Cómo veían el Cosmo los antiguos israelitas
Devocional • Sermon • Submitted • Presented
0 ratings
· 26 viewsNotes
Transcript
Introducción
Introducción
El contexto es de suma importancia para interpretar correctamente las Escrituras. De no ser así, caemos en el error de interpretarla con ojos modernos, lo cual es claramente equivocado; pues Dios decidio soberanamente revelar su Palabra en un momento y contexto cultural definido, es decir, el del antiguo Israel.
Esto se ve reflejado en el texto de Éxodo:
No te harás imagen, ni ninguna semejanza de lo que esté arriba en el cielo, ni abajo en la tierra, ni en las aguas debajo de la tierra.
El segundo Mandamiento (o la segunda parte del primero) nos muestra como los antiguos israelitas entendian el mundo en que vivian, a esto le llamamos cosmología.
El mundo real se dividia en tres lugares bien definidos: el cielo, la tierra y las aguas debajo de la tierra. Estos tres lugares interactuaban constantemente.
Vamos a analizar como visualizaban los antiguos israelitas estos tres mundos.
El Reino Celestial
El Reino Celestial
Luego dijo Dios: Haya expansión en medio de las aguas, y separe las aguas de las aguas. E hizo Dios la expansión, y separó las aguas que estaban debajo de la expansión, de las aguas que estaban sobre la expansión. Y fue así. Y llamó Dios a la expansión Cielos. Y fue la tarde y la mañana el día segundo.
Génesis 1:6-8 describe la creación del Cielo, el lugar habitado por Dios y los seres espirituales. Es un lugar con aguas “debajo de la expansión” y aguas “sobre la expansión”; es decir, en el Cielo había agua que luego descendia a la Tierra en forma de lluvia. La Biblia describe ventanas por donde caía la precipitación (Génesis 7:11, Salmo 78:23)
También Job 26:8-11 nos dice que es una cúpula firme y sólida, el límite era el mar y allí era la división entre las “luz y las tinieblas”. Estaba sostenida por columnas que son las montañas.
Por nuestros conocimientos en astronomía y geografía sabemos que los Cielos no son literalmente así. Pero la enseñanza que nos trasmite está cosmología es que Dios “esta arriba” y desde allí gobierna. Nosotros estamos “abajo” y debemos obedecerle.
El Reino Terrenal
El Reino Terrenal
Dijo también Dios: Júntense las aguas que están debajo de los cielos en un lugar, y descúbrase lo seco. Y fue así. Y llamó Dios a lo seco Tierra, y a la reunión de las aguas llamó Mares. Y vio Dios que era bueno.
Este esta limitado unicamente a la tierra firme, el cual a su vez está rodeado de más en el pensamiento antiguo israelita. Esto queda claro en Génesis 1:9-10, y es la razón por la cual los israelitas le tenían miedo al mar y lo relacionaban con el caos y las tinieblas.
En el Inframundo existian también montañas a semejanza de columnas que sostenían el mundo terrenal (1 Samuel 2:8; Job 38:4-6)
Esta forma de entender el mundo nos enseña que el ser humano está entre dos reinos: el Cielo y el Inframundo. Su comportamiento en esta tierra determinará su lugar en la Eternidad.
El Inframundo
El Inframundo
Las sombras tiemblan en lo profundo,
Los mares y cuanto en ellos mora.
El Seol está descubierto delante de él, y el Abadón no tiene cobertura.
»Tiemblan los muertos:
los que habitan debajo de las aguas.
El averno está desnudo en presencia de Dios;
el lugar de destrucción está al descubierto.
Era lo que estaba debajo de la tierra y de las aguas; el libro de Job lo describe en términos acuosos (Job 26:5-6, NTV). Era el lugar a donde iban los muertos, comunmente llamado el Seól (Proverbios 9:18). Se creía que las tumbas excavadas era puertas de acceso al inframundo. Jonás lo describe de manera gráfica en Jonás 2:5-6. Un israelita hubiera visto el paralelismo entre el mar y el inframundo.
En ese lugar estaba el abismo, también llamado el Tartaro en 2 Pedro 2:4 en donde describe a los ángeles de Génesis 6 siendo juzgados. El demonio Legión quería evitar que Jesús lo enviara a este abismo (Lucas 8:31).
Nuestra vida aquí y ahora
Nuestra vida aquí y ahora
Es fácil estudiar estos temas y caer preso de la especulación e imaginación. Estos datos nos ayudan a interpretar las Escrituras a la luz del contexto cultural del mundo antiguo, pero no debe quitarnos nuestra vista del “aquí” y “ahora”.
Como dice el apóstol Pablo en Romanos 10:5-9
Porque de la justicia que es por la ley Moisés escribe así: El hombre que haga estas cosas, vivirá por ellas. Pero la justicia que es por la fe dice así: No digas en tu corazón: ¿Quién subirá al cielo? (esto es, para traer abajo a Cristo); o, ¿quién descenderá al abismo? (esto es, para hacer subir a Cristo de entre los muertos). Mas ¿qué dice? Cerca de ti está la palabra, en tu boca y en tu corazón. Esta es la palabra de fe que predicamos: que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo.
En este pasaje el apóstol no enseña que el “aquí” y el “ahora” es cumplir la justicia de Dios. Pero no a través de la Ley, sino a través de la Gracia; no por obras sino por fe.
No es necesario que “encarnes” a Dios nuevamente, eso ya lo hizo él. Tampoco es necesario que “resucites” otra vez al Señor; ya lo hizo el Espíritu Santo.
Pero entonces, ¿que se necesita? Solamente tener fe para confesar con la boca y el corazón a Jesús como tu Señor.