A Cristo proclamamos

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Todos aquellos que no alcancen la paz con Dios en esta vida por medio de Jesucristo conocerán la ira de Dios en el día del juicio. Todos los que rehuyen o se niegan a reconocerse pecadores, necesitados de Cristo y de la salvación que les ofrece, recibirán la retribución debida a su extravío, la cual es una eternidad sin Dios, en el lago que arde con fuego y azufre. Si vamos a ser una iglesia debemos desear ser una Iglesia que proclame a Cristo como el gran reconciliador, que anuncie a Cristo como el Señor de todo lo que existe y debemos ser una Iglesia que pregone a Cristo como el único Salvador.

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Colosenses 1:28–29 RVR60
28 a quien anunciamos, amonestando a todo hombre, y enseñando a todo hombre en toda sabiduría, a fin de presentar perfecto en Cristo Jesús a todo hombre; 29 para lo cual también trabajo, luchando según la potencia de él, la cual actúa poderosamente en mí.

INTRODUCCIÓN

En nuestro ultimo mensaje sobre este capítulo de la carta de Pablo a Colosas aprendimos; Que Dios ha manifestado, o revelado el gran misterio que permanecía oculto desde los siglos y las generaciones pasadas al periodo de los apóstoles.
Pero, que ahora, como bien concluimos aquella sección, es tarea o correspondencia de la Iglesia hacer extensiva o dar a conocer esta revelación al mundo entero.
Dios ha revelado que su propósito eterno en Cristo es reconciliar consigo todas las cosas. Y ante esa revelación, la Iglesia debe realizar tres actividades.
La Iglesia debe proclamar a Cristo como el gran Reconciliador.
Él es la Piedra angular y la base de toda esta enseñanza.
Él es quien nos trae paz, restauración, sanidad, armonía y acceso a Dios.
La Iglesia debe proclamar a Cristo como Señor.
Él es el Señor de todo lo que existe, todo fue creado por medio de Él, con lo cual, es el Soberano sobre todo el universo entero.
Y por otro lado la Iglesia debe proclamar a Cristo como el Único y Suficiente Salvador.
El hombre pecador puede alcanzar la paz con Dios y la restauración de la esperanza de la gloria, solo en virtud de la obra salvadora de Cristo, de otra manera es imposible que logre asirse de aquello que Dios ha claramente aclarado que se obtiene por medio de la fe y el arrepentimiento.
Si como Iglesia no estamos proclamando este mensaje a los hombres entonces estamos fallando en nuestra labor.
Digo mas, no deberíamos llamarnos Iglesia del Señor, debido a que la Iglesia del Señor hace lo que su Señor le ha pedido que hiciera, y Pablo el siervo del Señor nos va a explicar eso en estos versículos.
El apóstol Pablo tiene una participación muy destacada en el ministerio de la Iglesia en general, como nos revela Lucas en el libro de los Hechos todo lo habían llenado con el evangelio.
Pablo no solo ha sido el instrumento a través del cual Dios ha revelado la inclusión de los gentiles en la obra reconciliadora de Cristo, sino que también ha sido escogido por Dios para llevar las buenas nuevas de reconciliación al mundo gentil.
La obediencia de este hombre hacia Dios y su palabra hizo posible que el evangelio llegara y se fortaleciera en Europa, años mas tarde Inglaterra y Escocia, fueron cuna de los predicadores mas influyentes del mundo conocido, enviando misioneros a lugares donde el Evangelio nunca había sido predicado.
Ellos llegaron a este país, que Dios ha bendecido y usado por años para llevar y apoyar la predicación del evangelio en nuestros países, yo mismo soy fruto del esfuerzo misionero que una familia Norte Americana que dejo este lugar para ir a la ciudad donde nací y plantar una Iglesia en la cual escuchamos el evangelio y donde por a gracia de Dios fui salvo.
Todo esto porque el Señor lejos de querer mantener oculto este misterio ha usado a la Iglesia por años para dar a conocer a todas las gentes para que obedezcan a la fe.
Ahora bien, volviendo a nuestro mensaje, Después de la explicación de Pablo sobre el misterio y como este misterio se aplica a los gentiles, el vuelve al tema de su propio ministerio, ahora nos va a explicar como anuncia el misterio a todos los hombres y lo que este anuncio representa para él, de esfuerzo abnegado
Su ministerio de predicación y de evangelización, Pablo lo expresa por medio de cuatro frases en estos dos versículos.
primero; y arrancamos con el mensaje:

A CRISTO NOSOTROS PROCLAMAMOS

Colosenses 1:28–29 RVR60
28 a quien anunciamos, amonestando a todo hombre, y enseñando a todo hombre en toda sabiduría, a fin de presentar perfecto en Cristo Jesús a todo hombre; 29 para lo cual también trabajo, luchando según la potencia de él, la cual actúa poderosamente en mí.
Literalmente Pablo dice refiriéndose a Cristo y a su evangelio, que continuamente ellos lo están anunciando.
Hermanos todos sabemos que Cristo es el alfa y la omega del universo entero, autor de nuestra salvación y reconciliación con Dios. Razón por la cual, Él mismo constituye el tema principal del evangelio, de manera que al anunciar el evangelio anunciamos a Cristo. Ni mas ni menos.
Los apóstoles en la primera fase de su ministerio después de Pentecostes: Todos los días en el templo y de casa en casa no cesaban de enseñar y predicar a Jesucristo Hechos 5:42.
Cuando el evangelio dejó los territorios de Jerusalén y llegó a los samaritanos, Felipe, descendiendo a la ciudad de Samaria, les predicaba a Cristo, Hechos 8:5.
Nada más al convertirse Saulo de Tarso, estando aún en la ciudad de Damasco, en seguida se puso a predicar a Cristo en las sinagogas, Hechos 9:20.
Y desde entonces el afán y la razón por la cual este varón de Dios caminó sobre la tierra, como la razón de los demás apóstoles, era proclamar a Cristo, enseñando sobre Cristo y lo que ha hecho para reconciliar a los hombres con Dios.
Pablo dijo: Pero nosotros predicamos a Cristo crucificado para los judíos tropezadero para los gentiles locura mas para nosotros Cristo poder de Dios y Sabiduría de Dios. 1 Corintios 1:23-24.
Y su gran gozo después de ser un perseguidor de la iglesia de Cristo, su motivo de regocijo era ver que Cristo era proclamado. Filipenses 1:17-18.
Y nosotros hermanos, la Iglesia del Señor Jesucristo no podemos ser indiferentes, ni diferentes en cuanto a la predicación del evangelio de Cristo, sino que al igual que ellos lo hicieron, y fueron fieles en la proclamación del evangelio de Cristo nosotros también debemos ser fieles a Dios y proclamar y seguir anunciando de Cristo a los hombres de esta ciudad para que conozcan a Cristo y sean salvos de la misma manera que un día nosotros también lo fuimos.
Si vamos a ser una iglesia debemos desear ser una Iglesia que proclame a Cristo como el gran reconciliador, que anuncie a Cristo como el Señor de todo lo que existe y debemos ser una Iglesia que pregone a Cristo como el único Salvador.
Y como lo hacemos pastor? Bueno en primer lugar, como ellos lo hicieron y en segundo lugar;

AMONESTANDO A TODO HOMBRE

La proclamación de Cristo no es solo un anuncio objetivo y frío acerca de su persona y su obra. Tampoco es una comunicación aséptica o estéril y desapasionada. Es un ministerio de persona a persona.
Puesto que de ella depende la reconciliación del pecador con Dios o la perdición eterna, puesto que es un asunto de vida o muerte, tiene que ser una comunicación que apele a la voluntad, a la conciencia y a las emociones del ser humano, que lo quebrante, que lo llene de convicción, que lo estremezca y lo haga sentir un horrible pecador, merecedor del castigo eterno pero que a la vez pueda ver a Cristo como su única esperanza, para que corra hacia Él y se arrepienta y pueda clamar por su salvación como un día nosotros lo hicimos.
Colosenses 1:28 RVR60
28 a quien anunciamos, amonestando a todo hombre, y enseñando a todo hombre en toda sabiduría, a fin de presentar perfecto en Cristo Jesús a todo hombre;
El verbo amonestar en nuestro texto sugiere advertencia, llamamiento al arrepentimiento, a la conversión y a un profundo cambio moral y espiritual.
También este verbo se traduce como; dar buenos consejos, y tiene el sentido de amonestar lo es igual a advertir o aconsejar con respeto al amonestado pero con fidelidad a Dios y a su Palabra.
Básicamente es decirle a los hombres la verdad por muy dolorosa que sea para ellos.
Es Avisar solemnemente acerca del peligro de descuidar el evangelio, de rechazar a Cristo, es advertir claramente acerca de los terribles efectos y graves consecuencias del pecado y acerca de la retribución que sufrirán todos los que no acuden a aceptar la amnistía ofrecida por Dios.
Todos aquellos que no alcancen la paz con Dios en esta vida por medio de Jesucristo conocerán la ira de Dios en el día del juicio. Todos los que rehuyen o se niegan a reconocerse pecadores, necesitados de Cristo y de la salvación que les ofrece, recibirán la retribución debida a su extravío, la cual es una eternidad sin Dios, en el lago que arde con fuego y azufre.
Así que en ese sentido Pablo nos describe como proclama a Cristo; Amonestando a todos los hombres, en el libro de los hechos después de su conversión y llamado al ministerio vemos a Pablo ir por todo el mundo, queriendo ir hasta España con el Evangelio de Cristo.
Así que Pablo advertía a los hombres sobre las consecuencias de rechazar a Cristo, pero también exhortaba a los hombres.
Porque este verbo también incluye la idea de estimular, de animar, de aconsejar y de rogar encarecidamente a los hombres. En este pasaje que vamos a leer vemos que la amonestación incluía un ruego a los hombres.
2 Corintios 5:20 RVR60
20 Así que, somos embajadores en nombre de Cristo, como si Dios rogase por medio de nosotros; os rogamos en nombre de Cristo: Reconciliaos con Dios.
Nos suele suceder a quienes tenemos la tarea de predicar este libro y el mensaje de Cristo a los hombres, y ante la urgencia del mensaje y la apatía o el rechazo de la gente uno siente una emoción tan fuerte que no puede frenar las lágrimas y un dolor profundo en el corazón al ver a los hombres como rechazan rehuyen y se revelan en contra de Dios.
Por eso Jeremías por más de 40 años caminó por la calles de Jerusalén predicando a los hombres y llorando por el continuo rechazo de la tierra de Judá hacia Dios.
Por eso Pablo por 3 años en la ciudad de Efeso de noche y de día no cesó de amonestar a cada uno de los hombres de aquella ciudad con lagrimas.
En algunas ocasiones las lágrimas de Pablo mancharon el manuscrito de sus cartas al comprobar la resistencia de algunos hombres incluyendo creyentes ante sus amonestaciones.
2 Corintios 2:4 RVR60
4 Porque por la mucha tribulación y angustia del corazón os escribí con muchas lágrimas, no para que fueseis contristados, sino para que supieseis cuán grande es el amor que os tengo.
Y En otras veces, el antagonismo de aquellos que utilizaban el evangelio sólo para avanzar a su propio interés carnal y económico, también le indujo a amonestar a sus lectores con lágrimas.
Filipenses 3:18 RVR60
18 Porque por ahí andan muchos, de los cuales os dije muchas veces, y aun ahora lo digo llorando, que son enemigos de la cruz de Cristo;
A veces pienso ¿Qué pensaría Pablo o qué diría Pablo de los mercaderes modernos del evangelio de la prosperidad y de lo superficial y contemporánea que se ha vuelto la iglesia en nuestros días?
Siempre la conclusión es la misma; Filipenses 3:18. Enemigos de la Cruz de Cristo.

CONCLUSIÓN

Pablo proclamaba a Cristo, al igual que los demás apóstoles y la Iglesia primitiva.
¿Qué vamos a proclamar nosotros?
¿Acaso hablaremos de María, o de los ángeles, acaso seremos capaces de anunciar un evangelio diferente a los hombres de esta ciudad?
¿O realmente como ellos lo hicieron, Hablaremos de Cristo en esta ciudad?
¿Qué va implicar eso?, que seguramente no seremos populares y que seguramente no seremos la iglesia mas grande de Ocala, y esta bien porque no nos predicamos a nosotros mismos sino a Jesucristo y a este crucificado, para los religiosos modernos tropezadero, para los intelectuales locura más para los escogidos de Dios Cristo poder de Dios y sabiduría de Dios.
¿Cómo debemos anunciar y proclamar a Cristo?
Amonestando a todo hombre.
Por eso mi querido hermano si usted realmente esta dispuesto a hacer esta labor de proclamar a Cristo y si Dios le hablo, porqué no tomas un tiempo y haces un compromiso con el Señor de rodillas allí donde estas o aquí en el altar si prefieres.
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