EL DASAFÍO DE LA IGLESIA PARA UNA MISIÓN INTEGRAL

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Amados hermanos ¡Paz de Cristo! es una bendición y un privilegio estar reunidos hoy en esta casa de oración para alabar y adorar el nombre de nuestro Señor Jesucristo. Somos todos bienvenidos a este lugar, y preparemos nuestros corazones para recibir la Palabra que Dios tiene para nosotros hoy en Mateo 4:23-25
Mateo 4:23–25 RVR60
23 Y recorrió Jesús toda Galilea, enseñando en las sinagogas de ellos, y predicando el evangelio del reino, y sanando toda enfermedad y toda dolencia en el pueblo. 24 Y se difundió su fama por toda Siria; y le trajeron todos los que tenían dolencias, los afligidos por diversas enfermedades y tormentos, los endemoniados, lunáticos y paralíticos; y los sanó. 25 Y le siguió mucha gente de Galilea, de Decápolis, de Jerusalén, de Judea y del otro lado del Jordán.

INTRODUCCIÓN

El Evangelio de Mateo ofrece una panorámica de Jesús como el Maestro esperado y anunciado que interpreta y aplica la Palabra de Dios y marca las pautas propias de la ética del reino de los cielos, haciendo las señales que le acreditaban como el Mesías, enviado para sanar a los enfermos, consolar a los afligidos y proclamar las buenas noticias de que el reino de Dios había llegado.
Pero Mateo 4:23-25 resume de manera poderosa la esencia de la misión de Jesús encomendada a la Iglesia, como un todo de la misión, lo cual se ha convertido como El Desafío de la Iglesia para una Misión Integral Hoy. Esta misión integral se realiza: “…enseñando en las sinagogas…predicando el evangelio del reino… y sanando toda enfermedad y toda dolencia en el pueblo”. En estas tres acciones vemos que Jesús no solo vino a predicar, ni únicamente a enseñar, ni exclusivamente a sanar, sino que abarcó todo esto y más. Su misión fue integral y completa, y eso es lo que se espera de la Iglesia que representa el Reino de Dios en la tierra; ya que esta misión integral de Jesús es un modelo para nuestra propia vida y ministerio como Iglesia del señor.

I. ENSEÑANDO EN LAS SINAGOGAS:

Enseñar se refiere a impartir una información más detallada acerca del asunto que se predica. Implica un compromiso más profundo con la formación espiritual de los creyentes y la difusión del conocimiento de Dios. Este es un desafío que la Iglesia no puede ignorar en este tiempo.

1. Él no vino a hacer predicadores sino discípulos.

Jesús no solo buscaba que las personas fueran capaces de predicar el mensaje, sino que también fueran discípulos comprometidos que vivieran de acuerdo con las enseñanzas del Reino. Jesús no solo transmitía información, sino que formaba discípulos que le siguieran y obedecieran.
La iglesia hoy, debe enseñar la Palabra de Dios con fidelidad, profundidad y relevancia, buscando formar discípulos que vivan conforme a los valores del reino de Dios.
Por eso nuestro desafío es enfocarnos en la formación espiritual y el discipulado profundo, a través de la educación cristiana, los grupos pequeños, los medios de comunicación, etc. Todo con el fin de discipular.

2. Se enseña con autoridad: “Porque les enseñaba como quien tiene autoridad”.

Mateo 7:28 RVR60
28 Y cuando terminó Jesús estas palabras, la gente se admiraba de su doctrina;
Porque su enseñanza se basaba en las Escrituras y en su propia experiencia de vida. Hablar con autoridad es hablar con convicción y certeza sobre la verdad que enseñamos. Esto nos demanda tener una firmeza en la enseñanza y defensa de las Escrituras, aún, cuando tenemos que ir en contra de la corriente.
La Iglesia debe enseñar con la misma autoridad, basada en la verdad de la Palabra de Dios. Esto implica un estudio serio de las Escrituras y una comprensión profunda de la fe cristiana.

3. Le dio la encomienda a la Iglesia de “Id, y haced discípulos, enseñándoles todas las cosas”

Mateo 28:19–20 (RVR60)
19 Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones,...20 enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. Amén.

II. PREDICANDO EL EVANGELIO DEL REINO:

Predicar es proclamar, anunciar, comunicar como lo hace un heraldo. Jesús predicaba la buena noticia de que Dios había venido a establecer su reino entre los hombres, y que todos podían entrar en él mediante el arrepentimiento y la fe. La predicación del Reino es clara, sencilla y poderosa, y provoca diferentes reacciones en sus oyentes. Algunos la creen, la aceptan y siguen a Jesús, otros la rechazan y persiguen.

1. ¿Qué quiere decir el evangelio del reino?

Las expresiones “el reino de los cielos”, “el reino de Dios”, o simplemente “el reino” cuatro ideas esenciales:

a. Es el gobierno o la soberanía de Dios con los hombres.

El evangelio del reino implica que Dios ejerce su gobierno y soberanía sobre la humanidad. Jesús enfatizó que el reino de Dios estaba presente en medio de la gente, lo que significaba que Dios estaba actuando y gobernando en sus vidas. La oración del Padre Nuestro, en la que se dice "Venga tu reino, sea hecha tu voluntad", refleja la idea de que el reino de Dios implica que su voluntad se cumple en la tierra como en el cielo. Jesús dijo: “El reino de Dios está entre vosotros” (Lc. 17:21), y “Venga tu reino, sea hecha tu voluntad”. Mt. 6:10

b. La salvación completa.

El evangelio del reino también abarca la idea de la salvación completa. Esto incluye todas las bendiciones espirituales y materiales que resultan cuando Dios reina en nuestros corazones y se le reconoce y obedece como el Rey. Esta salvación va más allá de la mera redención espiritual; también incluye bendiciones para el alma y el cuerpo. Jesús destaca la riqueza espiritual de esta salvación en donde dice: Marcos 10:25-27
Marcos 10:25–27 RVR60
25 Más fácil es pasar un camello por el ojo de una aguja, que entrar un rico en el reino de Dios. 26 Ellos se asombraban aun más, diciendo entre sí: ¿Quién, pues, podrá ser salvo? 27 Entonces Jesús, mirándolos, dijo: Para los hombres es imposible, mas para Dios, no; porque todas las cosas son posibles para Dios.
En otras palabras, el reino de Dios ofrece la salvación completa que abarca todas las áreas de la vida.

c. Nos hace su Iglesia

La comunidad de las personas en cuyos corazones se reconoce a Dios como el rey. Somos su pueblo y el Él es nuestro Dios.
El evangelio del reino también implica la formación de la Iglesia, es decir, la comunidad de personas en cuyos corazones se reconoce a Dios como el Rey. Cuando las personas aceptan el reino de Dios en sus vidas, se convierten en parte de la Iglesia. Esto significa que la Iglesia no es simplemente una organización religiosa, sino una comunidad de creyentes que reconocen a Dios como su gobernante y se esfuerzan por vivir de acuerdo con su voluntad. Antes no éramos pueblo, pero ahora somos el pueblo de Dios
d. Redención eterna:
los nuevos cielos y la nueva tierra con toda su gloria; algo todavía futuro: la realización final del poder salvador de Dios. El evangelio del reino apunta hacia un futuro glorioso en el que Dios llevará a cabo su plan de redimir y restaurar todas las cosas. El Señor menciona en Mateo 25:34
Mateo 25:34 RVR60
34 Entonces el Rey dirá a los de su derecha: Venid, benditos de mi Padre, heredad el reino preparado para vosotros desde la fundación del mundo.
Esta perspectiva de redención eterna, donde Jesús habla de preparar el reino desde la fundación del mundo para aquellos que lo siguen y lo sirven. Esto representa la esperanza de los creyentes en un futuro en el que todo será restaurado y renovado, y en el cual experimentarán la plenitud de la presencia y el poder de Dios.
Al predicar el Evangelio del Reino, somos desafiados a mostrar la imagen de Dios en nosotros a través de nuestras acciones.

Historia Real

En Etiopía, un niño de tres años, enfermizo y desnutrido, se moría ante los ojos de su madre. El misionero que lo observaba se preguntaba de qué modo podría esa mujer captar y aceptar el Evangelio de Jesús. Todo lo que podría decirse acerca del evangelio hubiera sido poco ante tan tremenda necesidad. ¿Cómo entrar con la imagen de Cristo en la mente de aquella mujer que veía desfallecer de hambre a su niño?
Pero una enfermera cristiana decidió dedicarse a atender al niño. Estuvo con él durante días tratando de reanimarle. Se sentaba junto a él, le abrazaba, le brindaba calor. Pero todo resultó en vano. El niño finalmente murió. Pese a todo, la madre sufriente se acercó a la enfermera y le dijo: “Nunca he visto tanto amor en alguien, para darlo a otra persona”. Y abrazándola, la besó. Para aquella madre sufriente la imagen de Dios se parecía a la de una enfermera, que no hizo mas que dar amor y cuidado a alguien que no conocía.
Estos cuatro sentidos no son separados y sin relación. Todos proceden de la idea central del reino de Dios, es el poder de Dios obrando para una salvación completa, plena.

2. La iglesia hoy debe predicar el evangelio del Reino de manera integral

Este evangelio no solo ofrece el perdón de los pecados y la vida eterna, sino también la transformación de todas las áreas de la vida personal, familiar, social y ambiental. La iglesia debe predicar con valentía, amor y sensibilidad encarnando el mensaje de Jesús, sabiendo que el evangelio es una fuerza que salva o condena.

III. SANANDO TODA ENFERMEDAD Y TODA DOLENCIA EN EL PUEBLO:

Los milagros de sanidad de Cristo tenían un significado triple:

1. Sanar toda enfermedad y toda dolencia:

a. Confirmaban su mensaje

Juan 14:11 RVR60
11 Creedme que yo soy en el Padre, y el Padre en mí; de otra manera, creedme por las mismas obras.

b. Mostraban que verdaderamente él era enviado por Dios.

Mateo 11:25–27 RVR60
25 En aquel tiempo, respondiendo Jesús, dijo: Te alabo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque escondiste estas cosas de los sabios y de los entendidos, y las revelaste a los niños. 26 Sí, Padre, porque así te agradó. 27 Todas las cosas me fueron entregadas por mi Padre; y nadie conoce al Hijo, sino el Padre, ni al Padre conoce alguno, sino el Hijo, y aquel a quien el Hijo lo quiera revelar.

c. Demostraban que el reino ya había llegado.

Los Evangelios en todo lugar establecen una relación muy estrecha entre los conceptos de reino y milagros. Jesús sanaba a las personas que sufrían por diversas causas, ya fueran físicas, mentales o espirituales. Él mostraba así su compasión por los necesitados y su poder sobre el mal. Su sanidad era una señal de que el reino de Dios había llegado y de que él era el Mesías prometido.

2. La iglesia hoy debe…

a. sanar a las personas que sufren por cualquier motivo, ofreciéndoles el consuelo, la esperanza y la ayuda que necesitan.
b. practicar la diaconía, es decir, el servicio a los pobres, los enfermos, los marginados y los oprimidos.
c. ser una comunidad terapéutica, donde se experimente el amor y el poder de Dios.
Hay congregaciones que predican y enseñan, pero poco les importan las dolencias del pueblo.

Conclusión.

Estas acciones de Jesús no son independientes ni excluyentes, sino complementarias e integradas. La misión integral de la iglesia implica enseñar, predicar y sanar de manera equilibrada y coherente. Así la iglesia podrá cumplir su propósito de glorificar a Dios y servir al mundo.
Para todo esto es que Jesús “recorría toda Galilea”, iba de un lugar a otro. Mateo describe su ministerio como triple: enseñar, predicar y sanar. La enseñanza y la predicación de Jesús iban acompañadas del poder de Dios sanando a los enfermos, liberando a los endemoniados, quebrantando todo yugo del diablo (v. 24). Este ministerio consiste en la palabra y la acción: la proclamación de las buenas nuevas del reino y las demostraciones de la grandeza del Rey de reyes.
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