Periodo Intertestamentario
Comprenderemos qué pasó en el Periodo entre los 2 testamentos y cómo Dios preparó el escenario mundial para la venida de Su Hijo, Cristo Jesús.
I. Dios prepara el Escenario Mundial
El Imperio Persa aqueménida surgió en el 550 a.C. con la conquista de Media por parte de Ciro II el Grande. Mantuvo el poder hasta la conquista de Alejandro el Grande en el 330 a.C. En su apogeo, el Imperio Persa fue el imperio más grande y duradero que había existido, abarcando desde Macedonia y Etiopía en el oeste hasta Aracosia e India en el este. En el 525 a.C. Cambises II también logró conquistar Egipto, sometiéndolo al control persa.
II. ALEJANDRO Y EL HELENISMO. Alejandro concibió la idea de la oikumene, una civilización de corte helénico que hermanaría a todos los hombres, en cuanto hijos de un mismo padre. Alejandro consideraba que la Divinidad le había dado la misión de reconciliar al mundo, aunque fuera a través de guerras y crueldades. Favoreció la unificación de sus territorios poblando todas las regiones orientales con helenos y divulgando la lengua griega, enriquecida por elementos foráneos y convertida en lengua franca o común, la denominada > koiné, que llegó hasta la India y Egipto. Surgió así la cultura helenística, resultado de la fusión de las culturas griega y oriental a través de influencias recíprocas.
Cada rincón del mundo heleno se dedicó al cultivo de las artes y las actividades intelectuales. Aparecieron nuevas escuelas filosóficas centradas en el hombre y su lugar en el mundo, de las cuales las más conocidas son el cinismo,
el cinismo, que aspiraba a una vida sencilla y natural en la que el ser humano solo debía procurarse lo indispensable para subsistir; el escepticismo, que proclamaba que la imposibilidad de conocer la verdad, consecuencia de lo cual era que nada podía considerarse verdadero ni falso, debiendo por lo tanto abandonarse todas las creencias; el > estoicismo, que sostenía que el fin supremo de la sabiduría era la virtud siguiendo los dictados de la razón, dejando de lado totalmente las pasiones y mostrando indiferencia hacia los bienes materiales, a la vez que ponía los fundamentos del universalismo helenístico; y el epicureísmo, que enseñaba que el fin último del hombre es la felicidad y que el deseo y el temor eran los sentimientos que conspiraban contra ella, con lo que la humanidad sería libre al desembarazarse de ellos.
saqueó el Templo de Jerusalén el año 167 a C., erigió una estatua de Zeus Olímpico en el recinto sagrado y ofreció cerdos sobre el altar (cf. Dn. 11:31 «la abominación desoladora»). > Matatías, el primero de los Macabeos, era un sacerdote anciano retirado en el pueblo de > Modín, que tuvo el valor de levantar la bandera de la rebelión. Dio muerte a un oficial sirio que quería imponer los decretos de Antíoco, y huyó con sus cinco hijos a los montes de Judea, donde se le unieron muchos «piadosos». Matatías y sus seguidores se extendieron por todo el país destruyendo altares paganos, circuncidando niños, expulsando extranjeros y judíos apóstatas, y reuniendo nuevos adeptos. Matatías murió el año 166 a.C., y confió a sus hijos la empresa de la guerra de liberación (1 Mac. 2).
En el año 165, el 25 de Quisleu, Judas ocupó Jerusalén, aunque el Acra permanecía en manos de los sirios; purificó el Templo profanado hacía tres años, y restableció en Jerusalén el sacrificio diario. En la época de Cristo se seguía celebrando la > Fiesta de la Dedicación, que recordaba este acontecimiento (Jn. 10:22).
Los fariseos
Los fariseos posiblemente vienen de los Hasidim que fueron un grupo judíos que se opusieron a la helenización de los periodos Sirios - Macabeos. El nombre fariseo viene del verbo hebreo “Parash” y del arameo “Perash” y quiere decir “separatistas” Pero, ¿separación de qué? Fue separación del pecado y de toda contaminación ritual. Porque ellos creían en el A.T. como la Palabra de Dios escrita es inspirada por Dios mismo.
Los fariseos demostraron un profundo celo por sus tradiciones por sus interpretaciones de la ley Mosaica sus deseos eran nobles obedecer completamente cada uno de los preceptos de la ley escrita y oral. Pero, añadían a la Palabra de Dios las tradiciones por ejemplo: Mt. 9:14; 15:1–9; 23:5; 23:16, 23; Mr. 7:1–23; Lc. 11:42. A pesar de todo este legalismo, fueron más fieles a las doctrinas más elementales de Palabra de Dios que los Saduceos.
El organismo conocido con el nombre de Gran Sínodo se creó durante aquella época. Estaba integrado por un grupo de sabios, cuya misión era la interpretación y actualización de la Torah. Fueron los antecesores de los sabios de épocas posteriores, y codificaron la ley judía y el ritual, recopilados más tarde en la Mishnah. Según los rabinos, Esdras y Nehemías marcan el fin del período profético en la historia de la religión judía y el comienzo del período rabínico.
Durante el reinado de Herodes del Grande (37–4 a.C.) su ambición política disminuyó, porque estaban más interesados en cuestiones religiosas. Pero eso no significaba una renuncia completa a intervenir en asuntos políticos (Ant. 17, 2, 4).
Hay que recalcar que no todos los Fariseos eran hipócritas; y por eso ellos tenían mucha influencia entre la gente, las instituciones del pueblo y sobre todo en las sinagogas.
Los Saduceos
Los saduceos, tomaron su nombre de “Sadoc” era un Sumo Sacerdote en los tiempos de David y Salomón. Fueron menos numerosos que los fariseos, pero tenían:
• Mucha influencia entre el liderazgo judíos.
• Mucha influencia en el templo de Jerusalén.
• Mucha influencia en el sanedrín
• Mucha influencia en el poder político.
Eran el grupo gobernante de la vida civil del judaísmo bajo el gobierno de los Herodes; por esa razón ansiosamente trataban de complacer a los romanos. Y aunque entre el grupo de políticos había algunos fariseos el control estaba en sus manos de los sacerdotes aristócratas saduceos y no en manos de los fariseos.
Relativamente poco numerosos, gracias a su elevada instrucción y su riqueza, los saduceos eran muy influyentes y acaparaban altas funciones públicas (Josefo, Ant. 18, 1, 4). Dominaban el Sanedrín y tenían un gran ascendiente sobre los notables y sacerdotes. Constituían un partido opuesto a los fariseos
El apóstol Pablo compareció ante el Sanedrín, constituido por saduceos y fariseos, y se valió de las diferencias entre ellos acerca de la resurrección para salvar la vida (Hch. 23:6–10).
El asesinato de César (44 a.C.) y la consiguiente inestabilidad en el Imperio fue aprovechada por los partos, que ocuparon las provincias romanas del este e instalaron a Antígono, hijo de Aristóbulo II, en el trono de Judea. Hircano y Fasael fueron hechos prisioneros, pero Herodes logró huir a Roma, donde se convirtió en el único aliado de los romanos en Palestina y logró ser nombrado rey. Con la ayuda de ejércitos romanos se dispuso a conquistar su reino, lográndolo por completo en el año 37 a.C. En sus largos años de reinado, encarnó Herodes una monarquía de tipo helenístico, fastuosa, sometida al poder romano. Dependía directamente de Roma, de los triunviros primero, de Octavio Augusto después, y no a través del gobernador de Siria. Su condición de aliado no permitía a Herodes libertad para llevar los asuntos que afectaban a la política internacional, ya que esto podía desestabilizar el equilibrio que a Roma interesaba.
Por lo general, los emperadores romanos no se entrometieron en el culto judío, excepto en ocasiones puntuales; más bien mantuvieron los privilegios de los judíos en todo el Imperio. No obstante, la mayoría de los judíos soportaba a regañadientes la ocupación romana, los pesados impuestos y las diversas provocaciones de los gobernadores como > Pilatos (26–36 d.C.), que se atrevió a acuñar moneda con símbolos paganos, lo que no habían hecho sus predecesores, ni repetirían quienes le siguieron. Introdujo en Jerusalén las efigies imperiales, lo que provocó la indignación popular, por lo que aquello tenía de atentado a sus convicciones religiosas. Dispuso del tesoro del Templo, a fin de construir una acometida de agua para el abastecimiento de Jerusalén, con la consiguiente revuelta judía y la represión militar sobre la muchedumbre, ordenada por el propio Pilatos, que acarreó numerosas víctimas. El emperador Calígula, continuador al principio de una política benevolente por su amistad con Herodes Agripa, dio paso a una política de exigencia del culto imperial en todos sus dominios, que no llegó a mayores al ser asesinado. Claudio, el nuevo emperador, suprimió la prefectura de Judea en el año 41 y añadió el territorio al reino de Agripa hasta la muerte de este en el 44. No quiso reconocer a Agripa II como sucesor y restauró la provincia, por la que fueron pasando hasta siete gobernadores, unos incapaces, otros corrompidos, que no pudieron o quisieron evitar el malestar judío, rayano en desesperación, que provocaría en el 66 la revuelta conocida como primera guerra judaica. Aunque los judíos se batieron con valentía, las divisiones internas y el casi inagotable recurso a nuevas legiones imperiales, terminaron con su derrota. Las legiones romanas, al mando del general Tito, entraron al asalto en Jerusalén en el año 70, masacraron su población y el Templo quedó destruido. En el año 74, con la toma de > Masada, concluye la guerra. Judea se convierte en una provincia romana gobernada por un pretor, y una legión se instala de forma permanente en Jerusalén.