LA SIMIENTE DE LA SERPIENTE: SU CORRUPCIÓN Y DESTRUCCIÓN

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INTRODUCCIÓN

Los casos de corrupción abundan en las noticias. Si usted escribe en su buscador la palabra corrupción, inmediatamente saldrán varias noticias actuales que reportan casos de comportamiento inmoral y poco ético en todas las áreas de la vida. Especialmente en la política, muchos de nosotros hemos sufrido las consecuencias de la corrupción en los gobiernos. Pero no solo en la política, en todas las áreas de la vida vemos la corrupción humana afectándolo todo. Recientemente, a un equipo de fútbol de la liga española se le ha imputado el delito de cohecho. Es decir, se le acusa de sobornar a los árbitros para conseguir resultados favorables.
La corrupción es un tema que está constantemente presente en el día a día ¿Cómo no? si vemos sus efectos en todas partes.
Aún en los sistemas encargados de administrar justicia vemos esta corrupción. La impunidad es una forma de corrupción moral. Quienes están encargados de hacer el bien, terminan siendo cómplices de los malos. Falsos testigos se levantan para perseguir a los inocentes y dejar libre a los malhechores.
Ésta es una realidad a la que la Biblia hace referencia a esta realidad en el Salmo 73:6–9 “Por tanto, el orgullo es su collar; el manto de la violencia los cubre. Los ojos se les saltan de gordura; Se desborda su corazón con sus antojos. Se burlan, y con maldad hablan de opresión; Hablan desde su encumbrada posición. Contra el cielo han puesto su boca, Y su lengua se pasea por la tierra”.
Sin embargo, para quienes creemos en la Biblia, sabemos que esta realidad presente no será así para siempre. Los malhechores podrán escapar la justicia humana, pero nunca la justicia de Dios. Nuestro pasaje de hoy en Génesis 6:9-22, nos muestra como Dios trae justicia sobre la maldad y corrupción humanas.
Por esta razón, mi argumento de hoy es: “La corrupción moral lleva a la destrucción total”.
Así que te invito a que me acompañes en la lectura de hoy.
Lectura: Génesis 6:9-22.
Oración

LAS DOS SIMIENTES (Génesis 6:9-12)

TOLEDOT תלדת (Génesis 6:9)
Nuestro texto comienza con la frase: “éstas son las generaciones de Noé”. Si has estado en otras predicaciones de esta serie, seguramente recordarás que esta frase es la que da estructura a todo el libro de Génesis. La expresión hebreas es “toledot (תלדת)”, y la encontramos 10 veces en todo el libro. La frase sirve como una especie de introducción a un nuevo capítulo de una misma historia. Podríamos pensar en Génesis como una serie de televisión en la que cada nuevo episodio inicia con la expresión: “éstas son las generaciones de...”.
De hecho, la primera vez que la encontramos es en Génesis 2:4 “Estos son los orígenes de los cielos y de la tierra...”.
También la encontramos en Génesis 5:1 “Este es el libro de las generaciones de Adán...”. Éste capítulo es particularmente importante si queremos entender nuestro texto de hoy, ya que Génesis 5:1 nos narra cómo la simiente de la mujer se multiplica en la tierra, en contraste con la simiente de la serpiente representada por Caín y su descendencia en Génesis 4:16-24.
Tal como aprendimos en el capítulo 3, después de la caída del hombre la humanidad quedó dividida en dos grupos claramente identificados. La simiente de la mujer, que sería el linaje que Dios usaría para enviar a al Mesías en Génesis 3:15; y la simiente de la serpiente, representada por la descendencia de los hombres que se oponen a Dios y a su reino. Todo ser humano pertenece a uno de estos dos grupos. Toda la humanidad desde la caída en el Edén hasta nuestros días sigue aún dividida en estas dos simientes, la de la mujer y la de la serpiente.
Y Génesis 5 nos muestra la conexión entre Noé y Adán como simiente de la mujer. En el versículo 3 se nos muestra ese primer descendiente que pertenece a la simiente de la mujer Génesis 5:3 “Cuando Adán había vivido 130 años, engendró un hijo a su semejanza, conforme a su imagen, y le puso por nombre Set”. Y termina, precisamente, con Noé en el v. 28-29 Génesis 5:28–29 “Lamec vivió 182 años, y tuvo un hijo. Y le puso por nombre Noé, diciendo: «Este nos dará descanso de nuestra labor y del trabajo de nuestras manos, por causa de la tierra que el Señor ha maldecido»”.
De ahí, que nuestro texto comience este nuevo capítulo con la frase estructural de todo Génesis.
EL CONTRASTE (Génesis 6:9-10)
Una vez introducido el personaje, la Biblia nos hace una clara distinción. Noé era un “hombre justo, perfecto entre sus contemporáneos”, inmediatamente después de introducirnos a Noé nos ayuda a identificar a qué grupo pertenece. Noé es parte de la simiente de la mujer. Se le describe como un hombre justo y perfecto. Ahora bien, es importante que entendamos estos dos conceptos, porque la Biblia no está afirmando que Noé era sin pecado.
Noé era justo
El término justo en el Antiguo Testamento, tiene que ver con la conformidad a la norma. Es decir, la persona se sujeta a la ley, no es que no peca, sino que procura actuar conforme a la norma establecida por Dios. Por ejemplo: en nuestros días, una persona que respete las normas de tránsito sería una persona justa. Esta justicia de Noé se evidencia al final del texto cuando se describe que Génesis 6:22 “Así lo hizo Noé; conforme a todo lo que Dios le había mandado, así lo hizo”.
Noé era perfecto
Por su parte, la palabra perfecto, tampoco significa que Noé no tenía pecado. Lo que denota es una resistencia contra el pecado.
Ambas palabras nos dan una visión del carácter de Noé, un hombre que procuraba vivir conforme a los mandamientos de Dios, absteniéndose del pecado. No dejándose llevar por el mismo desenfreno y corrupción de la sociedad que lo rodeaba.
La corrupción en la tierra (Génesis 6:11-12)
De hecho, el siguiente versículos nos muestra ese contraste, un hombre justo viviendo en medio de un mundo lleno de corrupción. Lea conmigo Génesis 6:11-12.
Así como la humanidad se comienza a multiplicar, así también lo hace su maldad. La corrupción llenaba toda la tierra, la influencia del pecado iba en aumento al punto que “toda carne había corrompido su camino sobre la tierra.
El término aquí usado es muy interesante, pues expresa la idea de llevar algo a la ruina. Esta expresión hebrea aparece 5 veces en nuestro pasaje, y 3 de ellas es traducida como corrupción. Se nos dice que toda la tierra estaba corrompida, ya que toda carne había corrompido su camino en la tierra. En otras palabras, la tierra estaba siendo llevada a la decadencia, porque la decadencia era el resultado de la conducta de los hombres.
La corrupción moral estaba llevando a la ruina a toda la creación. La manifestación de esta corrupción era la violencia. Amados hermanos, algo que debemos comprender es que la violencia es una de las mayores características de la simiente de la serpiente. Los hijos de Satanás expresan su violencia constantemente contra los hijos de Dios. Esta violencia la hemos visto en aumento desde Génesis 4-6.
Primero, Caín mató con violencia a su hermano Abel en Génesis 4:8.
Luego, Lamec, descendiente de Caín se jactó de su violencia ante sus dos mujeres en Génesis 4:23-24.
Y finalmente, vemos como esa violencia ahora domina la tierra llevándola a la ruina en Génesis 6:11.
Pero no termina en Génesis, los fariseos como dignos representantes de la simiente de la serpiente asesinaron a Cristo el Mesías. Y el mismo Señor Jesús nos advirtió que seríamos perseguidos, ultrajados y asesinados por causa de Él. La violencia es una de los rasgos característicos de la simiente de la serpiente. Y Génesis 6 nos muestra como esa corrupción violenta dominaba toda la creación de la misma forma que lo hace en nuestros días.
Los cristianos vivimos en un mundo hostil y violento contra el evangelio. Bien sea la persecución, o el desprestigio y la burla, la simiente de la serpiente siempre será violenta contra la simiente de la mujer.
De manera que, este contraste que nos muestran estos primeros 3 versículos nos ayudan a identificar a estas dos simientes. Por una parte, Noé y su familia como miembros de ese linaje del cual saldría el Hijo de la mujer que aplastaría la cabeza de la serpiente. Y por otra, el resto de la sociedad, como representantes de la descendencia mala que se opone a Dios y su reino.

LA SIMIENTE JUZGADA (Génesis 6:13-17)

Pero, a diferencia de la impunidad que podemos ver en nuestros días, la corrupción humana en aquel entonces no fue sin castigo. Hay una razón por la que el texto nos dice que “la tierra se había corrompido delante de Dios.
Una de las verdades más rechazadas y que mayor oposición genera contra el mensaje de la Biblia es la verdad de un Dios castigador y justo. El ser humano rechaza de manera natural a un Juez moral. Tengo la teoría de que muchos se refugian en el ateísmo y agnosticismo en un intento de acallar la culpa que constantemente está delante de todo ser humano sin Cristo. Lamentablemente, este rechazo no es exclusivo de los incrédulos, sino que también en muchas supuestas iglesias se rechaza la idea del juicio y castigo divino. Muchos falsos maestros enseñan que debemos enfocarnos en el amor de Dios, y no en su justicia.
Pero la Biblia es muy clara cuando nos habla acerca de la justicia de Dios. Quienes niegan la verdad de que Dios es un Dios justo, de manera implícita lo que hacen es minimizar el pecado. Es decir, no creen que el pecado es tan grave como Dios dice que es.
Pero el hombre no es el juez, Dios sí. Y en Génesis 6 vemos esto claramente.
Se nos dice que “la tierra se había corrompido delante de Dios, y estaba la tierra llena de violencia. Dios miró a la tierra, y vio que estaba corrompida.
Ésta declaración que hace el versículo 12, es coherente con la evidencia en contra del hombre que encontramos en Génesis 6:5El Señor vio que era mucha la maldad de los hombres en la tierra, y que toda intención de los pensamientos de su corazón era solo hacer siempre el mal.” La gravedad del asunto es mayor de lo que tendemos a pensar. La idea es que la inclinación del hombre es siempre hacia el mal, y esa inclinación se hace evidente por la forma violenta en la que se conduce en este mundo.
Por esta razón, Dios juzga. Génesis 6:13 nos dice que Dios decide destruir la creación después de ver la corrupción del hombre.
Igualar el estado moral con el estado físico
Ahora bien, en la traducción al castellano hay cosas del idioma hebreo que no pueden transmitirse. Ya me habéis escuchado decir esto antes, pero es bueno recordarlo. El idioma hebreo tiene maneras muy específicas de comunicarnos su mensaje, y muchas veces los conceptos se relacionan por el sonido de las palabras, o por el uso de la misma palabra. En este caso, la palabra hebrea usada para la destrucción que Dios traería sobre la humanidad, es la misma palabra usada para la corrupción que el hombre había traído ya sobre la creación. Es decir, Dios igualaría la corrupción moral del hombre con una destrucción total de la creación.
El Señor haría físicamente lo que el hombre había hecho moralmente sobre la tierra, llevarla a la ruina. El comentarista bíblico Nahum M. Sarna explica que: “la humanidad no puede minimizar la base moral de la sociedad sin poner en peligro la existencia misma de la civilización. De hecho, por medio de la corrupción, la sociedad inicia el proceso de inevitable auto-destrucción.
Esta destrucción es la que Dios trae sobre la creación. Ésta es la razón de que nuestro argumento de hoy sea: “La corrupción moral lleva a la destrucción total.” Dios traería esta destrucción por medio de un diluvio.
Génesis 6:17»Entonces Yo traeré un diluvio sobre la tierra, para destruir toda carne en que hay aliento de vida debajo del cielo. Todo lo que hay en la tierra perecerá.” Nuevamente encontramos la palabra destruir, pero esta vez, vemos el alcance de esta destrucción: Todo lo que hay en la tierra perecerá. Dios estaba anunciado un cataclismo, una catástrofe, un verdadero desastre a nivel mundial.
El pasado 8 de Septiembre un terremoto devastador impactó gravemente la ciudad de Marrakech en Marruecos. Se estima que casi 3000 personas murieron en el terremoto y otras 5000 resultaron gravemente heridas. Éste fue un desastre natural devastador para el país. Y os animo a orar por Marruecos, tanto por la proclamación del evangelio como por la pronta recuperación de la nación de este trágico hecho.
Pero, por trágico y devastador que fue este terremoto, no se compara con la destrucción que Dios anunció y trajo sobre la creación en Génesis 6. El diluvio fue un evento exponencialmente mayor que el terremoto reportado en Marrakech. Fue un evento con consecuencias mundiales. Toda la tierra fue inundada. Como dice el texto, todo lo que había en la tierra pereció ¡Todo!
Amados, hermanos y amigos que nos visitan, puede parecer muy severo el juicio de Dios, pero como dije al principio, esto será así solo si minimizamos la gravedad de la corrupción humana. Debemos entender que la magnitud de la destrucción fue equivalente a la magnitud de la corrupción. Tan grave era la corrupción, que el único castigo justo era la destrucción total.
Dios, como si fuese un médico, aplica el único tratamiento eficaz contra la grave enfermedad que es la corrupción humana. Cuando usted tiene un cáncer agresivo, no lo trata con paracetamol. En muchas ocasiones, se amputa o extirpa el órgano o miembro infectado para evitar que siga corrompiendo el resto del cuerpo.
Y de esta manera, Dios juzga a la simiente de la serpiente, aniquilándola de toda la tierra. Literalmente la borra de la faz de la tierra.

LA SIMIENTE PRESERVADA (Génesis 6:18-22)

Y al mismo tiempo que Dios juzga la simiente de la serpiente, también preserva y establece su pacto con la simiente de la mujer.
A Noé, a quien el texto ha presentado como un claro miembro de este linaje, le dice lo siguiente: Génesis 6:18»Pero estableceré Mi pacto contigo. Entrarás en el arca tú, y contigo tus hijos, tu mujer y las mujeres de tus hijos.
En este pacto Dios se compromete a preservar la vida de Noé y su familia, Noé a cambio, se compromete a obedecer a Dios siguiendo las instrucciones que le había dado para construir el arca. Por medio de este pacto, Dios preserva un linaje del cual saldría Abraham, Isaac y Jacob, a quienes ratificó su pacto. De este mismo linaje, vendría David, con quien Dios estableció un pacto prometiéndole un descendiente que reinaría para siempre. Este pacto es el compromiso de Dios de preservar la simiente de la mujer por medio de la cual enviaría a su Hijo para aplastar la cabeza de satanás.
En este pacto, Dios provee para Noé y los suyos un medio de salvación a través del arca. El actuar de Dios al preservar la vida de sus elegidos en medio del juicio que hace sobre los reprobados es constante en la Escritura. En Éxodo 11:4–7Y Moisés dijo: «Así dice el Señor: “Como a medianoche Yo pasaré por toda la tierra de Egipto, y morirá todo primogénito en la tierra de Egipto, desde el primogénito de Faraón que se sienta en su trono, hasta el primogénito de la sierva que está detrás del molino; también todo primogénito del ganado. Y habrá gran clamor en toda la tierra de Egipto, como nunca antes lo ha habido y como nunca más lo habrá. Pero a ninguno de los israelitas ni siquiera un perro le ladrará, ni a hombre ni a animal, para que ustedes entiendan cómo el Señor hace distinción entre Egipto e Israel.
CONTEXTO
Esto cobra mucho más sentido cuando recordamos que el contexto histórico de este pasaje es Éxodo 20. El autor de Génesis es Moisés, quien escribe al pueblo de Israel lo que conocemos como el Pentateuco después de que han sido librados de la esclavitud de Egipto. Génesis nos relata eventos previos a Éxodo 20, pero fue escrito por Moisés después de la salida de Egipto y el establecimiento del pacto de Dios con Israel en el Sinaí. De manera que la audiencia original de este pasaje, es el pueblo de Israel que acaba de ser testigo del juicio de Dios sobre Egipto y han experimentado como Dios los ha preservado en medio de su juicio. Ahora, como una nación, al igual que Noé entró en un pacto con Dios, así también ellos entraban en un pacto con Dios.
Este contexto histórico del pasaje nos refuerza la idea de que Dios preserva a sus elegidos en medio del juicio que hace sobre la tierra.
CONEXIÓN CON EL EVANGELIO
Lo hizo con Noé a través del arca, lo hizo con Israel a través de la pascua, y lo hace con su iglesia a través de Cristo. Podemos afirmar sin temor a equivocarnos que el arca es un tipo de Cristo en el Antiguo Testamento.
Todos aquellos que hemos nacido de nuevo, estamos unidos a Cristo, y en su venida, cuando venga a ejercer el juicio sobre toda la tierra, entonces, en Él seremos también preservados. Esto es lo que Cristo mismo dijo acerca de su venida en Mateo 24.
Mateo 24:30–31Entonces aparecerá en el cielo la señal del Hijo del Hombre; y todas las tribus de la tierra harán duelo, y verán al Hijo del Hombre que viene sobre las nubes del cielo con poder y gran gloria. Y Él enviará a sus ángeles con una gran trompeta y reunirán a sus escogidos de los cuatro vientos, desde un extremo de los cielos hasta el otro.
Los suyos serán preservados, de la misma manera que lo fue Noé con el arca.
Sin embargo, amado amigo que nos visitas, ser preservados no es algo que todos experimentarán. Como hemos explicado en el punto anterior, Dios no es un Dios que deje la corrupción sin castigo. Dios prometió que no juzgaría la tierra por medio de un diluvio, pero no que no habría juicio por el pecado. El apóstol Pedro reflexionó sobre este juicio venidero en su segunda carta 2 Pedro 3:6–7 “por lo cual el mundo de entonces fue destruido, siendo inundado por el agua. Pero los cielos y la tierra actuales están reservados por Su palabra para el fuego, guardados para el día del juicio y de la destrucción de los impíos.
Muchos no creen en este juicio, así como tampoco creyeron en el tiempo de Noé, nuevamente en Mateo 24, después de afirmar que preservaría a los suyos en su venida dijo lo siguiente: Mateo 24:37–39Porque como en los días de Noé, así será la venida del Hijo del Hombre. Pues así como en aquellos días antes del diluvio estaban comiendo y bebiendo, casándose y dándose en matrimonio, hasta el día en que Noé entró en el arca, y no comprendieron hasta que vino el diluvio y se los llevó a todos; así será la venida del Hijo del Hombre.
Cuando este juicio venga sobre la tierra, no habrá posibilidad alguna para aquellos que no estén en el pacto que Dios ofrece por medio de su Hijo Jesucristo. Dios es el único juez de la creación, no somos ni tú ni yo quienes determinamos qué tan grave es la maldad del ser humano, es Dios. Pero en su misericordia, Dios ha provisto un medio para que seamos salvos del justo juicio que merecemos. Es medio, ese camino, esa barca es Cristo. Él sufrió el castigo que tú y to merecemos, nuestra culpa es echada sobre él para que su vida de obediencia sea contada a nuestro favor.
A menos que vengas a Cristo buscando refugio y perdón, no podrás ser librado del juicio. Amado amigos, nosotros no queremos ver tu alma perderse en la eternidad. Por el contrario, queremos que al igual que Noé y su familia entres en el arca y disfrute de la provisión y protección que Dios ofrece. Si esto es algo que Dios mueve tu corazón a hacer, te animo que hables conmigo o con algún hermano de la iglesia al finalizar el culto. Nos encantaría hablar más acerca del evangelio contigo.
APLICACIÓN
Y ya para concluir, Génesis 6:22Así lo hizo Noé; conforme a todo lo que Dios le había mandado, así lo hizo.” Amados hermanos, este es un gran desafío para nosotros. Al igual que Noé, tú y yo nos encontramos inmersos en un mundo hostil contra Dios y su reino. Esto, evidentemente se transfiere a quienes somos su hijos. El texto de hoy nos desafía en muchas maneras:
Creer a Dios: En primer lugar, desafía nuestra fe. Es muy fácil creer y afirmar las verdades cristianas cuando estamos en la iglesia o en medio de cristianos. Pero conducirnos conforme a la verdad bíblica en entornos que son completamente opuestos al evangelio es verdaderamente difícil. Tener fe en medio de un mundo lleno de incredulidad requiere mucho valor. Cuando en el Nuevo Testamento se reflexiona acerca del tema de la fe, Noé es nombrado como uno de los grandes ejemplos. En Hebreos 11:7Por la fe Noé, siendo advertido por Dios acerca de cosas que aún no se veían, con temor reverente preparó un arca para la salvación de su casa, por la cual condenó al mundo, y llegó a ser heredero de la justicia que es según la fe.” La obediencia de Noé fue el resultado de la fe de Noé. Si no hubiese creído a Dios cuando anunció su juicio, no habría invertido ni un segundo en construir el arca, ¿te has puesto a pensar cómo fue obediencia o falta de obediencia a Dios tiene su raíz en una fe pequeña? ¿Acaso lo que ves tiene más peso que lo que Dios dice? Cuando Hebreos nos relata que Noé fue advertido de cosas que aún no se veían se refiere al juicio inminente que Dios había pronunciado. Los no creyentes solo viven por vista, aquello que no se ve no les afecta, pero nosotros vivimos por fe en un mundo de incredulidad.
Seguridad: En segundo lugar, no anima a vivir con esperanza. Así como Dios preservó a Noé y su familia, así también preservará a todos sus elegidos. Juan 10:27–28Mis ovejas oyen Mi voz; Yo las conozco y me siguen. Yo les doy vida eterna y jamás perecerán, y nadie las arrebatará de Mi mano.” La seguridad que tenemos en Cristo, nadie nos la puede arrebatar, ni las burlas, ni la violencia contra nosotros, ni nada. Incluso, mucho mayor que la seguridad que Noé experimentó en el arca es la seguridad que tenemos en Cristo. Noé no temió que el arca se hundiría en las aguas, y de esa misma manera nosotros, si verdaderamente estamos en Cristo, podemos vivir seguros sabiendo que Él nos sostiene.
Perspectiva correcta: Y finalmente, este texto nos ayuda a tener una perspectiva correcta ante las injusticias. Al inicio de este sermón mencioné que el Salmo 73 declara como la impunidad parece reinar en la tierra. Pero es éste mismo Salmo el que nos muestra que no será así. Salmo 73:17–20Hasta que entré en el santuario de Dios; Entonces comprendí el fin de ellos. Ciertamente Tú los pones en lugares resbaladizos; Los arrojas a la destrucción. ¡Cómo son destruidos en un momento! Son totalmente consumidos por terrores repentinos. Como un sueño del que despierta, Oh Señor, cuando te levantes, despreciarás su apariencia.” Los violentos en este mundo que persiguen a los creyentes, que hacen injusticia, que parecen prosperar, finalmente acabarán siendo destruidos por Dios. La misma corrupción que traen sobre la tierra vendrá sobre ellos en forma de destrucción. Amado hermano, no desfallezca tu corazón cuando sufras estas injusticias, por el contrario, refúgiate en Cristo y tu perspectiva cambiará.
Que el Señor nos ayude a que nuestra fe, nuestra seguridad y nuestra perspectiva dependan de lo que Él ha dicho y no de lo que vemos en este mundo, ¿amén?
Oremos.
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