Hebreos 2:17-18
Introducción:
Interpretación:
Experimentó, como todo ser humano, las etapas de la infancia, la niñez, y la adolescencia. Conoció también el cansancio, el hambre y la sed (Juan 4:6–8). Supo lo que era ser despreciado y rechazado, difamado y acusado falsamente. p 27 Experimentó el sufrimiento físico y la muerte. Todo esto era parte de la preparación para su ministerio celestial como Sumo Sacerdote.
Él simpatizó con nosotros, fue un misericordioso y fiel sumo sacerdote. Sintió hambre, sintió sed, la fatiga lo agotó, durmió, recibió enseñanzas, creció, amó, se sorprendió, se alegró, se enfureció, se indignó, fue sarcástico, sintió pena, estuvo atormentado, se sintió abrumado por el futuro, ejerció la fe, leyó las Escrituras, oró, suspiró en su corazón cuando vio a otra persona enferma y lloró cuando le dolía en el corazón
Señor, pedimos que nos ayudes en nuestra debilidad. Somos conscientes de las muchas tentaciones que nos rodean y de nuestra tendencia humana a sucumbir ante ellas. Pero Tú nos has provisto un poderoso Sumo Sacerdote para que Él nos socorra cuando somos tentados. A Él alzamos los ojos de la fe, pidiéndote que aumentes de día en día nuestra comprensión y experiencia de su poder para extender su mano hacia nosotros y socorrernos en medio de la tentación.
Señor, danos una visión adecuada del ministerio de nuestro Sumo Sacerdote. Que nuestra gloria sea saber que Él está a tu diestra intercediendo por nosotros, y que nuestra experiencia diaria sea la de ver cómo su poder se perfecciona en medio de nuestra debilidad, para que vivamos vidas más santas y agradables a Ti.
En su nombre te lo pedimos. Amén.