PREGUNTAS DOCTRINALES: LOS CRISTIANOS Y LA MÚSICA.TIPOS DE MÚSICA EN LA BIBLIA.

INTRODUCCIÓN:

Hasta aquí hemos estudiado los temas:

¿Deben los cristianos escuchar música secular?

La música en la Biblia.

Los instrumentos musicales en la Biblia.

Ahora vamos a estudiar las distintas canciones que encontramos en la Biblia:

Encontramos algunos ejemplos de cantos piadosos o espirituales, tales como:

1. El canto de liberación de Moisés Éxodo 15.1-18

2. La canción de victoria de Débora y Barac Jueces 5.1-31

3. El canto de alabanza de Ana 1 Samuel 2.1-10

4. Lamento de David por Saúl y Jonatán 2 Samuel 1.17-27

5. Canto de victoria de David Salmo 18

6. Canción de amor de Salomón Cantares 2.10-15

7. Canción de alabanza de María Lucas 1.46-55

8. Himno a Cristo Jesús Filipenses 2.6-11

Entre otros.

Sin embargo, también la biblia algunas canciones que de alguna manera son advertencia para nosotros, para que consideremos no utilizar, ni cantar esas canciones:

Hablamos de:

1. La canción de los borrachos. Salmo 69:12

Salmo 69:12 RVR60

12 Hablaban contra mí los que se sentaban a la puerta, Y me zaherían en sus canciones los bebedores.

¿Qué quería decir el salmista al referirse a la canción de los bebedores?

En el contexto, se está refiriendo a la música cuya letra es en forma de burla o de mofa y que es usada aún públicamente.

Una canción que insulta a las personas. Obviamente es una música de impíos.

2. La canción de los necios. Ec 7:5

Eclesiastés 7:5 RVR60

5 Mejor es oír la reprensión del sabio que la canción de los necios.

En el contexto, el escritor está estableciendo un contraste, entre lo que es mejor al hombre y lo que el mundo ofrece.

Es interesante que Salomón usa la palabra “mejor” ocho veces para poner énfasis en lo que es preferible (vv. 1 [dos veces], 2–3, 5, 8 [dos veces], 10).

Ahora cuando él habla de la canción del necio, está hablando de aquella que produce alegría y júbilo exterior, y que es contraria a la seriedad que conlleva la reprensión del sabio.

Hablamos de aquella canción que produce ajetreada y vana alegría de los necios pero que no es duradera, pues es proclive a caer en el desánimo y dejar de ser.

Luego está:

3. La canción del afligido. Prov. 25:20

Lejos de ser algo positivo, encontramos que es una forma negativa de querer ayudar a una persona que se encuentra en dificultades.

Y el proverbista, muestra como tratar de animar por medio de canciones a una persona que se encuentra desanimada o deprimida (afligido) es tan cruel como robarle su ropa en tiempo de frío. También es como derramar vinagre sobre el jabón (carbonato sódico); no sirve de nada y provoca una reacción violenta.

Ser insensible e inmisericorde, causa mucho daño.

Y la última:

4. La canción de la ramera. Isaías 23:15-16

Isaías 23:15–16 RVR60

15 Acontecerá en aquel día, que Tiro será puesta en olvido por setenta años, como días de un rey. Después de los setenta años, cantará Tiro canción como de ramera. 16 Toma arpa, y rodea la ciudad, oh ramera olvidada; haz buena melodía, reitera la canción, para que seas recordada.

En el contexto de estos versículos, debemos entender que Isaías está profetizando que en el período de los 70 años, de cautiverio cuando el comercio de Fenicia quedó muy restringido por los asirios, es también llamado los días de un rey.

Pero después de los setenta años Isaías dice que … Tiro volvería a ser un centro de comercio, como una ramera (Is. 23:15–17) que fue olvidada pero retorna a su práctica ilícita, cantando para atraer de nueva cuenta a sus amantes.

De acuerdo con esta comparación, entendemos que la canción de la ramera, es aquella que:

Sirve para atraer a sus amantes.

Que se usa para conseguir dinero, a través de la prostitución o relaciones sexuales ilícitas.

Aquella canción que promueve la idolatría espiritual.

CONCLUSIÓN:

Cuando la Biblia nos advierte de esas canciones que estudiamos, es para que cada uno de nosotros las identifiquemos plenamente en aquellas músicas que están en el mundo, y nos dá una razón más para que nosotros evitemos cantar música secular o mundana.

Y también evitar aquella música cuyos ritmos fueron inventados con esos mismos fines, aunque ahora se estén utilizando en la llamada “Música Cristiana”.

Nuestros cantos deben ser cánticos espirituales y la música que escuchamos deben ser también espirituales.