LA GRANDEZA DE LA TOALLA

Levantando un liderazgo bíblico   •  Sermon  •  Submitted   •  Presented
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Que mi audiencia valore el servicio como primordial en su vida para iniciar pasos de crecimiento hacia el liderazgo.

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INTRODUCCIÓN

Una de las acciones más memorable que nuestro Señor Jesucristo hizo fue precisamente el engrandecimiento de la toalla. ¡Y cuanta falta hace en nuestros días, y más aún a nuestra generación, el rescate del valor de la toalla! Para nuestro Señor no sería nada incómodo hacerlo en nuestro tiempo nuevamente; podría ser algo así: “Jesús… se paró de la mesa, se quitó el traje y la corbata (que le habían regalado) y arremangándose la camisa, fue al baño, buscó una toalla y un cubo con agua y comenzó a lavar los pies a los discípulos y a secárselos con la toalla…”. A la verdad que no importa como pudiéramos imaginarlo, sino entender lo que él quería enseñarnos para que lo apliquemos.
¿Qué quiso Jesús que nosotros entendiéramos con este pasaje? ¿Por qué es tan importante la toalla o el servicio?

LA TOALLA ES IMPORTANTE PORQUE EL TIEMPO LO AMERITA (V.1-11):

Existen dos cosas que nuestro texto nos revela sobre lo que Cristo sabía. En dos ocasiones nuestra porción bíblica dice “sabiendo Jesús”.
En primer lugar, Jesús sabía que “su hora había llegado para pasar de este mundo al Padre” (v. 1)
En segundo lugar, Jesús sabía que “el Padre había puesto todas las cosas en sus manos” (v. 3)
¿Qué significa que su hora había llegado? Bueno, era la hora de regresar al lugar de donde había salido, lo que implicaba que “La muerte y resurrección de Jesús eran ya inminentes. Él había venido a morir en obediencia a la voluntad del Padre. Su venida también fue un acto de amor por toda la humanidad”[i]
Mateo 26:45 (NBLA) — 45 Entonces vino a los discípulos y les dijo: ¿Todavía están durmiendo y descansando? Vean, ha llegado la hora, y el Hijo del Hombre es entregado en manos de pecadores.
Juan 16:28 (NBLA) — 28 Salí del Padre y he venido al mundo; de nuevo, dejo el mundo y voy al Padre.
Pero, ¿Qué significa entonces que el Padre había puesto todas las cosas en sus manos?
Juan 3:35 (NBLA) — 35 El Padre ama al Hijo y ha entregado todas las cosas en Su mano.
Juan 17:2–3 (NBLA) — 2 por cuanto le diste autoridad sobre todo ser humano, para que Él dé vida eterna a todos los que le has dado. 3 Y esta es la vida eterna: que te conozcan a Ti, el único Dios verdadero, y a Jesucristo, a quien has enviado.
Mateo 11:27 (NBLA) — 27 Todas las cosas me han sido entregadas por Mi Padre; y nadie conoce al Hijo, sino el Padre, ni nadie conoce al Padre, sino el Hijo, y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar.
De manera que el plan de redención estaba en las manos del Señor Jesús. De él dependía toda la reconciliación del hombre con Dios.
Y es en este contexto que el Señor toma la iniciativa de lavarles los pies a los discípulos (ver v. 4-11). Aun en el momento más importante de toda la historia de la redención, Cristo hace una pausa para enseñar sobre el servicio.
Al igual que Jesús, que se encontraba en un punto crucial en su vida y ministerio; un punto de transición donde el cumplimiento del plan de redención estaba a punto de iniciar su clímax, nosotros también nos encontramos en un punto crucial donde:
Las personas estamos insensibles a las necesidades de los demás.
La presente era postmoderna nos ha moldeado para pensar egoístamente solo en nosotros.
Las múltiples ocupaciones nos han separado de los demás y de tener una relación con las personas de solidaridad.
El consumismo nos ha hecho sus esclavos acaparando nuestra atención y recursos.
El concepto de liderazgo (en la práctica) es gobernar por encima y aprovecharnos de las ignorancias para obtener poder y riquezas.
2 Timoteo 3:1–5 (NBLA) — 1 Pero debes saber esto: que en los últimos días vendrán tiempos difíciles. 2 Porque los hombres serán amadores de sí mismos, avaros, jactanciosos, soberbios, blasfemos, desobedientes a los padres, ingratos, irreverentes, 3 sin amor, implacables, calumniadores, desenfrenados, salvajes, aborrecedores de lo bueno, 4 traidores, impetuosos, envanecidos, amadores de los placeres en vez de amadores de Dios; 5 teniendo apariencia de piedad, pero habiendo negado su poder. A los tales evita.
“Quien le sirve a Dios por dinero, es capaz de servirle al diablo por un mejor salario.” Sir Roger L’Estrange.
Jesús tenía en sus manos la gran responsabilidad de llevar a cabo el plan de Dios para la salvación del ser humano. Dependía de él que este plan se completara y para esto era necesario enseñar sobre el Servicio a sus discípulos.
A nosotros se nos encomienda el servir como parte de la asignación de Dios a nuestras vidas (v. 14)
Es posible que muchas veces no entendamos que dentro de nuestra asignación está tanto servir como también (en algún momento) ser servido por otros; Pedro no entendió esto al momento en que Cristo le lavara sus pies. (v. 6-10)
Jesús nos desafía y nos llama al servicio, que no es otra cosa que nuestra misión. Él dijo: "Porque les he dado ejemplo, para que como Yo les he hecho, también ustedes lo hagan”. (Juan 13:15 NBLA).
Si vamos a imitar ese ejemplo debemos de que tener en cuenta todo lo que nos enseña las Escrituras en este pasaje.
En primer lugar, debemos estar conscientes de lo que Dios ha puesto en nuestras manos, así como Jesús lo conocía y entendía.
En segundo lugar, tenemos que aprovechar las oportunidades para servir de la misma manera que Jesús las aprovechó en esa cena.
En tercer lugar, preparémonos para ese servicio, busquemos lo que necesitaremos y accionemos de la misma forma que nuestro Señor lo hizo, donde él mismo echó el agua en una vasija y lavó y secó los pies de los discípulos.
“Haz todo el bien que puedas, por todos los medios que puedas, de todas las maneras que puedas, en todos los lugares que puedas, a toda la gente que puedas, durante todo el tiempo que puedas.” John Wesley.
“Nuestro deseo de servir a Cristo se traduce en la realidad de servir a otros.” William Tyndale.

LA TOALLA ES IMPORTANTE PORQUE CRISTO MISMO NOS DIO EJEMPLO Y NOS ENCOMENDÓ AL SERVICIO (v. 12-15)

¿Saben lo que les he hecho?” (v. 12) fue la pregunta de Jesús al sentarse a la mesa luego de terminar de lavarles los pies a los discípulos. Tres cosas podemos observar de la explicación del maestro.
En primer lugar, la toalla o servicio está reservado para todos: grandes y chicos, líderes y seguidores, maestros y discípulos, ricos y pobres, etc. (Ver v. 13)
Filipenses 2:5–11 (NBLA) — 5 Haya, pues, en ustedes esta actitud que hubo también en Cristo Jesús, 6 el cual, aunque existía en forma de Dios, no consideró el ser igual a Dios como algo a qué aferrarse, 7 sino que se despojó a Sí mismo tomando forma de siervo, haciéndose semejante a los hombres. 8 Y hallándose en forma de hombre, se humilló Él mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz. 9 Por lo cual Dios también lo exaltó hasta lo sumo, y le confirió el nombre que es sobre todo nombre, 10 para que al nombre de Jesús SE DOBLE TODA RODILLA de los que están en el cielo, y en la tierra, y debajo de la tierra, 11 y toda lengua confiese que Jesucristo es Señor, para gloria de Dios Padre.
Este concepto de servicio redefine nuestro concepto de liderazgo, ya que entra en conflicto con lo que podemos ver en la sociedad hoy en día.
Lucas 22:24–27 (NBLA) — 24 Surgió también entre ellos una discusión, sobre cuál de ellos debía ser considerado como el mayor. 25 Y Jesús les dijo: «Los reyes de los gentiles se enseñorean de ellos; y los que tienen autoridad sobre ellos son llamados bienhechores. 26 Pero no es así con ustedes; antes, el mayor entre ustedes hágase como el menor, y el que dirige como el que sirve. 27 Porque, ¿cuál es mayor, el que se sienta a la mesa, o el que sirve? ¿No lo es el que se sienta a la mesa? Sin embargo, entre ustedes Yo soy como el que sirve.
El liderazgo secular se enseñorea y ejerce autoridad sobre los demás, el bíblico sirve humildemente.
El liderazgo secular se autoproclama y promociona a sí mismo, mientras que el bíblico se considera a sí mismo como menor e inferior, mostrándose con el ejemplo.
En segundo lugar, Cristo nos da ejemplo de servicio para que lo emulemos y vivamos como él vivió (ver v. 14-15)
Marcos 10:43–45 (NBLA) — 43 Pero entre ustedes no es así, sino que cualquiera de ustedes que desee llegar a ser grande será su servidor, 44 y cualquiera de ustedes que desee ser el primero será siervo de todos. 45 Porque ni aun el Hijo del Hombre vino para ser servido, sino para servir, y para dar Su vida en rescate por muchos».
1 Pedro 5:3 (NBLA) — 3 tampoco como teniendo señorío sobre los que les han sido confiados, sino demostrando ser ejemplos del rebaño.
En tercer lugar, el servicio trae felicidad (ver v. 16-17)
Santiago 1:25 (NBLA) — 25 Pero el que mira atentamente a la ley perfecta, la ley de la libertad, y permanece en ella, no habiéndose vuelto un oidor olvidadizo sino un hacedor eficaz, este será bienaventurado en lo que hace.
“Hasta que el liderazgo espiritual no esté ocupado otra vez por hombres que se anulen a sí mismos, tenemos que esperar a que el Espíritu Santo, contristado, se separe totalmente —como la «Shequináh» se ausentó del templo judío.” A.W. Tozer.
Jesús era el Líder, era el Maestro, era el Señor, era la auto manifestación Divina de Dios y, sin embargo… tomó la toalla, ¿y tú?
¿A qué Te está desafiando el Señor con la toalla?
¿En cuáles lugares y situaciones debes de tomar la toalla?
¿Qué oportunidades has dejado pasar por las cuales debes de pedir perdón al Señor?
¿Cuáles son los compromisos que asumirás delate del Señor luego de este mensaje?

CONCLUSIONES Y APLICACIONES

La motivación que impulsa la toalla apunta al evangelio. Apunta a Cristo como el gran sustituto que ocupa nuestro lugar, recibiendo sobre sí el castigo por el pecado nuestro y dándonos la oportunidad de tener una relación restaurada con Dios a través de Cristo Jesús. Apunta a Cristo como el gran ejemplo de servicio que nos desafía a que le sigamos en una vida servicial que glorifique a Dios y traiga satisfacción y felicidad a nuestras almas.
Mi amado hermano abraza el llamado que hoy Cristo te hace de servirle a Él, la iglesia y tus semejantes, ya que se ha mostrado como ejemplo para que le imitemos. Solo cuando sirvas bíblicamente, encontrarás felicidad y satisfacción al glorificar a Dios con lo que haces por él.
Así que de hoy en adelante, no esperes que te inviten a servir, ofrécete. No te hagas el desentendido cuando veas una necesidad en la que puedes ayudar, haz algo. Busca intencionalmente oportunidades para servir e involucrarte en la iglesia. Doblega el orgullo y la pereza y en humildad, toma la toalla y lavarles los pies a los hermanos.
[i]John F. Walvoord y Roy B. Zuck, El conocimiento bíblico, un comentario expositivo: Nuevo Testamento, tomo 2: San Juan, Hechos, Romanos (Puebla, México: Ediciones Las Américas, A.C., 1996), 84.
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