homilia 17 de septiembre

La palabra perdonar parece estar relacionada con dar o donar. Sería algo así como un hacia o para dar o donar. Otras lenguas modernas tienen la misma idea de fondo. Esta no es la primera idea que encontramos en la Biblia. En el nuevo testamento tenemos que la idea de fondo es dejar de cobrar, levantar la deuda. No es lo mismo una cosa que la otra.

En el nuevo testamento, en esta parábola encotramos claramente esa idea. El rey no se ha cobrado su deuda. Esto es lo primero que llama la atención. Lo escandaloso para las personas que escuchaban a Jesús. Esto es lo que resalta. El rey no se cobró la deuda. Porque la deuda era descomunal, no podía imaginarse esa cifra. Sería equivalente al trabajo de centenas de miles de años. Quizá un pequeño rey como Herodes el Grande podía recibir 1000 talentos de Roma. Diez mil talentos podía ser tranquilamente toda la riqueza de esa zona, en ese momento. Qué es lo que salta a la luz. Que el rey no se lo cobró. En las parábolas las medidas escandalosas de Jesús buscan eso, sorprender. Es una medida escandalosa que una mujer ponga un poquito de levadura en una masa para cientos de personas y toda la masa fermente. Es sorprendente que un arbusto de mostaza crezca hasta convertirse en un árbol y que sus ramas soporten a los pájaros. Eso no sucede así. Esas medidas están mal diría uno. Pero esas medidas las usa Jesús para llamar la atención de su mensaje. Perdonar es no reclamar la deuda. Esto es justamente lo que hace este servidor con una cifra modesta. Él reclama la deuda de un par de meses. Exige la deuda personal.

Lo central de la parábola es definir el perdón divino y el perdón humano. La parabola no apunta a eliminar la justicia en las deuda. Ante una ofensa recibida perdonar es no buscar cobrarmela, no querer pagar de la misma manera, no aplicar ojo por ojo, diente por diente. La parabola toma la vestidura de deudas en dinero, pero no apunta a eliminar todo reclamo legítimo de lo justo. La justicia es una virtud cristiana. Uno puede reclamar lo justo, ni más ni menos. Si uno sufre un robo, reclama lo robado, ni más ni menos, y no paga con la misma moneda