La libertad que Dios nos da

Ser libre en Cristo significa que Jesús es el Señor de mi vida y que, gracias a su obra en mí, el pecado no controla mis acciones.

¡Esa es la realidad de los que somos hijos de Dios!

Dejamos de ser esclavos del pecado y somo liberados

Juan 8:36 RVR60

36 Así que, si el Hijo os libertare, seréis verdaderamente libres.

Incluso nuestra conciencia es liberada

Hebreos 9:14 NTV

14 Imagínense cuánto más la sangre de Cristo nos purificará la conciencia de acciones pecaminosas para que adoremos al Dios viviente. Pues por el poder del Espíritu eterno, Cristo se ofreció a sí mismo a Dios como sacrificio perfecto por nuestros pecados.

A fin de que tengamos una conciencia tranquila

Lo hace por su sangre preciosa

La sangre de Cristo es vista como un sacrificio perfecto y suficiente que ofrece el perdón de los pecados.

Según la creencia cristiana, todos los seres humanos están atrapados en el pecado y separados de Dios, y el pecado merece castigo.

1. Libertad del pecado

Hebreos 9:12–14 NTV

12 Con su propia sangre —no con la sangre de cabras ni de becerros— entró en el Lugar Santísimo una sola vez y para siempre, y aseguró nuestra redención eterna. 13 Bajo el sistema antiguo, la sangre de cabras y toros y las cenizas de una ternera podían limpiar el cuerpo de las personas que estaban ceremonialmente impuras. 14 Imagínense cuánto más la sangre de Cristo nos purificará la conciencia de acciones pecaminosas para que adoremos al Dios viviente. Pues por el poder del Espíritu eterno, Cristo se ofreció a sí mismo a Dios como sacrificio perfecto por nuestros pecados.

Sin embargo, la sangre derramada por Jesús en la cruz es considerada como el pago completo por nuestros pecados

lo que permite que Dios perdone y restaure la relación con aquellos que ponen su fe en Cristo.

Lucas 22:20 NTV

20 Después de la cena, tomó en sus manos otra copa de vino y dijo: «Esta copa es el nuevo pacto entre Dios y su pueblo, un acuerdo confirmado con mi sangre, la cual es derramada como sacrificio por ustedes.

2. Redención y liberación

La sangre de Cristo es vista como el precio de nuestra redención.

1 Pedro 1:18–19 NTV

18 Pues ustedes saben que Dios pagó un rescate para salvarlos de la vida vacía que heredaron de sus antepasados. Y el rescate que él pagó no consistió simplemente en oro o plata 19 sino que fue la preciosa sangre de Cristo, el Cordero de Dios, que no tiene pecado ni mancha.

En la antigüedad, la redención implicaba el pago de un rescate para liberar a alguien de la esclavitud o de una deuda.

En el contexto cristiano, la sangre de Cristo se considera como el precio pagado para liberarnos de la esclavitud del pecado y de las consecuencias eternas del mismo.

Se cree que aquellos que confían en la obra redentora de Cristo son liberados y reconciliados con Dios.

Colosenses 1:14–16 NTV

14 quien compró nuestra libertad y perdonó nuestros pecados. 15 Cristo es la imagen visible del Dios invisible. Él ya existía antes de que las cosas fueran creadas y es supremo sobre toda la creación 16 porque, por medio de él, Dios creó todo lo que existe en los lugares celestiales y en la tierra. Hizo las cosas que podemos ver y las que no podemos ver, tales como tronos, reinos, gobernantes y autoridades del mundo invisible. Todo fue creado por medio de él y para él.

1. Libertad del pecado: Según la enseñanza cristiana, todos los seres humanos están atrapados en el pecado y separados de Dios. Cristo ofrece liberación del poder y las consecuencias del pecado a través de su sacrificio en la cruz. Al recibir a Cristo como Salvador, se cree que una persona es perdonada y justificada ante Dios, y se le ofrece una nueva vida en comunión con Él.

2. Libertad del legalismo y la ley: Jesús criticó a los líderes religiosos de su tiempo que imponían cargas pesadas de reglas y regulaciones sobre las personas. En su lugar, enseñó que el amor a Dios y al prójimo eran los mandamientos más importantes. La libertad en Cristo implica ser liberado de la esclavitud de seguir una lista interminable de reglas y regulaciones religiosas para encontrar la gracia y el favor de Dios.

3. Libertad para vivir una vida plena y significativa: Jesús dijo: "Yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia" (Juan 10:10). La libertad en Cristo implica una vida transformada por el poder del Espíritu Santo, que permite a los creyentes vivir una vida plena y significativa en relación con Dios y con los demás. Esto incluye experimentar el perdón, la reconciliación, la paz, la esperanza y el propósito que solo se encuentran en una relación personal con Cristo.

4. Libertad para amar y servir: En el evangelio, Jesús enseñó que el amor a Dios y al prójimo son los dos mandamientos más importantes. La libertad en Cristo capacita a los creyentes para amar y servir a los demás de manera desinteresada, siguiendo el ejemplo de Jesús. Esta libertad les permite vivir una vida centrada en el amor, buscando el bienestar y la bendición de los demás.

En resumen, la libertad que Cristo ofrece es una liberación del pecado, del legalismo y de una vida vacía y sin propósito. Es una invitación a vivir una vida transformada, en comunión con Dios y en amoroso servicio a los demás.