VENCIENDO OBSTÁCULOS PARA SER SANADOS.
Venciendo los obstáculos en la vida Cristiana • Sermon • Submitted • Presented
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· 231 viewsA pesar de los obstáculos que hay en nuestras vidas, Jesús está , aquí y ahora y quiere ayudarte.
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INTRODUCCIÓN:
INTRODUCCIÓN:
Estamos en el capítulo 5 del evangelio de Juan, específicamente en los primeros 9 versículos, donde Jesús sana a un hombre paralitico, esta narración inicia con la frase: “Después de estas cosas”, que indica que este milagro ocurrió en un tiempo no especificado después que el Señor terminó su ministerio en Galilea, donde Juan registra solo un acontecimiento la sanidad del hijo del oficial del rey (4:43–54); pero los Evangelios sinópicos narran muchos más eventos realizados por el Señor.
Juan se refiere a una fiesta de los judíos seis veces en su Evangelio (cp. 2:13; 6:4; 7:2; 10:22; 11:55); esta es la única que no identificó específicamente. Como subió Jesús a Jerusalén para esta fiesta, probablemente se trataba de una de las tres más importantes que se celebraban en la ciudad (la pascua, los tabernáculos o Pentecostés), que para los varones judíos era obligatorio asistir.
Como parte de la narración, Juan explica que hay en Jerusalén, cerca de la puerta de las ovejas, un estanque, llamado en hebreo Betesda, el cual tiene cinco pórticos (entradas) , Betesda es la transliteración griega de una palabra en hebreo o arameo con dos significados: “casa de los flujos” o “casa de misericordia
De ahí en adelante, el escritor nos da una serie de detalles que vamos a considerar en el desarrollo.
Ahora, al ver este relato, una vez más nos encontramos con la miseria humana y podemos contemplar uno de los maravillosos milagros que el Señor Jesús realizaba, y al verlos es imposible no pensar que en Él se encuentra la verdad y la vida, que en Él se encuentra el camino de salvación para tanta miseria que hay en el ser humano.
Dios quiere en su hijo Jesucristo, darnos salvación y vida eterna, así lo dice Juan 3.16.
Cada ser humano debe a prender a vencer los obstáculos que le impiden llegar a la salvación, y una vez salvos, vencer los obstáculos que impiden que podamos alcanzar la plenitud de la salvación.
Vamos a ver TRES obstáculos que tuvo que vencer el paralitico de Betesda que todos nosotros debemos considerar.
I. EL OBSTÁCULO DEL MUNDO.
I. EL OBSTÁCULO DEL MUNDO.
Miremos hermanos, este detalle interesante que nos menciona el escritor, Juan 5:3
3 En éstos yacía una multitud de enfermos, ciegos, cojos y paralíticos, que esperaban el movimiento del agua.
Esta multitud, es un tipo del mundo lleno de enfermos, una multitud lleno de enfermos, espirituales, con características similares.
Ciegos; no pueden ver.
Cojos; les cuesta caminar avanzar.
Paralíticos, no pueden moverse del todo.
Una multitud de gente con todo tipo de problemas, Si pudiéramos hacer un viaje en nuestra mente hasta este lugar, es probable que seriamos llamados a la misericordia, o tal vez para algunos, a abandonarlo, al contemplar la realidad de la miseria humana que allí permanecía.
¿Que esperaban estos enfermos?
¿Que esperaban estos enfermos?
Esperaban el movimiento del agua. Cifraban la esperanza de su sanidad en el milagro que ofrecía el estanque.
Mire lo que dice el versículo 4 :
4 Porque un ángel descendía de tiempo en tiempo al estanque, y agitaba el agua; y el que primero descendía al estanque después del movimiento del agua, quedaba sano de cualquier enfermedad que tuviese.
Creían en algo milagroso en el agua, esperaban un cambio grande en sus vidas pero buscándolo por los medios equivocados, esperaban en su propio plan y no en el plan redentor de Dios en Cristo para salvación de su alma.
Así vive la gente en el mundo hoy, buscando salir adelante por sus propios medios, lejos de Dios, muchas veces buscando sanidad en algo religiosos, supersticiosos, o hasta en la brujería, pero cuando le hablamos de Dios, no quieren saber nada.
Ese es un gran obstáculo para las personas sin Cristo, vencer su propia miseria en que se encuentran, miseria espiritual, social económica y personal, por no buscar a Dios.
Tremenda cosa es cuando los medios humanos o supersticiosos suplantan el lugar de Cristo en la vida del hombre. Cuando el hombre se queda a contemplar lo creado, en lugar de poner sus ojos en el Creador. Cuando cifra su esperanza en lo perecedero, y no en lo eterno.
Allí estaba la multitud y allí estaba Cristo que podía sanarlos, pero curioso, ninguno busco a Cristo, sus ojos estaban puestos en el mover del agua y del ángel, estaban obcecados en su propio camino que les impedía ver que allí estaba el camino, y la verdad y la vida.
El segundo obstáculo tiene que ver con el primero.
II. EL OBSTÁCULO DEL PECADO.
II. EL OBSTÁCULO DEL PECADO.
5 Y había allí un hombre que hacía treinta y ocho años que estaba enfermo. 6 Cuando Jesús lo vio acostado, y supo que llevaba ya mucho tiempo así, le dijo: ¿Quieres ser sano?
En la Biblia, especialmente en los Evangelios, la parálisis ejemplifica al pecador, ya que está totalmente incapacitado, impotente por completo, para ayudarse a sí mismo.
El hombre de nuestra historia llevaba 38 años así, paralizado, sin poder moverse, dependiendo por completo de la ayuda de otro, de la buena voluntad de otros
Así es la vida del hombre en su estado caído, está imposibilitado de llegar a Dios, esta destituido de la gloria de Dios.
El pecado imposibilita al hombre de levantarse para ser sanado.
El pecado imposibilita al hombre salir del mundo, de la miseria humana, el pecado imposibilita al hombre de buscar a Dios.
Pero a pesar del obstáculo del pecado que paraliza al hombre, Jesús está ahí, buscándole.
Dice el texto, que cuando Jesús lo vio supo que tenía mucho tiempo de estar así.
Sabe hermano Jesús reconoce cuando el pecado ha paralizado al ser humano, y lo tiene sumergido en la miseria humana, pero él está ahí el se compadece del pecador, porque él quiere ayudarle a salir de esa parálisis, Jesús le dice: ¿Quieres ser Sano?.
La misma pregunta hace hoy a los que estamos en este lugar, ¿Quieres ser sanos?, ¿Quieres que te sanes?, solo debes responder hoy a esa pregunta.
Eso nos lleva al tercer obstáculo.
III. EL OBSTÁCULO DE NO VER A CRISTO.
III. EL OBSTÁCULO DE NO VER A CRISTO.
6 Cuando Jesús lo vio acostado, y supo que llevaba ya mucho tiempo así, le dijo: ¿Quieres ser sano? 7 Señor, le respondió el enfermo, no tengo quien me meta en el estanque cuando se agita el agua; y entre tanto que yo voy, otro desciende antes que yo.
Cristo preguntó: ¿Quieres ser sano?
No les está hablando de una posibilidad, sino una realidad. Hermanos, en Jesús y en su Palabra hay poder para salvar al hombre y para sanarlo, y Jesús al preguntar, algo tan aparentemente obvio, Jesús muestra un propósito divino.
Propósito de la pregunta de Jesús: “Quería llevar a este paralitico al pleno conocimiento de la miseria humana en la cual él se encontraba”
Para salir de ella solamente era posible por medio de la intervención divina, y al suceder así resaltaba la gloria de Cristo.
Y este es el mismo lenguaje que el Señor usa cuando nos ve a nosotros, y nos ve en el mismo estado espiritual reprobado, en la misma condición de miseria en la cual se encuentra este hombre, y entonces nos pregunta ¿Quieres ser salvo?
La respuesta del paralítico: “no tengo quien me meta en el estanque cuando se agita el agua; y entre tanto que yo voy, otro desciende antes que yo”
La respuesta de este hombre nos estremece. No tenía la mira puesta en el Señor de la vida, él tenía la mirada puesta en el agua, en el estanque.
Su ceguera espiritual no le permite ver que Jesús está ahí, ni su entendimiento entenebrecido por su condición le permite entender que Jesús le está ofreciendo sanarlo.
¡Que triste es cuando el hombre no entiende el plan salvador de Dios para su vida, y sigue buscando salvarse en los medios que él conoce!
Aunque Jesús estaba ahí, aunque Jesús quería salvarlo, él no lo veía, ni lo entendía.
Pero Jesús que entiende la condición natural del hombre paralizado por el mundo, el pecado y la ceguera espiritual, Jesús se compadece de él y lo sana.
Juan 5:8-9
8 Jesús le dijo: Levántate, toma tu lecho, y anda. 9 Y al instante aquel hombre fue sanado, y tomó su lecho, y anduvo. Y era día de reposo aquel día.
Con esta acción Jesús está diciendo al hombre:
Nadie puede ayudarte y tu no puedes ayudarte a tí mismo, esa es tu realidad, pero yo estoy aquí ahora, yo soy tu verdadero ayudador. Cristo le dice: ¡TÚ NO PUEDES , PERO YO SI PUEDE.
CONCLUSIÓN:
CONCLUSIÓN:
Para reflexionar:
Si aún no eres Cristiano, ¿Qué obstáculos hay en tu vida que no te permiten venir a Cristo para ser salvo?
Si ya eres Cristiano, ¿qué obstáculos hay en tu vida que no te permiten, tener una vida plena en Cristo, qué estorba que tengas una relación genuina con él?
Piensa, pero también actúa, recuerda Cristo te dice, si tu no puedes, si nadie puede por tí, yo estoy aquí, yo puedo.
Vamos a orar.