Doctrina de la Palabra de Dios.

I. Doctrina de Las Sagradas Escrituras.

Creemos que la Biblia, formada por sus sesenta y seis libros, es la Revelación escrita de Dios, es decir Su Palabra (1). Esta Palabra fue traída a los hombres por inspiración del Espíritu Santo, el cual guió a los autores humanos para que recibieran y pusieran por escrito la revelación de Dios tal y como él quería (2). Esta inspiración es verbal y plenaria, lo cual quiere decir que Dios inspiró tanto el contenido como las palabras de la Escritura (3). Al ser la Biblia la Palabra de Dios creemos que es infalible e inerrante en los idiomas originales en que fue escrita, por lo tanto es digna de confianza (4). Por todo lo mencionado creemos que la Biblia es la fuente y autoridad final de fe, de conducta, y suficiente para proporcionar el conocimiento necesario para la Salvación, para saber cómo adorar a Dios y para vivir para él (5). Habiéndose completado todo el canon de la Escritura no reconocemos nuevas revelaciones (6)

1. Estos son los libros que se encuentran en todas las Biblias protestantes.

2. 2 Timoteo 3:16; 2 Pedro 1.20-21.

3. 2 Timoteo 3.16

4. Salmo 19.7-10

5. 2 Timoteo 3:14-17

6. 2 Pedro 1.19; Apocalipsis 22:18-19.

Estudio:

I. Creemos que la Biblia, formada por sus sesenta y seis libros, es la Revelación escrita de Dios, es decir Su Palabra (1).

Estos sesenta y seis libros son los que se encuentran en todas las Biblias protestantes. Existen otros libros que se escribieron en los tiempos bíblicos que no fueron considerados com inspirados, nosotros les llamamos a estos libros “apócrifos”. Es decir que son libros que no cumplen las condiciones para ser reconocidos inspirados.

¿Cómo se llegó a definir que estos sesenta y seis libros son la Palabra de Dios?

Esto es lo que se conoce como el “canon” de las Escrituras. La palabra canon quiere decir medida. Es decir que para poder determinar qué libros eran considerados inspirados por Dios debían cumplir ciertos requisitos, o medidas. Algunos de los requisitos son los siguientes:

En su contenido debían demostrar que tenían autoridad.

No debían contener errores en cuanto a la información que transmitían.

Debían estar en armonía con el resto de la revelación de Dios.

El canon del A.T:

En cuanto a la mera de reconocer la inspiración divina de los libros del A.T el teólogo Wayne Grudem dice lo siguiente:

La literatura extra-bíblica reconoció que la revelación terminó con los últimos profetas del A.T (Esdras-Malaquías) Por ejemplo: En 1 Macabeos (alrededor de 100 a.C.) el autor escribe del altar profanado: «Así pues, demolieron el altar y colocaron las piedras en la colina del templo, en lugar apropiado, hasta que viniera un profeta que les indicara lo que debían hacer con ellas» (1 Mac 4:45–46); Josefo (nació c. 37 ó 38 d.C.) explicó: «Desde Artajerjes hasta nuestros propios tiempos se ha escrito una historia completa, pero no se la ha considerado digna de igual crédito como los registros anteriores, debido a la interrupción de la sucesión exacta de los profetas» (Contra Apio 1.41); «Después de que los últimos profetas Hageo, Zacarías y Malaquías murieron, el Espíritu Santo se separó de Israel, pero ellos todavía tenían a su disposición la bat kol (Talmud Babilónico Yomah 9b)

Tanto el Señor Jesús como los primeros discípulos citaron solo los libros del A.T que conocemos, no citaron los apócrifos y no manifestaron desacuerdo con los judíos con esta lista de libros reconocidos. El N.T cita aproximadamente 295 veces los libros del A.T que reconocemos pero nuca citaron los apócrifos.

Los padres de la Iglesia primitiva en us mayoría reconocieron los mismos libros. Sin embargo hubo muchos que reconocieron los apócrifos y esto se cree que fue por la influencia de la vulgata al incluir los apócrifos (aunque el mismo traductor de la vulgata, Jerónimo reconoció que los apócrifos no eran inspirados)

Los libros apócrifos no se presentan con la misma autoridad que los libros del canon y contienen errores tanto históricos como teológicos.

(Teología Sistemática W. Grudem)

El canon del N.T:

El teólogo Charles Ryrie dice los siguiente:

1. La prueba de la autoridad. Con relación a los libros del Antiguo Testamento, esto significaba que tuvieran el respaldo de la autoridad de un legislador, un profeta o un líder de Israel. En cuanto a los libros del Nuevo Testamento, esto significaba que la autoridad de un apóstol respaldara los libros que fueron aceptados en el canon. Esto significaba que el libro tenía que ser escrito o respaldado por un apóstol para que de alguna manera contara con la autoridad apostólica. Por ejemplo se consideró a Pedro como el apóstol que respaldó los escritos de Marcos, y a Pablo como el que respaldó los de Lucas.

2. La prueba de la singularidad. Para ser incluido en el canon un libro tenía que mostrar evidencia de su singularidad como prueba de su inspiración.

3. La prueba de su aceptación por las iglesias. A medida que los libros circulaban tenían que ser aceptados por las iglesias. En realidad, ningún libro que fue cuestionado por un gran número de iglesias llegó finalmente a ser admitido en el canon.

(Teología Básica C.Ryrie)

II. Esta Palabra fue traída a los hombres por inspiración del Espíritu Santo, el cual guió a los autores humanos para que recibieran y pusieran por escrito la revelación de Dios tal y como él quería.

Esto es lo que se conoce como “la inspiración de las Escrituras”. Y se refiere a la manera en que Dios guió a los autores para que pusieran por escrito la revelación de Dios.

Esta inspiración tiene dos aspectos:

1. El primero tiene que ver con la manera en que los autores humanos recibieron la revelación de Dios. Ellos la recibieron por “inspiración divina”

2 Timoteo 3:16 “16 Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia,”

La frase de este versículo: “inspirada por Dios” en el texto griego es una sola palabra, la cual está compuesta por la palabra “viento” y la palabra “Dios”. Por lo tanto se podría decir que las Escritura fue “soplada por Dios”. Es decir que los escritores de la Biblia recibieron por el Espíritu Santo lo que Dios quería revelarnos. Ellos no escribieron de su imaginación o pensamiento, si no lo que Dios les reveló por su Espíritu.

2. El segundo aspecto tiene que ver con la manera en que estos autores humanos comunicaron la revelación de Dios.

2 Pedro 1:20–21 “20 entendiendo primero esto, que ninguna profecía de la Escritura es de interpretación privada,21 porque nunca la profecía fue traída por voluntad humana, sino que los santos hombres de Dios hablaron siendo inspirados por el Espíritu Santo.”

En este texto la palabra “inspirados” se tradujo de una palabra griega que se puede traducir también como “tomados” o “impulsados”. Es decir que los hombres de Dios no “hablaron” o “comunicaron” la verdad de Dios por su propia voluntad o poder si no que el Espíritu les impulsó para que la conunicáran.

De este modo podemos decir que tanto al recibir la revelación de Dios como al comunicarla el Espíritu Santo estuvo con los autores humanos. Esto asegura que el menaje que Dios quería revelar a los hombres llegara íntegro, sin error o falencia.

III. Esta inspiración es verbal y plenaria, lo cual quiere decir que Dios inspiró tanto el contenido como las palabras de la Escritura.

¿Qué parte de la Biblia es inspirada?

Según el testimonio de la misma Escritura: toda la Escritura. Todo el contenido y todas las palabras usadas.

Los mismos textos que se estudiaron en el punto anterior nos ayudan a entender esto.

2 Timoteo 3:16 “16 Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia,”

Aquí Pablo hace referencia a lo que en ese tiempo estaba escrito: todo el A.T y lo que del nuevo testamento se había escrito y se estaba reconociendo como inspirado, es decir algunos evangelios y algunas epístolas. Aunque faltaban algunos libros del nuevo testamento se entiende que, una vez reconocida su inspiración, todo el contenido es de inspiración, cada parte de los libros, no solo las que hablan de relatos históricos, también los discursos y los milagros.

En segundo lugar al decir en 2 Pedro 1.21 que los autores humanos comunicaron la Palabra por inspiración del Espíritu se entiende que Dios les guió a usar las palabras apropiadas y que por lo tanto ellas también son inspiradas. No es solo el hecho que los autores recibieran la Palabra y que la comunicaran como mejor podían, sino que Dios también les guió a usar las palabras apropiadas.

IV. Al ser la Biblia la Palabra de Dios creemos que es infalible e inerrante en los idiomas originales en que fue escrita, por lo tanto es digna de confianza.

Por lo dicho en los puntos anteriores, con respecto a la inspiración, podemos decir que la palabra es digna de confianza ya que no contiene errores.

1. Ella es infalible, es decir que no tiene fallas, y es capas de cumplir todo lo que dice.

2. Es inerrante en el sentido de que no contiene errores, no se equivoca cuando habla de algún teman. Tampoco contiene errores cuando habla de personas o lugares, es exacta en lo que dice.

Salmo 19:7–10 “7 La ley de Jehová es perfecta, que convierte el alma; El testimonio de Jehová es fiel, que hace sabio al sencillo. 8 Los mandamientos de Jehová son rectos, que alegran el corazón; El precepto de Jehová es puro, que alumbra los ojos. 9 El temor de Jehová es limpio, que permanece para siempre; Los juicios de Jehová son verdad, todos justos. 10 Deseables son más que el oro, y más que mucho oro afinado; Y dulces más que miel, y que la que destila del panal.”

En este hermoso Salmo se exaltan las perfecciones de la Biblia. Se dice de ella que:

Es perfecta.

Es fiel.

Es recta.

Es pura.

Es limpia.

Es verad.

Es deseable.

Es dulce.

V. Por todo lo mencionado creemos que la Biblia es la fuente y autoridad final de fe, de conducta, y suficiente para proporcionar el conocimiento necesario para la Salvación, para saber cómo adorar a Dios y para vivir para él.

Todo esto nos lleva a reconocer la “suficiencia” de la Biblia. Es decir que la Palabra de Dios revelada en las Sagradas Escrituras es suficiente para el propósito por el cual Dios nos la ha revelado.

2 Timoteo 3:14–17 “14 Pero persiste tú en lo que has aprendido y te persuadiste, sabiendo de quién has aprendido; 15 y que desde la niñez has sabido las Sagradas Escrituras, las cuales te pueden hacer sabio para la salvación por la fe que es en Cristo Jesús. 16 Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia, 17 a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra.”

Aquí se manda a Timoteo a perseverar en lo que ha aprendido de las Sagradas Escrituras. Al final de estos versículos el apóstol le recuerda a Timoteo que todo lo que necesita para hacer la obra de Dios está en Las Escrituras.

Se mencionas varias coas en las cuales la Palabra es útil, lo que a su vez la hace suficiente suficiente:

Para enseñar.

Para redarguir. (es decir, convencer de pecado)

Para corregir.

Para instruir en justicia.

Y como resumen dice que todo ello lo hace para poder perfeccionar a los creyentes, para prepararlos para toda buena obra.

Esto nos lleva a entender que no necesitamos de la sabiduría humana para vivir para Dios y para hacer su obra. Lo que necesitamos es conocer más y más la Palabra de dios, empaparnos de ella y dejar que ella moldee nuestra vida. Necesitamos compartirla y enseñarla par que los hombres vayan a Cristo y vivan para él.

VI. Habiéndose completado todo el canon de la Escritura no reconocemos nuevas revelaciones.

Por todo lo que hemos visto hasta ahora entendemos que no sería posible que recibiéramos nuevas revelaciones. Hay dos razones para esto:

1. La primera es que, después de los veintisiete libros del nuevo testamento, no se ha escrito nada que cumpla con los cánones de inspiración.

2. La segunda es que hay el último libro del N.T que se escribió, llamado Apocalipsis, nos habla de la consumación del plan de Dios, de modo que no hay nada más que podamos necesitar saber.

Por no tomar en cuenta esta doctrina y estos dos puntos es que a lo largo de años se han levantado grupos que ha reconocido nuevas revelaciones y han terminado por apartarse de las verdades enseñadas en las Escrituras. Este es el caso de los mormones, que además de la Biblia creen en el Libro del Mormón y los Adventistas, quienes aceptas los escritos de Helena G. White. Ambos grupos han negado verdades fundamentales de la fe como la deidad de Cristo, en el caso de los mormones, y la salvación solo por gracias, en el caso de los adventistas, entre otras cosas.

La Palabra nos da dos advertencias:

2 Pedro 1:19 “19 Tenemos también la palabra profética más segura, a la cual hacéis bien en estar atentos como a una antorcha que alumbra en lugar oscuro, hasta que el día esclarezca y el lucero de la mañana salga en vuestros corazones;”

La Palabra escrita de Dios es la revelación en la que debemos confiar.

Apocalipsis 22:18–19 “18 Yo testifico a todo aquel que oye las palabras de la profecía de este libro: Si alguno añadiere a estas cosas, Dios traerá sobre él las plagas que están escritas en este libro. 19 Y si alguno quitare de las palabras del libro de esta profecía, Dios quitará su parte del libro de la vida, y de la santa ciudad y de las cosas que están escritas en este libro.”

No se le puede añadir o quitar nada de lo que Dios ha revelado.