Intentificando el ataque

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Handout

Introduccion

Los amigos de Job después de los años de haberle conocido y de haber observado su carácter espiritual, cualquiera podría pensar que sus amigos le querrían apoyar y ayudarle a descubrir la verdad que él no podía comprender referente a su situación
Ya que aparentemente tendría más credibilidad con ellos por lo menos.
La escritura nos muestra que ellos en vez de brindarle apoyo y ayudarle, los “amigos” se vuelven cada vez más despiadados en su ataque. El pasaje no aporta ninguna idea de los motivos de estos amigos.
Podría ser por celos o envidia debido a la previa prosperidad de Job.
Como quiera que sea, los amigos no le dan importancia a lo que han sabido de su relación anterior con Dios.
Sólo le juzgan en base a lo que ve a su sufrimiento actual, sin ninguna evidencia de otro cambio en su relación con Dios.
Al escuchar su clamor de inocencia, se enojan más e intensifican sus ataques contra él.
Al comenzar el segundo ciclo de diálogos, el argumento de los amigos de Job se hace un poco más directo aún, la conversación se torna cada vez más acalorada.

Desarrollo

Job 15:6 RVR60
6 Tu boca te condenará, y no yo; Y tus labios testificarán contra ti.
Elifaz en su primer discurso había hablado con tacto, y casi disculpándose.
Se había dirigido a Job como a un hombre que había sido ejemplo y ayuda para otros. Lo había reprendido ligeramente por haberse quejado cuando aparecieron los problemas en su vida. Hizo énfasis en el hecho de que Dios es absolutamente superior a cualquier mortal. Dando a entender que Job era culpable de algunos pecados graves, lo había exhortado a volverse a Dios en arrepentimiento. Si así lo hacía, según Elifaz, iba a gozar de felicidad y prosperidad.
Pero
En este segundo discurso, Elifaz hizo a un lado toda diplomacia y acusó directamente a Job de que había hablado en forma: vana, necia, e impía:
“Tú también destruyes el temor a Dios, y menoscabas la oración delante de él”.
Estas palabras contradicen el elogio que Dios hizo de Job en el primer capítulo del libro, cuando dijo:
“Mi siervo Job,… que no hay otro como él en la tierra, varón perfecto y recto, temeroso de Dios y apartado del mal”
En forma sarcástica, Elifaz bombardeó a Job con preguntas, y todas ellas sugerían una respuesta negativa.
Primero le preguntó si había nacido antes que Adán y si acaso había sido creado primero que las colinas.
Obviamente, la respuesta es no.
Tampoco había oído el secreto de Dios para aconsejarle; ciertamente no era lo suficientemente sabio para poder hacerlo. Anteriormente Job había sostenido que él era igual a sus amigos en intelecto y le lanza las preguntas que vemos en los siguientes versiculos
Job 15:11 RVR60
11 ¿En tan poco tienes las consolaciones de Dios, Y las palabras que con dulzura se te dicen?
Las palabras de Job, intensas, sentidas, inolvidables, le suenan a Elifaz como viento solano. El temanita persigue con obstinación un solo fin: llevar a Job al arrepentimiento.
Pero éste responde con ingratitud, rechazando el cariño de sus amigos. Elifaz aquí confunde dos cosas fundamentales:
la naturaleza de la consolación de Dios
Y el humor de su amigo Job.
Job en este punto en el que esta no necesitaba palabras de dulzura.
No se trata de suavizar su dolor, dorar la píldora, disimular como que nada estuviera pasando.
El mal de Job es duro y radical: afectaba las raíces de su persona, dañaba la esencia misma de su humanidad.
Job necesita un médico, no un repostero; le interesan palabras de amor, no de conveniencia.
Elifaz no aprecia el humor de un hombre como Job. Tampoco aprecia la inoportunidad del jarabe endulzado que le ofrece.
Las dulces palabras de Elifaz pretendían transmitir las consolaciones de Dios.
Aquí Elifaz se encuentra a años luz de la realidad.
Las consolaciones de Dios, el consuelo del Espíritu Santo, la consolación de Cristo, son expresiones que describen la realidad más sagrada de todo el universo.
CONSOLACION
Amor, interés, y consuelo extendido a alguien en tiempo de necesidad. La raíz hebrea nḥm es traducida «consuelo,» «aliento,» «comodidad,»
Pablo expresa a los corintios.
2 Corintios 7:4 RVR60
4 Mucha franqueza tengo con vosotros; mucho me glorío con respecto de vosotros; lleno estoy de consolación; sobreabundo de gozo en todas nuestras tribulaciones.
CONFIANZA
Mucha franqueza tengo con vosotros; (7:4a)
A primera vista esta es una declaración sorprendente, chocante incluso. La iglesia de Corinto era la más problemática de todas las iglesias del Nuevo Testamento. Con todo, Pablo era abierto y audaz, hablaba con franqueza (parrēsia) de la obra del Señor en esta congregación. Entonces, toda la confianza de Pablo con los corintios no se debía a que ellos lo hubieran hecho bien. De hecho, su desempeño llamaba a un escrutinio cauteloso, no a la confianza abierta. Pero el amor verdadero, no el ingenuo, “todo lo cree, todo lo espera” (1 Co. 13:7). Es extremadamente reticente a creer cualquier cosa, excepto lo mejor de su objeto.
Por supuesto, no refleja esto el mito moderno de que el pensamiento positivo hace que las cosas ocurran. La esperanza de Pablo no era que su actitud positiva cambiara a los corintios. El amor bíblico verdadero no hace que las cosas pasen, pero las cree y las espera.
Por lo tanto, a pesar de sus infidelidades, deslealtad y pecado de ellos, Pablo mantenía la confianza en ellos; no por ellos, sino porque sabía que Dios completaría la obra de salvación que había empezado en ellos (cp. Fil. 1:6).
ALABANZA
mucho me glorío con respecto de vosotros; (7:4b)
El hecho de que Pablo pudiera gloriarse con respecto de una iglesia llena de inmadurez, deslealtad, duda y desafecto es sorprendente. Aunque kauchēsis (glorío) podría tener una connotación negativa de orgullo (cp. Ro. 3:27; Stg. 4:16), suele tener la positiva de alabanza, como aquí (cp. 2 Co. 7:14; 8:24; 11:10, 17; Ro. 15:17; 1 Co. 15:31). Gloriarse de la manera apropiada se hace en el Señor (2 Co. 10:17; 1 Co. 1:31) y la razón por la que Pablo se gloriaba era por lo que el Señor estaba haciendo en la iglesia de Corinto. Se gloriaba ante Tito, como lo registra 2 Corintios 7:14: “Pues si de algo me he gloriado con él respecto de vosotros, no he sido avergonzado, sino que así como en todo os hemos hablado con verdad, también nuestro gloriarnos con Tito resultó verdad”. Pablo también se gloriaba de los corintios ante otras iglesias: “Mostrad, pues, para con ellos ante las iglesias la prueba de vuestro amor, y de nuestro gloriarnos respecto de vosotros” (8:24). Pablo estaba presto a alabar al Señor por ellos, a pesar de los defectos que tenían. Esto es evidencia de su amor genuino.
GOZO
lleno estoy de consolación; sobreabundo de gozo en todas nuestras tribulaciones. (7:4c)
Aun más sorprendente que la confianza y la gloria de Pablo por los corintios era que ellos le produjeran gozo. A pesar de todos los problemas que causaron a Pablo, él usó un verbo indicativo pasivo para decir que en el pasado y en el momento estaba lleno… de consolación. Ni todas las tribulaciones podrían cortar el gozo sobreabundante que sentía. Y no solo Pablo; Tito también se gozaba por los corintios (7:13).
Estos diez acentos del amor genuino son reflejo del amor de Dios por los creyentes. Los ama lo suficiente para ser franco con ellos y les tiene un afecto tan profundo que le duele cuando el pecado interrumpe la comunión con Él. El amor de Dios también le hace que desear la pureza de su pueblo (Tit. 2:14). Por ello, el Señor Jesucristo “se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz” (Fil. 2:8), de modo que los creyentes recibieran el perdón de los pecados. Su amor asegura la lealtad eterna de Dios con su pueblo (He. 13:5) y hace que les confíe el evangelio (1 Ts. 2:4). Y Dios ama a su pueblo, se enorgullece de él y se goza con él (cp. Sal. 149:4; Sof. 3:17). Los creyentes deben amar al prójimo de la forma en que Dios los ama, tomando a Pablo como modelo.
El corazón de Dios, conmovido por las aflicciones de Jesucristo, envió la llama del Espíritu Santo al corazón de los creyentes, estableciendo una comunión que el mundo no conoce. El apóstol Pablo habló de esta realidad, el más alto privilegio del creyente:
2 Corintios 1:3–6 RVR60
3 Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, Padre de misericordias y Dios de toda consolación,4 el cual nos consuela en todas nuestras tribulaciones, para que podamos también nosotros consolar a los que están en cualquier tribulación, por medio de la consolación con que nosotros somos consolados por Dios.5 Porque de la manera que abundan en nosotros las aflicciones de Cristo, así abunda también por el mismo Cristo nuestra consolación.6 Pero si somos atribulados, es para vuestra consolación y salvación; o si somos consolados, es para vuestra consolación y salvación, la cual se opera en el sufrir las mismas aflicciones que nosotros también padecemos.
La consolación de Dios no es cualquier cosa. La misericordia de Dios le costó la vida al Hijo de Dios. La comunión del Espíritu Santo nos permite entrar en la relación más sagrada que podamos conocer.
Juan 15:26 RVR60
26 Pero cuando venga el Consolador, a quien yo os enviaré del Padre, el Espíritu de verdad, el cual procede del Padre, él dará testimonio acerca de mí.
Elifaz sin duda, hizo lo que buenamente pudo. Pero ni entendía a Dios, ni entendía a Job. Sus palabras, más que a dulzura, sabían a hiel. La verdadera consolación es otra cosa.
Job 15:12–13 RVR60
12 ¿Por qué tu corazón te aleja, Y por qué guiñan tus ojos, 13 Para que contra Dios vuelvas tu espíritu, Y saques tales palabras de tu boca?
¿Porque tu Corazon te aleja de Dios?
Vamos, corazón mío, si Dios dice que nunca te desamparará, entrégate a la oración pidiendo gracia para que no te apartes de tu Señor, y para que ni por un instante abandones Sus caminos.
Charles Spurgeon
¿Vas a permitir que el temor de un mundo falso, que no siente ningún amor por ti, te impida temer a ese Dios que te creó tan sólo para poder amarte y bendecirte por toda la eternidad?
William Law
Debes ser un hombre de Dios; no según el estilo común de los hombres, sino «conforme al corazón de Dios». Y los hombres se esforzarán por parecerse a ti, si tú te pareces a Dios.
Charles Spurgeon
Job responde a sus amigos con un contraataque. A pesar de su inocencia, Dios ha traído toda clase de mal a su vida. Job lo ha perdido todo y todos se han vuelto en su contra. Un aspecto notable del sufrimiento ha sido el acoso de sus amigos
Job 19:2–3 RVR60
2 ¿Hasta cuándo angustiaréis mi alma, Y me moleréis con palabras? 3 Ya me habéis vituperado diez veces; ¿No os avergonzáis de injuriarme?
Job 19:22 RVR60
22 ¿Por qué me perseguís como Dios, Y ni aun de mi carne os saciáis?
Satanás usa estas palabras para llevar la prueba de Job al extremo.
Es triste admitir que muchas veces el pueblo mismo de Dios—que debería apoyar a los hermanos en la fe en los tiempos difíciles—es de donde salen a quienes Satanás utiliza para acabar con los que han sido fieles al Señor.
Ejemplo de esta situación en la Palabra:
Marcos 8:31–33 RVR60
31 Y comenzó a enseñarles que le era necesario al Hijo del Hombre padecer mucho, y ser desechado por los ancianos, por los principales sacerdotes y por los escribas, y ser muerto, y resucitar después de tres días. 32 Esto les decía claramente. Entonces Pedro le tomó aparte y comenzó a reconvenirle. 33 Pero él, volviéndose y mirando a los discípulos, reprendió a Pedro, diciendo: ¡Quítate de delante de mí, Satanás! porque no pones la mira en las cosas de Dios, sino en las de los hombres.
Se ha dicho:
“Satanás es el acusador de los hermanos; ¡no le ahorremos el trabajo!”
Aun frente a la aflicción y las acusaciones de sus amigos, Job está seguro de que al final él será justificado, aunque muriera antes
Job 19:25–27 RVR60
25 Yo sé que mi Redentor vive, Y al fin se levantará sobre el polvo; 26 Y después de deshecha esta mi piel, En mi carne he de ver a Dios; 27 Al cual veré por mí mismo, Y mis ojos lo verán, y no otro, Aunque mi corazón desfallece dentro de mí.
Por eso, quiere que se escriba su historia en un libro para que otras generaciones le defiendan.
Parece ser que Dios le concedió su petición. Ahora nosotros entendemos y le defendemos.
¿Hacemos lo mismo por nuestros hermanos cuando sufren hoy, o estamos del lado de los “amigos” acusadores?
Este estudio ha puesto de manifiesto cómo Satanás puede utilizar los mismos miembros del pueblo de Dios para desanimar a los fieles y ganar la batalla espiritual.
En base al ejemplo de los amigos de Job, señale algunas de las formas en que nosotros, a veces, somos instrumentos de Satanás para desalentar a los hijos de Dios que han sido fieles.
¿Qué debemos hacer para apoyarles en tales circunstancias?
Piense en alguna ocasión en que usted haya estado desanimado debido a alguna aflicción y otro hermano le haya ayudado a triunfar en medio de la crisis.
¿Qué pasos puede dar para convertirse en esta clase de estímulo para otros hermanos?
Isaías 41:10 RVR60
10 No temas, porque yo estoy contigo; no desmayes, porque yo soy tu Dios que te esfuerzo; siempre te ayudaré, siempre te sustentaré con la diestra de mi justicia.
1 Timoteo 6:12 RVR60
12 Pelea la buena batalla de la fe, echa mano de la vida eterna, a la cual asimismo fuiste llamado, habiendo hecho la buena profesión delante de muchos testigos.
Salmo 46:1–3 RVR60
1 Dios es nuestro amparo y fortaleza, Nuestro pronto auxilio en las tribulaciones. 2 Por tanto, no temeremos, aunque la tierra sea removida, Y se traspasen los montes al corazón del mar; 3 Aunque bramen y se turben sus aguas, Y tiemblen los montes a causa de su braveza. Selah
¿Que es mejor para tu vida?
¿La conmiseración de los hombres?
¿o la consolación de Dios?

Conclusion

2 Corintios 1:3–7 TLA
3 ¡Demos gracias a Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo! Él es un Padre bueno y amoroso, y siempre nos ayuda. 4 Cuando tenemos dificultades, o cuando sufrimos, Dios nos ayuda para que podamos ayudar a los que sufren o tienen problemas. 5 Nosotros sufrimos mucho, así como Cristo sufrió. Pero también, por medio de él, Dios nos consuela. 6 Sufrimos para que ustedes puedan ser consolados y reciban la salvación. Dios nos ayuda para que nosotros podamos consolarlos a ustedes. Así ustedes podrán soportar con paciencia las dificultades y sufrimientos que también nosotros afrontamos. 7 Confiamos mucho en ustedes y sabemos que, si ahora sufren, también Dios los consolará.
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