Consejo y Oración 0921

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1 de septiembre

Salmo 42:5 RVR60
¿Por qué te abates, oh alma mía, Y te turbas dentro de mí? Espera en Dios; porque aún he de alabarle, Salvación mía y Dios mío.
El desaliento, la tristeza profunda , y hasta la depresión son condiciones de el cuerpo, la mente y el corazón con las que a menudo nos encontramos en La Palabra de Dios.
Condiciones que surgen por diferentes razones, los Salmos nos muestran a los reyes Saúl y David en tal estado de ánimo, Los Cronistas nos hablan del depresivo profeta Elías, Nehemías cayó en depresión al darse cuenta de la situación en que estaba Jerusalén, El libro de Job nos habla del justo que maldijo el día de su nacimiento por estar pasando un terrible sufrimiento físico, espiritual y emocional que le agobiaba.
Todos los seres humanos tenemos que luchar con estados de desaliento y tristeza, y una buena parte en mayor grado con la depresión. La Palabra de Dios tiene una respuesta inicial que debe ser el fundamento para superar una condición como esta.
Hay una respuesta para la preguntas que constantemente nos hacemos con respecto a las cosas que nos traen desaliento y que nos hacen deslizarnos a pensamientos y acciones depresivas.
Matew Henry dice: Una fe confiada en Dios es un soberano antídoto contra toda depresión de ánimo y desconfianza en la Providencia.
Esa confianza empieza desarrollarse cuando en nuestro abatimiento nos acercamos, al Dios de nuestra vida, en oración llevando delante de él nuestros temores y necesidades, nuestra frustración o perdida, confiando que su misericordia nos alcanzará pronto.
La confianza en Dios toma lugar en nuestra vida cuando decidimos abandonar los pensamientos que nos alejan de Dios, que hacen ver la derrota como algo inevitable, la soledad como la mejor compañera y el rendirnos en la vida como la mejor salida.
Confianza que se demuestra cuando nuestra mirada no esta puesta en las circunstancias que buscan someterme, las emociones que quieren gobernarme, los pensamientos que quieren controlarme sino que mis ojos están puestos en una persona que me sostiene en medio de las circunstancias, renueva mis pensamientos, y llena mi corazón con su paz y gozo, esa persona es mi Salvador y Dios, Jesucristo.
Orar a Dios significa seguir creyendo que él sigue actuando como mi Salvador en los momentos cuando las lagrimas inundan mis ojos, la depresión ahoga la esperanza, mi cuerpo no soporta el dolor y el día de mi liberación parece demasiado lejano.
La mas profunda sed que agobia mi alma solo puede ser saciada en el altar de oración donde puedo depositar mi confianza en Dios.
La convicción mas profunda que debo albergar en mi corazón es que yo tengo una relación con un Dios personal, que se hizo hombre para poder entender mi dolor y sufrimiento, que puso su Espíritu en mi, para que nunca enfrentará solo esta vida, para estar siempre a mi lado.
Debo dejar de buscar dentro de mi o las circunstancias, la razón de mis problemas, los motivos de mi angustia, para descansar confiadamente en quien conoce quien soy y a donde él me está guiando.
Oremos,
Padre, me acerco a ti en medio de la tormenta, en el camino donde mis enemigos me asechan, en el punto de mi vida donde las esperanzas están muriendo para pedirte que sigas siendo mi Dios y mi Salvador.
Gracias porque en ti la esperanza no avergüenza, el amor nunca acaba y la fe nunca se agota, para creer que todo es posible, que hoy es el día de mi salvación, el día que el luto será cambiado en alabanza.
Padre como los momentos de dolor, de crisis son parte de la vida, te pido que tu mano sujete siempre la mía, tu brazo sostenga el mío, y en tus hombros siempre encuentre un lugar donde descansar de la lucha.
Hay personas que están a mi lado, o que en el interior de sus corazones gritan por un dolor que no cesa, una carga que no soportan y una tristeza que no los abandona, pon en sus labios una confesión de fe en ti que los salve ahora mismo de su condición de desaliento, tristeza o depresión.
Oro en el nombre de Jesús, amén.

4 de septiembre

Isaías 5:2 RVR60
La había cercado y despedregado y plantado de vides escogidas; había edificado en medio de ella una torre, y hecho también en ella un lagar; y esperaba que diese uvas, y dio uvas silvestres.
Las bendiciones y cuidado que pedimos a Dios y él nos da, no son un fin en si mismo, tienen el propósito de que podamos dar el fruto que Dios espera de nosotros.
Producto de la relación especial de gracia, por la cual Dios había escogido a Israel como su viña, proveyó para ellos las mejores bendiciones, las cuales incluyeron:
Darles una tierra fértil donde vivir, libre de enemigos y bien protegida.
La semilla que Dios escogió para que este pueblo naciera era especial, apartada por Dios entre las naciones, él escogió a Abraham y su familia para formar un pueblo santo para su gloria.
Dios edificó la torre espiritual necesaria para que en su necesidad el pueblo acudiera por ayuda y auxilio. Les dio un templo y un sistema sacerdotal para que intercediera por ellos.
Dios dio a Israel los medios necesarios para producir toda clase de bienes materiales y espirituales que le condujeran a la prosperidad. No necesitarían de otras naciones para existir.
Jesús mismo utilizó esta alegoría para referirse a la vida fructífera que Dios espera de nosotros a quienes ha bendecido con toda bendición espiritual.
Escogidos por pura gracia, transformó nuestros corazones endurecidos por el pecado en tierra fértil donde la semilla de su Palabra pudiera crecer.
Por la Palabra de Dios pudimos creer en Jesucristo, la simiente escogida y preciosa por medio de quien recibimos la bendición de ser llamados hijos de Dios.
Al nacer de nuevo hizo de nosotros un templo santo donde habitara su Santo Espíritu, para convertirnos en verdaderos adoradores que le adoran en espíritu y en verdad.
Es por medio del Espíritu Santo, que llena nuestros corazones, que producimos el fruto que agrada a Dios y recibimos los dones necesarios para vivir la vida cristiana en comunidad y suplir cada necesidad que tenemos.
Como viña que Dios ha preparado, él esta esperando que demos fruto abundante para su gloria. Su obra es perfecta y completa dándonos una vida llena de bendiciones, no nos da lugar para excusarnos por nuestra esterilidad espiritual.
Las bendiciones que recibo cada día son las lluvias de gracia que Dios derrama para mi crecimiento espiritual y que pueda estar produciendo frutos para él.
Dios esta preocupado cada día en convertir mi vida en la viña que él desea poseer, me nutre con su Palabra, produce aguas vivas en mi por su Santo Espíritu, quien me renueva cada día para que pueda ser un sacrificio vivo y santo agradable a él, esta es mi bendición mas preciada.
Debo proponerme renunciar arrepentido a aquellas cosas que destruyen mi protección espiritual, siembran el temor y la duda en mi vida cuidando que la semilla en mi corazón pueda crecer y dar fruto abundante.
Oremos,
Padre no dejes de mostrar tu gran amor por mí, solo tu gracia puede construir un vida que llena de bendiciones produzca frutos llenos de justicia, paz y amor.
Gracias por las innumerables bendiciones que cada día recibo de ti, no he terminado de despertar cuando ya estoy inundado de ellas. Gracias por bendecir mi familia, por bendecir a tu pueblo escogido en Cristo Jesús.
Alguien espera hoy una bendición que transforme su vida, convierte hoy una vida estéril, en una vida llena de fruto para tu gloria.
Debo reconocer humildemente que a pesar de tus bendiciones mi corazón rebelde se niega a ser la viña que tu deseas. Por eso te pido una vez mas lo limpies, restaures los muros caídos y edifiques una vida llena del poder de tu Espíritu.
En el nombre de Jesús, amén.

5 de septiembre

Isaías 46:3–4 RVR60
Oídme, oh casa de Jacob, y todo el resto de la casa de Israel, los que sois traídos por mí desde el vientre, los que sois llevados desde la matriz. Y hasta la vejez yo mismo, y hasta las canas os soportaré yo; yo hice, yo llevaré, yo soportaré y guardaré.
Yo seré su Dios toda la vida, sobre esa notable afirmación debían fundamentar su esperanza los israelitas que tendrían que enfrentar el exilio.
Hacemos de la religión una carga que necesitamos llevar mientras también cargamos nosotros mismos nuestras propias necesidades y luchas, creyendo que con nuestras propias fuerzas, recursos y habilidades podremos salir adelante. Para darnos cuenta tarde o temprano que lo que sería nuestro alivio se vuelve nuestra carga.
Escuchemos nuevamente la promesa del Dios eterno y poderoso...
Isaías 46:3–4 RVR60
Oídme, oh casa de Jacob, y todo el resto de la casa de Israel, los que sois traídos por mí desde el vientre, los que sois llevados desde la matriz. Y hasta la vejez yo mismo, y hasta las canas os soportaré yo; yo hice, yo llevaré, yo soportaré y guardaré.
Mientras estemos con vida en este mundo debemos oír la voz de Dios, El no es un dios mudo, un dios que es desechado, porque en algún momento de nuestra vida es inútil o innecesario.
Empezamos a oír su voz en el vientre de nuestra madre y nuestros oídos espirituales deberán escucharle hasta nuestro último momento de respirar.
Pensamos equivocadamente, si en algún momento de la vida, llegamos a creer que Dios ha dejado de cuidarnos, proveer para nuestro sostenimiento y salvarnos continuamente. Esa es una tarea que Dios nunca abandonará, nunca descuidará con su pueblo.
Llegamos a la conclusión equivocada que Dios se olvida de nosotros, porque pensamos que él actúa como hombre. El no es un ídolo hecho a nuestra voluntad y deseo, que se vuelve pronto inútil. El no nos abandona por causa de nuestros fracasos, él no cae vencido en nuestras derrotas, él no es tomado prisionero a causa de nuestros pecados.
Simplemente él es nuestro Dios desde la matriz hasta las canas, cargarnos en sus hombros, levantarnos con sus brazos, alimentarnos con su mano y cubrirnos con su sombra es la muestra de su amor permanente por nosotros.
Dios me habla cuando estoy cargando mis preocupaciones y luchas como si él no estuviera cerca de mi, para hacer de mi problema su preocupación, pues él siempre estará a mi lado en cada momento de mi vida para cargarme y proveer sustento y abrigo a mi vida.
Aunque el anuncio de destrucción y dolor este delante de mi, debo recordar que Dios siempre está conmigo y él me ayudará a levantarme en medio de la prueba.
Dios me hizo eso me hace reconocer que le pertenezco a él; El ha estado siempre conmigo eso me recuerda que es mi amigo y tengo una relación personal con él; él me ha soportado en mis debilidades y pecados, mas no me ha abandonado porque es mi redentor; él me ha cuidado en medio de peligros y batallas porque él es mi Salvador.
Debo poner mi confianza en el Dios eterno y verdadero porque no necesito cargarme con lo que él me ha ofrecido llevar por mi y que nadie mas puede sostener.
Oremos,
Padre nuestro que estas en los cielos, no dejes de hablarme cuando tu voz es lo único que traerá paz y confianza a nuestra vida.
Tu eres el Dios vivo y verdadero en quien confío para salvar mi vida.
Gracias porque cuando salí desnudo del vientre de mi madre, tus brazos ya estaban listos para cargarme y no renunciaste a cuidarme a pesar de que muchas veces quise abandonar el cuidado seguro de tus brazos.
Hoy en este día de mi vida necesito que tu me cargues, mi sostengas y me cuides porque yo sigo siendo la misma indefensa criatura y tu sigues siendo el mismo todopoderoso Dios que me hizo.
Haz volver el corazón de los que se han ido de tu lado por confiar en lo que ellos mismos han construido pero que venido el día de la prueba no podrán sostenerlos.
Háblales con la ternura del padre que les ama y siempre estará con ellos hasta las canas.
Te lo pido en el nombre de Jesús, amén.

6 de septiembre

Isaías 55:9 RVR60
Como son más altos los cielos que la tierra, así son mis caminos más altos que vuestros caminos, y mis pensamientos más que vuestros pensamientos.
¿Qué es lo que el hombre no puede entender de Dios? ¿Donde es que el pensamiento del hombre y sus caminos se dirigen en direcciones contrarias, para alejarse el uno del otro tanto como el cielo de la tierra?
La respuesta es: En el momento en que Dios empieza a hablarle al hombre de su misericordia. Lo que separa al hombre de Dios no es solo su pecado, es su incapacidad de reconocer el gran amor de Dios que es amplio en perdonar al impío en sus caminos y al inicuo en sus pensamientos.
Dios revela en su Palabra su gran amor por el pecador, pero lo más difícil de entender de esa Palabra no es el lenguaje en que fue escrita, ni algún código secreto que ella traiga, es lo que ella revela: La gracia de Dios.
Isaías ilustra esa gracia de la siguiente manera:
Gracia es comprar los bienes que necesitamos sin dinero, sin precio.
Es comer sin limite y con deleite del bien ofrecido.
Es recibir vida por medio de establecer una relación indestructible solo por medio del amor mostrado hacia nosotros.
Es ser parte de una promesa de Dios que se hace a todo aquel que cree, en todo lugar, de toda nación y pueblo donde sea enseñada y predicada La Palabra de Dios.
Es recibir perdón sin merecerlo por el solo hecho de estar dispuesto a abandonar los propósitos y conducta que nos alejan de Dios.
Es disfrutar de alegría y paz donde antes la tristeza y el dolor reinaban.
Costumbres y pensamientos que me alejan de Dios necesitan ser cambiados por fe para recibir lo que él me ofrece en su gracia, el arrepentimiento es la salida de retorno a Dios que necesito tomar para disfrutar de esa gracia.
Al cambiar mi manera de pensar para dar lugar a los pensamientos de Dios en mi vida, al decidir tomar los caminos de Dios podré entender lo que no había entendido: Que soy un hijo amado de Dios sobre quien su gracia es derramada permanentemente.
Hoy puedo esperar por fe que las lluvias de la gracia de Dios dejarán sobre mi vida la muestra de su misericordia que me permitirán disfrutar de su perdón, deleitarme en el alimento de su Palabra y deleitarme en cada una de las bendiciones que él ha preparado para mí.
Debo buscar a Dios porque su gracia es el don mas preciado que puedo disfrutar en esta vida, debo reconocer con arrepentimiento como mi conducta y pensamientos me han alejado de él.
Oremos,
Padre no hay persona que este tan alejada de ti que no pueda ser alcanzada por el puente de tu misericordia extendido a través del sacrificio de Cristo en la cruz del calvario.
Gracias por esa gracia sublime que hace que el pecador muerto en sus pecado pueda volver a vivir para disfrutar de tu misericordia que le perdona sin limite.
Quiero disfrutar de una vida que se sostiene en tu gracia, que camina en tu gracia disfrutando de cada bendición que prospera en alegría y paz.
Oro por aquellos cuya conducta y razonamiento los aleja de Dios, que tu Palabra sembrada en sus corazones los haga volver de sus caminos de desobediencia a una vida en la cual encontraran perdón y paz que no puede ser encontrada más que en ti.
En el nombre de Jesús, amén.

7 de septiembre

Jeremías 1:5 RVR60
Antes que te formase en el vientre te conocí, y antes que nacieses te santifiqué, te di por profeta a las naciones.
El Dios que se revela en la Biblia es un Dios personal, esto significa que trata con cada ser humano buscando intencionalmente, influir en su manera de pensar y actuar, modelar su carácter y personalidad, diseñar su plan de vida, determinar su utilidad en este mundo para consagrarlo a una tarea especifica.
Este versículo detalla como Dios reveló a Jeremías, como él, por previo conocimiento, diseñó, y por su propia voluntad decidió que sería de la vida de aquel joven sacerdote judío.
Este versículo entra en fuerte contradicción con el ser humano que prefiere ser moldeado por una sociedad que quiere definir: cuando debes nacer, que debes pensar, que debes hacer, como debes vivir, definir que aspectos de tú carácter y personalidad deben ser mas relevantes y que por su propia voluntad decide que debe hacer con su cuerpo.
Pero creer que tengo una relación personal con Dios implica reconocer cada una de estas acciones divinas en nuestra vida:
Hemos sido moldeados física, mental, emocional y espiritualmente en las manos del alfarero celestial.
Hemos sido reconocidos por Dios aun antes de que se definieran nuestras características físicas, mentales o emocionales.
Hemos sido apartados para Dios aun antes de que nuestros ojos vieran la luz de este mundo.
Ha sido definido un propósito para nuestra vida al cual debemos dedicarnos mientras vivamos en este mundo.
Un encuentro personal con Dios no solo se limita a una experiencia emotiva en la cual nuestros sentidos son afectados. Mas bien es un proceso en cual nuestro cuerpo, mente y corazón son vueltos a las premisas básicas:
Soy una creación de Dios, él es quien ha determinado mi existencia.
Mi vida es un diseño sabio, útil y perfecto de Dios.
Lo que Dios espera es que yo viva consagrado, dándole la gloria a él.
Mi realización personal se encuentra en mi dedicación total a la tarea que al definido para mí.
Hay un Dios personal observando mi vida, que tiene el propósito de utilizar cada experiencia de mi vida para mostrar su gloria a las naciones.
Lo que define quien soy no es solo una reacción biológica natural aleatoria, o la interacción de las fuerzas sociales en que me desarrollo, es la mano de un Dios todopoderoso y sabio que ha moldeado mi vida con un propósito glorioso.
Evaluar como mi acciones de cada día muestran que vivo en la voluntad de Dios, consagrado a él y haciendo lo que él me ha mandado hacer.
Oremos,
Padre nuestro que estás en los cielos, a quien reconozco como mi creador y formador, hazme fiel a tu llamado y consagrado a tu servicio.
Gracias por ponerme en una posición donde he encontrado una razón de vivir, un valor que no es determinado por lo temporal, material o superficial de mi vida, una misión que puede trascender en el tiempo y espacio que vivo.
Quiero pedirte que mi relación contigo pueda crecer en conocimiento, consagración y dedicación, que el poder de tu Espíritu pueda ver cumplida tú voluntad en mí.
Oro por los que que luchan consigo mismos para definir quienes son, que se encuentran en encrucijadas de vida confundidos en sus mentes porque todavía no saben que hacer en este mundo, porque no conocen a quien los ama tanto que dio a su propio Hijo para que pudiesen acercarse a él para tener vida verdadera y abundante.
Oro en el nombre de Jesús, amén.

8 de septiembre

Jeremías 29:11 RVR60
Porque yo sé los pensamientos que tengo acerca de vosotros, dice Jehová, pensamientos de paz, y no de mal, para daros el fin que esperáis.
Una promesa dicha a un grupo de personas que fue recibida en un lugar y circunstancias que ellos no querían estar (Babilonia), por una persona que ellos no querían escuchar (al profeta Jeremías), en la forma que ellos no querían recibir (en cautividad).
El comentarista Matew Henry dice: Esta promesa no debemos esperarla bajo la expectativa de nuestros errores o bajo la expectativa de nuestras fantasías, tampoco debemos construir esta promesa sobre el fundamento de cosas que a Dios no le agradan.
Esta preciosa promesa debe ser igualmente creída por una fe igualmente preciosa, la fe que se sostiene aunque las circunstancias y lugares donde estemos la sacudan fuertemente, una fe que sabe discernir la voz de Dios cuando el verdaderamente habla, una fe que sabe esperar el tiempo de Dios.
Es una promesa que debe descansar en la soberanía de Dios sobre nuestras vidas, él sabe donde nos lleva y con que propósito, él sabe lo que va a hacer con nosotros y como va a traer bien a nuestra vida.
Es una promesa que comienza a cumplirse cuando hay un corazón que en sincera entrega busca en oración que Dios manifieste su voluntad en su vida.
Dios tiene planes para nosotros, que solo el conoce, que nos los hace revelar por los medios que él escoge, con propósitos que él decide, con resultados de bien que él ha decidido para nuestras vidas.
No debo dudar que Dios cumplirá sus planes en mi vida aunque yo esté en un lugar del cual desearía huir, bajo las circunstancias que normalmente no me parecen beneficiosas y donde mi estado de ánimo puede revelar que estoy dominado por el temor y no la fe, mis propios sueños y no la voluntad de Dios.
Debo escapar de aquellas influencias que me hacen sentir confundido acerca de los que Dios quiere para mi vida, personas que me alientan a esperar en promesas que Dios no ha declarado y alcanzar bendiciones en la forma que Dios no diseñado para mi.
Lo importante es que este confiando que el plan que Dios tiene para mi vida seguirá cumpliéndose donde yo esté, conforme al diseño que él ha establecido, en el tiempo por él definido.
Necesito seguir buscando en oración, con un corazón entregado a Dios, lo que está preparado para mí.
Oremos,
Padre el hacer tu voluntad y vivir bajo tus planes es lo que yo busco en oración esta día.
Gracias porque donde tu permites que esté, es también el lugar de mi bendición, gracias porque no hay lugar donde tus hijos no puedan ver tus bendiciones, gracias porque siempre estas planeando lo mejor para mí.
Solo te pido que mi búsqueda de ti sea cada día mas profunda, mi deseo de escuchar tu voz sea mas anhelante y que mi corazón este realmente rendido a ti.
Señor te pido por las personas que por las condiciones que están enfrentando, su fe esta siendo debilitada. Los que están luchando contra perdidas dolorosas, circunstancias de sufrimiento, los que están escuchando voces que desalientan su fe. Que al buscarte a ti encuentren paz y bienestar.
Te lo pido en el nombre de Jesús, amén.

9 de septiembre

Lamentaciones 3:21–23 (RVR60)
Esto recapacitaré en mi corazón, por lo tanto esperaré.
Por la misericordia de Jehová no hemos sido consumidos, porque nunca decayeron sus misericordias.
Nuevas son cada mañana; grande es tu fidelidad.
En medio de este poema fúnebre, que describe el dolor de una nación que ve cumplida la sentencia dolorosa de su castigo por su desobediencia a Dios, encontramos una fuente de esperanza que brota de los labios del profeta que llora.
Vale la pena leer estos mismos versículos en la Nueva Versión Internacional de la Biblia,
Lamentaciones 3:21–23 NVI
Pero algo más me viene a la memoria, lo cual me llena de esperanza: El gran amor del Señor nunca se acaba, y su compasión jamás se agota. Cada mañana se renuevan sus bondades; ¡muy grande es su fidelidad!
Esta es una verdad que nos sostiene cada día: Tenemos esperanza porque la misericordia y la fidelidad de Dios nunca se acaban, vemos cada día renovarse la bondad de Dios para con nosotros.
Hay un efecto secundario que causan el dolor, el sufrimiento, las aflicciones que vienen a nuestra vida, es la perdida de nuestra capacidad de esperar en Dios por una respuesta a nuestra situación.
Cuando esto sucede debemos recordar en que nuestra esperanza está sustentada, en dos maravillosos atributos de Dios: Misericordia y Fidelidad.
Misericordia tiene que ver con el gran amor de Dios que nunca se acaba.
Fidelidad tiene que ver con la constancia de Dios para cumplir sus compromisos, para afirmar su verdad en sus actos.
Cuando esto sucede debemos reflexionar que la razón por la cual no hemos desaparecido, no nos hemos agotado, no hemos terminado de rendirnos es porque Dios no ha cesado de mostrarnos su gran amor, no se ha consumido la fuente de la cual nace su gran compasión; es porque las formas de mostrarnos cuan fiel es Dios pueden ser tan diferentes, como son diferentes las situaciones que enfrentamos cada día.
Dios siempre va a encontrar la manera de tratar con cada corazón que sufre, que se duele profundamente al mostrarle su amor inagotable, su constancia en cumplir sus promesas hasta que su esperanza sea renovada.
Debo tomar en cuenta en mi vida que tengo a mi disposición una amor que nunca disminuye, la palabra fiel de un Dios que cada día encuentra una manera nueva de mostrarme cuan confiable es.
Para cualquier espíritu abatido no hay mejor medicina que la misericordia inagotable de Dios y la seguridad que él puede darle de que nunca perecerá.
Debo presentar mi corazón abatido, afligido o preocupado cada día delante del Dios fiel que me ama y me sostiene cuando mis fuerzas se han agotado.
Oremos,
Padre, este es el momento ideal para recapacitar que por tu misericordia y fidelidad puedo seguir adelante en medio de la tribulación que estoy pasando.
Quiero pedirte este día nuevas fuerzas para seguir avanzando a pesar mis debilidades, poder para sostenerme frente a las tentaciones y ataques del enemigo.
Oro por los que libran una batalla para sostenerse con vida frente a un dolor muy profundo producido por una muerte, una relación rota, una separación inesperada, una perdida irrecuperable.
Te lo pido en el nombre de Jesús, amén.

11 de septiembre

Ezequiel 1:28 RVR60
Como parece el arco iris que está en las nubes el día que llueve, así era el parecer del resplandor alrededor. Esta fue la visión de la semejanza de la gloria de Jehová. Y cuando yo la vi, me postré sobre mi rostro, y oí la voz de uno que hablaba.
La imagen que Ezequiel y los cautivos en Babilonia tenían de Dios necesitaba ser restaurada porque las circunstancias que habían vivido, las que ahora estaban viviendo y las que se les anunciaba para el futuro solo podrían ser enfrentadas con un clara visión de un Dios que es adorado y reconocido por todo lo creado y tiene bajo el control de su Espíritu todo lo que se mueve delante de él.
La visión de la gloria de Dios sería también el respaldo para el ministerio profético de de Ezequiel, quien tendría que enfrentar difíciles circunstancias al dirigirse a un pueblo rebelde y sordo para escuchar la Palabra de Dios y digerir el mensaje que recibirían de parte de él.
La grandeza, la santidad, el poder, la belleza, el dominio, la visión, la justicia de Dios debería de estar presente nuevamente en la mente y corazón de aquellos que lejos de su tierra se identificasen como miembros del Pueblo de Dios.
Dios quiere que en cada momento de nuestra vida este fijada una imagen clara de él, que manifiesta su gloria, que da a conocer que él esta en control y cuidado de todo cuanto me rodea.
La respuesta al llamado de Dios a servirle empieza por el reconocimiento de la gloria de Dios en mi propia vida. Su autoridad y control sobre mi vida.
La visión que yo tengo en mi mente de Dios tiene que corresponder con la descripción que Las Sagradas Escrituras hacen de él, al describir su gloria, majestad y poder.
Voy a acercarme a Dios guiado por su Espíritu reconociendo su voluntad soberana en mi vida en cada circunstancia difícil que viva.
Oremos,
Padre que el acercarme a ti en oración pueda ver revelada por tú Espíritu tú gloria para poder reafirmar mi confianza en tus planes para mi vida.
Gracias Señor porque puedo darme cuenta que los problemas o pruebas por los que paso no son un obstáculo para que tú manifiestes tu poder en mi, y no importa el lugar donde me encuentre hasta allí me alcanzaras con tu misericordia.
Mi situación presente requiere ver manifestado en mi vida la presencia de un Dios maravilloso actuando en mis circunstancias, muestra una vez mas tú fidelidad en mi.
Padre oro por los que viven la experiencia de estar separados de sus seres queridos por decisión propia o por las situaciones adversas que se les presentaron, muestra que tu sigues siendo su Dios donde ellos estén, en la condición que ahora se encuentran.
Oro en el nombre de Jesús, amén.

12 de septiembre

Ezequiel 36:22 RVR60
Por tanto, di a la casa de Israel: Así ha dicho Jehová el Señor: No lo hago por vosotros, oh casa de Israel, sino por causa de mi santo nombre, el cual profanasteis vosotros entre las naciones adonde habéis llegado.
Cuando vivimos experiencias dolorosas, a menudo nos preguntamos ¿Porque Dios permite que sucedan estas cosas?
El profeta Ezequiel, como muchos otros judíos probablemente se preguntaban, ante la dolorosa derrota, y la cautividad de su pueblo, ¿Porque Señor? y Dios le da la respuesta, señalando tres causas de lo que ellos están viviendo:
Es por causa del juicio que ha venido por su rebelión.
Es por causa de que Dios quiere mostrar su amor y poder para salvarlos una vez mas.
Es por causa que Dios quiere que su nombre sea dado a conocer a las naciones.
De esta manera el nombre de Dios que había sido profanado por Israel sería reconocido y honrado por quien es él y como es él. Entonces el mundo sabría quien es Dios.
Esta quizá no sería la respuesta que los israelitas esperaban de consuelo de un Dios que los amaba, pero para aquellos que han puesto su propio ego como centro de sus vidas y habían olvidado que estaban allí para dar a conocer el nombre de Dios a las naciones esta sería la medicina a beber:
Dios los tomaría nuevamente de las naciones donde habían sido llevados para traerlos a su propia tierra, limpiando sus inmundicias e idolatría.
Dios transformaría sus corazones, poniendo un espíritu de obediencia en ellos.
Dios pondría dentro de sus corazones su propio Espíritu para que le obedecieran.
Dios restauraría sus tierras, cultivos y riquezas para que los pueblos conocieran que él es su Dios.
¿Ha llegado usted al momento de su vida de darse cuenta que usted no es el centro alrededor del cual deben girar todas las cosas para reconocer que Dios debe ser el centro de su vida, la causa por la cual todo sucede?
Cuando esto pasa, es cuando empezamos a recibir las respuestas de la pregunta: ¿Porque permites Señor que sucedan estas cosas? Nos damos cuenta que es inevitable el castigo para aquellos que han ofendido el nombre de Dios, que lo que nos esta pasando es porque esta es la única manera que podamos reconocer el amor de Dios en nuestra vida, es a través del proceso que estamos viviendo que llegamos a reconocer que hay una misión que va más allá de nuestras vidas: Que el nombre de Dios sea conocido y glorificado por otros a través de lo que él hará en nosotros.
Debo saber que en este momento bueno o malo que estoy viviendo, Dios esta trabajando en mi para limpiar mis pecados, para transformar mi corazón rebelde en uno lleno de su Espíritu y restaurar mi vida para que su nombre sea dado a conocer a otros que deben también adorarlo.
Es necesario que nos volvamos a Dios, en el momento de dolor o necesidad y reconocer que él es la persona mas importante y no nosotros rindiendo nuestra voluntad a él.
Oremos,
Padre para que tu nombre sea glorificado a través de mi vida sigue haciendo el proceso de limpieza, transformación y restauración que necesito aun a pesar de las circunstancias difíciles que pueda estar viviendo.
Padre para que tu nombre sea glorificado a través de mi vida sigue haciendo el proceso de limpieza, transformación y restauración que necesito aun a pesar de las circunstancias difíciles que pueda estar viviendo.
Gracias porque nunca decae tu misericordia y fidelidad para conmigo, se que no merezco ser objeto de tu gracia pero tu amor me sigue sosteniendo a cada momento.
Te pido que abras mis ojos para darme cuenta que es lo que tu estas haciendo para que tú nombre sea exaltado en mi vida.
Oro por los que pasan momentos tan dolorosos para los cuales no pueden encontrar una razón para que sucedan, ayúdales a entender que detrás de esa experiencia dura pueden encontrarse contigo, si te reconocen como su Señor y Salvador.
En el nombre de Jesús, amén.

13 de septiembre

Daniel 1:8 RVR60
Y Daniel propuso en su corazón no contaminarse con la porción de la comida del rey, ni con el vino que él bebía; pidió, por tanto, al jefe de los eunucos que no se le obligase a contaminarse.
El libro del profeta Daniel nos habla de un Dios soberano que tiene control de todas las cosas. El gobierna sobre toda autoridad del mundo y dispone todo para cumplir sus planes, pero Daniel nos presenta a Dios como alguien que tiene control también sobre cada uno de nosotros, nosotros debemos entonces decidir hacer lo que él nos ordena hacer en su palabra.
Daniel debe ser el ejemplo del creyente que pone en su corazón la firme decisión de vivir en santidad, servir con todas sus fuerzas, adorar en todo tiempo sin abandonar el caminos del Señor no importa las circunstancias.
Ezequiel nos amonesta a reconocer la grandeza del nombre de Dios no importa el lugar donde estemos, Daniel nos invita a hacer un compromiso de obedecerlo desde el lugar donde estamos.
Muchos cristianos tienen problemas para armonizar su compromiso con Dios y sus responsabilidades familiares, sociales y de trabajo. Casi siempre su compromiso con Dios es sacrificado en razón de cumplir con esos "otros" compromisos.
Estamos viviendo tiempos como los de Daniel en los cuales si no nos proponemos en nuestro corazón obedecer, nos alejaremos de disfrutar de la gracia y buena voluntad de Dios.
La decisión de Daniel involucro por lo menos estas tres cosas:
No hacer caso a las palabras de temor que le fueron dichas.
Daniel 1:10 RVR60
y dijo el jefe de los eunucos a Daniel: Temo a mi señor el rey, que señaló vuestra comida y vuestra bebida; pues luego que él vea vuestros rostros más pálidos que los de los muchachos que son semejantes a vosotros, condenaréis para con el rey mi cabeza.
Depender de la fortaleza que Dios podía darle.
Mantener una actitud de dominio propio frente a las tentaciones para no contaminarse.
Dios nos llama a vivir en tiempos de incertidumbre y prueba con la firmeza de un corazón que ha decidido obedecerlo a él.
Recordemos en los tiempos de Daniel no había templo donde adorar, no había sacerdocio del cual depender para estar delante de Dios, solo estaba su corazón dispuesto para obedecer frente a una cultura, un gobierno opresor y un estilo de vida que procuraba destruir su fe.
Mientras mantengo mi compromiso firme con Dios puedo esperar que él va a proveer todo lo que necesita para salir adelante donde este y como este.
Voy a ser un cristiano que hace diferencia al mantenerse fiel a Dios en este tiempo
Puedo presentar un rostro que revele la presencia y control del Espíritu Santo mientras me mantengo en el conflicto de obedecer a Dios.
Necesito mantener un corazón que se ha propuesto seguir obedeciendo a Dios en toda circunstancia de la vida. Encontrar formas para que siempre pueda cumplir mi disposición a servirle.
Oremos,
Padre que por tu presencia en mi pueda encontrar gracia y voluntad donde este, pues tu presencia en mi es señal de mi compromiso de amarte y servirte.
Gracias por darme bendiciones que solo puedo disfrutar porque tu me amas, tu eres el Dios todopoderoso que me guarda, y provee para mis necesidades.
Te pido Señor que fortalezcas mi fe para que cuando sea probada en las aflicciones o en las tentaciones pueda permanecer firme.
Oro por los cristianos que hicieron un compromiso de contaminarse con el mundo pero olvidando su promesa se han apartado de ti, te misericordia de ellos y haz volver su corazón para ser fieles al pacto que hicieron contigo.
Oro en el nombre de Jesús, amén.

14 de septiembre

Esdras 6:14 (RVR60)
Y los ancianos de los judíos edificaban y prosperaban, conforme a la profecía del profeta Hageo y de Zacarías hijo de Iddo. Edificaron, pues, y terminaron, por orden del Dios de Israel, y por mandato de Ciro, de Darío, y de Artajerjes rey de Persia.
Es nuestra responsabilidad por obediencia Dios, edificar nuestra vida de adoración a Dios en el templo espiritual que nos ha dado, bajo la inspiración de la Palabra de Dios que contiene las instrucciones correctas para la adoración con los recursos que él provea.
Una serie de factores influyeron para que el templo en Jerusalén fuera finalmente reconstruido por los judíos.
La confirmación de la orden real por parte de los reyes Ciro, Dario y Artajerjes como Dios les había indicado.
El llamado de los profetas Hageo y Zacarias para concluir la obra.
La disposición de los lideres judíos, dirigidos por el escriba Esdras para trabajar en la reconstrucción.
El apoyo de la comunidad judía residente y los que habían regresado de la cautividad.
La adoración es una respuesta al llamado de Dios para acercarnos a él con total disposición al reconocer su soberanía sobre todas las cosas, ofreciendo en primer lugar nuestra propia vida y lo que nos ha dado en posesión.
Soy llamado por Dios a salir de mi estado de comodidad, donde solo estoy pensando en mi propio beneficio para reconstruir mi relación con Dios a partir de una sincera entrega de adoración a él como Señor de mi vida.
Debo revisar en que áreas necesito renovar mi adoración sincera a Dios: Alabanza, gratitud, ofrendas, confesión, fe y sobre todo amor.
Oremos,
Padre nuestro que estás en los cielos reconozco tu soberana voluntad sobre mi vida, la cual ofrezco a ti en sacrificio vivo.
Gracias porque por tu misericordia somos movidos por tu Espíritu a buscar el altar de adoración donde encontrarmos perdón, provisión y cuidado.
Te pido Señor me ayudes a vencer los enemigos de una verdadera adoración: El orgullo, la pereza, la vanidad, el egoísmo, autosuficiencia y la falta de amor a ti.
Mi oración hoy es por los que necesitan reconstruir sus vidas espirituales al haber abandonado el primer amor por ti, ahogados en preocupaciones y trabajos.
Oro en el nombre de Jesús, amén.

15 de septiembre

Nehemías 2:17 RVR60
Les dije, pues: Vosotros veis el mal en que estamos, que Jerusalén está desierta, y sus puertas consumidas por el fuego; venid, y edifiquemos el muro de Jerusalén, y no estemos más en oprobio.
No muchas personas tienen la capacidad de determinar la real situación de sus vidas, de sus familias o de las organizaciones que dirigen.
Mucho menos son aquellos que además de poder descubrir el mal que los afrenta, tienen la capacidad de decidir enfrentar los problemas buscando soluciones a los mismos.
Nehemías fue ese tipo de persona que consciente de su situación, reconoce la necesidad de un cambio, busca ayuda en Dios, comparte su problema con otros que pueden ayudarle a buscar solución al mismo.
Dios nos esta invitando hoy a acercarnos a él, como lo hizo Nehemias, reconociendo nuestra situación, al confesar el pecado que hemos cometido; pidiendo su ayuda para hacer posible un cambio que revierta nuestra vergüenza en gozo; disponiendo nuestro corazón para luchar con todas nuestras fuerzas para levantar en nuestras vidas lo que ha caído y necesita ser restaurado.
El mal en que estamos, el desierto en que vivimos no es una condición que debemos aceptar como permanente en nuestras vidas, si esto es así debemos buscar ayuda para cambiarlo.
Dios siempre estará dispuesto a levantar de la vergüenza a aquel que se acerque a él con un corazón sincero confesando sus debilidades y temores, sus luchas y sus derrotas, proveyendo a través de su Espíritu la misericordia para perdonar los fracasos del pasado, el poder de transformar el presente, la sabiduría para redirigir el camino.
Responder al llamado de Dios para levantarme en la situación que estoy pasando que es motivo de dolor, tristeza o vergüenza y creer que en su nombre todo es posible, aun reconstruir mi vida.
Oremos,
Padre me acerco a ti con la convicción de que tú siempre oyes la oración de él que busca ayuda en su necesidad.
Gracias por darme este día para vivir la oportunidad de ver las cosas maravillosas que tu haces en los que confían en tu nombre.
Padre quiero me ayudes a ver lo que en mi vida necesita ser restaurado, me des la fuerza para luchar y levantarme de las derrotas que he sufrido y avanzar con el ánimo de él que tiene esperanza en ti.
Te pido Señor por los que anhelan una restauración física, material o espiritual de sus vidas; Los que necesitan ver sus matrimonios y familias reedificados en la paz y seguridad que tu provees.
Dales la fe para creer que su situación puede cambiar, si confían en tu poder para ayudarles.
Te lo pido en el nombre de Jesús, amén.

16 de septiembre

Nehemías 2:4–5 RVR60
Me dijo el rey: ¿Qué cosa pides? Entonces oré al Dios de los cielos, y dije al rey: Si le place al rey, y tu siervo ha hallado gracia delante de ti, envíame a Judá, a la ciudad de los sepulcros de mis padres, y la reedificaré.
En el encuentro de Nehemías de aquel día, sus emociones pasaron del miedo de enfrentar la ira del rey por la tristeza reflejada en su semblante, a la confianza por escuchar la pregunta del gobernante: ¿Que cosa pides? La respuesta a su oración empezaba a revelarse. La restauración de los muros de Jerusalén estaba por comenzar.
La restauración no es un camino fácil de transitar, lo vemos en el capítulo 3 del libro de Nehemías, solo el trabajo duro de muchos, por muchos días, sobrepasando muchos obstáculos traería los resultados esperados.
Pero, Nehemías se encargó de establecer el fundamento para ese trabajo al colocar tres bases para la restauración:
Oración. Una oración de confesión primero fue necesaria, pero luego una oración de fe al Dios de los cielos para cambiar la historia de un pueblo necesitado de restauración.
Gracia. La restauración solo es posible cuando la gracia de Dios está de por medio, cuando en nuestros corazones damos lugar a esa gracia por la cual somos perdonados y damos perdón, somos aceptados tal cual somos y aceptamos a otros tal cual son. Nehemías halló gracia delante del rey Artajerjes, la gracia del Rey de reyes esta disponible siempre para el que necesita ser restaurado.
Disposición. Del sueño de Nehemías de ver los muros de Jerusalén reedificados, él pasó a la acción: Envíame dijo... La reedificaré. No hay restauración, si el elemento a ser restaurado no se dispone para ser parte del proceso.
Dios quiere oír la oración de un corazón quebrantado que clama por restauración, su gracia abundante esta disponible para aquel que la pide y que está dispuesto a que El Espíritu Santo opere en su vida el milagro de hacer que las cosas viejas pasen para hacer que las cosas nuevas sucedan.
Que bueno es saber que nuestro Rey dijo: Pedid y se os dará. Entonces oremos: Padre nuestro que estás en los cielos...
Si la restauración de alguna área de mi vida, es algo por lo cual mi rostro está triste, en mi mente hay una oración que la súplica, Dios en su gracia se deleitará en proveer todo lo que necesitó para ser restaurado.
Voy a buscar a Dios en oración, por una respuesta a mi necesidad de ser restaurado, necesito tener una relación con el Rey que puede restaurarme.
Oremos,
Padre reconozco que estoy delante del Rey que tiene el poder de tomar mi vida, el rey delante del cual he sido llamado para servirle.
Gracias por encontrar amor en ti suficiente para cubrir mi necesidad de ser rescatado, perdonado y restaurado.
Señor te pido por mis sueños de vida que todavía no se han hecho realidad, la visión de mi vida que todavía no he alcanzado, dame el carácter del soñador que hace realidad lo que anhelado en sus pensamientos.
Te pido mi Rey por los que necesitan de un Salvador en el cual alcancen perdón y restauración. Las vidas de aquellos que los muros de sus matrimonios, sus familias han sido destruidas por el enemigo y anhelan verlas restauradas.
Te lo pido en el nombre de Jesús, amén.

18 de septiembre

Nehemías 6:16 RVR60
Y cuando lo oyeron todos nuestros enemigos, temieron todas las naciones que estaban alrededor de nosotros, y se sintieron humillados, y conocieron que por nuestro Dios había sido hecha esta obra.
La vida que tiene propósito se vive para la gloria de Dios, cuando vivimos para la gloria de Dios todo lo que hacemos es posible con su ayuda y todo lo que hacemos tiene un impacto en la vida de otros.
El éxito del proyecto de Nehemías fue notorio aun para sus enemigos, en un tiempo récord las murallas de Jerusalén fueron reconstruidas y sus puertas reparadas.
Con un notable liderazgo y un trabajo de un equipo inteligente y obediente se alcanzó la meta a pesar de la oposición de los enemigos.
Pero no son estas cualidades las que hace resaltar Nehemías como claves para el éxito obtenido sino el hecho de que Dios había hecho la obra.
Nehemías sabía que Dios había estado trabajando en la obra a través de todo el proceso.
Primero a través de los mensajeros que llevaron la noticia a Nehemías de la condición de la ciudad de Jerusalén; luego en él mismo, al volver su corazón a la necesidad de su nación en oración. Trabajó también en la mente de Artajerjes para que este se dispusiera para enviar a Nehemías a reconstruir los muros. Cuando Nehemías llego a Jerusalén no trabajó solo ya Dios había preparado a cientos de voluntarios para acompañar al gobernador en su tarea de reconstruir los muros.
Finalmente Nehemías sabía que Dios les había librado de sus enemigos cuando estos intentaron detener la obra con sus mentiras y amenazas. La presencia de Dios había sido tan notable que sus enemigos temieron al darse cuenta quien estaba detrás de la obra que Nehemías había hecho.
Dios puede mostrarme a través de mi trabajo cotidiano que él está conmigo, debo aprender a reconocer su presencia en mi vida en los momentos que celebro mis logros. Cuando cuento con la ayuda de Dios en lo que hago no solo debo esperar éxitos por los cuales debo estar agradecido, también debo esperar que Dios tocará la vida de otros por lo cual debo estar más agradecido.
Tengo que reconocer con gratitud y reverencia que Dios esta trabajando en mi y a través de mi para cumplir sus propósitos en mi vida y la de otros.
Oremos,
Padre que también sobre mi caiga el temor reverente ante tu santo nombre, al reconocer la obra que haces cada día en mí.
Gracias por los éxitos que alcanzado en mi vida donde ha sido notorio que tu los has hecho posible.
Hoy te pido que sigas trabajando en mi y a través de mi porque solo tu poder me ayudará a poder vencer los enemigos que tengo que enfrentar que quieren atemorizarme.
Ruego por los que hoy necesitan tu ayuda para resolver favorablemente desafíos que enfrentan en sus trabajos, en su estudio o en el ministerio, que tu poder se perfeccione en sus debilidades.
En el nombre de Jesús, amén.

19 de septiembre

Génesis 3:15 RVR60
Y pondré enemistad entre ti y la mujer, y entre tu simiente y la simiente suya; ésta te herirá en la cabeza, y tú le herirás en el calcañar.
El pecado trajo la maldición de la enemistad, los que habían estado platicando tan cercanamente fueron separados, y nació una hostilidad entre Satán y la mujer y su descendencia de consecuencias funestas.
Solo tenemos que relacionar la palabra enemistad con las siguientes palabras para darnos cuenta cuan lamentable es: muerte, amargura, desanimo, divorcio, violencia domestica, envidia, celos, temor, ansiedad, falta de perdón, pérdida, dolor, culpa, soledad, prejuicios, suicidio, trauma, adicciones, preocupación, y la lista puede seguir.
Tristemente las grandes enemistades se resuelven con tragedias y esta enemistad cósmica solo podría resolverse con sangre. La sangre del Hijo de Dios nacido de la mujer, como su simiente sería herido para traer la paz del paraíso perdido.
Quisiéramos solo hablar de un mundo en paz sin tener que recordar esta terrible enemistad, pero en este caso solo la derrota total de Satanás, nuestro adversario podría garantizar una paz perdurable.
Solo la victoria de Cristo sobre la muerte, sobre el pecado, sobre su adversario garantizaría que la descendencia de la mujer no tuviera más temor porque su enemigo sería derrotado.
Celebremos el fin de la enemistad más antigua, que más daño a causado recordando el nacimiento del nacido de mujer que vino para derrotar a nuestro peor enemigo.
Romanos 5:10 RVR60
Porque si siendo enemigos, fuimos reconciliados con Dios por la muerte de su Hijo, mucho más, estando reconciliados, seremos salvos por su vida.
Dios me llama a reconciliarme con él, conmigo mismo y con mi projimo. La obra de destruir la maldición de la enemistad ya fue hecha por Jesús, ahora nos toca celebrar la oportunidad de recibir por la gracia de Dios su perdón, el poder de perdonar a otros porque ya no somos esclavos del pecado que ofende a Dios y nos separa de nuestros hermanos.
Si alguna de estas experiencias de enemistad esta hiriendo mi vida: muerte, amargura, desanimo, divorcio, violencia domestica, envidia, celos, temor, ansiedad, falta de perdón, pérdida, dolor, culpa, soledad, prejuicios, suicidio, trauma, adicciones, preocupación debo acudir al sanador de mis heridas para que su paz reine sobre toda enemistad.
Soy beneficiario de la mas grande obra de triunfo sobre la enemistad con Satanás, Cristo me ha hecho libre de la maldición del pecado.
Voy a vivir confiando en la victoria de Cristo, descansando en su paz que trajo reconciliación y perdonando a aquellos con los cuales un pecado en nuestra vida trajo enemistad.
Oremos,
Padre tu obra de salvación me libra de la maldición del pecado. Enemistad y muerte han sido borradas de mi vida por la sangre de Cristo derramada por mí.
Gracias por que me has hecho por tu gracia, en Cristo, vencedor de mi enemigo, libre de la culpa y el dolor de una enemistad dolorosa.
Padre ayúdame a vivir en tu paz, recordando que tu perdón también trae reconciliación donde exista una enemistad que haga sufrir nuestro corazón.
Quiero orar por los que sufren con temor y dolor por una enemistad que no han podido vencer, un conflicto que les ha traído perdida y tristeza. Que el Dios de paz venga a sus corazones y los liberte de vivir con enemigos.
Te lo pido en el nombre de Jesús, amén.

20 de septiembre

Mateo 7:11 RVR60
Pues si vosotros, siendo malos, sabéis dar buenas dádivas a vuestros hijos, ¿cuánto más vuestro Padre que está en los cielos dará buenas cosas a los que le pidan?
No hay punto de comparación entre la motivación, disposición y capacidad para responder a nuestras peticiones entre nuestro Padre celestial y nuestro padre terrenal.
Nuestros padres terrenales no siempre están con el ánimo de atendernos, no siempre tienen el tiempo de hacerlo, y la mayor parte de las veces nuestras necesidades sobrepasan sus capacidades de suplirlas, porque no tienen las habilidades, talentos y recursos para hacerlo.
Nuestro Padre celestial, La Palabra de Dios lo enseña repetidamente es un padre que atiende continuamente nuestras peticiones, responde sabia y bondadosamente a ellas, y no está limitado en cuanto a capacidad de responder en cantidad, tiempo y lugar.
Santiago 1:17 RVR60
Toda buena dádiva y todo don perfecto desciende de lo alto, del Padre de las luces, en el cual no hay mudanza, ni sombra de variación.
Hay dos conclusiones irrefutables que podemos deducir, según la enseñanza bíblica, de este pasaje.
Los padres humanos si sabemos ser padres malos, de la experiencia conocemos que como padres sabemos como engañar a nuestros hijos, actuar imprudentemente con ellos al meterlos en situaciones peligrosas, responder de forma necia a sus peticiones para satisfacer su ego y el nuestro, con nuestro trato podemos llevarlos a experimentar el rechazo, la agresión, el olvido, el descuido. Finalmente solemos actuar de tal manera que provoquemos en ellos desaliento, ira, rebeldía, depresión y baja autoestima.
La otra conclusión, Nuestro Padre celestial si sabe ser bueno, por su naturaleza fiel nunca, nunca nos engañara y faltará a sus promesas, Él en respuesta a nuestras peticiones siempre nos dará buenas cosas. Esto implica que al responder a nuestra petición Dios no solo esta pensando en la alegría que nos producirá el recibir sus dones, sino en el provecho eterno que obtendremos de recibir lo que él nos da. Sus favores sobre nosotros producirán entonces, gratitud, obediencia, gozo, paz, confianza en lo que está haciendo en nuestras vidas.
Si hay algo que Dios quiere que yo sepa, es que, como Padre el siempre será incomparable: por la forma de responder a nuestras necesidades; por la forma de tratarnos mientras las experimentamos; y por la calidad de las cosas que nos dará para satisfacerlas.
Recibir las cosas buenas que Dios da, podrá ser una experiencia diaria que yo viva, si yo puedo acercarme a él como hijo obediente que pide creyendo en las promesas fieles de su padre, y confía que su amor nunca decae.
Tengo un Padre celestial que me ama, que nunca fallará en responder a mi oración de manera pertinente a la necesidad que yo necesito suplir.
Necesito confiar cada día más en la clase de Padre que tengo, que me ama profundamente y me conoce a mi y mi necesidad por lo cual puede responder de la mejor manera a mi oración.
Oremos,
Padre nuestro que estás en los cielos, me acerco a ti confiando en tu gran amor y fidelidad para responder mi oración.
Gracias porque puedo saber anticipadamente que la respuesta a esta oración siempre será algo bueno que tienes preparado para mi.
Quiero pedirte por esas buenas cosas que necesito para que mi vida sea fructífera, mi matrimonio sea una bendición y que a mis hijos le sean suplidas sus necesidades para su provecho.
Te pido por los que en su experiencia de vida han perdido la esperanza de tener un padre que les ama, que sabiamente responde a sus necesidades para mostrarles cuanto les ama.
Oro para que tu seas ese Padre, a quien puedan decir: Padre nuestro que estas en los cielos.
Oro en el nombre de Jesús, amén.

21 de septiembre

Marcos 8:34 RVR60
Y llamando a la gente y a sus discípulos, les dijo: Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, y tome su cruz, y sígame.
El llamado de Jesús para que seamos sus discípulos tiene tres ingredientes: auto-negación, sacrificio personal y obediencia permanente.
Pero su llamado, no pide una respuesta emotiva o a ciegas, porque el mismo Jesús invitó también a la reflexión para que nuestra decisión estuviese fundamentada en un razonamiento serio de las ganancias que implicaban tal decisión.
El dio también el porque una persona debía tomar tal determinación:
Porque es un asunto de salvar o destruir.
Todos necesitamos escuchar la buena noticia de salvación, que nuestra alma será preservada de la condenación eterna. El evangelio de Jesucristo es básicamente una invitación a salvar la vida mediante la entrega de nuestra vida para no perecer.
Juan 3:16 RVR60
Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.
Porque es un asunto de ganar o perder
Ser ganadores y no perdedores es la gran competencia de la vida. En esa competencia decidimos a que le damos más valor, a lo temporal o eterno. La Biblia dice que el mundo pasa con sus pasiones y deseos, una mala elección rechazando a quien corrió por nosotros la carrera mas importante la vida eterna y quien se levantó victorioso de la tumba puede ser fatal.
Porque la vida es un asunto de vergüenza o gloria.
Para los perdedores, la vergüenza de una vida derrotada es señal de su propio rechazo al que se ha levantar como vencedor en la batalla final entre el bien y el mal. Para los vencedores la gloria de aquellos que formaremos parte del desfile triunfal del Rey que vino para vencer.
Dios quiere que valore mi decisión de aceptar o rechazar el llamado de Jesús a ser su discípulo en función de lo que yo estoy escogiendo como lo más importante para mi vida.
Que mediante el evangelio logre salvar mi alma, ganar el derecho de una vida eterna con Dios y disfrutar de la gloria con él supera en mucho cualquier sacrificio, renuncia a mis propios deseos y servicio obediente que yo pueda hacer por Jesús
Tomar la cruz de Jesús y seguirlo puede significar muchas perdidas en cosas de este mundo, pero en el balance final de mi vida las ganancias otorgadas a través de la gracia de Dios obrando en mi, me darán una posición que por mi mismo no podría alcanzar, una recompensa que nunca podría atesorar y una victoria gloriosa en Cristo que me es otorgada.
Seguiré siendo su discípulo, cargaré su cruz cada día y mis pasos seguirán los suyos.
Oremos,
Padre ser tu discípulo, es mi mayor llamado, mi mayor desafío en la vida, se que por mucho que pierda en esta vida, nunca sera comparable a la gloria que experimentaré a tu lado.
Gracias por llamarme entre mucha gente para ser tu discípulo, por escogerme entre tus discípulos para encomendarme una tarea especial, se que siempre será mayor mi deuda de gratitud que cualquier sacrificio que tenga que hacer por servirte.
Solo tu puedes hacer que la cruz que tengo que cargar sea más ligera, solo tu Espíritu puede darme el gozo de servirte en medio de las pruebas, te pido fortaleza para ser tu discípulo.
Oro por los que están entre la multitud que todavía no han dado el paso de entregarse a ti para ser discípulos que te siguen con obediencia.
En el nombre de Jesús, amén.

22 de septiembre

Marcos 10:45 RVR60
Porque el Hijo del Hombre no vino para ser servido, sino para servir, y para dar su vida en rescate por muchos.
No hay nada que combata más el orgullo de los corazones que los actos humildes de servicio de un discípulo de Cristo. El ejemplo supremo de esa clase de servicio lo dio nuestro salvador al venir a servir como medio para el rescate de muchos.
No se espera que alguien que fue enviado para recibir alabanza, honor y gloria cambie su ropas reales por las del humilde diacono encargado de dar servicio en la casa.
Este ejemplo de servicio es el que Jesús insiste en modelarnos para que seamos verdaderos discípulos suyos.
Porque lastimosamente nuestros modelos de discipulado mas tienen que ver con esto:
Discípulos que buscan un lugar donde se les concedan sus deseos.
Discípulos que buscan una posición donde recibir más gloria.
Discípulos que creen poder hacer algo sin entender porque lo hacen.
Discípulos que provocan mas antagonismo que colaboración solidaria.
Discípulos que no han entendido que el camino de la grandeza en el reino de los cielos es distinto al camino de la grandeza en el mundo.
Dios me ha llamado para ser un discípulo que sirve en su reino; la oración es un instrumento para seguir instrucciones; mis habilidades y talentos son herramientas de servicio; mi posición un lugar desde donde puedo alcanzar mejor a otros; servir para que otros puedan alcanzar lo mejor, el enfoque de mi servicio.
Si Jesús no esperaba recibir sino dar, no esperaba ser atendido sino servir; porque quiero yo estar medio de aquellos que le siguen, recibiendo sin dar, ser un espectador y no un servidor.
Mi condición de servidor de Cristo me obliga a cumplir sus deseos y no los míos, aceptar humildemente el puesto que se me ofrece, procurar entender sus propósitos, desarrollar un sentido de cooperación con quienes trabajan a mi lado, y buscar que mi servicio llegue a cuantos sea posible.
Debo estar más atento al lugar donde voy a servir, que al lugar donde me voy a sentar, pensar mas en las personas a quienes puedo servir que aquellos que pueden traer un beneficio para mi vida.
Oremos,
Padre que al ver tu actitud y propósito de servir como sacrificio por el rescate de muchos pueda ser impulsado a cambiar de ser un seguidor de deseos a ser un discípulo con compromisos.
Gracias porque tu ejemplo siempre nos confronta a salir de la comodidad de los que no han comprendido que nos has llamado a perseguir servicio y no grandeza.
Que tú Espíritu Santo reprenda mis reacciones de orgullo y superioridad, enderece mis pasos de despropósitos y aspiraciones de grandeza que buscan los que van en sentido contrario de ser solo un servidor.
Oro para que cada día nos encontremos con mas discípulos que buscadores de deseos, con mas servidores que son solidarios con el trabajo de otros, que están mas dispuestos a dar que recibir, que aman más a los que sirven que a sí mismos.
Oro en el nombre de Jesús, amén.
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