La Sanidad No Siempre Es Instantánea
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El oficial del rey le dijo: Señor, desciende antes que mi hijo muera. Jesús le dijo: Ve, tu hijo vive. Y el hombre creyó la palabra que Jesús le dijo, y se fue. Cuando ya él descendía, sus siervos salieron a recibirle, y le dieron nuevas, diciendo: Tu hijo vive. Entonces él les preguntó a qué hora había comenzado a estar mejor. Y le dijeron: Ayer a las siete le dejó la fiebre.
En él ministerio de Cristo la sanidad no siempre era instantánea.
En él ministerio de Cristo la sanidad no siempre era instantánea.
La Palabra dice que él hijo del oficial comenzó a estar mejor cuando Cristo le dijo, tú hijo vive.
La Palabra dice que él hijo del oficial comenzó a estar mejor cuando Cristo le dijo, tú hijo vive.
El padre entonces entendió que aquella era la hora en que Jesús le había dicho: Tu hijo vive; y creyó él con toda su casa.
Esto nos dice que está sanidad no fue instantánea, sino progresiva.
Esto nos dice que está sanidad no fue instantánea, sino progresiva.
Al momento que Cristo hablo la Palabra, él poder de Dios comenzó a trabajar.
Al momento que Cristo hablo la Palabra, él poder de Dios comenzó a trabajar.
Muchas veces no vas a mirar ni sentir nada, pero él poder de Dios está trabajando.
Muchas veces no vas a mirar ni sentir nada, pero él poder de Dios está trabajando.
La biblia dice que la Palabra de Dios siempre hace lo que Dios dice.
La biblia dice que la Palabra de Dios siempre hace lo que Dios dice.
así será mi palabra que sale de mi boca; no volverá a mí vacía, sino que hará lo que yo quiero, y será prosperada en aquello para que la envié.
Cristo le hablo a la higuera, y la higuera sé marchito, pero sé llevo tiempo para mirar él resultado.
Cristo le hablo a la higuera, y la higuera sé marchito, pero sé llevo tiempo para mirar él resultado.
Entonces Jesús dijo a la higuera: Nunca jamás coma nadie fruto de ti. Y lo oyeron sus discípulos.
Y pasando por la mañana, vieron que la higuera se había secado desde las raíces.
Él poder de Dios está trabajando en tú cuerpo, aunque no lo puedas ver.
Él poder de Dios está trabajando en tú cuerpo, aunque no lo puedas ver.
Cuando él los vio, les dijo: Id, mostraos a los sacerdotes. Y aconteció que mientras iban, fueron limpiados.Entonces uno de ellos, viendo que había sido sanado, volvió, glorificando a Dios a gran voz,
La Palabra dice que estos diez leprosos fueron sanados mientras caminaban para mirar al sacerdote.
La Palabra dice que estos diez leprosos fueron sanados mientras caminaban para mirar al sacerdote.
Mientras caminaban quiere decir, mientras obedecían a Dios.
Mientras caminaban quiere decir, mientras obedecían a Dios.
Dicho esto, escupió en tierra, e hizo lodo con la saliva, y untó con el lodo los ojos del ciego, y le dijo: Ve a lavarte en el estanque de Siloé (que traducido es, Enviado). Fue entonces, y se lavó, y regresó viendo.
Este siego no sano cuando Cristo puso él lodo en sus ojos, sano cuando sé lavo los ojos con agua.
Este siego no sano cuando Cristo puso él lodo en sus ojos, sano cuando sé lavo los ojos con agua.
¿Qué sé necesita para recibir una sanidad progresiva?
¿Qué sé necesita para recibir una sanidad progresiva?
1 - Sé necesita creer y seguir creyendo.
1 - Sé necesita creer y seguir creyendo.
2 – Sé necesita confesar tú sanidad y seguir confesando.
2 – Sé necesita confesar tú sanidad y seguir confesando.
1 - Yo creo que él poder de Dios está trabajando en mi vida y cuerpo horita.
1 - Yo creo que él poder de Dios está trabajando en mi vida y cuerpo horita.
2 – Yo confeso con mi boca y creo con mi corazón que yo soy sano.
2 – Yo confeso con mi boca y creo con mi corazón que yo soy sano.
Jesús le dijo: Si puedes creer, al que cree todo le es posible.
3 – La sanidad es mía porque Cristo me la dio hace dos mil años.
3 – La sanidad es mía porque Cristo me la dio hace dos mil años.
para que se cumpliese lo dicho por el profeta Isaías, cuando dijo: El mismo tomó nuestras enfermedades, y llevó nuestras dolencias.
4 – La Palabra de Dios está trabajando en mi cuerpo, aunque yo no lo mire.
4 – La Palabra de Dios está trabajando en mi cuerpo, aunque yo no lo mire.
(porque por fe andamos, no por vista);