente a las leyes de su creador, era justo (puso nombres a los animales) y rendía honra y adoración a su creador (era santo, apartado para adorar a su creador) Gen2.25 “25 Y estaban ambos desnudos, Adán y su mujer, y no se avergonzaban.”
Pero el hombre bajo su propia elección traicionó a su creador cayendo del estado en el que fue creado, su naturaleza o esencia primigenia se distorsionó, la imagen de Dios en él se embarró, de un momento a otro, no sabía quién era en su naturaleza en la que fue creado, la desobediencia y la profanación se hicieron parte de su esencia, por lo que todas las partes que componen su cuerpo fueron corrompidas (cuerpo y alma).
Examinarse en cuanto a nuestra naturaleza desde las Escrituras es caer en cuenta que nosotros somos descendientes de estos primeros hombres, por tanto, tenemos una naturaleza corrupta, una esencia que fue distorsionada por el pecado. No sabemos exactamente quiénes somos (filósofos han divagado por los siglos), pero naturalmente somo desobedientes y profanos. Los corintios debían examinarse de esta forma.
Una examinación siempre necesita una comparación, por ejemplo, los resultados de un examen médico de una persona enferma, deben ser comparados con los de una persona sana. Ahora bien, en este mandato a examinación los corintios no debían compararse con sus hermanos “más piadosos” no, sino más bien compararse con los estándares que el creador nos ha dejado, a saber, su Santa Ley.
Este mandato a examinarse según el concepto de naturaleza bíblico y reconocer el terrible estado natural en el que nos encontramos, no es una tarea que el hombre pueda hacer por sí mismo, ya que dice la Palabra del Señor: Ef4.17-19 “17 Esto, pues, digo y requiero en el Señor: que ya no andéis como los otros gentiles, que andan en la vanidad de su mente,18 teniendo el entendimiento entenebrecido, ajenos de la vida de Dios por la ignorancia que en ellos hay, por la dureza de su corazón;19 los cuales, después que perdieron toda sensibilidad, se entregaron a la lascivia para cometer con avidez toda clase de impureza.”
Es necesaria una obra sobrenatural, la iluminación del Espíritu Santo para poder examinarnos correctamente y comprender nuestra naturaleza y sus consecuencias. 2Cor4.6 “6 Porque Dios, que mandó que de las tinieblas resplandeciese la luz, es el que resplandeció en nuestros corazones, para iluminación del conocimiento de la gloria de Dios en la faz de Jesucristo.”
Ahora bien, ¿Pará qué debían examinarse?

2. El propósito de la autoexaminanción

Los corintios debían examinarse con rigurosidad Para ver si estaban en la fe. Acá se hace referencia a la fe subjetiva.
2 Corintios b. Oración pidiendo perfección (13:5–10)

Pablo no se refiere a la fe objetiva que radica en la doctrina, sino en la confianza subjetiva en Jesucristo. Tiene en mente la fe viva del creyente que fielmente sigue los pasos del Señor y tiene comunión con él por medio de la oración.

La verdadera fe es activa y compele constantemente a los creyentes a que se prueben a sí mismos, para comprobar si Jesucristo, por medio del Espíritu Santo, vive en sus corazones. La verdadera fe testifica que hay una comunión íntima con el Padre y su Hijo (1 Jn. 1:3).

Ningún ser humano sabrá si está en la fe si antes no se ha visto en su naturaleza corrupta. La fe es el ancla que nos lleva a aferrarnos a Cristo, por lo que si un hombre que no ha sentido terror y asco de su naturaleza corrupta, la fe no tiene cabida en él. Porque... ¿De qué le serviría unirse a Cristo si ve su vida como buena o no tan mala?
Estar en la fe significa estar unido a Cristo, los corintios debían examinarse si habían comprendido la depravación de su naturaleza y si al entenderlo habían confiado salvíficamente en Cristo.
Romanos 8:11 RVR60
11 Y si el Espíritu de aquel que levantó de los muertos a Jesús mora en vosotros, el que levantó de los muertos a Cristo Jesús vivificará también vuestros cuerpos mortales por su Espíritu que mora en vosotros.
Tanto el examinarse como la fe salvífica son una obra del ES, ya que es el ES quien nos convence de pecado y engendra la fe para estemos unidos a Cristo.

XIV.2 Mediante esta fe el cristiano cree que es verdadero todo lo que está revelado en la Palabra, por la autoridad de Dios mismo que habla en ella; y actúa en forma diferente según lo que contiene cada pasaje en particular, produciendo obediencia a sus mandamientos,283 temblor ante sus amenazas, aceptación de las promesas de Dios para esta vida y para la venidera.285 Pero los principales actos de la fe salvadora son: aceptar, recibir, y descansar solamente en Cristo para la justificación, santificación y vida eterna, en virtud del pacto de gracia.

3. El bienaventurado estado de ser aprobado en Cristo

2 Corintios 13:5 RVR60
5 Examinaos a vosotros mismos si estáis en la fe; probaos a vosotros mismos. ¿O no os conocéis a vosotros mismos, que Jesucristo está en vosotros, a menos que estéis reprobados?
«¿O no sabéis que Jesucristo está en vosotros? A menos que quizás hayáis fallado la prueba». La pregunta que Pablo les hace a los corintios es retórica y espera de ellos una respuesta afirmativa. Si están seguros de que el Señor vive y reina en sus corazones, entonces querrán exaltarlo, hacer su voluntad y huir del mal.
La frase Jesucristo está en vosotros es probablemente un dicho originado por Jesús, el cual en su mensaje de despedida les dijo a sus discípulos: «Ustedes se darán cuenta de que yo estoy en mi Padre, y ustedes en mí, y yo en ustedes» (Jn. 14:20). Dado que estas palabras aparecen más de una vez en las epístolas de Pablo, deducimos que esta frase habría sido un dicho comúnmente usado en la Iglesia Primitiva. No hay duda de que Pablo cita este dicho como una fórmula muy conocida.
“Jesucristo en vosotros” El más grande pero hermoso misterio es el de nuestra unión con Cristo.
Cuando el Espíritu Santo convence a una persona de pecado se Justicia y juicio esta puede examinarse y puede evidenciar la fe salvadora en su vida y se goza en su estado de aprobación en Cristo.
Efesios 1:6 RVR60
6 para alabanza de la gloria de su gracia, con la cual nos hizo aceptos en el Amado,
El creyente puede decir con gozo y amor
Gálatas 2:20 RVR60
20 Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí; y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí.
Pero el que no comprende quién es, su examinación siempre resulta positiva y la fe que dice tener es solo de conveniencia:

4. El fatal estado de ser reprobado

2 Corintios 13:5 RVR60
5 Examinaos a vosotros mismos si estáis en la fe; probaos a vosotros mismos. ¿O no os conocéis a vosotros mismos, que Jesucristo está en vosotros, a menos que estéis reprobados?
Pablo ofrece un último comentario, una cláusula declarativa que se asemeja a una pregunta retórica que requiere una respuesta negativa. Fallar la prueba conduce al endurecimiento del corazón, y el endurecimiento del corazón conduce a la muerte espiritual.
Este estado es aquel que ningun ser humano debería estar. Ser reprobado significa estar en el estado natural en el que un hombre se encuentra sin Cristo, ser reprobado es mantenerse con la naturaleza pecaminosa hasta la muerte.

5. Aplicaciones Experienciales

La difícil tarea del autoexaminación, es fácil “examinar” a otros, pero no a nosotros mismos ¿por qué?
Ser puntuales e incluso fríos en las preguntas que nos haremos, por ejemplo:
¿Quién eres? ¿Creado a imagen y semejanza de Dios o eres producto del azar?
¿Qué piensas y sientes sabiendo que tu naturaleza es pecaminosa? ¿Terror y asco?
¿Tu alma siente desesperación al ver que estás a la deriva?
¿Es Cristo el nico refugio para tu alma afligida?
Depende de estas respuestas para que tú mismo veas si estás en la fe.
Sólo la fe correcta nos lleva a descansar con seguridad en el favor de Dios, sin vacilar, sino con una certeza firme y constante
—Juan Calvino
2 Corintios Consideraciones prácticas en 13:5

Las iglesias que trazan sus raíces en la Reforma, exhortan a sus miembros a que se preparen espiritualmente antes de presentarse a la mesa de la comunión. Siguen las instrucciones de Pablo en cuanto a no presentarse indignamente a la mesa, sino examinarse a sí mismos antes de comer el pan y beber de la copa. Si fallan en su deber de presentarse preparados, invocan el juicio de Dios sobre ellos mismos (1 Co. 11:27–29).

No solamente nos debemos preparar para celebrar la Santa Cena, sino que también debemos constantemente probar nuestros actos, nuestras palabras y tendencias (véase Gá. 6:5). Sin embargo, la debilidad humana causa muchas veces que no demos importancia al peligro de ignorar probarnos a nosotros mismos. Y si fallamos, nuestra dejadez nos lleva a la caída espiritual. La caída espiritual se caracteriza por no orar, desobedecer el mensaje de la Escritura, no asistir a los cultos y aislarse de los demás creyentes. Es muy triste ver que en la iglesia se descuide la práctica de ser responsables por las vidas espirituales de todos (Heb. 3:12–13; 4:1, 11; Stg. 5:19–20). Como consecuencias de esto, innumerables cristianos se alejan gradualmente del Señor y, después de un tiempo, dejan de tener una relación con él. Todo creyente debe responder a la pregunta en cuanto a si se encuentra en la fe.

Si hiciera la pregunta: «¿Qué significa para mí estar en la fe?», entonces respondería:

Que pertenezco a Jesucristo, en esta vida y en la vida venidera;

Que dedico todo mi ser a él como su fiel servidor;

Que ofrezco mi corazón a él, con prontitud y sinceridad;

Que rechazo el pecado y las obras del maligno;

Que deseo estar eternamente con Jesús.

Autoexaminarnos con regurosidad en cuanto a nuestra naturaleza, nos ayudará a determinar si realmente tenemos la fe salvadora, es decir, ser aprobados en Cristo o ser reprobados fuera de Cristo.
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