Disfrutando la verdadera felicidad IV parte
INTRODUCCION
¿Qué significa la felicidad? ¿Cuál es la verdadera felicidad? ¿Desea con todo su corazón obtener la verdadera felicidad? Si usted pudiera escoger entre felicidad verdadera y felicidad falsa, ¿Cuál escogería?
Ø Lectura del pasaje
Ø PROPOSICION: Hemos estado considerando la presentación que hace Dios de dos tipos de personas que reflejan la manera de disfrutar su felicidad para que usted escoja vivir como una persona verdaderamente feliz.
Hasta este momento hemos reflexionado claramente en los dos tipos de personas que Dios expone en forma de retrato.
¿Cuáles son este tipo de personas que Dios presenta?
I. La persona que Dios bendice (1-3)
Esta es la que refleja a la que es verdaderamente feliz. Y esta persona se distingue por tres aspectos de su vida, en otras palabras, lo que caracteriza la bendición del Señor en una persona… lo que lo hace verdaderamente feliz es:
a. Que es una persona que no ama al mundo.
b. Que es una persona que ama la palabra de Dios.
c. Que es una persona útil para los propósitos de Dios.
II. La persona que Dios maldice (4-6).
Esta persona es la que refleja a la que es falsamente feliz. Y esta persona también se distingue por tres aspectos de su vida en relación con Dios…nos hemos referido a dos:
a. Que es una persona inútil para los propósitos de Dios(4)
b. Que es una persona descalificada por Dios (5)
Cada una de estas personas es reconocida por su forma de vivir. Lo que Dios enseña es que la felicidad del hombre esta en total relación con su manera de vida y la manera de vida solo es el resultado de su asociación y plena identificación con aquello que le trae felicidad.
Pero, ¿Cuál es el tercer aspecto que lo distingue en su vida?
CUERPO
c. Que es una persona condenada a la infelicidad eterna (6)
Aquí es donde nos introduce la razón de toda la comparación que ha venido haciendo, porque Jehová conoce… El Dios eterno, el juez del universo, el Señor de toda la creación conoce profundamente al que es verdaderamente feliz…que es aquel con quien Dios se relaciona bien espiritualmente. El Señor a través del Apóstol Pablo hace referencia a esta comunión intima que El tiene con algunos Leemos en 2 Tim 2:19 9Pero el fundamento de Dios está firme, teniendo este sello: Conoce el Señor a los que son suyos; y: Apártese de iniquidad todo aquel que invoca el nombre de Cristo.
Dios aprueba complacido y retribuye con justicia la conducta de los suyos, por lo que hace dichosos y prósperos a los “justos”.
Observen la referencia que hace al estilo de vida del “justo”… le llama “camino del justo”, refiriéndose a lo que lo distingue como manera de vivir, de nuevo nos esta señalando al que Dios bendice…leer Vv1-3.
Pero, ¿que en cuanto al estilo de vida de los “malos”?
Ø “Mas la senda de los malos perecerá”. La senda se refiere a su manera de ir por la vida…la dirección que han escogido para vivir en su propio camino. En otras palabras es la «forma acostumbrada de conducirse y comportarse en la vida».
Este tipo de persona se llevara una trágica sorpresa, pues su manera de vivir quedara demostrada que es una decepción. Observen que su “senda perecerá”, lo que significa es que el estilo de vida que él había escogido vivir tiene su fin…el cree que así como vive ahora, disfrutara viviendo siempre. Es importante destacar que lo que “perecerá” no será la persona, sino su manera de vivir, “la senda”.
Así que, el camino que escogió vivir de “buena vida sin el gobierno de Dios” se acabara, esa forma de vida dejara de existir, terminará en ruina…y él quedara en ruinas.
Recuerdan, ¿Qué cosas han distinguido a esta persona? 1) Ama el mundo 2) rechaza la instrucción de Dios y 3) no es útil para los propósitos de Dios.
El destino final es la consecuencia de su elección durante su vida de “felicidad”…siempre hay consecuencias. El Señor nos dice que según la manera de vida que escoge una persona así se le retribuirá. Por medio del Apóstol Pablo Dios manda que no debe continuar en la mentalidad de una persona creerle a otros que una vida fuera del evangelio salvador de Cristo trae buenas recompensas en esta vida y en la otra; así leemos en Gálatas 6:7 No os engañéis; Dios no puede ser burlado: pues todo lo que el hombre sembrare, eso también segará.
8Porque el que siembra para su carne, de la carne segará corrupción; mas el que siembra para el Espíritu, del Espíritu segará vida eterna.
Nuestro Señor Jesucristo hizo un relato sobre un hombre que le hace una atrevida petición a su padre para dedicarse a disfrutar de la vida según su propio criterio de felicidad sin pensar en las consecuencias. Aunque este relato es contado por el Señor para reprochar el orgullo espiritual y avergonzar a los fariseos, sin embargo muestra la vida de una persona condenada a la infelicidad, a menos que se vuelva a Dios. Así leemos en Luc. 15:11-16 11También dijo: Un hombre tenía dos hijos; 12y el menor de ellos dijo a su padre: Padre, dame la parte de los bienes que me corresponde; y les repartió los bienes. 13No muchos días después, juntándolo todo el hijo menor, se fue lejos a una provincia apartada; y allí desperdició sus bienes viviendo perdidamente. 14Y cuando todo lo hubo malgastado, vino una gran hambre en aquella provincia, y comenzó a faltarle. 15Y fue y se arrimó a uno de los ciudadanos de aquella tierra, el cual le envió a su hacienda para que apacentase cerdos. 16Y deseaba llenar su vientre de las algarrobas que comían los cerdos, pero nadie le daba.
Este es el retrato de una persona que parecía tener lo que hoy algunos llamarían la bendición de Dios…comodidad y prosperidad. Sin embargo el Señor enseñó y nos enseña una gran lección sobre la verdadera felicidad que resulta de una vida bendecida por El, prosperada por El…con toda seguridad en términos directamente relacionados con la vida espiritual de la persona.
De modo que esa forma de vida se acabará y sufrirá el mayor fracaso de su vida.
Escuchen, cualquiera de nosotros puede sufrir un fracaso en esta vida, y sin embargo mientras viva aquí, tiene la oportunidad de superar el fracaso y hasta levantarse. Pero, no es lo mismo cuando Dios llame a cuentas al hombre que es hallado sin la justicia de Dios. La Palabra de Dios reiteradamente advierte de un juicio que retribuirá a los hombres según su forma de vida. Así leemos en Eclesiastés 12:14 Porque Dios traerá toda obra a juicio, juntamente con toda cosa encubierta, sea buena o sea mala. También en Heb 9:27 Y de la manera que está establecido para los hombres que mueran una sola vez, y después de esto el juicio…
¿A que juicio se refiere? ¿Es en esta vida? ¿Cuál juicio…dirán los burladores? El Señor nuestro Dios “controla el reloj y el calendario de la rendición de cuentas”.
El siguiente pasaje que voy a citar nos lleva a presenciar las imágenes de un acontecimiento irreversible en el futuro…una sala judicial…un tribunal de justicia, donde son puestos como criminales una cantidad innumerable de personas delante del Juez del Universo. Las evidencias de culpabilidad son puestas a la vista de los acusados que son identificados por nombre y apellido;
los cargos están relacionados con todas las acciones realizadas durante la vida que esa persona escogió y por supuesto sus acciones están asociadas con sus pensamientos y palabras, que al ser comparadas con los parámetros elevados de la santidad de Dios quedan sin escapatoria. Leamos este pasaje en Apocalipsis 20: 11 Y vi un gran trono blanco y al que estaba sentado en él, de delante del cual huyeron la tierra y el cielo, y ningún lugar se encontró para ellos. 12Y vi a los muertos, grandes y pequeños, de pie ante Dios; y los libros fueron abiertos, y otro libro fue abierto, el cual es el libro de la vida; y fueron juzgados los muertos por las cosas que estaban escritas en los libros, según sus obras. 13Y el mar entregó los muertos que había en él; y la muerte y el Hades entregaron los muertos que había en ellos; y fueron juzgados cada uno según sus obras. 14Y la muerte y el Hades fueron lanzados al lago de fuego. Esta es la muerte segunda. 15Y el que no se halló inscrito en el libro de la vida fue lanzado al lago de fuego.
¡“La senda de los justos perecerá”!…la consecuencia será destrucción, no se trata de eliminación (eso no es lo que se observa en el relato de la muerte del “rico y Lázaro”), sino que no tendrán éxito en lo que emprendieron, el camino que escogieron no era verdaderamente un camino de dicha y felicidad que perduraría. Todos sus planes acabarán en desengaño y ruina. Se conducirán a la destrucción, los que transitan por este camino llegaran a un final desastroso en esta vida y en la venidera.
Ø ILUSTRACION BIBLICA. Hubo un hombre que estuvo a punto de escoger vivir como “los malos”. Todo comenzó por envidiar la vida de estos, a razón de que a estos todo parecía irles bien, porque eran “felices” según los criterios de prosperidad que la sociedad tenía. Pero al final se dio cuenta, por revelación divina, cual era realmente el fin de estos. Observemos este pasaje, es el Salmo 73:1-9, 12, 14, 17-20, 27.
Hermanos, Dios mismo retribuirá justamente a todos ellos… los condenará y los sentenciará al infierno. Jesús les dirá a los impíos “nunca os conocí Apartaos de mi hacedores de maldad” Mat. 7:23
Aunque todo esto es una justa retribución para los “malos” (los que permanecen en ese estado natural sin ser transformados por el evangelio), sin embargo Dios sinceramente desea que “todos sean salvos, lo que significa que vengan al conocimiento de la verdad”. Dios ha dejado testimonio de sus buenos deseos en la salvación de las personas, al usar como ejemplo la incredulidad de un grupo de personas de la nación de Israel, leemos en Ezequiel 33:11 Diles: Vivo yo, dice Jehová el Señor, que no quiero la muerte del impío, sino que se vuelva el impío de su camino, y que viva. Volveos, volveos de vuestros malos caminos; ¿por qué moriréis, oh casa de Israel?
Por este terrible final, el Señor ha dicho 13Entrad por la puerta estrecha; porque ancha es la puerta, y espacioso el camino que lleva a la perdición, y muchos son los que entran por ella; 14porque estrecha es la puerta, y angosto el camino que lleva a la vida, y pocos son los que la hallan. (Mateo 7:13-14); “yo soy el camino…” (Juan 14:6)
El que desea una vida de falsa y pasajera felicidad, se distingue por estos tres aspectos: es inútil para los propósitos de Dios, esta descalificada por Dios, esta condenada a la infelicidad eterna. ¡Que gran contraste entre el fin del camino del creyente y el incrédulo…todo por una diferente apreciación de lo que es felicidad!
CONCLUSIÓN
Ø Proposición: Hemos considerado la presentación que hace Dios de dos tipos de personas que reflejan la manera de ser felices para que usted escoja vivir como una persona verdaderamente feliz. ¿Cuáles son estas dos personas que Dios presenta? I. Es la persona que Dios bendice: no ama al mundo, que ama la palabra de Dios, que es útil para los propósitos de Dios.
II. Es la persona que Dios maldice: que es inútil para los propósitos de Dios, que esta descalificada por Dios, que esta condenada a la infelicidad eterna.
Ø En resumen, hemos aprendido que disfrutar de la verdadera felicidad consiste en estar bien con Dios…tener su aprobación en relación a la vida gobernada por El… ¡PRESENTAR A CRISTO COMO SEÑOR!
Ø ¿Desea con todo su corazón obtener la verdadera felicidad? ¿Desea con todo su corazón la bendición del Señor? Entonces, ya que la verdadera felicidad depende de que viva como un “justo”. ¿En qué estilo de vida está viviendo hoy en día? ¿Esta viviendo como la persona que es verdaderamente feliz…como el justo o como la persona que es falsamente feliz…como los malos…el impío?
Ø ¿Cómo ha escogido vivir? Hermano (a) tú debes estar viviendo como una persona verdaderamente feliz; pero si este no es su caso, entonces escoja vivir como una persona verdaderamente feliz.
Si usted ha escogido vivir como los “malos”…con las distinciones que Dios hace de ellos, trágicamente usted no es verdaderamente feliz. Muchos de los impíos gozan de felicidad pero ¿hasta dónde trascenderá esa felicidad? ¿Trascenderá hasta la vida eterna?
Hermanos, la persona que es verdaderamente feliz es aquella que tiene la bendición de Dios y puede disfrutar de la verdadera bendición de Dios ¡aquí y ahora!
Y aun más…la plenitud de esa bendición en la presencia de nuestro gran Dios y Salvador Jesucristo, cuando se manifieste con poder y gran Gloria…estaremos con él en su reino…eternamente. ¿AMEN? LEER AL UNISONO SALMO 73:23-26