7 características del crecimiento espiritual

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Efesios 4:13 RVR60
hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios, a un varón perfecto, a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo;
Uno de los mayores obstáculos para nuestro crecimiento espiritual es que solemos intentar cambiar lo que hacemos en vez de lo que somos. Estamos tan empeñados en hacer ajustes en lo que las personas ven, que olvidamos lo más importante: lo que solo Dios puede ver.
Dios tiene el propósito de transformarnos a la imagen de su Hijo (Efesios 4:13). Él quiere que crezcamos espiritualmente, y necesitamos su ayuda para esa clase de transformación que no es superficial, sino que ocurre dentro de nosotros.
Déjame compartir contigo siete características del verdadero crecimiento espiritual. Obviamente, en la Palabra de Dios encontramos mucho más sobre este tema. Pero aquí ordené siete aspectos que reflejan muy bien cuando estamos en crecimiento espiritual:

1. El crecimiento espiritual se basa en el nuevo nacimiento

En otras palabras, el crecimiento espiritual está basado en una salvación real. No podemos hablar de crecimiento espiritual si no tenemos vida espiritual —si no hemos nacido de nuevo y hemos recibido el perdón de Dios.
En Juan 1:12-13 podemos leer sobre la importancia de esto:
Juan 1:12–13 RVR60
Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios; los cuales no son engendrados de sangre, ni de voluntad de carne, ni de voluntad de varón, sino de Dios.
Tu crecimiento espiritual no tiene que ver principalmente con que tus padres, amigos o familiares sean creyentes. Se trata primero de un asunto individual, para aquellos que han sido adoptados por Dios.

2. El crecimiento espiritual se basa en la obra del Espíritu Santo

El apóstol Pablo nos enseña que necesitamos vivir bajo la influencia del Espíritu Santo para crecer espiritualmente:
Efesios 5:15–18 RVR60
Mirad, pues, con diligencia cómo andéis, no como necios sino como sabios, aprovechando bien el tiempo, porque los días son malos. Por tanto, no seáis insensatos, sino entendidos de cuál sea la voluntad del Señor. No os embriaguéis con vino, en lo cual hay disolución; antes bien sed llenos del Espíritu,
La Biblia enseña mucho sobre la obra del Espíritu Santo. Por ejemplo, nos enseña que Él nos guiará a toda verdad y nos consuela (Juan 16:13; 14:26). No hay crecimiento espiritual en nuestras vidas si el Espíritu no está trabajando estas cosas que solo Él puede hacer.

3. El crecimiento espiritual se basa en un conocimiento experiencial de la gracia de Dios

Es muy diferente saber cosas sobre que Dios que conocer a Dios.
Tenemos mucha información sobre Dios. Conocemos sus atributos, podemos citar la Palabra, hablar sobre lo que Él ha revelado, pero ¿tienes una relación con Dios? ¿Lo conoces en lo privado?
Pedro escribió:
2 Pedro 3:18 RVR60
Antes bien, creced en la gracia y el conocimiento de nuestro Señor y Salvador Jesucristo. A él sea gloria ahora y hasta el día de la eternidad. Amén.
El apóstol habla del crecimiento en conocimiento y gracia. Esta gracia incluye el aspecto experimental de haber sentido el perdón de nuestros pecados, y el profundo amor de Dios. Si no conocemos de una manera profunda la gracia de Dios, no podremos compartirla con otras personas ni crecer.

4. El crecimiento espiritual genera una actitud de humildad

Es contradictorio decir que estamos creciendo espiritualmente mientras somos orgullosos. Si lo que sabes de Dios es correcto, ese conocimiento debe llevarte a reflejar lo que Dios es.
Dios exalta al humilde y tiene una pasión singular por él. Sin embargo, la misma Biblia enseña que Él resiste a los orgullosos (Santiago 4:6).
Necesitamos seguir el ejemplo de Jesús:
Filipenses 2:5–8 RVR60
Haya, pues, en vosotros este sentir que hubo también en Cristo Jesús, el cual, siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse, sino que se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres; y estando en la condición de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz.
Teniendo todas las facultades para haber nacido en un palacio, nuestro Señor vino a nacer en un pesebre y a morir por pecadores, eligiendo la peor de las muertes. Así nos modeló una actitud de humildad.

5. El crecimiento espiritual viene como efecto de una transformación real

Dios nos recibe tal y como somos, pero nos ama demasiado como para dejarnos así.
Por eso, en Romanos 12:1-2, leemos:
Romanos 12:1–2 RVR60
Así que, hermanos, os ruego por las misericordias de Dios, que presentéis vuestros cuerpos en sacrificio vivo, santo, agradable a Dios, que es vuestro culto racional. No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta.
En respuesta al evangelio, debemos vivir con mentes transformadas para crecer espiritualmente.

6. El crecimiento espiritual inspira una actitud de avance

Cuando Dios trabaja en nuestras vidas, nos reta a seguir creciendo.
El apóstol Pablo escribió al respecto:
Filipenses 3:13–14 RVR60
Hermanos, yo mismo no pretendo haberlo ya alcanzado; pero una cosa hago: olvidando ciertamente lo que queda atrás, y extendiéndome a lo que está delante, prosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús.
Pablo no estaba pendiente de sus retrovisores mientras avanzaba en el crecimiento espiritual. Necesitamos dejar de vivir en el ayer. Hay veces en que estamos estancados, y por eso debemos pasar la página.
Hay cosas que Dios tiene para nosotros, que no podemos recibir mientras carguemos con nuestro pasado. Debemos avanzar hacia la meta de conocer más a Cristo y ser semejante a Él.

7. El crecimiento espiritual promueve una actitud de servicio

Nuestro Señor Jesucristo enseñó:
Mateo 20:27–28 RVR60
y el que quiera ser el primero entre vosotros será vuestro siervo; como el Hijo del Hombre no vino para ser servido, sino para servir, y para dar su vida en rescate por muchos.
Reflejamos a Cristo cuando renunciamos a una vida centrada en nosotros, y decidimos auxiliar a los demás.
¿Estamos sirviendo a los demás como Jesús espera que lo hagamos? Esa es una evidencia poderosa de que estamos creciendo espiritualmente en lo interior.
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