Ser - Tener y Hacer - los tres significados de contender por la fe - Judas 1-7
SER, TENER Y HACER
Los tres flancos de la lucha del creyente para no caer en la apostacía.
Judas 1-7
v. 1 Judas era hermano de nuestro Señor Jesucristo.
· Mateo 13:55 y Marcos 6:3, aclaran que Jesús tenía hermanos y hermanas. Estos versículos dan los nombres de 4 de ellos: “Jacobo, José, Simón y Judas”.
· Sus hermanos en temprana edad no creían en Jesús, (Jn. 7:5).
· En 1 Corintios 15:7 vemos a Jesucristo apareciendo a Jacobo después de la resurrección. También vemos en Hechos 1:12ss a la madre de Jesús y a sus hermanos orando fervientemente para la elección del apóstol faltante.
· En 1 Corintios 9:5 vemos que los hermanos del Señor son bastante conocidos en los círculos de las iglesias.
· Luego vemos a Jacobo como líder de la Iglesia de Jerusalén (Hch. 12:17), y siendo reconocido por Pablo, con el grado de “apóstol” en la iglesia en Jerusalén (Gal. 1:19), cuyo campo misionero fueron los Judíos (Gal. 2:9).
· El apóstol Pablo, reconoce a Jacobo como un miembro de reputación dentro de la iglesia y como “la primera de las tres columnas” de la iglesia (Gal. 2:9).
· Finalmente vemos a Jacobo como líder encargado de dirimir el primer concilio de la iglesia, allá en Jerusalén (Hch. 15:1-29).
Los hermanos de Jesús estando en la carne no creían en él, pero luego de la resurrección creyeron y se dedicaron al ministerio.
Judas se declara primeramente como “siervo de Jesucristo” y también como “hermano de Jacobo”.
1. ESTO SOMOS…..
EL SALUDO de la epístola:
I. Las características del verdadero creyente: Estas son tres, e incluyen todos los que pertenecen a la piedad.
1. Un acto divino en el alma. La idea de la consagración/santificación aquí está prevista.
2. Una tutela Divina sobre el alma. Nosotros somos “preservados/guardados”:
a. En cuestión de la posesión - lo que Dios nos ha dado,
b. y en cuestión de la condición - lo que Dios nos ha hecho.
3. Un Liderazgo Divino del alma. Este es el llamado al servicio, la actividad, y el sufrimiento.
“Siervo” = (δου̂λος, 1401), (de deo, atar), esclavo; originalmente el término más inferior en la escala de la servidumbre.
Vino también a significar uno que se entrega a la voluntad de otro (p.ej., 1 Co 7.23; Ro 6.17,20), y vino a ser el término más común y general para «siervo», como en Mt 8.9, sin ninguna connotación de esclavitud.
Sin embargo, al llamarse a sí mismo «siervo de Jesucristo» (p.ej., en Ro 1.1), el apóstol Pablo implica:
· que había sido anteriormente esclavo de Satanás, y
· que, habiendo sido comprado por Cristo, era ahora un esclavo voluntario, ligado a su nuevo dueño.
“Hermano” = (ἀδελφός, 80) denota hermano o pariente cercano; en forma plural, una comunidad basada en una
identidad de origen o vida.
Se usa de:
· hijos varones de los mismos padres (Mt 1.2; 14.3);
· hijos varones de la misma madre (Mt 13.55; 1 Co 9.5; Gl 1.19);
· personas de la misma nacionalidad (Hch 3.17,22; Ro 9.3).
Con «varones» (aner, varón), como prefijo, se usa solo en discursos (Hch 2.29,37, etc.);
· personas unidas en un interés común (Mt 5.47);
· personas unidas por una común vocación (Ap 22.9);
· los creyentes, con abstracción de su sexo (Mt 23.8; Hch 1.15; Ro 1.13; 1 Ts 1.4; Ap 19.10: la palabra «hermanas» se usa de creyentes solo en 1 Ti 5.2);
“Llamado” = kletos (κλητός, 2822). Adejtivo. Llamado, invitado. Se usa: (a) del llamamiento del evangelio, «llamado»
(Mt 20.16; 22.14), no aquí de un llamamiento eficaz, como en las Epístolas (Ro 1.1,6,7; 8.28; 1 Co 1.2,24; Jud l; Ap 17.14); en Ro 1.7 y 1 Co 1.2 el significado es «santos por llamamiento»; (b) de un llamado al apostolado (Ro 1.1; 1 Co 1.1).
Como “seleccionado y luego de haber pasado la selección, se le compromete para una cita posterior”.
“Santificados” = jagiasmos (ἁγιασμός, 38), «santificación», significa:
· separación para Dios (1 Co 1.30; 2 Ts 2.13; 1 P 1.2);
· el estado que de ello resulta, la conducta apropiada por parte de aquellos así separados (1 Ro 6.19, 22; 1 Ts 4.3,4,7; 1 Ti 2.1,5; Heb 12.14).
Así, la santificación es el estado predeterminado por Dios para los creyentes, al que en gracia Él los llama, y en el que comienzan y persisten en su curso cristiano. Por ello reciben el nombre de «santos» (jagioi).
«La santificación es aquella relación con Dios en la que entran los hombres por la fe en Cristo (Hch 26.18; 1 Co 6.11), y para la cual el único título que tienen es la muerte de Cristo (Ef 5.25,26; Col 1.22; Heb 10.10,29; 13.12).
La santificación también se utiliza en el NT de la separación del creyente de las cosas malas y de los malos caminos.
· Esta santificación es la voluntad de Dios para el creyente (1 Ts 4.3), y su propósito al llamarlo mediante el evangelio (v. 7);
· tiene que ser aprendida de Dios (v. 4), conforme Él la enseña mediante su Palabra (Jn 17.17,19; cf. Sal 17.4; 119.9), y
· el creyente tiene que buscarla seria y constantemente (1 Ti 2.15; Heb 12.14). En razón de que el carácter santo, jagiosune (1 Ts 3.13), no es vicario, esto es, no puede ser transferido o imputado, es una posesión individual, edificada, poco a poco, como resultado de la obediencia a la Palabra de Dios y de seguir el ejemplo de Cristo (Mt 11.29; Jn 13.15; Ef 4.20; Flp 2.5), en el poder del Espíritu Santo (Ro 8.13; Ef 3.16).
“Guardados” = tereo (τηρέω, 5083) denota:
· vigilar sobre, preservar, guardar, etc. (Hch 12.5: «custodiado», 6: «custodiaban»; 16.23: «que … guardase»); el participio presente se traduce «guardas» en Mt 28.4, lit.: «los guardadores». Se usa del poder preservador de Dios el Padre y de Cristo, que Él ejercía sobre su pueblo (Jn 17.11,12,15); en 1 Ts 5.23, donde se halla en forma singular, ya que el triple sujeto: «espíritu, alma y cuerpo», es considerado como la unidad, constituyendo la persona. El tiempo aoristo, o «puntual», considera la preservación continua del creyente como un acto simple y completado, sin referencia al tiempo transcurrido en su cumplimiento.
· observar, dar atención, de guardar mandamientos, etc. (p.ej., Mt 19.17; Jn 14.15; 15.10; 17.6; Stg 2.10; 1 Jn 2.3,4,5; 3.22,24; 5.2, TR 3; Ap 1.3; 2.26; 3.8,10; 12.17; 14.12; 22.7,9).
RESUMEN = Los creyentes son
Siervos = esclavos voluntarios, entregados a la voluntad de Jesucristo
Hermanos = que tienen un origen y una vida en común (tiene el mismo interés y la misma vocación)
Santificados en Dios = separados por Dios de las cosas malas y conductas mundanas, para llevar una conducta apropiada de la relación que los hijos de Dios tienen con Dios.
Guardados por Jesucristo = Guardados o preservados por Cristo. Así como al creyente se le exhorta a “guardar” la palabra de Dios, esto es aprenderla, atesorarla y cumplirla; así Cristo nos atesora y preserva.
Llamados = seleccionados por Dios para tener una cita con él.
2. ESTO TENEMOS
II. Las bendiciones de los verdaderos creyentes.
1. PORQUE SOMOS SANTIFICADOS LA MISERICORDIA DE DIOS ESTÁ SOBRE NOSOTROS.
a. la misericordia de Dios para mantener nuestra pureza/santificación. La idea misma de la debilidad y la imperfección están aquí implícita. Mediante el suministro constante de la gracia los santos son capacitados para llevar una vida íntegra, sin fallas ni pecado.
2. PORQUE SOMOS PRESERVADOS, LA PAZ DE DIOS ESTA SOBRE NOSOTROS.
a. La paz de Dios para mantener su conservación/guardados. Conmoción, los conflictos, perturbación del alma, invariablemente conducir a la pérdida y el desastre.
3. PORQUE SOMOS LLAMADOS, EL AMOR DE DIOS ESTA SOBRE NOSOTROS.
a. El amor de Dios para inspirar nuestra vida y así cumplir gustosa y sacrificadamente el propósito para el que nos llamó..
TRANSICION.
Si los hijos de Dios somos todo esto y tenemos todo esto, entonces pasamos a formar parte de un nuevo cuerpo que se llama iglesia. La iglesia (los que componen ese nuevo cuerpo).
Este nuevo cuerpo debe luchar arduamente para:
· Para hacer uso de lo que tenemos y (Misericordia, Paz y Amor, para ser Santos, para ser Preservados por Jesucristo y para estar inspirados a cumplir sacrificadamente el propósito por el cual Dios nos llamó.
· Para hacer valer lo que somos, (siervos de Cristo y hermanos con una común vocación y salvación).
de tal manera que no caigamos en la apostasía en la que cayó la iglesia a la cual escribe Judas, ya que ellos no pasaron de ser meros profesantes del Evangelio y no crecieron en la calidad de su fe, siendo y teniendo semejantes bendiciones.
3. ESTO DEBEMOS HACER.
Según el versículo 3 se nos insta a “contender ardientemente por la fe”.
“Contender ardientemente” = epagonizomai (ἐπαγωνίζομαι, 1864) significa contender acerca de una cosa, como
combatiente (epi, sobre o acerca de, intensivo; agon, contención, combate), contender intensamente (Jud 3). La palabra «ardientemente» en la traducción se añade para dar el sentido intensivo de la preposición.
e)pagwni/zomai: Ejercer intenso esfuerzo en nombre de algo - 'luchar por.' parakalw=n e)pagwni/zesqai th=| ... pi/stei 'animo a que luchen intensamente por … la fe.
· Contendáis implica un gran esfuerzo. Esta palabra se usa en relación con los participantes de los torneos atléticos.
o Se necesita un esfuerzo mental para entender y enseñar la Palabra de Dios en forma correcta
o y un esfuerzo moral para aplicar ese entendimiento a la conducta diaria (1 Ped. 1:13–16; 2 Ped. 1:5–9).
Contender por la fe significa “defender nuestra causa, nuestra común salvación, nuestra fe”
· Que nadie tenga el motivo para ningunear ni pisotear el nombre de nuestro Dios.
· Que nadie tenga razones para mal decir de nuestra fe.
Para ello debo cuidar de no caer en:
1. No caer en libertinaje. V.4
2. No caer en incredulidad. V.5
3. No caer en indignidad. V.6
Y debo cuidad mi desarrollo cristiano en tres aspectos:
1. La santidad practica de mi vida. Mi vida apartada/santificada por Dios.
2. La preservación/guardado por Cristo como especial tesoro de mi vida por Jesucristo.
3. El llamado. Ya que fui cuidadosamente seleccionado por Dios para tener una cita divina con ÉL, debo presentar puro y dispuesto a esa cita.
Si tengo buena aprobación en estos tres puntos, pues soy un buen combatiente, apasionado con Dios, listo y dispuesto a dar la lucha a este mundo, en pro de lo que soy, tengo y hago por, de y para Dios
En 1645 después de un fuerte terremoto que destruyó gran parte del Ecuador, Mariana de Jesús Paredes y Flores dice su célebre frase: «El Ecuador no se acabará por terremotos ni por fenómenos naturales, sino por los malos gobiernos». Mi pregunta a usted hoy es ¿Qué tendrá que ocurrir para que esta iglesia se acabe?, ¿será usted un mero profesante del Evangelio? O ¿será usted un participante activo, consagrado y sacrificado de la causa de Cristo?